DRACO: PHOENIX RISING
ENLACE AL FIC ORIGINAL: w w w . fanfiction s/3414902/1/Draco-Phoenix-Rising
AUTOR: Cheryl Dyson.
TRADUCCIÓN: Annilina
BETA: Bellatrix_2009
DISCLAIMER: Harry Potter y todos sus personajes pertenecen a JK Rowling. No se ha ganado dinero ni se ha violado ningún copyright con este trabajo, la trama pertenece única y exclusivamente a Cheryl Dyson, sólo la traducción es de nuestro grupo.
RESUMEN: Poco después de la caída de Dumbledore de la torre, Draco reflexiona sobre su destino y comienza a cuestionar los deseos del señor oscuro. Esta es mi versión del libro 7 usando tramas de JKR y cero personajes originales! Comienza justo después el príncipe mestizo.
CAPITULO 1
Draco
Draco se encontraba a la hora del crepúsculo al borde del estanque mirando impasible el agua oscura, que fácil sería, que tentador ir andando a las profundidades salobres, con grandes zancadas y seguir adelante sin pensarlo, sentir como el agua subía por sus rodillas, caderas y pecho. Caminar hasta que la muerte líquida se cierre sobre su cabeza, entrando por su nariz llenando sus pulmones y finalmente ahogando el último aliento vital de su cuerpo y con ello el exceso de emoción que había atormentado a Draco en las últimas semanas, era una imagen satisfactoria.
No era miedo a la muerte lo que detenía sus pasos. Había llegado recientemente a reconocer que había cosas, de hecho, peores que la muerte. Más bien era la idea a la realidad, dando un paso adelante a la charca estancada, El grueso del barro llenando sus botas negras, el lodo verde rodeándolo mientras se aferraba a su camisa blanca, los juncos mojados se adherían a sus piernas….
Su rostro impasible hasta ese momento se alteró ligeramente apareciendo la sombra de lo que fuese su habitual mueca de disgusto….
Draco Malfoy. Salvado por su escrupulosidad.
Un ligero sonido detrás de él traicionó la presencia de uno de sus observadores, cualquier intento de suicidio probablemente sería frustrado por alguno de sus siervos de todas formas, Draco nunca dejaba de ser observado o escuchado al menos por alguno de ellos, la falta de confianza en los Mortífagos era opresiva.
El arranque de tristeza de Draco fue sustituido por otro ataque de desesperación. Los acontecimientos que se habían puesto en marcha se habían convertido en una ola de terror que nunca hubiese podido imaginar, si se hubiera tomado el tiempo para prever las consecuencias de sus actos… él simplemente no había pensado más allá de su misión. ¿Qué hubiera hecho de todas maneras? En verdad, él nunca esperó realmente tener éxito.
"Si quieres salvar la vida de tu padre encuentra la manera de matar a Dumbledore"
Voldemort le había ordenado y ciertamente Draco había encontrado la manera, un plan absurdo que nunca debió haber llevado a cabo, nunca haberlo trabajado, pero Snape llegó con anticipación.
"Draco, Draco, no eres un asesino"
Las palabras todavía resonaban en su mente. Las palabras de un moribundo, aquel cuya sabiduría Draco nunca hubiera reconocido. Las palabras le acosaban por días y buscaba cualquier manera de negarlas o poder aceptarlas. El semblante de Draco una vez más parecía indemne, como un mármol tallado, sin dar pista del sufrimiento que atormentaba sus pensamientos.
"La verdad nos hará libres, hah", la verdad que se une a unas cadenas de hierro y que lo arrastra a las profundidades del infierno. La verdad era una agonía, los ojos de Draco brillaron, últimamente se había vuelto muy filósofo. Todos sus molestos ideales no habían sido tomados en consideración en su momento en los últimos diecisiete años y eso lo estaban persiguiendo como si fueran sus demonios. Las creencias de Draco habían sido sacudidas hasta la médula por unas simples palabras, una ráfaga de luz verde y una avalancha de acontecimientos que prosiguieron.
La escolta de Draco tosió ligeramente tras él. Una señal de que el hombre deseaba escapar del creciente frío y volver a la Mansión Malfoy para participar de la comida y de la bebida que había pertenecido a la familia de Draco.
"Puedes pudrirte aquí conmigo", pensó con amargura. Su mente regresó por enésima vez a los acontecimientos que se suscitaron después de la fatídica noche en la torre de Hogwarts.
Las palabras de Dumbledore, la maldición de Snape matándolo, la carrera desenfrenada por el frente de las puertas y Potter, por supuesto, ¿por qué él no había estado allí para salvar la vida de su mentor? El siempre había jugado a ser el héroe con anterioridad. Draco había esperado enfrentar a su Némesis un poco y aunque habían estado luchando en la sala bajo la torre, había sido demasiado poco y demasiado tarde. La carrera de Harry tras Snape y Draco había sido infructuosa, aunque Draco tiempo después tuvo tiempo de reflexionar sobre cómo Potter había tratado de perseguir a Snape. Había dos escobas en la torre y Dumbledore se encontraba tan débil que apenas podía estar en pie. ¿Dónde estaba Potter? ¿Había ido a buscar ayuda? Draco había pasado por donde se encontraba él en su huida. No tenía ningún sentido. Draco hizo a un lado esa línea de pensamientos. Potter debió haber estado bajo ellos, pero aun así, las dos escobas perturbaban a Draco.
Habían escapado con una sola baja, sin los Mortífagos, Draco y Snape nunca habrían salido con vida de la torre, probablemente ese habría sido el plan de Voldemort desde el principio. Draco pensó que probablemente el Señor Oscuro nunca habría esperado que él hubiera tenido éxito en su encomienda, solo lo había previsto como una distracción y nada más. Una pequeña misión que terminaría con la muerte de Draco a manos de Dumbledore, un acto que habría traído una secuencia de culpas en el viejo mago y un gran castigo que sería la pena de Lucius y Narcissa. No importa como hubiera sucedido, lo importante era ganar, ganar, ganar para el viejo Voldemort.
Las acciones de Snape le habían dado al Cara de Serpiente todo el estímulo. El ex profesor de Pociones ahora se encontraba en alta estima. Voldemort se encontraba exultante en su sentir que ni siquiera había matado a Draco por errar en su misión, al parecer el resultado había sido satisfactorio. La prisión de Azkabán se encontraba vacía desde la revuelta de los dementores, que ahora se encontraban vagando por el campo, libres de chupar o no la fuerza vital de cualquier mago o bruja sin la suficiente fuerza de poder para ahuyentarlos. Forzosamente Lucius había sido liberado y había regresado a la Mansión Malfoy y recibido gustoso a Voldemort y sus secuaces, era lo menos que podía hacer después de todo. El Ministerio había registrado la casa de Draco a fondo después de la huida de Lucius de Azkabán, pero los Mortífagos lo habían escondido en otro lugar hasta que el Ministerio terminó por aclarar todo. Hubo observaciones ocasionales pero fácilmente fueron superadas por Voldemort quien ahora tenía varios espías bajo el hechizo Imperius dentro del Ministerio.
Los días posteriores a la muerte de Dumbledore fueron caóticos. La aparición en una casa destartalada con corrientes de aire, la entrega de la noticia a Voldemort, los Mortífagos celebrando hasta bien entrada la noche y la continuación del tormento de Draco, una incesante oleada de preguntas por parte de Voldemort. Draco se estremeció ante el recuerdo de los ojos del Señor Oscuro con forma de serpiente, ardientes y repulsivos mirándolo en la mesa frente a él….
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Demasiado cansado y asqueado de los subterfugios, relató los hechos ocurridos en Hogwarts. La Sala de los Menesteres, el armario evanescente y la fuga a través de los pasillos. Por último, detalló los eventos en la torre. Aunque dejó de lado gran parte de su conversación con Dumbledore y trató de bloquearlo de su propia conciencia.
"Draco, Draco, no eres un asesino."
La cara sobrehumana de Voldemort dejó ver una sonrisa fría cuando Draco terminó de hablar y esperó que fuera el final de todo. La medida esperada era un Avada Kedavra murmurada y adiós Draco. Lo que no anticipó fueron las siguientes palabras de Voldemort, el malvado mago se reclinó en su silla y juntó sus dedos blancos, largos y huesudos delante de él.
-Ahora Draco. — Susurró con su voz ronca que evocaba imágenes de criaturas oscuras que corrían sobre cadáveres putrefactos. — Dime todo lo que sabes acerca de Harry Potter y sus amigos. Cada detalle por pequeño e insignificante que sea.
Draco se devanaba los sesos pensando y se sorprendió de lo poco que sabía. Los tres Gryffindors habían afligido a Draco durante seis largos años y apenas si sabía nada de ellos.
-Harry Potter vive en Londres durante el verano. Se rumora que odia a sus parientes muggles y nunca va a casa durante las vacaciones o días festivos, su familia nunca envía cartas o paquetes. — Era extraño, pero hasta que no pronunció esas palabras Draco nunca hubiera considerado como horriblemente solitario lo que sería el no tener una familia. La madre de Draco siempre envió regularmente cartas y paquetes con dulces y baratijas, incluso su padre le llegó a escribir en alguna ocasión. Draco continúo su relato. -A veces, él se queda con los Weasley, quienes lo llevaron a la Copa Mundial de Quidditch. Él juega como buscador en el equipo de Quidditch en Gryffindor.
Draco frunció el ceño ante el recuerdo y se obligó a continuar hablando.
-Él vuela bien.
La hendidura de la boca de Voldemort se elevó ligeramente.
-Mejor que tú, ¿eh?
-Es mejor que yo. — El rostro de Draco se incendió, se lanzó hacia adelante, respiró hondo y continúo: — El vuela bien, pero no es muy fuerte. Mete constantemente la nariz donde no se le llama, pero nunca va a ninguna parte sin Granger, su noviecita sangresucia.
-Háblame acerca de ella.
La mandíbula de Draco se contrajo ante el recuerdo de Hermione Granger. Recordó su audacia al pegarle como un muggle común en vez de usar su varita, eso lo había tomado por sorpresa.
-Ella es hija de muggles. Vive con sus padres, ambos muggles cuando no se encuentra a cuatro metros de lado de Potter. No sé dónde. Ella es muy inteligente y muy competente. Sin ella, no creo que Potter pudiese encontrar el camino por debajo de su túnica. Ella siempre tiene metida la cabeza en un libro y probablemente ha leído cada tomo de la biblioteca por lo menos dos veces. Es excelente en Pociones y puede realizar la mayoría de los hechizos al primer intento. Snape la odia tanto como yo lo hago aunque no estoy seguro por qué, también pasa mucho tiempo con los Weasley, solía pensar que ella era la novia de Harry pero nunca he visto ninguna señal de apego romántico entre ellos, Granger a menudo pelea con Ron Weasley, el otro miembro del pequeño trío y ha habido días que se dejan de hablar el uno al otro.
Voldemort no dijo nada, así que Draco continuó con Ron.
-Weasley es el bicho raro del grupo. Es extremadamente pobre y tiende a resentir eso ante Potter. Existen rumores de que Potter tiene una caja fuerte llena de oro en Gringotts y que no la utiliza porque no quiere que su pequeña amiga comadreja se sienta mal. — Draco se burló brevemente. –Aunque no le ha impedido adquirir las mejores escobas para Quidditch, Weasley probablemente falle en todas sus clases muy a pesar de Granger, estoy seguro que a veces la odia por ser mas lista que él y mejor en todo excepto en volar. Granger es terrible en una escoba, parece que es lo único que no puede hacer. Weasley por supuesto, vive en un lugar llamado La Madriguera, y es un buen nombre porque viven allí como manada de conejos, demasiados de ellos para ser tomados en cuenta. El padre trabaja en el Ministerio de Magia en uno de los departamentos de amorosos muggles.
-Arthur, si, recuerdo al traidor de la sangre y su pequeña esposa gruñona Molly. Cuéntame acerca de sus hijos. — Siseó Voldemort.
-Bueno, Bill Weasley trabaja en Gringotts, lo sé porque Theo lo vio allí antes de empezar las clases. Charlie trabaja en Rumania con dragones, eso es de conocimiento de todos ya que en el torneo de los tres magos él ayudó a Harry. El clan Weasley le visitó allí una vez cuando tuvieron un dinero extra, la noticia la publicó el profeta.
Voldemort asintió con impaciencia.
—Percy es un adulador en el Ministerio de Magia, a ninguno de los Weasley parece que le gusta mucho. Los gemelos Fred y George gastan todo su tiempo en su tienda de bromas en el Callejón Diagon. La más joven es Ginny. Ella es la nueva novia de Harry Potter, si el chisme es correcto.
Voldemort entrecerró sus ojos al escuchar eso, Draco sintió la alegre malicia que emanaba del cuerpo de su interlocutor y sintió una clara sensación de aprensión.
-Eso es todo lo que sé.
Draco terminó su relato con la voz ronca, de repente se sintió helado.
-Puedes retirarte, Draco. — Dijo Voldemort suavemente.
El brillo de sus ojos le permitió a Draco saber con absoluta certeza la suerte que tuvo de salir. Snape entró cuando Draco salió, pero el ex profesor de Pociones apenas le miró. La puerta se cerró tras él y Draco se apoyó en el marco de la puerta, mareado y con nauseas, le temblaban las manos.
A pesar de que no tenía intención de espiar, Draco pudo escuchar claramente cuando Voldemort le preguntó a Snape, quien sabia más, o mucho más de lo que Draco hubiera soñado.
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Hermione Granger vivía en Caerphilly junto a St. Christopher Drive. Sus padres trabajaban en una pequeña clínica cerca del centro comercial. Ella tenía tres amigos muggles que vivían a poca distancia de su casa y pasaba mucho tiempo con ellos durante el verano visitando el centro comercial y vagando en el castillo de Caerphilly. Sus padres tomaban generalmente varias semanas de vacaciones durante el verano y cuando ella nos les acompañaba se quedaba en La Madriguera con los Weasley.
Harry Potter vivía en el número cuatro de Privet Drive en Little Whinging, Surrey, pero Voldemort aparentemente ya lo sabía. Mientras que estuviera allí era intocable a menos que este saliera a dar un paseo por el barrio, como lo demostró con anterioridad el dementor que lo había atacado el año anterior. Los miembros de la Orden del Fénix lo cuidaban constantemente y así era con certeza desde la muerte de Dumbledore.
Los Weasley estaban por celebrar la boda de Bill con Fleur Delacour al final del verano y toda la orden asistiría, así como Harry Potter y sus amigos. Sin embargo, desde que la Orden se enteró que Snape tenía conocimiento de ella (y se lo revelara a Voldemort) lo más probable era que hubiera cambiado la fecha y la ubicación. Ellos sin embargo, no eran lo suficientemente inteligentes como para cancelar el festejo y era demasiado perfecto como para no planear algún tipo de ataque. Snape ya tenía algunas ideas para compartir con el Señor Oscuro cuando se presentara la ocasión. Ellos discutieron los planes para atacar el cuartel general de la Orden a pesar de que aun se encontraba protegido por el miserable encantamiento Fidelio puesto por Dumbledore, lo que significaba que a pesar de que Snape pudiera llegar hasta allí, no podía revelar su ubicación. Hablaron de una serie de métodos para poder eludir el encantamiento.
Voldemort estaba exultante de felicidad al final de la conversación con Snape, Draco tranquilamente se alejó en busca de una cama donde se hundiría en un sueño irregular lleno de sueños oscuros.
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Draco suspiró y se apartó de la oscura laguna cuando el Mortífago se acercó. ¿Quién sería esta vez? No era Fenrir Greyback, gracias a Dios, ya que siempre miraba a Draco como si fuera un sabroso bocadillo para medianoche. Greyback era por mucho la criatura más vil que Draco hubiese conocido. Vivía solo para infligir dolor, matar y comer.
Esta vez era Goyle, padre de su amigo Gregory, se parecía mucho a su hijo, era enorme y oscuro, y actualmente tenía una expresión avergonzada la cual era común ver en la mayoría de los Mortífagos cuando no estaban en presencia de Voldemort.
-¿Por qué estás parado aquí fuera solo, Draco? - preguntó Goyle.
-Disculpa, me aburren un poco las conversaciones adultas. - Respondió Draco, sin mostrarse amenazador en su imagen juvenil.
-Si, es una lástima que Gregory no pueda estar aquí, su madre se lo llevó a un lugar seguro donde el Ministerio no pueda apoderarse de él.
Draco asintió y mantuvo su expresión pasiva, a pesar de la rabia que se reflejó brevemente tras su mirada. Todas las mujeres y niños se encontraban escondidos a salvo de los funcionarios del Ministerio e igualmente a salvo de Voldemort. Todos menos Draco y Narcissa. Ambos fueron retenidos cerca con el fin de mantener a Lucius en línea. Draco se enfermaba al ver a su fuerte y orgulloso padre humillarse ante el Señor Oscuro. Sin embargo, todos ellos lo hicieron. Voldemort tenía una fijación de usar la maldición cruciatus en momentos aleatorios.
Sin más conversación, Draco avanzó decidido a volver a la Mansión Malfoy.
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La mayoría de los Mortífagos estaban descansando en el comedor. Antonin Dolohov se reclinó en su silla, sus botas estaban apoyadas sobre la mesa de caoba, Draco lo miró, pero no dijo nada. Dolohov sonrió mientras Draco se sentaba del otro lado de la mesa. Lucius no fue tan complaciente cuando momentos más tarde llegó al comedor.
-Esta mesa ha estado en mi familia por generaciones, Antonin. Ve a tu casa y trata tus propias pertenecías como basura si así lo quieres.
Dolohov quitó los pies de la mesa después de una pausa lo suficientemente larga para considerarse una insolencia. La madre de Draco y Bellatrix Lestrange siguieron a Lucius, tras ellas el esposo de Bella y cuñado. Narcissa se sentó junto a Draco y apretó su hombro con afecto al pasar tras su silla.
-Hola Draco, querido –Saludó Bellatrix mientras se sentaba del otro lado. Draco le sonrió brevemente y la miró con recelo. Ella había estado en la prisión de Azkabán casi toda la vida de Draco. Una luz brillaba en sus ojos reflejando locura y parecía contener una energía inagotable. Rodolphus su marido, quien se sentó a su lado tenia la mirada muerta. El siempre actuaba como si no existiera Draco, que era mejor que tenerlo mirándole con esos ojos muertos. El tío era bastante su tipo, tía loca, tío extraño. La gran familia que tenía allí junto a su mamá. Tres elfos domésticos aparecieron y comenzaron a servir la comida.
Draco miró desapasionadamente al resto de los comensales Mortífagos y a su padre sentado en la cabecera de la mesa. A la derecha de su padre se encontraba sentado Derek Crabble y Goyle Gerald, Dolohov sentado junto a Goyle, luego se encontraban los Loon Twins: Alecto y Amycus Carrow. Nunca habían estado encerrados en Azkabán, aparentemente, pero igual estaban trastornados. Además, se encontraba Tito Mulciber, que era tan vicioso como Bellatrix, pero de una manera más tranquila, después se encontraban Nott y McNair, visitantes habituales de la familia Malfoy.
Frente a su padre se encontraba quien respondía al nombre de Lars, una bestia de hombre rubio. Curiosamente, llevaba una sonrisa contagiosa todo el tiempo, bebía como un marinero irlandés, al otro lado de McNair, Rookwood, Martin Jugson y Albert Avery quienes solo conocía de vista. Su madre se sentó junto a Avery, después Draco, Bellatrix, Rodolphus y Rabastan Lestrange. Casi todos los presentes a tomar en cuenta, excepto por Fenrir Greyback, Colagusano, Travers, Yaxley y Snape. Y Voldemort por supuesto, aunque nunca comía con los Mortífagos. Draco se preguntaba si comía en absoluto, también, había un gran número de subordinados que eran los que patrullaban los jardines y hacían los recados.
Colagusano entró en la habitación cuando casi habían terminado de comer deteniendo todas las conversaciones que se suscitaban, recogió un pedazo de pierna de la porción de ave que estaba en la mesa y le arrancó un pedazo.
-El señor oscuro tiene una misión.
Colagusano lo dijo escupiendo trozos de comida de su boca y paseando alrededor de la mesa hasta llegar a Draco e inclinándose sobre él quien retrocedió con disgusto. Colagusano tomó de la copa de vino casi intacta de Draco. Tomó un trago fuerte y derramó parte de su contenido en el hombro del joven en el proceso. Dejó la copa sobre la mesa de un golpe y suspiró de placer al mismo tiempo que posaba su mano plateada sobre el hombro de Draco.
-Tienes que ir mi muchacho, esperamos que esta vez lo hagas mejor que en tu última misión.
Narcisa se levantó de un salto derribando la silla hacia atrás.
-¡No es justo! –Exclamó.
Ella se cayó por un momento al notar la expresión fría de Draco y luego continuó en voz más baja.
-El escasamente tiene edad, envien a alguien más.
-El Señor Oscuro lo ordena. - Dijo Colagusano alegremente apretándo fuertemente el hombro de Draco quien no dio seña alguna de dolor aunque la agonía le atravesó el hombro por sus garras de metal.
-¡Ninguno de sus hijos está en peligro! - Gritó Narcissa señalando a los otros Mortífagos. -¿¡Por qué Draco?!
-Vamos, vamos, Narcissa, al Señor Oscuro le gusta Draco, le tiene fe y se lo demuestra.
Colagusano en ese momento aflojó su agarre afortunadamente.
-Además, él no va solo, Crabble, Goyle, Mulciber, Jugson y Avery irán con él; por lo tanto él va a estar lo suficientemente seguro.
-¿Cuál es la misión? - Narcisa le exigió saber.
-Solo una pequeña excursión a Caerphilly para matar a un par de Muggles. Tarea fácil.
Bellatrix rió.
-Cálmate, Narcissa. Será divertido para Draco, sácalo de esta triste casa por un tiempo.
-Draco no es un asesino. - Dijo Narcissa en voz tan baja que apenas se escuchó.
Las palabras de su madre sacudieron a Draco, eran un eco inesperado de las palabras de Dumbledore.
Bella resopló.
-No son más que unos muggles, además tiene que aprender, deja que crezca, Cissy.
Narcissa recogió su silla y se dejó caer en ella. Su rostro estaba completamente transparente cuando dirigió su mirada a Lucius, quien carecía de expresión. Éste no dijo nada, Draco había notado el creciente abismo que existía entre sus padres, otra cosa que agradecer a Voldemort.
-¿Quiénes son los Muggles? - Preguntó Draco, a pesar de que ya conocía la respuesta.
-Se apellidan Granger. - Dijo Colagusano y se rió con ganas.
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Draco agradeció poder entrar en su habitación y cerrar la puerta. Su dolor de cabeza se había incrementado a proporciones épicas y el hombro le dolía horrores por el apretón que le dio Pettergrew. Draco estaría solo alrededor de unos treinta minutos, gracias a su rígida política de tomar baños nocturnos. El agua lo esperaba en la bañera, bastante caliente y ligeramente perfumada. Después de su baño, la puerta se abrió de una patada y entrando sin contemplaciones, uno de los esbirros se dejó caer en el catre que estaba ubicado cerca de la puerta con el fin de hacer guardia mientras Draco dormía. Para él, era lo mismo que ser un prisionero.
Bajo su cabeza un momento cubriendo sus ojos platinados antes de caminar con decisión a su escritorio, cogió una pluma y garabateó un mensaje apresurado, lo planchó, la dobló y la guardó en su bolsillo.
-¡Cully! - Dijo en voz baja. Con un pequeño plop, el elfo doméstico apareció junto a Draco.
-¿Sí, amo? - la criatura gimoteó inclinándose casi hasta el suelo.
-Entra en el baño y finge que aun me encuentro ahí hasta que te diga lo contrario. - le Ordenó, Cully miró dubitativo el agua, pero aun así obedeció haciendo una mueca al sentir el calor del líquido, a Draco le gustaban esos baños. Cully salpicó un poco fingiendo bañarse, Draco asintió satisfecho y entró en su vestuario para disminuir el ruido al momento de desaparecer.
Apareció en medio de la calle de St. Christopher en Caerphilly. Era muy peligroso aparecer de esa manera porque podría haber terminado en un árbol o medio atascado en un automóvil muggle. Afortunadamente, la calle estaba casi desierta y él corrió a la acera, para su afortunada suerte vio a una anciana que paseaba a su perro que parecía una rata y Draco conjuró un pequeño ramo de flores.
-Perdone usted, señora. - Dijo educadamente. -¿Me podría decir que casa pertenece a los Granger? Solo he estado aquí una vez y me temo que me encuentro bastante perdido.
La anciana lo direccionó con cuidado mientras su pequeño perro olfateaba el pantalón de Draco. Éste reprimió el impulso de golpear al animal en la calle y la anciana finalmente se rió.
-Bueno, no es que seas guapo, pero no pienso que la pequeña hija de los Granger, una pequeña ratón de biblioteca haya podido enganchar a un chico como tú.
La amable sonrisa de Draco se estaba volviendo tensa. La anciana señaló.
-Ahí mismo, chico. La casa con las plantas en el cenador. Más sin embargo, creo que no están en casa.
-Está bien, Hermione me dijo que la esperara si ella no se encontraba en casa. - El nombre le sonaba extraño en boca de Draco, siempre había pensado en ella como Granger.
Se dirigió a la casa y tiró las flores detrás de un arbusto, después de asegurarse que la anciana se había perdido de vista, hecho un "Alohomora" a la puerta y entró. Tal como la anciana le había dicho, el lugar estaba vacío. Draco ignoró las habitaciones dirigiéndose a las escaleras, en el segundo nivel, la primera puerta que abrió le reveló que esta era obviamente la habitación de Hermione.
Draco hizo una pausa para mirar a su alrededor con curiosidad, por supuesto, había libros por todas partes, tres enormes estanterías habían sido amontonadas en la habitación, pero estos estaban desbordándose sobre el escritorio, en la mesa de un extremo e incluso en el suelo. Carteles sin movimiento cubrían las paredes y sobre la cama había un cuadro de buen gusto con un paisaje de montaña. Su ropa de cama era de color lavanda oscuro y sin volantes y los muebles eran de un roble macizo. Sin embargo, los libros se encontraban perfectamente organizados, de mala gana, Draco encontró pocas fallas en la habitación.
Un pequeño plop se escuchó en la planta de abajo que lo sobresaltó y escuchó.
-¡¿Quién anda ahí? ¡Muéstrese!
Draco sonrió ligeramente, Granger debió haber dejado algún tipo de hechizo de advertencia que se activaria mediante el uso de la magia, o simplemente de la presencia de un mago. Draco puso la nota sobre el escritorio y desapareció cuando Hermione Granger comenzó a subir las escaleras.
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Apareció nuevamente en su armario, salió con una rápida mirada a su reloj, apenas habían transcurrido veinte minutos.
-Puedes partir, no hables de esto con nadie, nunca. - Le dijo a Cully, quien salió adecuadamente de la tina y se desvaneció. Draco se quitó la ropa y sumergió la cabeza en la bañera que ahora se encontraba fría, se envolvió en una toalla minutos antes de que la puerta se abriera de golpe por Nott.
-Buenas noches, Draco. - Nott gruñó mientras se acomodaba en la cama. Draco se acomodó en su cama de plumas y pensó en su viaje a Caerphilly. Aun no estaba seguro de por qué lo había hecho, pero se sentía bien haber podido tomar el control de su vida, aunque solo sea por un corto tiempo. Estaba cansado de ser el títere de Voldemort. Lástima que era Granger a quien había tenido que ayudar, aunque….
