Disclaimer: applied.
.
PERFECTA
.
.
.
Nos conocemos desde pequeños, desde los cinco años cuando te mudaste a la casa vecina junto a tu familia y a tu primo Neji, y siempre habías sido tan tímida y tierna, diferente a todas las demás niñas. Cuando me acercaba a ti ponías roja y te desmayabas, te consideraba rara y extraña, pero sabía que aun así tu timidez se debía a tu inseguridad y, por eso, decidí ser tu amigo.
El tiempo pasó y crecimos, habías perdido la timidez pero aun así seguías conservando el carácter tierno y apacible. Eras hermosa, amable y una gran amiga y consejera, incluso Sakura-chan y Sasuke-teme se hicieron novios porque tú los ayudaste, porque con tu dulzura característica le hiciste ver al idiota que el orgullo no lograba nada y que algún día Sakura-chan se cansaría de sus desplantes y su desamor. Ser cupido de ellos dos no te bastaba y lograste que el amor floreciera en todos lados con éxito.
No obstante, los dos seguíamos solos, yo salía con cuanta mujer pudiese, pero ninguna lograba hacerme sentir bien, ninguna tenía tu calidez ni tu amabilidad, ninguna era como tú.
Y tú pronto encontraste a quien querías, Kiba, un amigo mutuo, te la pasabas con el todo el día olvidando que existía. Salían en todos momentos, ya no pasabas tiempo conmigo, todo tu valioso tiempo, tus sonrisas, todo se lo dedicabas a él.
Sin embargo, un día viniste a mi casa llorando porque acababas de descubrir a Kiba engañándote.
—Ese no es el problema —decías entre sollozos mientras te abrazaba pensando en la paliza que le daría al chucho—, no me importa que me haya engañado.
— ¿Entonces cuál es el problema? —pregunté tratando de calmarte.
—Es que acabo de descubrir que no me importa que me haya engañado —respondiste riendo de forma extraña.
—Eres extraña, Hinata —dije.
—Lo sé —me contestaste —, me lo has dicho tantas veces, Naruto-kun.
Reíste y lloraste, la verdad no te entendía, prendiste la radio y empezaste a dar vueltas por la sala en un ritmo lento y sosegado, parecías casi volar, intentabas olvidar y no pude dejar de mirarte todo el tiempo, absorto. Las palabras de Sakura-chan parecieron venir a mi mente jugándome una mala pasada mientras te admiraba, envidiando al tonto de Kiba que desaprovecho lo dulce y buena que eres. En el fondo aunque no lo aceptara te amaba, Sakura-chan había dicho que decírtelo no cambiaría nada, que solo lo mejoraría y quizá en ese momento de vulnerabilidad comprendí que realmente quería hacerlo, decirte lo que me hacías sentir.
Me sacaste de mí de departamento y me llevaste a rastras a un bar, reímos, nos emborrachamos y bromeamos, nos dedicamos a pasárnosla bien, a olvidar que éramos los únicos en nuestro grupo de amigos que estaban sin pareja, en especial ahora que terminaste con Kiba. En ese bar ahogamos nuestras penas.
Llegamos a mi departamento muy entrada la noche, estábamos cayéndonos de borrachos y seguíamos riendo, te dejé sentada en mi cama y traté de dormir en el sofá pero no soltaste mi mano. Me regalabas una sonrisa tan bonita, de esas que solo tú das, me sentí hechizado ante tus ojos, ante tu dulzura, ante ti. Y sin saber lo que hacía te besé, te sorprendiste, pude sentirlo, pero me correspondiste.
Fuimos tan buenos amigos hasta hoy y tú solías amarme en el pasado, cuando yo ni siquiera lo notaba, solo cuando te rendiste yo empecé a mirarte de forma diferente –cuando lo pienso quizá fue eso lo que usaste para abrir los ojos de Sasuke-teme —, que sentí que estaba aprovechándome de ti.
Estábamos borrachos, estabas herida y yo estaba siendo un imbécil, y aun así no me detuve, seguí besándote, tirando nuestra amistad por algo que no se podía calificar.
No me importo si todo se arruinaba, seguí perdiéndome en las caricias que me dabas, recorriendo tu cuerpo con mis manos, acariciándote, amándote, solo a ti, la única que quería. Y luego comprendí entre el tiempo que pasaba que tú aun no habías dejado de amarme y que no me lo merecía.
Te necesitaba y no te dejaría, eres perfecta, perfecta para mí, con tus risas y sonrisas, con tus lágrimas y tus caricias, con tus regaños y tus consejos.
Eres perfecta, perfecta para mí.
Que tonto fui, siempre estuviste a mi lado y antes no lo noté pero ahora no dejaría que nada se interpusiera entre nosotros.
La noche fue testigo de nuestro amor, y aun así, sabía que no importaba si nadie lo supiera, te amaría por siempre.
De pronto entreabriste los ojos y sonreíste con dulzura.
—Te amo —susurraste antes de quedar dormida en mis brazos.
—Te amo, también —te dije dándote un beso en la frente.
Eres mi amiga, mi amante, mi mujer, lo que siempre soñé, eres perfecta.
.
.
Editado (30/04/17)
Uhm…supongo que por otro lado están estos fics donde me pregunto dónde están Naruto y Hinata y quiénes son esos OCs a los que he puesto sus nombres. Intenté arreglar lo mejor que pude aunque aún no estoy convencida, quizá después solo lo borre.
Como sea, por el momento 5° historia corregida :)
