I.
Se escuchan pequeños pasos por el pasillo, un niño de siete años camina erguido y con el cabello alborotado, ojos color gris y el cabello negro, vestía un traje negro y utilizaba corbatín, la perfecta elegancia embotellada en pequeño, pero hay algo mas, un desorden lejano que acentuaban sus zapatos deportivos (all ztar para referencia :D) de color blanco.
Abrió una blanca y enorme puerta, preguntándose si habría alguien en la habitación, al encontrarse solo en aquella enorme biblioteca, pues el cuarto estaba lleno de libros de todos los tamaños y clases, varios sillones de color oscuro, una chimenea, una mesita de té y un escritorio; trato de recordar donde lo había dejado, caminó hacia el estante lleno de libros y repaso con los dedos la forma de cada uno de ellos.
-¿Dónde?.... ¿Donde?....aquí.-dijo con alegría, al haber encontrado su tesoro.
Se detuvo frente a un libro con un forro de cuero color negro, lo sacó y corrió rápidamente al sillón más pequeño.
No tenía titulo ni autor. Lo abrió, solo tenia dos páginas en las que se encontraban dos fotografías mágicas.
En la primera estaban tres personas: una mujer con el cabello castaño y arreglado, sonreía amablemente y señalaba a alguien fuera de cuadro, sobre su vestido resaltaba un estomago de embarazo de por lo menos seis meses; en el medio estaba un chico con cabello negro y ojos color verdes con una cicatriz que lo caracterizaba en forma de rayo,-el niño pasaba sus pequeños dedos por la fotografía y hacia círculos alrededor de la cara de aquel joven, ese era su padre-, estaba viendo a la misma dirección que la castaña y reía; la ultima persona era una mujer, estaba a la izquierda de su padre, la chica con el cabello rubio también estaba embarazada, miraba al igual que sus compañeros, lo que la castaña señalaba y luego sonreía.
La siguiente fotografía estaba compuesta por un total de once personas, parecía una reunión familiar pues la mayoría eran pelirrojos:
El primero un pelirrojo con su esposa, ella arreglaba cuidadosamente la corbata de él, le palmeaba la espalda gentilmente y sonreía; luego estaban dos jóvenes gemelos de cabello rojo, comían dulces y luego su cabellera cambiaba, de rojo a verde, a morado, a azul, a plateado, a amarillo y de nuevo a rojo, reían incontrolablemente; la siguiente una pelirroja aun mas joven que los anteriores vestía de bata similar a una doctora, sonreía delicadamente a la cámara; a la par de ella estaba la chica rubia embarazada de la fotografía anterior miraba a los gemelos y reía con ellos; continuaba con un joven de cabellos negros y ojos verdes que utilizaba lentes, le hacia coquillas al rubio que tenia a la par pues él no quería sonreír, el rubio reía a carcajadas; por ultimo estaba un pelirrojo que comía una rana de chocolate apasionadamente, la castaña embarazada de la fotografía anterior, le quitaba la rana de chocolate, limpiaba la boca de su esposo y le daba la rana de chocolate al pequeño de dos años que cargaba el pelirrojo.
-Alan, ya llegó tu compañero- se abrió la puerta de la biblioteca y apareció un rubio de ojos grises muy parecido al niño.
Alan dio un brinco y coloco el libro en la mesita de té, se arreglo su saco y caminó a la puerta. El pequeño paso debajo del brazo del rubio que aun sostenía la puerta y el rubio sonrió.
