*^*^*^*^*^*MUERTE AMISTOSA^*^*^*^*^*^*^*^*

Estaba preparado. Hacía ya cuatro años que lo habían echado y ya estaba listo para volver. Dio un paso adelante y escucho el silbido del pito del tren. Entro en él. Esperaba que los alumnos no lo tratasen mal por saber que era un hombre lobo. Bueno, las cosas iban mejor. Voldemort  había sido derrotado por Harry esperaba que confiaran un poco más en él. Se sentó solo en un vagón, como en el tercer curso, esperando que le pasase lo mismo que en su primer año como profesor en Hogwarts. Dejo la maleta nueva que le había regalado Sirius antes de morir en el asiento y apoyo la cabeza en la ventana, pero enseguida tubo que levantarla al ver abrirse la puerta. Eran Draco Malfoy con Mirilla Figg, hija de Arabella Figg, antigua amiga. Los tres se miraron mal mutuamente y sin ninguna palabra los dos jóvenes se marcharon. Remus suspiro. Volvió a apoyarse pero tubo que quitar la cabeza de nuevo ¿era ella? No podía ser…y a lo lejos ellos. Pero su mirada se poso en la muchacha. Estaba demasiado bella. Sus cabellos ya no eran tan revoltosos y castaños, eran lisos recogidos en una coleta de caballo y de color algo más rubio. Sonrió para sí mismo, y al ver como ella lo miraba, abría ojos y boca y avisaba a sus amigos los saludo con la mano. Enseguida ellos subieron al tren. Se pararon en la puerta y pocos segundos después a Harry no le falto tiempo para echársele encima.  Después Ron le dio la mano tembloroso, y Hermione sonrió y saludo desde la puerta.

-¡Buenas, muchachos!- dijo sonriente.

-¿Qu/Que haces aquí?- pregunto entrecortadamente Harry- Desde el año pasado que no te veíamos.

-Dumbledore me pidió que fuese de nuevo vuestro profesor de Artes Oscuras.

-¿Y tiene que ser durante nuestro ultimo año en Hogwarts? ¡Que chasco!- se lamento Hermione. Remus se sonrojo por el comentario. El trío de amigos se sentó y comenzaron una agradable charla con el adulto.

Cuando llegaron a Hogwarts se sorprendieron al no ver los carruajes que iban a recogerlos, ni siquiera estaba Hagrid llamando a los nuevos alumnos. Todo estaba vació y desolado. De repente Harry sintió mareos y se apoyo en el tren.

-¡Poneos detrás de mí!- con el patronus alejó al Dementor, pero cuando se quiso dar cuenta todo estaba repleto de ellos, y algo más, también había Mortifagos, gigantes, Dragones, etc... Y la marca. Esa marca que era odiada por unos, temida por otros ya dorada por los que faltaban.

-Pero si es Potter- pronuncio una figura envuelta en una capa. Solo se podían ver sus oscuros y brillantes ojos rojos-. Cuánto tiempo ¡Anda! Pero si tus patéticos amigos también están... - sacó su varita- Aunque ¿estas seguro de que son todos tus amigos? Ronald... - para la sorpresa de Harry, Hermione y Remus Ron sonrió y se alejo de ellos camino de Voldemort.

-¡RON!- gritaron los dos más jóvenes. Remus se puso delante de ellos con la varita levantada-¿Por qué?- pregunto Harry.

-Potter...Harry Potter. Adorado siempre por todos mientras en pobretón de weasley tenía que soportar ser llamado 'el amigo' ¿en serio creías que iba a poder aguantar tanto tiempo?- inquirió con cara de ofendido- Y ahora, por tu ofensa, te voy a quitar lo que más quieres... Ava Kedavra- musitó levantando la varita. Hermione era su blanco, y los dos chicos se dieron cuenta. Remus, sin pensarlo si quiera se interpuso. Los tres adolescentes lo miraron de diferentes formas. Hermione se arrodillo con la cara entre las manos mientras que Harry solo ponía los ojos en blanco.

-Bastardo... Pensaba que eras el único en que podía confiar- sus ojos color esmeralda daban miedo.

La batalla decisiva acababa de comenzar.

No intentéis comprender que tiene que ver una cosa con la otra, ni yo lo sé.