Advertencia: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Shonda Rhimes.

NOTA: Es una historia muy cortita basada en la escena en la que se ve a los tres juntos (cap. 12x24). Me gustaría que tuviera varios capítulos, pero quisiera saber antes si les gustaría leerla jeje. Por ahora, la pondré como incompleta.

No hay muchos fanfic en español sobre esta pareja y es una verdadera pena.

Soy muy novata en esto, perdonen mis errores. Espero que les guste. ;)


Capítulo 1: Esperanza

La pequeña habitación de hospital parecía emanar una felicidad luminosa y desbordante. Jackson observaba a la criatura que más había amado en su vida, a la que aún adoraba pese a negárselo a sí mismo continuamente; su exmujer y mejor amiga. Sus ojos se desviaron hacia el pequeño ser humano que se encontraba entre los brazos de April, con su carita de ángel y sus manitas arrugadas que revoloteaban en el aire. Recordaba el olor de su hija y la suavidad de su piel. Solo la había sostenido una vez, unos minutos atrás cuando esperaba, con el corazón sobrecogido por la angustia, noticias sobre la salud de April. Un momento como aquél solo podía ser equiparable en desesperación y dolor a lo que sintió al despedirse de Samuel. Imaginarse su vida sin ella lo hacía sentir vacío. No verla cada día junto a él, al acabar y empezar cada día, dolía, pero fue lo que decidió meses atrás, pues sentía que era lo que debía hacer; la quería, sin embargo, no confiaba en ella y creía imposible arreglar su matrimonio. Eso podía soportarlo, pero se sentía temblar solo con imaginar no verla nunca más, no escuchar su suave risa o su parloteo nervioso, aunque sea a unos metros de distancia. Antes de su divorcio la rehuía, tenía tanta rabia y eran tantas las heridas abiertas a causa del dolor compartido y de las acciones provocas por éste que no soportaba verla. Cuando por fin tuvo lo que deseaba, se sintió extraño. April parecía tan tranquila y sosegada… Jackson no entendía porque se veía así. En ese instante no lo sabía, aun así existía una razón para tanta felicidad y ésta se encontraba actualmente entre los brazos de su exmujer. No es preciso enumerar todo lo ocurrido, los secretos, las peleas, la alegría y la rabia, solo es necesario saber que la razón, el amor y la amistad ganaron la batalla; en ese momento ambos estaban en un buen lugar, separados pero unidos por esa preciosa criatura.

April acariciaba la manita de la niña, dejaba que agarrara su dedo meñique y la observaba detenidamente con ojos centelleantes. La pequeña entreabría los ojos y emitía sonidos delicados que hipnotizaban a sus padres. April y Jackson hubieran dado lo que fuera por prolongar ese momento en el tiempo, que esa atmósfera de tranquilidad y amor los envolviera eternamente.

Era inevitable que por la mente de ambos cruzara otro recuerdo, el punto que marcó el inicio de todo el dolor que ambos compartían. Una habitación exactamente igual, otro bebé entre los brazos de April, un matrimonio unido y dos padres rotos de dolor despidiendo a un hijo que no pudo vivir. Samuel no pudo reír, jugar, amar u odiar. Su vida duró apenas unos minutos. Por la cara de Jackson resbaló una tibia lagrima, cruzó su mejilla, y antes de que April se voltease para buscar en los ojos de él el reflejo de los propios, el joven la apartó rápidamente de su rostro con el dorso de su mano. Sin embargo, los ojos brillantes y acuosos de ambos eran una muestra innegable de las emociones que recorrían sus cuerpos. Ese día pudo haber sido el último en la vida de April y el único en la vida de la pequeña. En ese hospital, acostumbrado a la muerte y a la pena, estaba ocurriendo un pequeño milagro, materializado en esa familia que tenía ante sí una infinita gama de posibilidades. Esa niña viviría y ellos, exultantes, imaginaban como sería su risa, sus travesuras y juegos.

Tras el cristal de la ventana que daba al pasillo, Arizona los observaba complacida y aliviada por ver a su amiga feliz. Mientras se apartaba y comenzaba a recorrer el pasillo, pensando en lo mejor para la felicidad de Sofía, escuchó una pregunta que quedó suspendida en el aire.

- ¿Cómo la llamaremos?