Hola, qué tal! Les traigo esta historia una invención media rara mía, que espero que le agarren el gusto y les cause emoción, y pues decirles que los personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. Y que las parejas crack yaoi principales serán SasuGaa/GaaSasu y DeiIta/ItaDei, ya sé que ninguno se cae bien pero recordemos que estamos en un universo diferente, entonces espero que disfruten de la experiencia y el misterio. Saludos!


Los dos muchachos de cabello negro bajaron del carro gris, pisando sus zapatos brillantes sobre el piso de la zona principal del jardín, que pertenece a la propiedad del "Internado Konoha", la escuela en la que sus padres decidieron que van a cursar la secundaria, han venido a vivir a uno de los mejores colegios de todo Japón.

Y su padre desde el interior del coche les da una última indicación.

—Quiero que se esfuercen, mis hijos tienen que ser los mejores de la academia. Recibiré la noticia enterándome de sus calificaciones son las más altas, confío en ustedes; Itachi y Sasuke,— dijo Fugaku Uchiha.

Después la madre de los chicos continúo.

—Confiamos en ustedes,— habló Mikoto, su madre.

—No nos decepcionen,— mencionó su padre, serio y severo.

—No olviden que son nuestro orgullo,— agregó Mikoto, sonriendo de forma simple.

Y Sasuke dio un paso adelante.

—Prometan que vendrán a visitarnos,— manifestó el hijo menor, un poco exaltado.

Y los dos adultos asintieron con la cabeza, enseguida marcharon en el carro, dejando atrás a los dos jóvenes de cabellos oscuros.

En ese instante el hermano mayor desvió su atención hacia su hermano menor.

—¿Cómo te sientes, Sasuke?,— le preguntó.

El azabache de cabello rebelde estiró sus brazos, para desperezarse.

—Estoy entusiasmado, deseo conocer este instituto y a mis nuevos compañeros.— respondió el menor.

Itachi sonrió.

—Yo igual.

Más tarde los chicos entraron a la oficina de la directora de la escuela, debían confirmar su llegada, antes que cualquier otra cosa.

—Muy bien,— dijo Tsunade, observando a través de los cristales de sus lentes, a los dos nuevos estudiantes, en realidad se puso a barrerlos con la mirada, durante unos segundos, y los aprobó al reparar que ambos están impecables, sin ninguna falla; luego suspiró, realizando lo que sigue.
—Pues bien, han sido aceptados a mi colegio, y no quiero ninguna queja, de manera que; les entregaré las reglas impresas, para que eviten cometer cualquier falta a mi escuela. ¿Me entendieron?

—Sí.

—Sí.

—Este es un internado como ya lo saben,— añadió la directora,—los dormitorios están en el segundo y tercer piso, la escuela es muy amplia, los salones de estudio y oficinas están en el primer nivel como se habrán dado cuenta,— la mujer movió sus dedos golpeando el escritorio, pensando que no se le olvide mencionar ningún punto importante, y suspiró nuevamente,—Ah, sí, cada grupo tiene su jefe, en tu caso Itachi, estás en el salón con la letra "K", tu líder correspondiente es Sai. Y a ti Sasuke, estás en el grupo "A", tu líder que te corresponde es Kiba.

Finalmente la dirigente se levantó de su silla.

—¡Y eso es todo! Retírense. — ordenó la mujer.

Los hermanos Uchiha afirmaron con la cabeza, saliendo de la dirección, agobiados, tal se dieron cuenta que este colegio es uno muy estricto.

Pero en ese momento, afuera de la oficina, sus respectivos líderes los esperaban para llevarlos y acompañarlos mientras se adaptan al cambio.

—Buenos días, mi nombre es Sai, y soy el encargado de la clase "K",— comentó el joven de piel pálida.

Al mismo tiempo se acercó también a ellos, el joven castaño de lindo bronceado.

—Buenas, soy Kiba, y soy el jefe de la clase "A", adivino que tú eres Sasuke,— señaló el muchacho, al más pequeño de los Uchihas.

En ese instante Uchiha Sasuke se sintió interesado.

—¿Cómo has podido adivinar?,— preguntó el azabache chico.

—Ah, eso es muy fácil, tu hermano no parece un niño como tú.— contestó Kiba, de forma ordinaria.

Mientras tanto a Sasuke con esa respuesta le dio una especie de tic en su ceja izquierda, de enfado.

A Itachi tampoco le gustó la contestación que le dieron a Sasuke, ese chico llamado Kiba, lo hizo ponerse más serio de lo normal, aunque debía concentrarse en este otro joven de nombre Sai.

—Buen día, yo soy Itachi,— se dirigió al líder Sai, con una sonrisa.

De igual forma Sai le sonrió otra vez.

—¿Puedo decirte; Itachi o "Uchiha"?— cuestionó el azabache de pelo corto.

—Itachi, y a ti; ¿Sai? — preguntó el muchacho de cabello largo.

—Si, está bien que me digas Sai,— dijo el jefe, sonriendo siempre.

Mientras tanto Sasuke se daba la libertad de observar el lugar donde estaban, y se le hizo extraño que todas las ventanas estuvieran cubiertas con largas cortinas de color negro, que por supuesto no dejan que la luz del sol entre.

—¿Por qué las ventanas tienen las cortinas cerradas? — expuso el joven Uchiha de cabello rebelde, a todos los presentes.

—No te preocupes, tenemos faroles con velas, en todas partes,— respondió Sai con un tono de voz raro,—De esa manera no tropezarás cuando camines en la oscuridad de esta escuela.— Sai nuevamente sonrió.

Itachi y Sasuke no entendieron por qué de pronto sus propios cuerpos se estremecieron y un frío les recorrió. Los Uchiha tragaron saliva.

—La construcción es antigua y tienen costumbres viejas aquí.— intervino Kiba, dándoles esa única explicación a los dos.

—Es cierto, en este internado podrán experimentar una vida a la que no están acostumbrados,— mencionó el sonriente Sai.

Sasuke se justificó internamente pensando que es normal estar sintiendo miedo.

—…¿Pu-puedo hacer una llamada?,— Sasuke preguntó, mostrándose temeroso.

Itachi miró a su hermano, dándose cuenta del terror que hay en él. Y lo que el mayor atinó a realizar fue apretar fuertemente la mano de su hermanito, mostrándole confianza y qué él está a su lado.

—Ah, es verdad…,— manifestó el joven de tez pálida,—En la puerta les quitaron todos sus aparatos electrónicos, pues eso no se usa aquí, y el único teléfono está dentro de la oficina de la directora, es una lástima que tengamos que irnos a clase ahora.— mencionó Sai con la misma sonrisa,—Quizás puedas hacer tu llamada, "la próxima semana".— lo dijo con una expresión tétrica que asustó mucho más a Sasuke.

Itachi sin saber bien qué hacer, decidió abrazar a Sasuke, y susurró a su oído.—Estaremos bien.

—Te quiero, hermano,— contestó de regreso, Sasuke.

Luego los Uchiha soltaron el abrazo.

—Bien, Sai, guíame a donde debo ir,— dijo Itachi, de manera firme y desafiante.

Sai volvió a sonreír.

—Itachi, sígueme, por favor.— contestó el joven de piel blanca.

Al mismo tiempo Sasuke obtuvo un sentimiento de soledad y tristeza, que no hubo experimentado jamás, el muchacho deseaba ir con Itachi.

—Sasuke,— dijo Kiba, con la intención de llamar la atención del muchacho distraído,—Nosotros tenemos descanso, así que aprovecharé a mostrarte algunas de las instalaciones escolares, ¿estás de acuerdo?,— cuestionó el joven Kiba.

—Sí, pero, ¿no te parece muy extraño vivir en completas tinieblas?,— se atrevió a mencionar el joven Uchiha.

—Pues sí, pero tenemos las luces de las velas,— respondió Kiba, sin interés.

Sasuke agachó la cabeza, meditabundo.

—Escucha Sasuke,— expuso Kiba de modo comprensivo,—Aunque todo te parezca diferente, no es precisamente malo, quizás debas entender eso.

Y Sasuke lo reflexiona un poco, sin embargo, no puede comprender por qué esta escuela y ese tal Sai, resultan ser tan tenebrosos.

—Tal vez tengas razón,— contestó Sasuke, aunque no se cree nada, pues está desconfiado.

La puerta del despacho de la dirección se abre, y da paso a dos jóvenes estudiantes.

La directora deja de escribir en la hoja de papel, coloca su bolígrafo a su derecha, y despacio eleva su vista para quedar mirando a los dos muchachos que acaban de entrar. Enseguida sonríe a los dos.

—Hoy llegaron los nuevos alumnos, y quiero que los hagan sentir cómodos, como si esta fuera su casa, necesito también que los protejan de Sai. ¿Me doy a entender?— Tsunade les notificó.

—¿Y quién, los protegerá de nosotros? — bromeó un joven de largos cabellos dorados.

Pero a Tsunade no le hizo ni una pizca de gracia el chiste de Deidara.

—Lo entiendo,— dijo Gaara,—Haré todo lo posible por protegerlos.

—Se repartirán el trabajo,— la directora informó,—Al mayor lo he colocado en tu mismo grupo, Deidara, y tu responsabilidad será cuidar de él. En cuanto a ti, Gaara, te dejé el menor que es de tu misma edad, velaras por su bienestar, ese muchacho se llama Sasuke.

—Puedo preguntar algo,— indaga Deidara.

—Pregunta.— concede el permiso, la mujer.

—Pues anteriormente nunca habíamos tenido que resguardar a nadie de Sai, ¿por qué ahora sí?,— cuestiona el joven Deidara.

—Bueno eso es porque, Sai es un indócil, y hoy me entero que ha visto cómo si fueran sus presas a esos dos.— replicó Tsunade.—Por ello deben protegerlos.