El encargo de Azusa
El día que Yui dijo que iba a dominar el mundo, nadie le puso atención. Por eso nadie esperó que lo consiguiera. Nadie sabe cómo, pero el mundo ya no era igual desde que lo hizo: estatuas de Yui con Gitah en todos los parques; las pastelerías debían pagarle un fuerte tributo a la dueña y señora; las maratones estaban prohibidas en todos los colegios al igual que los exámenes; cambió el himno nacional por Fuwa-fuwa time, etc. Pero nadie estaba listo para la ley más absoluta del mundo de Yui:
LAS RELACIONES YURI SON OBLIGATORIAS; TODAS AQUELLAS QUE NO TENGAN NOVIA SERÁN ENVIADAS A UN SENTRO DE REEDUCACIÓN YURISTA.
HIRASAWA YUI-SAMA.
—¿"Sentro"? —leía Akira, —¿cómo diablos llegó a gobernar el mundo si ni ha aprendido a escribir?
—Más me sorprende que haya entrado a la universidad —respondió Ayame apresurándose a tomar la mano de Akira en cuanto vio que se acercaban las Nyan-Patrol.
Akira la aceptó a regañadientes. Las Nyan-Patrol eran las guardianas del orden Yuri de Yui. Todas ellas tenían trajes negros el cabello largo y atado en coletas al igual novia de la dueña y señora. Por su parte, las líderes de las Nyan-Patrol iban vestidas como personajes Yuri icónicos del anime en vez del traje negro de las otras. Las Patrol iban siempre en grupos formados por parejas.
Ellas eran las que se aseguraban que todas cumplieran la ley más importante del mundo de Yui-sama. Tener novios era legal, siempre y cuando le dedicaran más tiempo a sus novias que a sus novios. O falsas novias en el caso de Ayame.
Azusa estaba nerviosa escuchando discutir a las demás.
—Podemos hacer un ataque de frente mientras un grupo más grande ataca por detrás.
—Eso podría funcionar contra Yui-sama, pero no contra esa rubia del demonio que tiene por concejal. Ella sí que representa un problema.
—Mmmh… Yui tiene la fuerza, pero Tsumugi el cerebro —razonó Nodoka mordiendo un lápiz con fuerza.
—No tenemos más opción —dijo Sawako tristemente.
Los demás Rebeldes asintieron.
—Gomen ne, Nakano-san.
—Sabemos que tú la amas de verdad.
Azusa no sabía qué decir. No podía creer que finalmente usaran el recurso final.
—Demo, demo… ¿Qué hay del plan de Mio-senpai?
—Ya es muy tarde, Nakano-san. Su novia la descubrió y le pasó toda la información a la dueña y señora antes que pudiera hacer algo.
—Si te sirve de consuelo, Mio dio pelea. Pero tuvo que rendirse cuando Tainaka amenazó con contarle historias de percebes toda la noche.
—No hay opción, Nakano-san, serás tú la que deberá quitar del camino a la dueña y señora.
Azusa bajó la mirada. Era cierto que a ella le parecía un alivio no tener que esconder de nadie su relación con Yui, pero también era verdad que no estaba de acuerdo con obligar a todas las mujeres del mundo a amarse las unas a las otras. Por eso se unió a la resistencia, pero nunca pensó que le pedirían acabar con su Yui. Esa Yui que parecía no entender que era una malvada dictadora.
—Manabe-san, Yamanaka-san; sólo asegúrense que sus novias no se enteren del plan que se está cocinando. La Comandante Sokabe es una cosa, pero hay que tener especial cuidado con Kotubuki-sama.
—Tú también ten cuidado, Jun-chan. Recuerda que tu pareja es la hermana del ama y señora.
Las demás asintieron nerviosas y se levantaron terminando la reunión. La única que se quedó sentaba era Azusa, debatiendo consigo misma sobre su misión.
Los pasteleros le habían traído una caja grande con el tributo a Yui y se alejaron dando reverencias mientras Yui comenzaba con su atracón. La dictadora tenía un vestido blanco con volantes color negro y medias a rayas blancas y negras. Finalmente tenía una pequeña flor blanca en la cabeza y Gitah le servía de cetro.
—Mugi-chan, haz un poco de té y luego pídeles a Ricchan y a Mio-chan que se nos unan.
—Hái, hái. ¿Y la práctica?
Mugi llevaba un vestido negro de un lado, con rayas horizontales blanco y negro del otro. Finalmente llevaba el cabello recogido.
—Ehehehehehehee…. —sonrió inocentemente Yui poniendo su brazo detrás de su cabeza. —Demo Mugi-chan. No podemos hacer nada mientras no venga con nosotras Azu-nyan.
Mugi frunció el seño, pero Yui no lo notó.
—Oh! Y dile a Ui, Nao y Sumire que vengan también. Comenzaremos la práctica en cuanto Jun-chan y Azu-nyan regresen de hacer las compras.
Tsumugi hizo una profunda reverencia y se alejó majestuosamente de la dueña y señora.
—Megumi! —llamó.
—¿Qué desea, Tsumugi-sama?
—¿Has averiguado algo de lo que te encargué?
—Iie. No hay pruebas que esas dos nos estén traicionando. Quien parece sospechosa, es Yamanaka-san.
Mugi la sacudió con fuerza.
—QUE NI SE TE OCURRA CALUMNIAR A SAWAKO, ME OÍSTE?
—Gomen… demo Nodoka también es sospechosa. Por mucho que me duela, debo ponerla bajo vigilancia. Además recuerde que Mio-tan fue detenida por la propia Tesorera Tainaka.
Finalmente la soltó.
—Puedes irte —susurró.
Mugi era la general de las Nyan-Patrol, por lo que también sabía que su amada Sawako era una posible traidora. Pero aún así tenía que ser firme. Yui había creado su mundo perfecto y ella haría lo que fuera por mantenerlo así. Después de unos momentos, fue a buscar a Ritsu.
La castaña estaba practicando con toda su fuerza mientras Mio leía una revista. Las dos llevaban un vestido negro, pero mientras Ritsu tenía medias gris oscuro y una flor amarilla y negra en su cabello; Mio tenía medias color verde y un pequeño sombrerito ladeado.
—Fiesta de té.
—¿Otra vez? Por su culpa Ritsu ha engordado mucho estos días.
—Por eso trato de hacer un poco de ejercicio, porque todo se me va a la barriga. No es como tú, que se te va directo a las caderas. Por suerte, te queda lindo; más de donde agarrar…
La pelinegra enrojeció de repente.
—BAKA! —gritó y le pegó con todas sus fuerzas. Mugi tenía estrellitas en los ojos.
—Ittei…
Al igual que Azusa, a Mio le agradaba no tener que esconder su relación con Ritsu, pero tampoco le parecía justo obligar a todas las mujeres del mundo a ser como ella. Hubiera querido detener a Yui antes que fuera muy tarde, pero Mugi se aseguró de que no supiera nada del plan de la castaña.
—Ni modo, bebamos té.
Sawako, Nodoka, Jun y Azusa llegaron al palacio de Yui. Todas iban en silencio. Sawako, Nodoka y Jun estaban muy preocupadas; Azusa sólo pensativa. "¿Por qué yo? Sé que soy la novia de Yui-senpai y también la más cercana a ella. También sé que está loca, pero… ¿Por qué yo? No quiero lastimar a mi Yui…"
—Azu-nyan! Llegaste!
—Konbawa… —"¿A qué hora llegamos la sala del té?"
—Kore, Azu-nyan. Se ve que estás sedienta.
La pelinegra aceptó la taza de té, pero estaba muy desanimada. Eso no pasó desapercibido por Mugi, pero no dijo nada. Finalmente practicaron, pero poco. Todas querían guardar energía para la parte más dulce de la noche. "Más de algo podré hacer, sí! algo se me ocurrirá y no tendré que hacerle nada a Yui…"
—¿Segura, Tsumugi-sama? A la dueña y señora no le va a gustar si se entera.
—No importa, Megumi. Debemos asegurar la prosperidad del mundo perfecto.
—Comprendo. CAPITANAS DE LAS NYAN-PATROLS!
Se presentaron seis chicas. Dos de ellas estaban vestidas de Haruka y Michiru; otras de Shizuma y Nagisa y las últimas de Chikane y Himeko.
—Nakano Azusa, Nodoka Manabe, Jun Suzuki y Sa… Sa…wako Yamanaka estarán a partir de hoy en constante vigilancia. Quiero saber lo que hicieron 24 horas, siete días a la semana. No me fallen.
—HÁI, KOTUBUKI-SAMA!
—No dejaré que me arrebaten mi mundo ideal.
Sí, sí, absurdo, pero quería hacer una historia descabellada que a pesar de todo, tuviera sentido. De cualquier modo, espero que les guste y me dejen un Review; y si no, también déjenme uno. Buéh! fue divertido. Nos leemos! Los vestidos que usan las chicas son los de Dont' Say Lazy
