Dreamed of paradise.

Capitulo I: "When she was just a girl..."


Nadie nunca dijo que la vida era fácil, pero para Kurt Hummel, parecía un desafío constante. A simple vista, parecía una vida común y corriente, tenía una familia, problemática, pero una familia que había aprendido a amar después de todo. Su madre había fallecido cuando el era pequeño, pero para el castaño su madre seguía ahí. Por eso se había enfadado tanto cuando su padre había llevado a una nueva mujer a la casa, era como si sustituyera a su verdadera madre. Luego de unos meses de hablarlo, entendió que su padre tenía que ser feliz y rehacer su vida, y Carol lo hacía bastante feliz, y hablar de football con Finn también al parecer lo hacía bastante feliz. Eso había sido hace tiempo, ahora convivían en paz hasta hace unas semanas: Burt sabía sobre el tema, pero no le daba demasiada importancia, puesto que Finn era un muchacho fuerte y podía proteger a su nuevo hermano ¿Cierto? Al parecer no…Los moretones en la piel blanca y perfecta de su hijo se hacían más y más presentes, la falta de apetito del muchacho comenzaba a preocuparle, Burt trataba de convencerse que solo era una fase, que quizás había tenido alguna clase de problema con algún muchacho, pero no, no era ninguna fase, era algo constante, el abuso de su hijo era algo diario, y aún se odiaba por haber tenido que enterarse por el profesor de coro de Kurt. Esa llamada, esa discusión con los profesores y el padre de ese…Kafrosky, fueron el detonante que abrieron los ojos a Burt Hummel.

Pero aunque el hombre hubiera podido mover cielo y tierra para que su hijo volviera a ser el mismo, lo hubiera hecho, aunque era demasiado tarde, su hijo no sonreía, no cantaba, no miraba a las personas a los ojos y si decía una frase con más de dos palabras a una persona que no fueran de su absoluta confianza, era un absoluto milagro. Ya no le daba demasiada importancia a su apariencia, y era evidente que la moda había quedado atrás. Por lo que después de una larga charla con su esposa, decidieron que lo mejor era hacer esa llamada y terminar con todo el sufrimiento.

Padre e hijo ingresaron por la gran puerta obscura de madera. Kurt, quien había entrado cabizbajo, miraba embelesado todo el lugar. Esto hizo que Burt sonriera radiantemente, era un progreso que levantara la cabeza, lo reconfortaba un poco.

Vaya, si que era hermoso el lugar: Muebles de madera que relucían, bueno, en realidad todo relucía. Las paredes eras obscuras, de un marrón chocolate, en ellas habían verdaderas obras de artes, otras simplemente eran retratos de profesores y directores. Había una gran chimenea con leña que crepitaba armoniosamente, esparciendo una sensación agradable de calor por todo el lugar. Había grandes ventanales que dejaban a la vista el hermoso panorama del Jardín de Dalton, con bellos pastizales verde esmeralda y rosas rojas por todos lados, todo cubierto por una leve capa blanca de nieve, todo un espectáculo. Los ventanales estaban adornados con largas cortinas verdes obscuras. En fin, era todo bello y silencioso, demasiado, pensó Kurt. Al parecer estaban en horario de clases, por lo que en los pasillos reinaba el silencio.

Miró a su padre sorprendido, quién le sonrió de la forma más adorable del mundo, solo el sonreía así, esa sonrisa que siempre estaba presente en el, en los momentos más difíciles, esa sonrisa que alguna vez Kurt había tenido. Esa que, aunque Kurt había dejado de sonreír de esa forma hace mucho tiempo atrás, siempre lo hacía soltar una pequeña y tímida sonrisa. Asintió a su hijo invitándolo a caminar junto a el a la oficina del director para inscribirlo de una vez. Bajó su mirada una vez más y comenzaron a caminar juntos guiándose por los letreros indicadores que había en las paredes. Cuando se toparon con una puerta similar a las demás, pero esta tenía una particularidad, tenía un cartel que rezaba: "Despacho del director Brown". Burt golpeó con mucho cuidado con su puño en la puerta, una rasposa y profunda voz les gritó un "Pase" desde el otro lado de la puerta.

-Espera-Su mano se posó en el brazo de su padre quien estaba a punto de abrir la puerta-¿Y Carol?-Dijo con un tono afligido.

Su padre lo miró y le sonrió dulcemente, sabía que lo unico que hacia era poner excusas para no entrar-No tienes que sentirte nervioso, Carol está con Finn en el estacionamiento, me dijo que nos adelantáramos.

Lanzó un suspiro pesado y fijó su mirada en la puerta nervioso-Es hora-Murmuró.

El hombre sonrió por última vez y abrió la puerta. Dentro se encontraba un hombre de piel obscura, con cuerpo voluminoso que les sonreía radiantemente. Caminó hacia ellos con los brazos abiertos como si les quisiera dar un abrazo. Cuando llegó a ellos, efectivamente, abrazó a Burt levantándolo levemente del suelo. Kurt miró confundido en silencio.

-¡Burt Hummel!-Lo sacudió de los hombros-¿Cómo estas? ¿Dónde diablos está Carol? No veo a esa mujer hace años.

Genial, mi padre conoce al director. Pensó Kurt mirándolos aún más confundido, su mirada viajaba del rostro de su padre al rostro del hombre que hablaba con efusividad pidiendo alguna explicación de que era lo que estaba sucediendo en ese condenado instante.

-¡Paul Brown!-Dijo Burt con la misma alegría cuando por fin el hombretón le permitió hablar-El es…-Miró a Kurt con los ojos abiertos ampliamente enviándole el mensaje de que sea amable-Mi hijo, Kurt-Dijo empujándolo levemente a los brazos de Paul, Kurt dio una sonrisa complaciente y se dejó estrangular por el director. Mientras tanto miraba a su padre reclamándole por el extraño acto.

-Así que tu eres el famoso Kurtie Hummel-Dijo el hombre revolviendo el cabello del muchacho-Tu padre me contó todo sobre ti-pasó un brazo sobre el hombro del muchacho y caminó junto a el sentándolo en una silla en frente de su escritorio. Burt se sentó al lado de Kurt, y el director Brown tomó asiento detrás de su escritorio-Pero no tenemos que hablar sobre eso ahora, se lo difícil que es-La efusividad desapareció un poco de su voz cuando notó que Kurt comenzaba a bajar la cabeza una vez más.

Burt miró un poco preocupado palmeando un poco su espalda tratando de animarlo, de pronto, el señor Brown se sintió tonto por haber tocado el tema. Le susurró un "Lo siento" en silencio a Burt, el hombre solo le sonrió para que no se sienta mal, después de todo, no tenía porque hacerlo.

-¡Bueno! Ya está todo listo viejo lobo de mar. El papeleo ya está completo, empezarás mañana-Kurt dejó de lado su dolor por un segundo y levantó la vista prestando atención al hombre-Hay algunas reglas-Siguió-No puedes salir del establecimiento los días de semana después de las 8. Y si decides salir, debes avisar. En horarios de clases debes portar el uniforme correspondiente-Tomó una hoja de papel de su cajón-Por cierto, estos son tus horarios-Kurt asintió y tomó la hoja con cuidado-Si no estás en horas de clases, puedes usar lo que quieras, siempre y cuando sea algo acorde-Rió un poco-Otra cosa muy importante Kurt, aquí en Dalton tenemos cero tolerancia al abuso. Si agrédes a alguien físicamente, serás expulsado automáticamente, si es verbal, serás suspendido. El equipo de convivencia se encargará de el tiempo de suspensión de acuerdo a la gravedad de lo que hayas hecho-Esto ultimo reconfortó un poco a Kurt, puesto que acoso, no iba a sufrir-Algo más, hay muchas actividades extracurriculares que puedes elegir-Le extendió una hoja de papel con una larga lista de actividades-En dalton es obligatorio participar en por lo menos una. El desayuno es de 6:30 a 9:00 A.M. El almuerzo de 12:00 a 14:00 y la cena de 8:00 a 10:00-Pensó unos segundos si se había olvidado algo-Creo que eso es todo. Toma las llaves de tu cuarto y si necesitas algo, lo que sea Kurt, ya sabes donde encontrarme.

Kurt asintió en silencio tomando las llaves. Miró a su padre y el le sonrió viendo el brillo que comenzaba a formarse en sus ojos, un brillo especial.

-Oye Kurt, Carol está en el estacionamiento, adelántate, voy en seguida, no veo hace tiempo a Paul ¿Sabes?-Le guiñó un ojo.

Kurt asintió y se detuvo antes de girarse a la puerta-Gracias-Murmuró dirigiéndose al director, y por primera vez en el día, y quizás en la semana, Kurt Hummel estaba sonriendo abiertamente-Muchas gracias.

-Cuando quieras, Kurtie-Le sonrió de forma radiante.

Y sin más, Kurt salió por la puerta tomando el camino por el que habían transitado con su padre. Vaya que era un lugar precioso, pero le preocupaba un poco el hecho de que solo estaba ahí porque su padre era amigo del director y lo más seguro era que en ese instituto se encontraban los jóvenes más ricos de todo Ohio, con grandes casas y autos lujosos como los que vieron en el estacionamiento, y el, precisamente no era de los que mejor vida tenía económicamente. No se quejaba para nada, nunca le había faltado nada, pero tampoco le sobraba absolutamente nada, y sabía lo malos que podían ser los muchachos a veces, el lo sabía perfectamente. Aunque no era su intención hacer amigos, era mejor si estaba solo.

Salió de sus pensamientos cuando escuchó unos armonios acordes de guitarra provenientes del otro lado de una particular puerta color caoba que no se diferenciaba demasiado al resto. Se asomó un poco, pronto fue audible un piano. Se acercó más y notó que la puerta estaba arrimada, con mucha curiosidad asomó su rostro por la pequeña abertura, allí se encontraban dos muchachos: Uno con rizos negros sentado en uno de los sillones con una guitarra realmente hermosa. El otro muchacho era rubio, demasiado rubio para el gusto de Kurt Hummel. El muchacho rubio estaba en el piano, tocando teclas al azar. De pronto se miraron divertidos y comenzaron a tocar una graciosa tonada. ¿Estaban componiendo? Al parecer si, porque era realmente absurda la letra, parecía que realmente se divertían cuando estallaron en risas.

Kurt rió tímidamente y se hizo para atrás volviendo a su recorrido con una sonrisa. ¿Esos eran acaso los famosos Warblers? Eran magnificos, no solo cantaban como los dioses, sino que se divertían con la música. En su antiguo club, lo unico que había eran gritos, histerias, engaños, siempre se querían apuñalar por la espalda unos a otros. Quizás por eso eran unos perdedores, nunca ganaban nada porque no le daban real importancia a la música, que era lo que verdaderamente interesaba. Pero en fin, a pesar de todo ello, había encontrado buenos amigos ahí dentro, a pesar de todo el drama que armaban a diario, eran muy buenas personas.

Cuando llegó a la sala principal, se detuvo unos segundos a ver el ventanal que tanto le llamaba la atención. ¿Podía ser cierto que tanta belleza se acumulara en esa simple imagen? Tenía todo eso frente a sus ojos, no lo podía creer, esas imágenes únicamente las había visto en las postales de navidad, nunca se había imaginado vivir esa imagen. Estaba en su nuevo colegio, y quizás su nuevo hogar, puesto que ahí viviría por lo menos dos años más.

-¡Mira, mira, mira, cariño!-Dijo Carol refiriéndose a su nuevo uniforme que tenía protegido por un plástico y colgado en una percha.

Se giró rápidamente cuando escuchó una estridente y emocionada voz. Carol ingresaba exclamando frases al azar que a penas se entendían por la rapidez con la que hablaba. Pronto el rostro de la mujer comenzó a adquirir un tono rojo cuando notó que el lugar era totalmente calmado y ella era la que rompía el armonioso silencio.

-Vaya, es como Hogwarts gay-dijo Finn caminando por el salón embelesado por la belleza del lugar.

-¡Finn eso fue grosero!-Carol lo miró enfadada.

-Oh vamos-Caminó detrás de Kurt y colocó sus manos en sus hombros-Kurt sabe que solo estoy jugando-Revolvió su cabello con dulzura.

Kurt asintió riendo despacito. En verdad no le molestaba los comentarios que su hermanastro a veces podía hacer, es más, le hacía gracia, ya se había acostumbrado a escucharlos. ¿Pero antes? Por dios, Kurt se rabiaba cuando escuchaba que un comentario homo fóbico salía de sus labios. Ese era uno de los motivos por el cual su casa era un caos de gritos las primeras semanas de convivencia. Ahora habían aprendido a convivir bastante bien, claro que a veces Finn se molestaba cuando Kurt le hacía algún comentario sobre lo bien que le haría cambiar un poco su guardarropas o hacerse un facial, le decía que ya tenía demasiado con Rachel y que no necesitaba que el lo molestara también. En fin, ¿Qué serían los hermanos sin peleas? Kurt estaba seguro que unas semanas en su nueva secundaría y comenzaría a extrañar las tonterías de Finn.

-¿Ya te inscribieron, cielo?-Carol se dirigió a Kurt con una sonrisa dulce.

-Si, ya está todo listo, solo tenemos que llevar las cosas a la habitación.

-Y donde demonios está tu padre. ¿Se quedó hablando con Paul cierto?-Kurt rió por el enfado de Carol-Dios mío, justamente le dije que no lo haga, ahora estarán horas charlando sobre los Cachorros de Chicago.

-Dios, no demoré tanto Carol-Su padre abrazaba a Carol cariñosamente por detrás.

-¡Milagro de Dios!-Dijo a modo de broma-Vamos a buscar las cosas de Kurt.

Y sin más, caminaron hacia la camioneta de Burt en busca de las pertenencias de Kurt. Una vez en la habitación, pudo notar que era amplia, las paredes eran del mismo color que las paredes de la sala. De pronto notó algo, evidentemente en la habitación no estaba solo, puesto que una de las camas estaba desordenada y una pared estaba llena de fotografías de muchachos riendo, haciendo caras absurdas, tocando la guitarra. Y uno de los escritorios tenía una pila de libros y cd's acumulados. No le dio demasiada importancia al tema, aunque se sentía inquieto, el tener un compañero de cuarto lo ponía nervioso. Su cama ya estaba tendida con unas sabanas blancas. Por lo que se sentó en ella y miró a su familia que dejaban sus maletas en el suelo, efectivamente los iba a extrañar: El olor a las comidas que a Carol le gustaba preparar, las conversaciones en la mesa que no comprendía del todo, las peleas en la mañana por el baño, los gritos de felicidad de su padre cuando su equipo ganaba…Los iba a extrañar demasiado.

-La última maleta…-Murmuró Burt con algo de pesar, sabía que en algún momento tendría que decirle adiós a su hijo.

-Finn tiene una sorpresa, Kurt-Dijo Carol con emoción.

Finn bajó una guitarra enfundada que traía en su espalda, la depositó en el suelo suavemente y miró con alegría a Kurt. Kurt se mordía el labio inferior mirando el bello instrumento que su hermano le había obsequiado. Vaya, conocía a la perfección esa guitarra, la guitarra de su madre…Reprimió los deseos de romper en llanto. Solo se puso de pie y abrazó fuertemente a su hermano. Su padre y Carol los miraron realmente felices, Finn había hecho un gran trabajo, junto a Puck trabajaban hace semanas en restaurar esa magnifica guitarra que significaba tanto para los Hummel, en ella la maravillosa Kate seguía viviendo.

-Gracias, Finn-Susurró en su oído.

-De nada muchacho-Sonrió ampliamente-Solo hazle un favor al mundo y vuelve a cantar ¿Si?

Asintió con una pequeña sonrisa para después dejarse apretujar por su padre-Cuídate mucho hijo ¿Si? Si sucede algo, cualquier cosa, no dudes en llamarme. Abrígate y no hables con extraños. Mantén tu celular prendido, si no me atiendes llamaré a la policía ¿Entendido?-Kurt asintió riendo-Te voy a extrañar mucho Kurtie…

-Deja al muchacho en paz, Hummel-Le dijo Carol sonriendo-Te vamos a extrañar mucho, cielo. Cuídate mucho, te llamaremos a la noche para ver como va todo ¿si?-Le dio un beso en la mejilla y lo abrazó con fuerza por última vez.

-Los voy a extrañar mucho…-Murmuró con la voz finita y suave.

Una vez solo en el cuarto, observó por un largo rato la guitarra que todavía estaba en su funda, apoyada en la pared, se mordió el labio inferior una vez más, ahí se encontraba su madre, sabía que en cuanto se atreviera a tocarla, su madre cantaría en ella. Porque ahí estaba, perfecta, en toda su esencia.


Nota: Hola mundo fanfiction!, Feliz domingo, y que mejor que celebrarlo con una nueva historia. Espero que les haya gustado, yo disfruté mucho haciendo esta historia. Es muy tierna y dulce en partes, pero bastante triste en otras. Bueno, espero que la disfruten tanto como yo, voy a actualizar seguido, y si no lo hago llamen a la policia, algo malo pasó cdriejngvrewbe. La gripe está afectando mi cerebro, asique antes que siga diciendo locuras me voy a descansar. Nos leemos pronto, un abrazo!.