Ey, aún no he muerto, de repente he querido escribir y bueno, salio este pequeño drabble. Espero les gusten.
"Como en cada día y en cada sueño"
Hacia frío en la habitación, intente fundirme en la delgada sábana, intente calmar mis escalofríos bajo el manto, la noche de invierno estaba haciendo estragos en mi cuerpo.
No recuerdo un invierno tan helado, lo único que recuerdo eran los fríos copos de nieve que iban cayendo, mientras Yuuta y yo intentabamos hacer un muñeco de nieve, como cada año, y al final terminabamos en una calurosa batalla de nieve.
Este invierno no era muy diferente, pero no estaba Yuuta para hacer el muñeco, tampoco estaba para corretearnos y lanzar bolas nevadas. El invierno se me hacía más frío sin su presencia, ya me había dado cuenta, y aunque intentase evitarlo, Yuuta estaba creciendo.
Ya no era el crío que se escondía en vano tras mi espalda cada que una señora mayor intentaba jalarnos los mofletes, tampoco era aquel chiquillo que lloraba cada vez que le ganaba en los juegos de guerritas o el niño que gritaba a todo pulmón culpandome cada vez que yo confundía los sushi y le terminaba dando los de wasabi, esto último quizá tenía razón, pero era divertido.
Antes, cuando venía la temporada navideña mamá siempre nos llevaba a las compras, odiabamos esas compras, pero al final siempre dormiamos calientitos, hablando de la señora de los pasteles o la mujer de la tienda de juguetes.
—Fuji, te vas a resfríar.
Unos brazos me rodean, son cálidos, no son los brazos de Yuuta, son unos brazos lleno de calor. Unos brazos que me reconfortaban en esa noche tan fría.
Y entonces, se que, aunque no este Yuuta, siempre habrá unos brazos que serán capaces de derretir esta fría noche, como cada día y en cada sueño.
—Gracias, Eiji.
Si les gusto, no se olviden de dejar comentarios. Hasta luego.
Atte. Ukime
