- ¿Ha sabido algo de Gwen? - ella sonríe ante la inocente pregunta. Parece ser el único capaz de pensar en algo diferente a la guerra.

- Me escribió al poco de empezar. No decía mucho, que todo iba bien y me agradecía por todo lo que hice por ella. - le comenta distraídamente, pasando las hojas del periodico que en casa no le dejarían leer mientras él examina la parte inferior del coche - ¿Esta averiado? - dice señalando el vehiculo.

- Es el motor. El coche funciona, pero algo no va bien, hace un ruido raro.

Sybil sonríe. Le encantan estas pequeñas reuniones con Branson. Todo parece mucho menos formal, ambos estan relajados, ajenos a la guerra y al mundo, hablando de sus sueños y sus ideales, en ese pequeño refugio en el que se ha convertido el garaje. Allí casi desaparecen los títulos y la clase social que los separa, y pueden ser ellos mismos.

Alguna vez se ha sorprendido a si misma imaginandose una nueva vida, lejos de Downton - en Irlanda, tal vez - con él. Es una opción bastante más atractiva que la de casarse con un viejo rico y aprovecharse de su dinero. Una vida que sería posible si su familia entendiera que Sybil prefiere una vida dura de trabajo y amor, que la haría mucho mas feliz que la que se espera de ella. Branson siempre dice que esta guerra cambiará el mundo. Ojala que así sea, ojala cuando todo acabe ya no haya clases, ricos y pobres, y las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres. Ojala que Irlanda sea libre, y ojala ellos sean el ejemplo de ese nuevo mundo.