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Prologo.

El inframundo estaba colapsando sin la presencia de Hades. La diosa Athena y tres de sus fieles caballeros emprendían la marcha rumbo al mundo de los vivos, mientras aquel que fue el recipiente del dios de los muertos se quedaba estático mirando a la nada.

Tan absortos en su dolor estaban que no se percataron en su marcha que uno de los más pequeños faltaba, su prioridad era atender prontamente a su querido amigo aunque muy en el fondo supiera que no podrían hacer nada.

Sintió el impulso de seguirlos, mas sus piernas se mantenían quietas como si se hubiesen clavado al piso, mientras sus hermanos de combate y su diosa se alejaban; a su mente llegaban vertiginosamente las imágenes de los hechos recientemente ocurridos durante la batalla y en su maltrecho corazón muchas dudas se agolpaban impidiéndole asi emprender su marcha.

Una luz cegadora lo volvió a la realidad, cuando sus ojos finalmente pudieron aclimatarse a ella sus hermanos y amigos ya no estaban, fue entonces que pudo mover su entumecido cuerpo y correr para darles alcance mientras les gritaba con todas sus fuerzas que lo esperaran.

Emprendió su marcha hacia aquel lugar donde el portal hacia el mundo de luz se había abierto intentando llegar hacia sus seres queridos, no llego mas allá de la mitad del trecho cuando algo dentro de sí le pedía que se detuviera. De golpe sintió aquella fuerza obligándole a quedarse estático en aquel paraje mientras una delicada brisa movía sus verdes cabellos y un misterioso cosmos se hacía presente.

Cap.1 Realidades.

Una suave brisa acariciaba su fino rostro, se había detenido de nuevo, algo dentro de sí le gritaba que permaneciera en aquel lugar que muy pronto desaparecería; todo indicaba que no podría volver con sus seres queridos y llorar la pérdida de sus grandes amigos.

Al sentir esa cosmoenergia cálida y misteriosa envolver su cuerpo decido girar sobre sus talones y encarar al dueño de aquel cosmos que tanta nostalgia le traía. Busco con la vista por los alrededores a aquella persona que le hacía compañía en aquel inhóspito lugar, podía observar la destrucción del inframundo en cámara lenta y sentir el suelo desquebrajarse bajo sus pies más no asi a la persona que le hacía compañía.

Inspiro profundamente con sus ojos aquel fresco viento que rosaba sus mejillas, al fin lo había comprendió todo:

Shun: .-El inframundo, el reino de la muerte esta pereciendo sin la presencia de su gobernante, supongo que la muerte no puede existir sin la vida del mismo modo que la luz no puede existir si no hay oscuridad pero si el resto de los dioses se entera Athena va a… ¿Qué pasara con mi hermano, con mis amigos y el resto de la humanidad? Todos nuestros esfuerzos han sido en vano, de todas formas supongo que es mejor asi después de todo ¿Qué puedo hacer yo para remediar esta situación siendo solo un caballero de bronce? No no no, no debo pensar asi es mi deber como caballero de Athena proteger este mundo.

Muy lejos de aquel lugar en donde Andrómeda se encontraba, un preocupado Tatsumi le arrebataba a un compungido Shyriu el cuerpo de su mejor amigo mientras les ordenaba llamar a un médico. Con el paso de los años aquellos chiquillos fastidiosos se habían ganado su corazón a tal grado de considerarlos como parte de su familia aunque todo su respeto y adoración seria para nieta de su maestro Mitsumasa Kido.

La batalla con el dios del inframundo no fue tan larga y violenta como la ocurrida 200 años atrás, aun asi el precio a pagar por la paz de la tierra fue muy alto. Habían perdido a los 12 caballeros dorados que ya consideraban como sus hermanos mayores y al terco de Seiya que era la alegría de la casa con sus ocurrencias.

El Pegaso fue llevado al hospital de la fundación para ser intervenido a la brevedad sin embargo los tres jóvenes que ya hacían heridos en la sala prefirieron no acatar la recomendación del viejo mayordomo de atenderse y decidieron esperar en la mansión como Sahori se los había pedido. Cada uno vivía de manera diferente su dolor pero aun asi todos coincidían en que todo esto era como si estuviesen viviendo una terrible pesadilla, estaban tan furiosos consigo mismos por no haber podido evitarlo y con el dios de los muertos por haberlo causado que no se dieron cuenta que faltaba alguien más a su lado.