Esa noche era maravillosa. Las estrellas fulgían en el oscuro cielo, y justo debajo de ellas, había dos chicos disfrutando del ambiente.
-Soy yo, ¿o esas constelaciones se parecen al escuálido trasero de Harold? ¡Mira! ¡Incluso tienen sus piernas pegadas como espaguetis!
Gwen se volteó hacia su amigo al ver que no le respondía. Duncan tenía la mirada fija en el horizonte, con una sonrisa estampada en el rostro. Gwen suspiró. Conocía esa mirada.
-Oye, te doy un buen tema de conversación ¿y no me respondes?- dijo ella, sonriente.
-¿Crees que Courtney está mirando las estrellas en este momento?- preguntó, embelesado.
Gwen sintió un golpe en el corazón. Parpadeó sorprendida. Volvió a la realidad, rápidamente. Siguió normalmente con el momento, fingiendo colocarse el dedo en la garganta. No sabía qué era lo que había pasado.
-¿Quién diría que te gustan las chicas del tipo 1?- preguntó.
Duncan regresó de su ensimismamiento, sonriéndole como sólo él sabía hacerlo. Le dio un pequeño golpe, diciendo algo que ella no alcanzó a escuchar. Se distraía con sus ojos.
-Oh, vamos. Tú puedes hacer algo mejor- retó ella. Él empezó a reír, moviéndose hacia Gwen. Una traicionera piedra se puso en su camino, haciendo que ambos se cayeran. Duncan quedó en una posición muy sugestiva, pero no se dio cuenta. Tan sólo pudo mirar hacia su mejor amiga. Pero… a los pocos segundos, ambos se dieron cuenta de la posición en que estaban. Gwen estaba avergonzada. ¿Era idea suya, o el calor empezaba a aumentar allí?. Duncan estaba a punto de levantarse, pero… no podía. Se quedó observando los labios de la chica. Ella lo empujó ligeramente.
-Duncan…- susurró, sonrojada. El chico empezó a acercarse hacia ella. Gwen abrió los ojos como platos. Una fuga de mariposas acababa de iniciarse en su estómago. No sabía qué hacer. No sabía si irse. No sabía si lo que estaba pasando era correcto. Pero… antes de poder tomar una decisión, ya el peliverde había llegado hasta sus labios. Los presionó dulcemente. Y entonces, Gwen cerró los ojos. Había tomado una decisión.
¿Qué más daba? ¿Qué más daba Courtney? ¿Qué más daba Trent? ¿Que más daba el mundo? Le daba igual el resto, porque en ese momento sólo podía pensar en Duncan, y en sus labios, y en la sensación que tenía cada vez que la miraba.
Duncan se separó de la chica. Aún tenía sus ojos cerrados. El punk, sorprendido, le preguntó, quedamente: -¿Qué acabo de hacer, Gwen?
Ella abrió sus párpados, y le sonrió. –Nada que no quisiera- respondió. El chico, cautivado, le susurró, entonces: "Creo que el plan puede esperar" Ella rió levemente, asintiendo.
Ok... no sé ni por qué escribí esto. Realmente. Sólo vi el capítulo, y la historia se me quedó en la mente. Espero que haya salido mejor de lo que creo... POR FAVOR. Y... ya saben, consejos, críticas, amenazas de muerte y/o tomatazos... ¿Review?
