Antes de que comiences a leer, debo advertir un par de cosas:
No, no soy escritora. No sé redactar ni siquiera lo más pequeño.
Solo escribo porque me gusta, no porque tenga talento.
Y solo publico por el simple hecho de que odio que las cosas estén guardadas en mi computador o mi mente.
Si aún leído y comprendido lo anterior, deseas seguir adelante, por favor déjame un mensajito, así sea para decirme cuanto lo odiaste.
Solo quería decir eso. Muchas gracias~
.
.
-Lee, responda a la pregunta por favor.
-… ¿eh? Lo siento profesor, me distraje un momento, ¿cuál era la pregunta?
-Olvídelo, lo quiero en mi oficina en cuanto termine sus clases. Siguiente. Park, usted.
Vuelta a mis sueños. Todas las clases del último mes habían sido así. Yo distraído en clases, y el profesor enviándome a su oficina… la verdad, ya nada me sorprende. Y lo que es peor, el tiempo avanza y ni siquiera me doy cuenta cuando la clase acaba.
-Otra vez a su despacho Lee, ¿acaso te dan piruletas que te gusta tanto estar ahí? Ya vete, no quiero a Choi por aquí, si tardas demasiado vendrá a buscarte y todos nos llevaremos el castigo. Y te aseguro que, al menos a mí, no me interesa. Nos vemos mañana, adiós.
-Adiós.
Comienzo a caminar, perdiéndome en mis pensamientos otra vez. La puerta del despacho se abre antes de llamar siquiera.
Una vez adentro, siento un fuerte par de brazos rodear mi cintura.
Minho.
- ¿Ya llegaste? Te extrañé mucho esta semana en clases. ¿En qué pensabas que estabas tan distraído hoy? Espero que fuera yo.
Tan infantil.
Si, cada cierto tiempo, el profesor Choi buscaba cualquier falta para traerme a su oficina sin levantar sospechas entre mis compañeros.
Minho es mi profesor, y yo soy su estudiante.
Minho tiene 27 y yo 21.
Minho es mío y yo soy de él.
Estamos casados desde hace un año y nadie lo sabe.
