Aclaración: Comencé la travesía de este fic el año 2011. Inicialmente se llamaba "Sincronizados" le seguían "40 semanas" y por último "Piedra Angular"; nunca le dí termino a la historia y hoy he vuelto por que tengo escrita la parte final. Decidí eliminar las tres historias y resubirlas con ortografía corregida (y varios cambios sustanciales) condensado las tres historias en una sola, para que su lectura sea más sencilla. Me costó tomar la decisión, puesto que los reviews y seguidores que tenía no eran pocos y, nadie me asegura que vayan a seguir esta historia nuevamente con la persistencia que lo hacían años atrás. Como sea, lo que está hecho, hecho está.

La compilación de estos tres fics llevará por nombre: "Variante en el Tiempo". Estoy segura que muchos de los que vuelvan a leer serán antiguos lectores, lo que me hace mucha ilusión; así mismo espero que se sumen nuevos lectores a esta travesía (no se arrepentirán).


"Variante en el Tiempo"

Capitulo I: E=mc2

Hermione se paseaba de un extremo a otro por su despacho. No enfocaba la vista en ningún punto y no se quedaba más de 5 segundos en el mismo sitio. Llevaba un libro pequeño y raído en la mano izquierda, mientras que en la derecha blandía su varita.

Dejo de dar vueltas para observar con atención el pizarrón que estaba a su espalda. No había ni un solo espacio sin anotaciones. El pizarrón estaba lleno de números, hechizos y runas, pero lo que la bruja observaba con completa atención no estaba en el pizarrón, si no en su cabeza. Era como si pudiera visualizarla, justo ahí, en medio del negro pizarrón.

Hermione —que ya tenía 25 años— se preguntaba cómo era posible que las Brujas y Magos —Dejando fuera al Señor Weasley, claro— le dieran tan poca importancia a los descubrimientos de los muggles, sobre todo al que le estaba volando la cabeza.

En ese simple descubrimiento se encontraba la clave de lo que estaba llevando a cabo.

Solo necesitaba hacer la última anotación, pero no en el pizarrón, no podía dejarlo ahí, a la vista de ojos curiosos o maliciosos, era demasiado el peligro.

Se acerco al escritorio y garabateo "E=mc2". Una sonrisa triunfante se dibujó en su rostro. Estaba satisfecha, llevaba más de dos años en viajes, anotaciones, dudas, lecturas y peligrosas recolecciones de ingredientes para la culminación de su plan, pero aquellas palabras sobre el pergamino habían sido, sin duda, su mayor logro.

Estaba todo listo y dispuesto, solo faltaba una cosa. Hablar con su mejor amigo, Harry Potter. Tenía que decírselo, tenía derecho a saber, después de todo… Esto era para él. Volvió a mirar el pizarrón, con un poco de culpa reconoció que aquello era una gran mentira.

—Hermione… —Tocaron suavemente a la puerta—.

Con un rápido movimiento de la varita hizo desaparecer las anotaciones del pizarrón, en su lugar aparecieron las anotaciones de la búsqueda de los Horrocruxes. Así mismo, el raído libro desapareció, pero cuando iba a hacer lo mismo con el pergamino que rezaba "E=mc2" la puerta dejó ver una nariz pecosa y unos cabellos rojos. Con los nervios, Hermione dejó caer el pergamino sobre el montón de pergaminos que tenían los mismos datos del pizarrón. Miró a la puerta tratando de disimular sus nervios.

Ron entraba en su despacho.

—Están aquí —Le informo el pelirrojo que se esforzaba por mostrarse contento—.

—¡Genial! —Le respondió Hermione, con más entusiasmo de lo normal a causa de los nervios. Comenzó a revolver entre sus pergaminos y libros para encontrar lo que había dejado caer—.

—Trabajas demasiado Hermione… —Le dijo Ron que veía como se perdía entre sus pergaminos— Podrías dejar eso de lado por un momento—.

—Vamos Ron, no es para tanto —Le respondió Hermione que trataba de no mirar a su pareja para no delatarse— Trabajo en casa para pasar más tiempo contigo. Lo sabes —Le dijo en el tono más dulce del que fue capaz—.

Ron que no le contesto nada, solo enarcó una ceja, gesto que no pasó desapercibido para ella, de igual forma hizo como si no se diera cuenta. Hermione sintió la abrasadora mirada de Ron, pero no levantó la vista. El pelirrojo se le acercó con la intención de ayudarla, pero se detuvo frente al pizarrón y leyó una de las anotaciones.

—Ya sé que estás trabajando duro. Sé que quieres escribir un libro contando toda la verdad acerca de nuestra misión, sobre Harry y… —Se tardo unos dos segundos en decir lo siguiente— Voldemort... —Hermione dejó de buscar y lo miró incomoda— y que por eso estás… —Ron se lo pensó mejor y no terminó la frase—.

Ella sabía que la palabra que Ron se había callado era ausente, agradeció que no la dijera porque no habría podido negarlo.

—Te hecho de menos. —Se decidió por decir mientras salía por la puerta. Cuando Ron ya había bajado por la escalera, le habló en tono más alto:— Te estamos esperando en el jardín—.

Hermione abatida por sus palabras, se desplomó sobre la silla. Toda la euforia que había sentido hace unos momentos se había esfumado. Lamentaba hacerle daño al hombre que amaba, pero apenas todo se pusiera en marcha y llegara a buen término, todos volverían a ser los mismos. Trataba de aferrarse a esa premisa cada vez que algo la hacía retroceder.

Observó el bonito anillo que adornaba su mano izquierda. Hacía un mes que Ron le había propuesto matrimonio. De no haber estado esa tarea en medio, esa tarea que solo ella tenía que hacer, Hermione se habría sentido dichosa, pero en vez de eso no podía dejar de sentir… Remordimiento.

Tenía ganas de decirle a Ron —A él más que a nadie— que si había estado ausente, que si había hecho grandes descubrimientos, viajes y avances en su plan, eran en mayor medida, por y para él. Además de George, el pequeño Teddy y Harry.

Pero no podía decírselo, aunque le doliera, no podía. Solo Harry podía saberlo. Llevó el mentón a su pecho, deprimida, y divisó sin esfuerzo el pergamino que buscaba.

Unos momentos más tarde ya se encontraba en el jardín, comiendo junto a Harry y Ron.

—¿Ginny no pudo venir Harry, o llegará más tarde? —Le preguntó, ya que no veía a su amiga pelirroja. Aunque así era mejor—.

—No, es el bebé —Dijo Harry con alegría contenida— Está por nacer y Ginny está histérica, no quiere ni caminar—.

Esa aclaración hizo que tanto Ron y Hermione olvidaran momentáneamente el rato anterior.

—Mi hermana puede ser muy valiente contra mortífagos —Dijo Ron divertido— pero si se trata de parir… —.

—Sí tú tuvieras que hacer salir una sandía por la abertura de un limón, no lo encontrarías tan divertido —Le dijo Harry tratando de aparentar seriedad bajo el tono bromista—.

—Me sorprendes Harry —Le dijo Hermione abriendo bien sus ojos— Ginny no me mencionó que fueras tan considerado con sus precauciones de embarazo—.

—No, la verdad es que lo que le dije a Ron, es lo que ella siempre me dice cuando yo le digo que exagera—.

—Es que ¿qué tan terrible puede ser? —Explotó Ron a Hermione que estaba entre divertida y enojada— Ginny al igual que nosotros ha pasado por todos los dolores imaginables como para que se queje de un simple embarazo—.

—Es lo mismo que le digo yo —Concedió Harry defendiendo a su amigo de la mirada inquisidora de Hermione—.

—Exacto —Respondió Ron chocando su vaso con el de Harry. Era como si los 3 amigos volvieran a tener 17 años—.

—¡Hombres! —Exclamó Hermione— No tienen ni una pizca de tacto—.

Terminaron de comer entre risas alegres y brindis con whisky de fuego. Hermione hacía esfuerzos inútiles por lanzarle el hechizo muffliato a Ron, para poder hablar tranquila con Harry, pero él había bebido más de la cuenta y no paraba de moverse involuntariamente.

—Sabes Harry —Ron se acomodó junto a su amigo y le habló con tono inusualmente alto— Tú eres casi… —Se levanto trabajosamente de su silla para acercarse a su amigo— …Casi un hermano para mí —Hermione los observaba divertida— Y estoy más que orgu..orgulloso —Hipo levemente— de que seas el esposo de mi hermana— Harry se levantó de su silla para abrazar a Ron, pero este demasiado absorto en su discurso se dirigió hacía Hermione, provocando que Harry tambaleara— ¡Por Harry y por Ginny! —Ron levanto su copa— Y por Hermione —Le guiñó un ojo— ¡Que espero pronto sea mi mujer! —Hermione se sintió fatal y empinó su vaso hasta el fondo. Harry reía y aplaudía—.

La joven se percató de que Ron pronto caería dormido. Solo tenía que cuidar de que Harry no siguiera bebiendo para poder hablar con él.

—Yo quiero proponer un brindis —Harry se había levantado también de su silla, aunque no mostraba lo signos de embriaguez de Ron— por los hijos… ¡Por el futuro Albus! —Hermione y Ron celebraron con aplausos y silbidos. Harry se inclinó un poco, agradeciendo. Iba a beberse todo el contenido de su copa, pero Hermione con un leve movimiento de su varita lo hizo desaparecer. Harry extrañado le dio una mirada a su amiga, pero fue interrumpida por la misma Hermione—.

—Yo propongo un brindis —Levantó su copa de la manera más elegante posible— por el futuro padrino del pequeño Albus… ¡Que es el pedestal y el amor de mi vida, Ron! —Harry estalló en carcajadas al ver como las orejas de su amigo se volvían coloradas—.

A Hermione le encantaba ver que a pesar de sus 3 años viviendo juntos, aun podía hacer que Ron se sonrojara, aunque a ella ya no le sucedía. Le dedicó una sonrisa que lo hizo reír tontamente. La noche habría sido perfecta si los brindis hubiesen terminado con el de Hermione, pero Ron volvió a levantar su vaso.

—¡Y el último brindis de esta noche… —Gritó, infundido de valor por las palabras de su futura esposa— Es por los caídos —Se le quebró un poco la voz. Hermione sintió como toda la comida se le agolpaba en el pecho y notó que a Harry le pasaba lo mismo. Su semblante se había puesto serio, aunque no se veía enfadado—.

Se produjo un silencio, Hermione y Harry esperaban que Ron continuase, pero estaba absorto viendo su vaso, indeciso a hablar. Hermione le dio un codazo a Harry.

—¡Por Tonks! —Gritó volviendo a ponerse de pie y blandiendo su vaso—.

—¡Por Remus! —Grito Ron que ya se tambaleaba—.

—¡Por… —Hermione que solo miraba, notó como el tono de Harry iba perdiendo fuerza— …Por Sirius!

—¡Por Fred! —Dijo Ron y la copa le resbalo de las manos para destrozarse en el suelo. Se quedo unos segundos estático con expresión de profunda tristeza. Hermione contuvo la respiración por unos segundos, hasta que vio como Ron se abalanzaba sobre la mesa sin parar de gimotear— ¡…o lo …tiendo! —Hermione no podía entender bien lo que balbuceaba, hablaba entre sollozos— ¡El e..a ..an jovem —Sus sollozos se intensificaron— …enia tantoo's sueñooos! —Harry se acercó a su amigo y trató de calmarlo, pero Ron no quería despegarse de la mesa— …Has'taa habìa ensad'oo en casase con e..a pima de Fleeeg —Gimoteó con más fuerza— ¡DEBERÌA HABER SIDO YO! —Gritó finalmente—.

Hermione estaba al borde de las lágrimas, pero no se derrumbó.

—Ron —Le llamó suavemente— Subamos, ya es hora de dormir —Ron se levantó como pudo de la mesa. Entre ella y Harry lo subieron a la habitación—.

No era la primera vez que se veía en una situación como aquella, pero sabía que sí lo era para Harry. Ron tenía mucho cuidado de mostrarse animado y feliz cuando estaba con sus amigos, solo Hermione conocía el dolor de su pareja, aunque éste también trataba de escondérselo a ella. Y por mucho que Harry tuviera la misma táctica que Ron, ella era consciente que sufría la perdida de sus amigos y que jamás dejaría de culparse por ello.

Con Ron en la cama, Harry hizo ademán de despedirse.

—Quédate aquí —Le dijo Harry a Hermione— No es necesario que me acompañes a la puerta—.

Hermione noto el dolor en la voz de Harry.

—Te acompaño, necesito hablarte de… —Estrujó el pergamino que tenía en uno de los bolsillos de la túnica— …Es muy importante. —Harry asintió levemente, Hermione intuía que su amigo prefería que no le hablara en esos momentos, pero lo que ella tenía que decirle no podía esperar—.

Bajaron a la primera planta, Harry se apoyó en una ventana cerca de la chimenea. Fuera ya habían salido las estrellas, el aire era agradable.

—Harry… —Comenzó débilmente su amiga, no sabía cómo iba a reaccionar— ¿Recuerdas la conversación de los giratiempos? esa que tuvimos hace un año—.

Hermione vio como Harry reflexionaba, estaba segura que no era para recordar la conversación, porque de seguro pensaba en ella todo el tiempo.

—Hermione —Hablo al fin entre asustado y eufórico— No me digas que… —.

—Encontré la manera Harry —Le dijo su amiga mostrando el pergamino un tanto temerosa—.

—Pero si los giratiempos… —La interrumpió él incrédulo, antes de ver el pergamino—.

—…Fueron destruidos. —Terminó la frase por él— Lo sé, y si recordaras bien nuestra conversación, recordaras que te dije que el poder del giratiempo no sirve para volver años en el pasado, además de que son vigilados por el Ministerio de Magia—.

—Bueno —Comenzó Harry que estaba poniéndose impaciente— ¿Entonces… de qué manera? No entiendo…—.

Hermione le instó a que mirase el pergamino que ya estaba bastante arrugado. Harry observó los garabatos y se los devolvió.

—Es broma ¿Verdad? —Le preguntó escéptico y al parecer un poco molesto. Posiblemente creía que Hermione estaba siendo cruel con él— ¿Qué tienen que ver las ecuaciones muggles con volver en el tiempo?—.

—Mucho Harry —Hermione trató de no impacientarse como siempre lo hacía cuando la gente no seguía sus ideas— Tú fuiste al colegio muggle igual que yo. Pensé que lo reconocerías —Señaló la ecuación—.

—Era pésimo en física, no me iba muy bien en ninguna materia la verdad —Reconoció Harry con sorna— Pero sé que es de Einstein —Agregó al ver como su amiga se disponía a darle una clase de física— Por favor Hermione solo explícame lo esencial—.

—Lo esencial, Harry… Es que gracias a esta ecuación tengo la manera de volver al pasado —Observó a su amigo unos momentos esperando ver una reacción. Pero solo abrió mucho los ojos, continuó— ¡Harry podemos evitar muchas muertes!—.

—Hermione, esto no es divertido, lo digo enserio —Se dio la vuelta para evitar mirarla— Ya es tarde y Ginny debe de estar preocupada —Hermione ya se esperaba una reacción parecida, más que nunca sabía qué tenía que decir y hacer—.

—Harry, escúchame —Lo obligó a darse la vuelta— No hago esto por un capricho. Lo sabes, me conoces —Harry la miraba como si estuviera loca— ¿Crees que haría esto de manera atolondrada?—.

Notó como Harry se zafaba de ella, no quería escucharla. Hermione no entendía por qué se negaba tanto.

—Ron intento suicidarse hace unas semanas —Dijo débilmente su amiga, Harry se quedó estático— No es la primera vez que lo intenta. Cree que no me doy cuenta, pero lo sé. Me he hecho muy buena en Legeremancia. ¡No me mires de esa manera, no te estoy mintiendo! —Se lo dijo con lágrimas en los ojos— …Él sufre, sufre tanto como sufres tú —Hermione notó como su amigo iba a replicarle, pero no lo dejó— Te conozco y sé que te culpas, y contigo no necesito ocupar la Legeremancia —Le espetó, pero Harry bajo la mirada de todas formas. Hermione entendió el gesto y se sintió ofendida. No pensaba leerle los pensamientos— …Por favor escúchame. Es lo único que te pido —Harry le dio una mirada de enojo, pero en vez de dejarla e irse, fue a sentarse en uno de los sillones. Hermione agradeció el gesto— No quiero que nadie más se entere de esto, en especial Ron —Comenzó sentándose frente a él— No debí de haber abordado un tema tan delicado así —Se disculpo haciendo aparecer un pequeño y raído libro en sus manos. No le prestó gran atención a la cara de sorpresa de Harry— Es el libro que me legó Dumbledore. Dentro había una nota, la descubrí hace unos dos años —Extrajo un pergamino que permanecía escondido en la tapa trasera del libro, estaba en tan mal estado como el mismo libro. Se lo tendió a Harry— …Léelo—.

Harry tomó el pergamino con cuidado, con temor. Era la letra de Dumbledore. Leyó en voz alta y el pergamino tiritaba un poco en sus manos:

Señorita Granger:

Si no me equivoco ya habrán pasado unos años desde la batalla final. Tengo la certeza de que usted, Ron y Harry se encuentran bien, al menos, vivos.

Sé que los acontecimientos pasados dejaron cicatrices profundas y dolorosas en sus vidas, es por eso, Señorita Granger que a raíz de las perdidas —preferiblemente por los que aún perduran— sepa tomar las decisiones que repercutirán tanto en el pasado como en el presente y futuro. No tengo dudas en que su ingenio la llevara a usted —y solo a usted— por los caminos correctos.

Lo único que le aconsejo en momentos de duda, es que no es necesario ordenar todo el caos para ver resultados.

Albus Dumbledore

Hermione no presto gran atención a la lectura de Harry, prestaba más atención a la escalera por si veía a Ron aparecerse, ella ya se sabía de memoria cada una de las palabras de Dumbledore.

—Hermione —La llamó y se percató de que Harry había terminado— ¿Por qué no me habías dicho nada?—.

—Harry si prestaras más atención a lo que lees… —Le llamó la atención como si estuviera reprobándolo en una tarea en la que estuviera ayudándole— Te Habrías dado cuenta de que Dumbledore no quería que nadie excepto yo, la leyera—.

—¿Entonces por qué me lo estas mostrando?—.

—Bueno… —Hermione se estaba poniendo nerviosa— La verdad es que no pensaba hacerlo —Harry la fulminó con la mirada— Harry, yo no tenía pensado llevar a cabo lo de esta carta —Se defendió— ¿Tienes idea de lo que me pide Dumbledore?—.

—Si, lo sé —Hermione vio la duda grabada en el rostro de su amigo— Pero no lo entiendo, si él sabía que había una forma de volver al pasado ¿Por qué no lo hizo él mismo?—.

—Yo también pensé lo mismo —Dijo Hermione hablando más con ella misma que con Harry— Fue justo lo que pensé al momento de leer la carta. Pero después me di cuenta —Se la quitó— de que lo que realmente quería Dumbledore… —Harry estaba expectante— …Era impedir las muertes que dejaron unas "profundas y dolorosas cicatrices" en nosotros—.

—Te refieres a… —.

—Si Harry, me refiero a Fred, Tonks y Remus —La joven se paseaba por la sala— No creo que Dumbledore supiera quienes serían exactamente los que morirían, pero si sabía el daño que causaría la batalla contra Voldemort —Hermione observó a su amigo esperando a que dijera algo, pero solo guardó un largo silencio esperando a que ella hablara— Harry... —Le dijo suplicante—.

—No Hermione, ¡esto está mal! —Se había levantado de su sillón— ¡Dumbledore está mal!... ¿Te imaginas las consecuencias…? —Le costaba hablar— ¿Y si conseguimos que el que vuelva sea Voldemort, o que mueran otros en vez de los que ya han muerto? —Le tiró esas preguntas a la cara con enfado—.

—No Harry, eso jamás ¿por quién me tomas? ¿Sabes hace cuánto tiempo tengo noción de esta carta? ¡Hace 2 años! —Su amigo la miró perplejo—.

—¿Y qué piensas hacer con Dumbledore? ¿Crees que no se dará cuenta? ¡Él es experto en Legeremancia Hermione!—.

—Lo sé, Harry, y yo soy una experta en oclumancia, no me desaparecí todo un año por vacaciones, ¿sabes?—.

—Por eso me hablaste hace un año… —Se pasó las manos por la cabeza— ¡Cielos Hermione! Ya estabas preparándote—.

—Si, aquella vez te hable de un viaje al pasado, fue para ver tu reacción. No me dijiste mucho, pero note como se te iluminaban los ojos ¡Yo sé que también los quieres de vuelta!—.

—¿Para qué me dices todo esto? —Volvió a preguntarle— ¿Qué quieres realmente?—.

—Tu asentimiento. No volveré si tu no me lo permites —Se acercó a su amigo— Aunque si me dices que no, sería muy frustrante —Le dio una media sonrisa— No tienes idea cuanto me ha costado hacerlo—.

—¿Y piensas ir tu sola? —Hermione respiró aliviada, al menos estaba considerando el viaje—.

—Por supuesto, Dumbledore me encomendó esta tarea a mí, y ahora entiendo por qué —Le dio una tierna mirada— Eres demasiado igual a tu padre—.

—¿Qué tiene que ver mi padre en esto? —Harry se puso tenso— ¿No me dirás que piensas volver a su época? —Lo dijo como si no pudiera creerlo—.

Hermione solo asintió con la cabeza, ya veía venir su avalancha.

—Pero Hermione qué caso tiene volver a esa época, si los que queremos salvar son a Fred, Tonks y Lupin. Además…—.

Hermione trato de no interrumpir el discurso de Harry, esperó paciente a que tomara aire y cesara de hablar. Aunque lo dejó hablar, la molestia estaba grabada en su rostro.

—Harry, sé que es difícil de entender, pero trata por un momento… —Hermione dio un largo suspiro— Le di muchas vueltas… ¿ya te dije que llevo pensando en esto 2 años? —Él iba a interrumpirla, pero ella habló antes— Dumbledore puso en esa carta que no necesitaba "ordenar todo el caos para ver resultados" y creo que sé a qué se refiere —Hermione meditó un momento antes de hablar— …Luego hice la conexión con lo que tú me contaste hace unos años, acerca del gran lamento de Dumbledore por no haberte explicado nada acerca de tu conexión con Voldemort, que como si bien recuerdas —Trató de decirlo lo más rápido que pudo, para no hacer sentir mal a su amigo— desencadenó en la muerte de tu Padrino. —Hermione tomó aire— …Creo que si Sirius siguiera vivo, ni Fred, Remus ni Tonks habrían muerto —Su amigo iba a preguntarle cómo podía estar tan segura de lo que decía, pero Hermione se le adelanto— ¡No me preguntes por qué, porque no lo sé! —Bajó el tono de su voz con miedo de despertar a Ron— Lo único que sé es que tomando como referencia el consejo de Dumbledore y lo que te dijo aquella vez… Todo apunta a Sirius. Estoy segura que él es la única persona a la que tendría que salvar. Si me equivoco todo seguirá como siempre y si lo que hago es lo correcto, nuestros caídos estarán de vuelta a mi regreso—.

—¿Y mis padres? —Preguntó Harry un tanto dolido— ¿Ellos no merecen salvarse?—.

—Sabía que me preguntarías por ellos, y es por eso mismo que la carta es para mí y no para ti, Harry. Por muy doloroso que sea, —Agregó al ver la mirada furiosa de su amigo— si a tus padres nunca los hubiese matado Voldemort… —Hermione se asustó de sus propias palabras— Reescribiríamos la historia completa, no quiero ni imaginar qué futuro estaríamos viviendo—.

—¡Pero si es lo mismo que tú piensas hacer! —Le espetó Harry—.

—¡No, no lo es! —Trató de explicarse— Harry, yo no intervendré en la historia, seré muy cuidadosa de no revelarme a nadie más que a Sirius —Hermione puso tono de precaución— Y eso solo sucederá, en el caso de que no me quede otra opción—.

Hermione notó como la respiración de Harry se iba calmando, aunque seguía con aire furioso. La idea de no poder salvar a sus padres debía de dejarlo muy impotente.

—¿Y Ron? ¿Qué va a ser de él?—.

—Él no puede saberlo —Hermione sintió como se le encogía el corazón— No me dejará viajar, lo sabes. Me cuida demasiado. Además, cuento contigo para que lo cuides por mí. Podrán cuidarse los 4, Ginny no está mejor que ustedes dos. También lo sabes —Le recordó su amiga y vio una punzada de dolor en el semblante de Harry. Ginny era muy apegada a Fred—.

—No puedes ir sola Hermione—.

—Si puedo, no me insultes Harry, llevo 2 años planeando esto —Harry trató de esconder la impotencia de no verse envuelto en el mismo viaje de Hermione— …Tú tienes que estar al lado de Ginny, no puedes dejarla sola. Ella ya tiene suficiente con preocuparse por George y encima tener que preocuparse por un esposo desaparecido—.

—Sé que no me dices todo esto solo para tener mi asentimiento, ya entendí que quieres mantenerme a raya —Le dijo furioso, su amiga se percató de que Harry ya no sabía cómo debatirle, porque como siempre, le había encontrado la razón— Pero Hay algo más… ¿no?—.

—Si, es cierto —Hermione se posó la varita en la cien y unas hebras plateadas se despegaron de su cabeza, acto siguiente las depositó en un frasquito— Necesito que recuerdes… que sepas qué sucedió. No sé qué cambios pueda traer mi visita al pasado y menos la venida de Sirius… Si es que tengo éxito —Le tendió el frasquito con sus pensamientos—.

Harry recibió a regañadientes los pensamientos de Hermione. Aún se negaba a aceptar que no la acompañaría.

—Entonces… ¿Tengo tu permiso Harry? —Le preguntó sin soltar el frasquito. Harry la miró unos momentos y asintió levemente— No puedes decirle de esto a nadie, solo tú y yo lo sabemos—.

—No me has hecho un hechizo de granos o algo peor ¿Verdad? —Quiso saber Harry algo asustado y menos furioso, mientras recordaba los granos de la amiga de Cho—.

—No, por supuesto que no, confío plenamente en ti—.

—¿Estarás para el nacimiento del bebé? —Hermione sonrió ante la pregunta—.

—Me encantaría, pero dentro de una semana ya me habré ido. Lo cual me recuerda… —Sacó de su túnica un frasquito de un azul brillante— Que tienes que beberte ésto en la próxima luna nueva—.

—¿Para qué es esto? —Lo miró con precaución—.

—Para que el cambio del espacio/tiempo no te afecte—.

—Ya veo —Hermione notó como Harry no quería que le explicara el significado de esas palabras, porque preguntó al instante— ¿Cómo lo lograste? ¿Realmente esa ecuación lo resolvió todo?—.

—Así es, no fue fácil —Le respondió— pero no te puedo hablar de ello. Sé que no resistirías la tentación de… —Hermione trató de decirlo de la manera más educada—.

—Entiendo… —Ya había abierto la puerta de salida— Sabes, Ron pensaba que lo estabas engañando —Harry sonrió al ver la cara de sorpresa de Hermione— Ya sabes… Por estos dos años. —Trató de explicarse— La verdad es que yo también pensaba que algo raro te estaba pasando, pero nunca creí que lo engañaras, se lo dije muchas veces —Hermione lo miró agradecida— Buena suerte Hermione—.

—Gracias Harry, cuídalo por mi —Se abrazaron un momento— No lo pierdas de vista, y si es posible, dile que me fui para buscar la cura de los hombres lobo y no por un amorío —Harry asintió— y dale mi amor al pequeño Albus y a Ginny—.

.°.°.°.°.

Los días que sucedieron pasaron rápidamente para Hermione. No podía creer que solo faltaran 2 días para la luna nueva. Estaba aterrada y no había logrado ocultarle sus nervios a Ron. El pelirrojo cada día la miraba más ceñudo y Hermione no lo apaciguaba con sus miradas culpables.

—Hermione si estas así por la boda… —Le soltó Ron la noche en que Hermione tendría que partir—.

—No, no… Ron no es eso —Hermione se maldecía por no poder contarle nada— No quiero nada más en este mundo que casarme contigo. Lo digo enserio —Agregó al ver la sonrisa triste de Ron—.

Hermione no quería preguntarle qué le pasaba, porque lo sabía muy bien. Ron pensaba que ella lo estaba engañando —Lo cual no era cierto— pero ella no podía negarlo, porque si no, pondría en un aprieto a Harry.

—Hay algo que me ocultas. Sé que no soy tan inteligente como tú, —Todo lo decía con dolor y resentimiento— Pero puedo darme cuenta que… —.

—Te amo, Ron. —Lo cortó en seco con un profundo beso— Ha sido así desde el colegio y créeme que no ha cambiado —Acarició su cabello— Sé que me notas ausente y distante, pero te juro que no son por los motivos que te imaginas. —Le mantuvo la mirada unos segundos— Habrá un momento en que te contaré todo —Trató de explicarle— hasta entonces no cuestiones mis sentimientos, porque no podría… no podría… —Se calló de pronto, le costaba hablar, notaba el nudo que se le estaba haciendo en la garganta y no quería que su última noche con Ron se resumiera a lágrimas—.

—¿Entonces no tengo de qué preocuparme? —Le preguntó Ron un tanto más aliviado—.

—No, por supuesto que no —Hermione lo besó dulcemente— No hay nadie más que tú. El resto son solo los libros —Sonrieron mutuamente—.

Hermione sabía que Ron no estaba del todo satisfecho con lo poco que le había dicho, pero al menos bastaría por un tiempo.

—Ya sabía yo que algún día tendría que competir con esos malditos libros —Sonrió más abiertamente— Sabes, hace un tiempo que no tenemos… Ya sabes… —Hermione no entendía el bochorno de Ron por hablar de sexo, era algo que muy en el fondo le molestaba, pero no era tema para discutir en ese momento. Solo lo hizo callar con un dedo y lo atrapó en un abrazo, esa noche quería llevarse más que un beso—.

Unos momentos más tarde, Hermione se encontraba en su despacho, feliz, pero abatida. No había sido uno de sus mejores encuentros con Ron, pero llevaban meses sin tener uno, quizás a la mañana siguiente habría sido mejor, pero no era posible… Lamentaba más que nunca tener que dejarlo, pero no podía seguir aplazando el viaje.

Estaba decidida.

Se puso frente al espejo de cuerpo completo. Comenzó el cambio, con un solo movimiento de su varita el cabello le cayó liso sobre sus hombros y su color castaño paso a ser negro. Después de tantos años se había vuelto una experta en su pelo.

Lo próximo serían sus ojos, no podía estar cambiando su cara diariamente, podría olvidarse de algún detalle en algún momento, así que lo mejor sería utilizar lentes, unos lentes redondos de cristal azulado, que escondieran sus ojos castaños.

Ya habiendo terminado con su aspecto, se dispuso a cambiarse de ropa. Había pensado que darse una apariencia gordita seria lo mejor, pero al igual que cambiarse el rostro, era muy arriesgado. Seguiría tal cual estaba, alta y delgada, con las túnicas tradicionales, pero oscuras.

Se miró en el espejo satisfecha. Era otra bruja más dentro de muchas, cualquiera tendría que haberla mirado más de una vez sólo para decir que posiblemente y, sólo quizás tuviera algún parecida a alguien que conocía, pero sin saber a quién. Por supuesto, Hermione no tenía miedo que la reconocieran, porque aún nadie la conocía en esa época, pero en unos años más si la conocerían. No podía arriesgarse.

Tomó el mismo bolsito de cuentas con el que había emprendido la búsqueda de los Horrocruxes y se la colgó del hombro. Dentro iba todo lo que podría necesitar.

—Estás lista, futura Profesora de Artes Oscuras del colegio Hogwarts —Se dijo sonriéndole a su reflejo—.

Miró un momento hacia la puerta como esperando ver a Ron, esperando que le preguntara de nuevo qué se traía entre manos. Si lo hiciera, esta vez no se negaría a contárselo todo y, hasta le rogaría que la detuviera. Pero no pasó, sabía que Ron dormía plácidamente. Volvió a mirar el espejo y le habló:

—Estoy lista… —El espejo dejó de reflejar a Hermione y dio paso a una puerta. Vaciló un momento, pero no fueron más que segundos, cruzó con decisión—.

La puerta del espejo daba a una larga escalera en picada. Abajo había una estancia pequeña cargada de humedad. En el centro había un caldero sobre un fuego azul y unos metros más allá un árbol minúsculo, parecido a un bonsái.

—Muy bien, ahora solo tengo que verter todo lo que resta en el caldero sobre el árbol y… Esperar—.

Esperó unos minutos sin quitar ojo del árbol. De una de las ramitas nacieron dos pequeños frutos verdes, no más grandes que una mandarina. Cogió los dos, uno lo metió dentro de una burbuja, ésta estaba llena de un líquido incoloro y la metió en el bolsito de cuentas. Mientras que la otra la aferró con su mano izquierda. Hizo desaparecer el caldero y el árbol.

—Ya está… —.

Miró con miedo el fruto de color verde, si todo resultaba bien, al momento de comerse el fruto se encontraría en el 7º curso de Sirius Black, si no era así, habría acabado... No quería ni imaginárselo.

Quiso contar hasta 10, pero sus nervios no la dejaban tranquila. Se metió el fruto en la boca y masticándolo a medias, lo tragó.

Antes de perder la noción de su cuerpo. Se vio recordando todas las expresiones, las risas y caricias de Ron.


Espero muchas/os hayan llegado hasta aquí y comiencen este viaje con Hermione y, por supuesto, Sirius Black.

Si llegaste hasta aquí y te gustó lo que leíste, déjame un review. Detrás de cada obra hay una gran imaginación y creatividad que son necesarias para crear y escribir un fic ¡cuesta un montón!, pero dejar un review no cuesta nada ;)

C o r Ne L ia E s c i p I óN