Los personajes de este fic no son de mi propiedad, son de Rumiko, yo solo los pido prestados ;)
Capitulo 1. ¿Qué más podría pasar?
—Genial hoy es mi cumpleaños número 16 —se levanto una azabache adormilada vistiendo un camisón largo rosa, bajo las escaleras se dirigió a la cocina para ver si sus padres la felicitaban y se encontró con la sorpresa que su papa estaba tranquilamente leyendo el periódico en la mesa bebiendo de su taza de café y su mama comiendo un pan tostado con mermelada ¡Genial es que no pensaban felicitarla!
—Coff… coff —tosió Kagome tratando de llamar la atención de sus padres que estaban tan indiferentes al gran día.
—¿Qué te pasa Kagome? ¿Te sientes mal? —pregunto angustiada Sukiomi tocándole la frente a su hija para ver si encontraba indicios de fiebre pero nada tan solo Kagome rolo los ojos.
—Este… mama no se les olvida algo —pregunto con emocionada a ver si sus papas captaban la indirecta.
Seiya escupió el café en la mesa al escuchar esa pregunta, ella lo miro emocionada tal vez y su papa lo recordaba.
—¡Cielos Kag! Qué bueno que lo recordaste casi lo olvido —ella lo miro con ojitos brillantes tomando asiento enfrente de su papa para desayunar —Hoy es el día del trabajo —a Kagome se le resbalo el pan de la boca.
—¿Qué te pasa hija? —pregunto Sukiomi bebiendo jugo de naranja ya que no le gustaba el café por las mañanas.
—Me voy a cambiar para irme a la prepa —contesto desanimada parándose de la mesa subió con desgana las escaleras, llego a su cuarto saco su uniforme del armario el cual consistía con una falda cuadrada azul marino una blusa blanca con un listón azul en el cuello y el chaquetin azul se peino y maquillo ligeramente… mientras estuvo un rato mirándose enfrente de un gran espejo preguntándose ¿Cómo es que habían olvidado su cumpleaños? Al decir verdad ya se había acostumbrado, sus papas eran tan distraídos que una vez la invitaron a cenar, y ella se había ido al baño y cuando había regresado ellos ya se habían ido pero como a la media hora regresaron por ella.
Bajo las escaleras se coloco enfrente de la salida y como era costumbre sus padres se despedían de ella todos los días les dedico una sonrisa y beso las mejillas de ambos estaba por salir…
—¡Hey Kag! —ella esbozo una gran sonrisa tal vez no todo estaba perdido —Préstame un lápiz extravié el mío y hoy tengo examen —suspiro desganada descolgándose la mochila para sacar un lápiz y dárselo a su pequeño hermano llamado Sota.
Salió de su casa y espero el bus que iba por ella todas las mañanas ya que sus papas no podían ir a dejarla espero durante unos 6 minutos y llego se subió desanimada mirando un lugar desocupado.
—Hola Kag —la saludo su mejor amiga llamada Sango.
—Hola Sango —respondió al saludo mirando por la ventanilla del camión.
—¡Feliz cumpleaños! —la abrazo y le extendió una bolsa color azul ocultando el regalo en ella.
—Muchas gracias, Sango —respondió al abrazo al menos su mejor amiga no había olvidado su cumple.
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Estaban de frente a su casillero cuando llego su otra mejor amiga llamada Ayame pelo rojizo ojos verdes esmeralda y la abrazo deseándole un feliz cumpleaños.
Les conto lo sucedido con su familia y ellas tan solo la miraban esperando a que desmintiera pero al ver que seguía tan seria decidieron hablar.
—Tal vez y mas al rato se acuerden Kag, animo ya ves mis papas el año pasado olvidaron mi cumpleaños —opino Sango al ver las caras acusadoras de sus dos mejores amigas.
—Tanto que hasta una semana antes de tu gran cumpleaños nos llego la invitación para tu fiesta —ironizo Ayame.
—Ok, ok no nunca lo han olvidado —ella tan solo quería animar a su amiga ya que lo más seguro era que se sintiera la personas más miserable e insignificante del mundo ¿Qué clase de padres olvidarían una fecha tan especial?
—Amiga el es un chico prohibido —le dijo Sango al ver a su amiga babeando por Koga Wolf el chico más popular del instituto.
—Si lo sé pero no pierdo la esperanza de que algún día se fije en mi —contesto sosteniendo un cuaderno entre sus manos y con una gran sonrisa.
—¡Ay! Kag eso lo dudo no solo por el hecho de que ya tenga novia… si no que ellos son chicos demasiados superficiales y no andan con chicas comunes y corrientes como nosotras —le contesto Ayame ya que ella conocía las reglas de su pandilla no mezclarse con "Niñas" como ellos las llamaban por el hecho de no estar lo suficientemente desarrolladas.
Es que por dios Koga Wolf era la perfección personificada piel bronceada, ojos azules como el mar y su cuerpo era magnifico ¡Sin duda alguna el hombre ideal de toda chica!
—Si Kag Ayame tiene razón son chicos muy superficiales —contesto Sango mirando de reojo a Koga quien se encontraba muy abrazadito de la barbie del colegio o sea Kikyo era muy guapa sin duda alguna pero pensaba que no tanto como su amiga Kagome.
—Tal vez y tengan razón pero es el hombre que más amo en el mundo… pero él ni siquiera sabe que existo —suspiro frustrada al ver la escenita de amor frente a sus ojos, ya hacia mas de años que lo amaba en secreto y por dios iban en el mismo salón pero él ni siquiera la volteaba a ver.
—Vayamos a tomar la clase de calculo que se nos hace tarde —las halo Sango queriendo sacar a Kagome lo más rápido de ahí para que su corazón no terminara por romperse en mil pedacitos.
Y se fueron directo a su salón de clases.
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Justo toco la campana para retirarse a su casa todos guardaron sus libros y salieron atropelladamente por la puerta del salón.
Ella como todos los días se iba en el bus del colegio se subió, el trayecto a su casa fue demasiado aburrido solo iba platicando con sus amigas hasta que por fin pudo ver su casa se despidió de ellas dándoles un beso en la mejilla y se bajo rápidamente.
—¡Mama ya llegue! —abrió la puerta gritando teniendo por respuesta un "ya te escuchamos" de parte de su Sota y Sukiomi.
Suspiro cansada y se dirigió a su habitación estaba por abrir la puerta cuando se escucho una voz y tuvo que tocar la puerta.
—Adelante —se escucho del otro lado y abrió la puerta cuidadosamente.
—Kag hija ¿Cómo has estado? —la abrazaron efusivamente y ella correspondió.
—Bien abuela —contesto mirándola, ya que tenia de visita a su abuela Kaede tal vez y ella haya venido para felicitarla en su cumpleaños.
— ¡Ay! Hija dile a Sukiomi que ahorita bajo ayudarla a hacer la comida —Kagome asintió con la cabeza y se fue un poco triste ni su abuela recordaba el cumpleaños.
Por obvias razones se tuvo que ir al cuarto de su hermano ya que su abuela ocuparía el de ella. Entro y se tiro en la cama de abajo de la litera y suspiro cansada.
—¡PORQUE NADIE ME QUIERE! —grito enojada poniéndose una almohada en su rostro, así se desahogaba sin desquitarse con alguien.
En eso escucho movimiento arriba de la otra cama y temerosa se asomo pero fue un gran error porque también la persona de arriba asomo la cabeza y los dos quedaron muy pegaditos de sus rostros juraría que el corazón se había acelerado al ver a un apuesto chico sobre todo esos ojos dorados. Él sonrió arrogantemente ya que sabía el efecto que causaba entre las chicas y ella no era una excepción
—Tal vez porque eres una gritona —contesto de manera divertida viendo el rostro de la chica quien no captaba la respuesta y salía corriendo inmediatamente de la habitación.
Bajo corriendo de la habitación y se dirigió a la cocina mirando a su mama con un mandil verde limón se acerco donde estaba Sukiomi y se recargo de la alacena.
—Mama tal vez no te importe, pero en la habitación de Sota hay un chico y no se… tal y es un ladrón —le dijo mirando como su mama seguía cocinando sin preocupación a pesar que había mencionado la palabra "ladrón".
—Hija lo siento tanto se me paso decirte que ese chico vino con mi mama y se quedara aquí —le contesto Sukiomi.
—¿QUÉ? ¿NO ESTARÁS HABLANDO EN SERIO? —grito enfadada.
—Si hija estoy hablando muy en serio.
—¿Y papa ya lo sabe? —pregunto irritada.
—Si hija y no tuvo ningún inconveniente en que el joven Inuyasha se quede aquí —contesto moviendo la sopa.
—¡Ah! Está bien, pero… ¿En donde dormiré yo? —pregunto asombrada Kagome ya que solo contaban con tres cuartos disponibles.
—Yo dormiré en mi habitación con Inuyasha y tu corazón… —puso una mano en su barbilla como analizando la situación —Por supuesto que en el sillón de la sala —contesto burlonamente Sota quien estaba sentado en la mesa haciendo su tarea.
—Tienen que estar bromeando.
—Hija solo por hoy, ya mande a remodelar el cuarto de huéspedes para mañana estará listo —contesto su Sukiomi con una gran sonrisa.
—¡Que consuelo! —contesto arrugando el ceño.
—Mama comeré en la biblioteca —y se fue llevándose un plato de comida con un vaso de agua de fruta natural.
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En todo el día no había salido de la biblioteca con tal de no ver al nuevo inquilino apenas lo había conocido hace un par de horas y ya le caía mal. Se había cambiado de ropa se puso una falda negra y una blusa roja de tirantes a juego con unas sandalias al color de la blusa, se bajo a la cocina y todos se encontraban en el comedor por suerte no estaba Inuyasha, saludo a su papa de beso y se disponía a sentar cuando:
—¡ah! —grito, ya que alguien le había quitado la silla y se había caído jalando con sus dos manos el mantel de la mesa llenándose toda la ropa y el pelo de comida.
—¡TU! —grito enfadada señalando a Inuyasha —ERES MALDITO IDIOTA —le dijo aun tirada en el piso llena de comida su hermano Sota no paraba de reír.
Su mama se acerco a ella.
—Kagome… hija —la miro Sukiomi tirada aun en el piso —Acabas de arruinar la cena ¿Ahora qué vamos a comer? —Kagome rolo los ojos como era posible que la reprendiera si el culpable había sido Inuyasha no ella o sea todavía de que olvidaban su cumpleaños la regañaban.
—No se preocupe ahorita mando a pedir algo señora Sukiomi —contesto Inuyasha.
Ahí si ya se hace el superhéroe con ese comentario pensaba Kagome mirándolo acusadoramente. Suspiro cansada y se disponía a pararse cuando Inuyasha le daba la mano para ayudarle, ella lo ignoro y se levanto como pudo, salió corriendo afuera de su casa sin importarle que anduviera toda llena de comida.
—¿QUE ME MIRAN? ¿TENGO MONOS EN LA CARA? ¿O QUE? —pregunto enfadada viendo a unos chicos que pasaban por la calle de su casa mirándola como bicho raro, al escuchar la contestación de ella se echaron a correr.
—¿Qué más me puede salir mal? —pregunto mirando el cielo que hace menos de un minuto se encontraba soleado y de la nada empezó a nublarse y relampaguear desatándose una fuerte lluvia. Se adentro en su casa disponiéndose a subir las escaleras cuando todos se dirigieron a la sala y la miraron con los ojos abiertos miro que su hermano iba a abrir la boca…
—Sin comentarios, por favor —contesto fastidiada, mojada, llena de comida y todo su rostro negro gracias al rímel que se le había corrido con el agua, definitivamente hoy no era su día… tenía ganas incontrolables de asesinar a Inuyasha, pero no valía la pena ensuciarse las manos con un imbécil, idiota, arrogante, estúpido…
Sus pensamientos de vieron interrumpidos
—Kag quita esa sonrisa esta algo malévola… no me gusta nada —le dijo Sota escondiéndose detrás de su mama ya que su hermana le dirigió una mirada asesina.
Todos ignoraron esa mirada y nadie dijo nada, ella se subió molesta ya que tenía que irse a bañar y después a dormir para irse temprano al colegio Shikon no Tama.
Continuara…
