La llegada del Titán
Nota:
Continuación de los fanfics previamente publicados:
"La nueva aparición de Broly y Bardock".
"El Legado de los Dioses".
Es recomendable leer esas historias pues este nuevo capítulo contiene diversos elementos, tramas y personajes desarrollados previamente en los mencionados fanfics.
Capítulo 1: "La llegada del Titán".
Hace más de diez millones de años, en un lugar muy lejano en nuestro universo, está localizado un planeta con un tamaño similar al de la Tierra. En este mundo domina una dinastía encabezada por un rey bastante respetado por su pueblo, sin embargo la codicia y su sed por el poder de conocimiento, traerán como consecuencia un futuro oscuro para toda su gente.
El 80% de su población son gente pobre y humilde, compuesta por artesanos, carpinteros y agricultores, como pueden imaginar la principal actividad económica de la población es la agricultura. El pueblo mantiene una buena relación con su rey solo por una simple razón, desde que el propio tomó el poder heredado por su viejo padre, ha reinado la paz en todo el mundo, los soldados han soltado las armas y han usado sus manos para ayudar a los más necesitados.
En los últimos meses, en todos los poblados, ha corrido el rumor de que el rey ha perdido el camino, la oscuridad está apoderándose de su ser y con ella puede caer una maldición a toda su gente. Claro que eran solo rumores. En sus apariciones públicas el rey se mostraba sonriente y siempre tenía tiempo para atender a las personas que se le acercaban a saludarlo, pero en las últimas semanas, algo ha cambiado, el rey no ha aparecido públicamente y esto está haciendo crecer cada vez más fuerte la veracidad de estos rumores.
En uno de estos poblados, cercano a la ciudad capital del mundo, podemos observar a un joven carpintero, si lo comparáramos a la edad terrícola, este joven podría tener unos 9 o 10 años. El niño se encuentra martillando unos clavos mientras que su padre llega al local cargando más materiales.
"¿No piensas descansar un rato?" le pregunta el padre mientras descarga los objetos.
El joven se mostraba animado, estaba construyendo el nuevo hogar para su mascota.
"No papá, si nos apresuramos, la casa estará pronta antes de anochecer" le responde al padre.
La preocupación del niño es fundamentada. Por lo visto se acerca una gran tormenta y el joven descansaría más tranquilo si Snapi, su fiel mascota, estuviese más seguro en su nuevo hogar.
Luego de algunas horas, el padre colocó la última pieza con la cual finalizaron la construcción de la casa, Snapi tardará un poco en adaptarse a ella, por el otro lado estará más protegido.
"Bien hijo, llevemos esto a casa", le dice su padre mientras observa la acumulación de nubes en el cielo.
Posteriormente ambos se dirigieron a su hogar donde se encuentra su esposa y madre, quien está cocinando un suculento plato con la cosecha que consiguieron el día anterior.
Ella se da cuenta que su hijo acababa de pescar un refriado, se quita la bufanda y se la entrega al pequeño, "si no te proteges bien, no podrás ir mañana al festival querido".
Luego de la cena, y unas horas después de que la gran tormenta haya comenzado, el pequeño tiene problemas para dormir debido a los ruidosos truenos que aterrorizan al poblado.
La madre se acerca al pequeño e intenta persuadirlo: "no te preocupes por los ruidos cariño, esta bufanda te dará suerte, siempre te protegerá".
El niño se da la vuelta, observa a su madre y le dice en tono irónico: "no seas tonta mama, es solo una bufanda".
Al cabo de unos minutos el pequeño queda dormido en los brazos de su madre, quien posteriormente intenta escabullirse silenciosamente para no despertarlo.
Al día siguiente, la tormenta es cosa del pasado, el cielo está despejado, un indicio que demuestra que el festival se llevará a cabo sin interrupciones.
En las zonas más altas del poblado habían casas destrozadas por el fuerte viento, pero las perdidas solo fueron materiales, y era solo cuestión de minutos para que algunos soldados llegasen e respaldasen a las personas damnificadas.
El niño se prepara para el festival mientras que la madre se viste y el padre alimenta a Snapi, juntos salen caminando y decidieron quedarse en la parada ubicada en la vía principal esperando por el transporte.
Al llegar al festival, el pequeño les pide autorización a sus padres para pasear a Snapi, ellos asienten y le avisan a su hijo que no se vaya muy lejos.
El joven pasea a su mascota por el local de venta de las frutas y vegetales, pero Snapi estaba inquieto, quería pasear por toda la ciudad y el niño siendo muy liviano de peso, es jalado por su mascota mientras que le ordena a Snapi que se calme ya que es posible que terminen tropezándose con alguien.
Luego de pronunciar estas palabras, el joven choca contra otra persona y debido al impacto el pobre cae al suelo.
"¿Te encuentras bien chico?, le pregunta el desconocido mientras le ofrece la mano.
El pequeño lo observa y se sorprende, nunca había visto anteriormente a alguna persona con esa apariencia y mientras este se levanta le pregunta inapropiadamente: "disculpe señor, usted luce diferente, ¿será que está enfermo?".
El extraño se ríe luego de ayudar a levantar al joven e inesperadamente le pregunta el nombre al pequeño.
"Mi nombre… eh, yo me llamo Saturus" responde el niño tímidamente.
El extraño le contesta al mismo tiempo que acaricia a Snapi: "Un placer Saturus, yo me llamo Shin y acabo de tener una reunión con vuestro rey".
El niño observa los pendientes colgados en las orejas y admira la mirada benevolente y el sentimiento de bienestar que transmite el desconocido.
Shin se disculpa porque está atrasado y se despide rápidamente del niño, este se aleja caminando mientras que Saturus le hace una pregunta final: "¿usted sabe que le está ocurriendo al rey?".
Shin se da la vuelta y le responde con una cálida sonrisa: "he llegado a tu planeta para aconsejar al rey y por favor no le hagas caso a los rumores que han estado circulando recientemente".
Saturus observa la figura de Shin alejándose, y en ese mismo momento, sus padres lo encuentran y le comentan al niño que el espectáculo está a punto de comenzar.
La noche cae en el poblado y Saturus junto con sus padres disfrutan los fuegos artificiales que adornan el cielo de varios colores, con los cuales se cierra el maravilloso festival.
Han pasado dos semanas y el pequeño Saturus se encuentra en casa, este no ha olvidado aún su curioso encuentro con ese sujeto llamado Shin. Alguien toca la puerta y Saturus es el primero en saltar de la silla y acercarse a la entrada del hogar.
Aparentemente el sujeto es reconocido por el niño. Es el hermano de su padre, quien trae algunos regalos para toda la familia.
El padre del pequeño le da la bienvenida y lo invita a almorzar, sin embargo, la madre de Saturus se muestra un poco insegura por causa de la presencia del tío, un ladrón con una moral muy cuestionable puede ser muy mala influencia para su hijo.
La familia está compartiendo el almuerzo entretanto el tío comenta las increíbles historias y aventuras en las cuales ha participado en los últimos meses.
La madre de Saturus mientras sirve el postre le pregunta: "dime, ¿por cuánto tiempo piensas quedarte en mi casa?
El tío le responde sin dudarlo un segundo: "un par de días puede que sea suficiente" y luego comenta "he observado a la gente de la ciudad capital un poco más nerviosa de lo normal, no sabría decir si es por la ausencia del rey o por los rumores de una supuesta maldición".
La madre le advierte que ese es un tema que no comentan en su hogar y el padre reafirma lo dicho por su mujer.
Saturus inesperadamente interviene en la conversación: "no te preocupes tío, yo conocí a un señor llamado Shin y me aseguró que el rey se encuentra bien".
El tío del niño luce un poco inquieto luego de lo mencionado por su sobrino, nunca antes había escuchado el nombre de ese personaje e instantáneamente le pregunta al niño como era la apariencia de ese sujeto.
Repentinamente, se escuchan unos gritos desde el exterior de la casa, en plena calle una señora escandalosa se encuentra advirtiendo sobre la llegada de un "titán", sin embargo nadie se preocupa por los comentarios de la señora debido a su reciente historial clínico.
"Él está llegando y todos moriremos", "¡el rey nos ha traicionado!", "ya es tarde, ¡no hay salvación para nosotros!", son las frases que repite continuamente.
Segundos después, una serie de temblores azotan a los pueblerinos. El padre les pide con calma a los demás que salgan de la casa cuidadosamente.
El tío de Saturus un poco confundido por lo que está aconteciendo le pregunta a la familia: "¿desde cuándo ocurren temblores por estas zonas?".
Mientras la madre abre la puerta, ellos observan el cielo cubierto en su totalidad con un color grisáceo, un fenómeno que nunca había ocurrido anteriormente.
"Se los dije, es nuestro fin…" comentó la señora mientras se arrodilla en el suelo.
Los temblores cada vez se hacen más frecuentes y en consecuencia varias grietas se han abierto en las calles.
El tío le aconseja a su hermano que en la ciudad capital existen algunos lugares donde podrán refugiarse.
El padre de Saturus se mete en su viejo vehículo y le grita a su familia que entre lo más rápido posible, mientras tanto Saturus grita varias veces el nombre de su mascota no obstante ésta ha desaparecido. El tío agarra a Saturus y lo mete en el vehículo.
La madre de Saturus tranquiliza a su desconsolado hijo: "tranquilo Saturus, Snapi es un sobreviviente, seguro que lo encontraremos nuevamente en casa".
Por el camino hacia la capital observan a las personas huyendo a pie, los techos de las casas derrumbándose, gente gritando y muchas personas solicitando ayuda médica, este escenario espanta a toda la familia. La madre le entrega a Saturus su bufanda mientras lo abraza cada vez más fuerte.
Ellos llegan hasta un punto donde la vía está trancada debido al tráfico de vehículos que intentan ingresar a la ciudad, el padre detiene el vehículo y decide que a partir de ese punto lo mejor sería caminar los últimos metros que faltan hasta llegar al destino. Al salir reparan que los temblores han finalizado, no obstante comienza a llover torrencialmente, esto los obligar a correr, hasta llegar a un refugio ubicado en el este de la ciudad.
La familia observa detenidamente los rayos que impactan en los edificios más altos, un viento fuerte levanta todo lo que está a su paso.
"Un terremoto primero, y seguidamente una tormenta eléctrica, vaya esto no se ve todos los días", menciona el tío de Saturus.
El padre un poco angustiado le comenta: "se siente alguna presencia en los cielos".
El tío se burla de su hermano: "vaya, me parece que estas quedando un poco paranoico, debe ser la edad."
Pese a las bromas del tío de Saturus para minimizar la sensación de peligro que los acecha, la situación climática no mejora.
Todos los refugiados ubicados en el mismo local que la familia se preguntan cuándo durará esta situación, mientras que algunas personas comienzan a preocuparse debido a la ausencia de soldados y asistentes médicos en la calle.
El padre de Saturus conversa a solas con su hermano y le menciona: "Cuando ocurren catástrofes o situaciones parecidas, los soldados del rey son los primeros en asistir y auxiliar a las personas, ¿Por qué desde que comenzó esta serie de temblores ninguno ha aparecido?".
El hermano comprende la inquietud de su familiar y mientras roba unos cuantos aperitivos y bebidas, este los coloca en una mochila y le responde en voz baja: "Conozco a alguien que nos puede ayudar a ingresar al palacio".
Luego de comentar el plan a la madre de Saturus, la familia decide ir al palacio de la capital, un lugar en el cual ellos asumen que estarán más seguros.
Tras recorrer varias calles y esquivar diversos objetos que caen de lo más alto de los edificios, encuentran una multitud en los alrededores del palacio y observan a los soldados que están protegiendo la muralla de ese local. Los ciudadanos expresan caras de preocupación, muchos otros lucen absolutamente desesperados, todos se encuentran en la parte inferior del muro solicitando refugio.
Un rayo cae en el topo del muro y hace caer algunos de los soldados, esto hace alborotar a las personas quienes piden la presencia de su rey. Como si no fuera suficiente, una nueva serie de temblores azota a la capital.
"¿Dónde está nuestro Rey?", pregunta angustiadamente una ciudadana cargando a su hijo en sus brazos, sin embargo los soldados ignoran los comentarios y le indican a las personas que se refugien momentáneamente.
Luego de esquivar a la multitud acumulada en las afueras del palacio, el tío de Saturus verifica el local donde habitualmente uno de sus amigos soldados hace guardia, pero no encuentra a nadie ocupando el lugar.
"Maldición, no están aquí, ¿Dónde está toda la gente?, se pregunta en voz alta.
"¿Has pensado en algún plan secundario?", le pregunta el padre de Saturus.
"Bueno, conozco un atajo, pero puede que no nos agrade lo que encontremos allí adentro", le confiesa su hermano.
Entre los cortos intervalos de tiempo en los cuales los temblores se detienen, la familia aprovecha y siguen al tío de Saturus, quien misteriosamente conoce las instalaciones del palacio como la palma de su mano. Luego de pasar por las alcantarillas, subir varias escaleras y recorrer pasillos estrechos, consiguen acceder al jardín interior del palacio.
Todos quedan impactados al comprender la gravedad del asunto, pues los soldados están abandonando sus puestos, junto a ellos varios civiles corren buscando refugio en el interior del local. La familia decide seguir a los soldados desertores y encuentran una habitación sin techo mientras observan que en ese local se encuentran algunas naves espaciales.
Uno de los soldados agarra el brazo de la madre mientras les pregunta que están haciendo en esa sala. El tío de Saturus responde impulsivamente y golpea al soldado, los otros compañeros al percatarse de este ataque se acercan al tío y lo amenazan físicamente, afortunadamente un nuevo temblor los detiene.
El padre del niño los separa y les pregunta: "¿Porque están huyendo?, ¿no es vuestro deber ayudar a los ciudadanos?".
Uno de los soldados les confiesa: "es muy tarde para eso viejo, vamos a escaparnos en las naves, estas ya se encuentran activadas y despegaran en pocos segundos".
La madre indignada lanza otra pregunta: "¿Por qué se escapan?, pero hay alguien que nos explique, ¿Qué le ha ocurrido al Rey?".
Otro soldado escucha la pregunta y le contesta angustiadamente: "¡el rey ha muerto, una maldición ha caído encima del mundo!". Toda la familia quedó mortificada al escuchar esa frase.
En medio de este caos reina la desesperación, entre soldados y civiles se pelean por encontrar un lugar en las naves.
El tío de Saturus corre hacia una nave, mientras le grita a los otros: "¡No hay tiempo que perder, tenemos que irnos también!".
La madre de Saturus lo sigue y le pide a su hijo que entre en la nave, el tío también ingresa a la máquina y los llama a entrar rápidamente, sin embargo, el padre del pequeño al darse la vuelta observa a dos niños abandonados, los cuales lucen aterrorizados, pues no encuentran un lugar en las naves.
El padre corre hacia ellos pero en ese justo momento, sienten un temblor más fuerte que cualquier anterior, el suelo se abre y el hombre cae en el hueco.
Él se aguanta a duras penas, apoyando sus manos en lo que queda de suelo.
Una alarma que se activa da el previo aviso, las naves comienzan a levitar y el conteo regresivo de 10 segundos para el despegue acababa de empezar.
"Quédense allí", les ordena la madre de Saturus a su hijo y tío.
Ella corre en auxilio de su esposo y con ayuda de los niños intentan levantarlo. Luego de varios intentos, consiguen sacarlo de allí, el marido agarra las manos de los niños y corren directos hacia la nave, sin embargo… ya es tarde, la cuenta regresiva terminó, y las puertas de las naves se cierran antes de que pudiesen ingresar.
Saturus y su tío aprietan todos los botones intentando abrir la puerta pero no lo consiguen.
La madre apoya la mano en la ventana de la puerta y Saturus también apoya la suya, ella le recuerda a su hijo: "Saturus, no olvides lo mucho que te queremos, por favor, se obediente con tu tío".
El tío observa esta triste escena, luego cierra los ojos y se lamenta golpeando los controles: "maldita sea, ¡no hay forma de abrir la puerta!".
"Se fuerte Saturus, nosotros sobreviviremos y nos volveremos a encontrar, te lo prometo" comenta la madre entristecida mientras intenta esconder sus lágrimas, el padre le hace un gesto a Saturus asegurándole que todo estará bien y abraza a la madre.
Las naves despegan finalmente y mientras se alejan de la órbita del planeta, Saturus observa una extraña sombra rodeando su mundo y minutos después, esta lo cubre completamente.
«¿Qué rayos es eso?», se pregunta silenciosamente el tío de Saturus.
Al cabo de unos minutos, un brillo intenso se refleja en las ventanas de las naves e inesperadamente el planeta estalla.
Saturus observa la gigantesca explosión mientras que llora desconsoladamente. Una gran onda expansiva aleja rápidamente la nave la cual seguirá viajando hacia un destino aún desconocido.
