Boku no Hero Academia/My Hero Academia no me pertenece.

Por fin pude escribir algo de ellos.

MightyShield.


Mancillado

—¿Dave, ocurre algo? —pregunta confundido el más alto.

Pero el susodicho no responde, su gesto indescifrable y su mirada fija en un punto en específico, en una zona del cuerpo del blondo. El héroe profesional termina de quitarse la playera y comienza a preocuparse porque el castaño no reacciona.

Deja la prenda sobre el aparato de escaneo y se aproxima al científico.

Pone su mano derecha sobre el filo del respaldo de la silla que ocupa el hombre y alza la izquierda con la intención de tomar su rostro —Dav-ngh —cierra los ojos y se encoge de repente.

El castaño toca la piel lacerada, la punta de sus dedos apenas roza las cicatrices y la delicada caricia estremece al veterano héroe.

Su rostro consternado, casi asustado ante la vista frente a él, sabía del accidente que había sufrido pero no había tenido la oportunidad de ver la cicatriz hasta ese momento. Luce desagradable y dolorosa y no puede evitar que su mente se llene de ideas, ideas egoístas.

Si All Might nunca se hubiera ido de Estados Unidos jamás habría sucedido ese accidente.

Frunce el ceño y continúa tocando el estigma en el costado izquierdo del hombre, tienta cada punto y cada línea de piel cicatrizada, como si quisiera grabar su forma y el tacto áspero. Lo hace una, dos, tres veces, lo hace con esmero y delicadeza, con devoción.

—Mmf... Dave —lleva el dorso de su mano hacia su rostro y ahoga el sonido de los suspiros que el más bajo le provoca.

Fija su mirada turquesa en el abdomen herido de su viejo amigo y cuando coloca su palma sobre la cicatriz para cubrirla se ve interrumpido.

—¡Dave! —le toma por la muñeca y aleja su mano de su cuerpo.

David sale de su trance, ve el agarre en su brazo y alza la vista hacia el rostro ajeno: sus mejillas están rojas y respira apresuradamente, luce nervioso, avergonzado quizás.

—Lo-lo siento Toshi —baja la mirada y acomoda sus gafas sobre el puente de su nariz con su mano libre.

El castaño pone un gesto dolido —Dave, no te preocupes por esto.

Levanta la cabeza y aunque el mayor le sonríe no puede corresponderle. El hombre que conoció en su juventud, aquel héroe lleno de jovialidad está desapareciendo; ya no es joven, está roto y poco a poco se deteriora más. Él fue quien le hizo entregarse por completo a la ciencia, a sus investigaciones... y ahora el faro que ha iluminado su camino comienza a apagarse.

Si tan solo nunca se hubiera ido.

Desesperado agarra el brazo del más alto y por un instante vacila al darse cuenta de lo delgado que es —¡Toshi —lo mira a los ojos, con decisión —, quédate aquí, conmigo!

—¿Eh?

El de gafas se levanta y disminuye la distancia entre ellos sin darse cuenta.

—¡Si te quedas... encontraré una forma de ayudarte! —trata de sonar convincente pero ni él mismo cree en sus palabras.

No es como si no quisiera hacerlo, es sólo que en ese momento no está pensando en la gente que podría salvar, está pensando en proteger a su viejo amigo... porque si se quedase en la Isla-I jamás podría irse.

Y no puede soportar eso, su corazón no podría.

El rubio sonríe con tristeza —Sabes que no puedo hacer eso.

Hazlo por mí, mas no puede pedir eso.

—Soy el Símbolo de la Paz, Dave.

No, ya no lo es y lo sabe, le ve a través de las lentes, está muriendo.

Frustrado agacha la cabeza, no importa cuántas veces se lo pida, siempre le dará la misma respuesta. All Might vive por su gente y nada cambiará eso.

Ni siquiera él.

Con cuidado mueve su palma por el brazo del otro hasta llegar a su muñeca, Toshinori suelta el agarre que mantiene en su mano derecha y aprovecha eso para entrelazar sus dedos. No está seguro de lo que hace, jamás ha querido sofocar al hombre con sus sentimientos pero ahora... ahora lo necesita porque no sabe si habrá una próxima vez.

Lleva la mano del héroe hasta su boca y besa el dorso, muy cerca de sus nudillos.

—...Dave —el mayor se encoge de hombros y los colores se le suben al rostro —, Dave no, no podemos...

Mientras se acerca más, desapareciendo el espacio entre ellos, Yagi retrocede, intentando evadir sus gestos y caricias. Pone una de sus manos en la cintura del mayor y entorna los ojos al advertir cómo su cuerpo se ha transformado, es tan magro.

Retroceden hasta que la parte trasera de sus muslos choca contra el borde de la cama del aparato de escaneo y el blondo se sienta en ésta, en otro intento por huir de él.

Con la palma de su mano derecha le detiene —Dave, ya lo habíamos hablado, nosotros no... —insiste, pero lo hace con una voz tan suave y casi silenciosa que sabe que no está siendo sincero.

Quiere llorar, siente cómo le arden los ojos y su respiración se corta —Ya no somos jóvenes, Toshi —toma la mano que ha puesto en su abdomen y acaricia sus largos dedos. Percibe al héroe crisparse y desde arriba lo mira directamente a los ojos.

¿Cuánto tiempo nos queda?

La mirada de Toshinori cambia y siente una punzada, se ve tan desolado. Se inclina sobre él entretanto suelta sus manos y toma su rostro, toca sus hundidas mejillas y advierte el cálido aliento ajeno antes de besarle.

El héroe se ha negado tantas cosas, demasiadas, con tal de ser el Símbolo de la Paz, incluso su amorío de juventud. No podrían recuperarlo aunque quisieran, así que le pide esto, una última vez.

Dice su nombre cuando el beso termina y su mano se aferra con timidez a su camisa.

Sonríe y lo empuja con delicadeza para que se recueste, observa su cuerpo delgado y mancillado; ha pasado tiempo desde que sostuvo el cuerpo del rubio entre sus brazos, es tan diferente de como lo recuerda y es inevitable que llore.

Llora por Toshinori, por él, por ambos. Por lo que no fueron y lo que no serán.

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