Corpse
Disclaimer: Shaman King es de Hiro.
Un cadáver. Eso era lo malo; alguien tenía que dejar de ser alguien y comenzar a ser un cadáver para que nosotros pudiésemos pillar a los malos.
-Horokeu Usui. Tenía diecinueve años- en la pantalla apareció la foto de un chico de cabello azul. Sonreía. Un cadáver de diecinueve años-. Hallaron su cuerpo esta mañana en una playa apartada, en Niseko, al sur de Hokkaido.
Ahora, una foto de la localización. El cadáver estaba escondido y la arena cubría gran parte de si torso y sus piernas. Parte de su cara y brazos estaba desgarrada. Gaviotas.
-Dos disparos en la cabeza. El asesino estaba detrás de él cuando le disparó. Tenía moratones en los brazos y el torso, como si hubiese forcejeado con el agresor. Tendremos más detalles tras la autopsia.
-Es muy probable que el asesino viva cerca; es una playa extensa, y el cuerpo fue encontrado en un sitio bastante poco frecuentado. Está bastante apartado de la orilla…
Meene asiente. Esta noche saldremos para allí.
… Esta noche es larga. El viaje también. Aunque dura sólo un par de horas, se me hace pesada la idea. Es el primer caso serio al que Meene me deja acudir. Hace tres meses, comencé a trabajar en la Brigada Criminal de Tokio. Esta era mi oportunidad.
Nos alojamos en un hotel cercano a la comisaría de Niseko. No puedo dormir es noche. La imagen de la carne de un chico de diecinueve años atragantada en las entrañas de las gaviotas me atormenta. Miro el reloj: las cuatro y doce. Abro los ojos. Para mi sorpresa, he podido dormir.
Miro el reloj: las cuatro y veintisiete.
Resignado, porque, aunque me rindo ante la idea de poder volver a conciliar el sueño, sé que no será así. Comienzo a releer el informe de la víctima.
Horokeu Usui, diecinueve años. Su madre murió en un accidente de tráfico.
Antecedentes por posesión de drogas, conducción bajo estupefacientes, asalto a una propiedad privada, conato de robo… fue ingresado en un reformatorio dos años por agredir a un agente de policía. Se le sumaron siete meses por escándalos una vez dentro.
'Lo hacía por defender a mi colega, tío. Tú harías lo mismo; el tío se estaba pasando con Ren, así que tuve que hacer algo'
Miro el reloj. Las siete menos cuarto de la mañana.
Casi aliviado por lo rápido que parecía pasar el tiempo cuando sacaba teorías sobre la vida del cadáver que ocupaba mi lástima, cogí el teléfono, a sabiendas de que era Meene la que llamaba.
…
Al parecer, la playa donde se había encontrado el cadáver era territorio ainu, aunque cualquiera podía pisar el lugar, siempre y cuando respetasen aquella extraña utopía que se había formado; cualquier surfista que practicase allí, debía cuidar la playa.
Habían rodeado una roca alta de flores, velas, fotografías y deseos de buena suerte hacia Horokeu. Unos cuantos chicos lloraban emocionados allí. La noticia había volado.
Lo que llamó mi atención, fue un grito. Me giré hacia el grupo de jóvenes, donde uno de ellos, del cual se aferraba una chica rubia, miraba, apenado, a otro muchacho.
Toqué el brazo de Meene, para señalarle la dirección de ellos. Eran unos siete, más o menos. El chico que había gritado llevaba el cabello violeta, en un peinado llamativo y ropa desalineada. Una muchacha de cabello grisáceo y brillante tiraba del brazo.
-¡Te he dicho que me sueltes!-gritó otra vez, zafándose del agarre de la chica. Avancé un par de pasos, hasta sentir la mano de Meene en mi hombro, indicándome que aguardara.
-Ren, relájate…
-¡¿CUÁNDO?- gritó otra vez. Cogió por los hombros al chico castaño que le miraba, como desesperado- ¡Te he preguntado que cuándo, Yoh!
-Le encontraron hoy, Ren… no sabemos más.
El chico se quedó estático un momento, dejando caer los brazos a ambos lados de su cuerpo.
La chica de cabello gris le acarició la espalda un par de veces. Él volteó, y dio un manotazo para que se separase. Se acercó a una chica de cabello castaño, y la miró a los ojos.
-Todo esto es por tu maldita culpa-casi gruño, mirándola de manera hostil, antes de separarse de ellos dando largas zancadas y pateando piedras a su paso. La chica de cabello plateado le siguió, recibiendo los insultos y blasfemias del chico.
Miré a Meene, que observaba la escena con los ojos entrecerrados. Me miró también, antes de hacer un gesto con la cabeza en dirección a ellos. Seguí sus pasos cuando se encaminó hacia ellos, viendo cómo la chica a la que había gritado el pelivioláceo se abrazaba a otro chico, hundiendo su rostro húmedo en el pecho del mismo.
-Disculpad-Meene habló, acaparando la atención de todos. Sentí un nudo en la garganta al ver los ojos rojos e hinchados de aquellos muchachos sobre nosotros-. Soy Meene, de la Brigada Criminal de Tokio, y él es mi compañero, Lyserg.
Hice un gesto con la mano, al verme incapaz de hablar por la pena atragantada en mi tráquea. La chica víctima de los gritos del muchacho pelivioláceo sorbió por la nariz tras ver la placa de Meene, asintiendo.
-Yo soy Damukko-explicó, antes de mirar al chico del que se abrazaba.
-Allen-se presentó. Miró al chico que estaba a su lado, también castaño y muy alto-. Él es Doddo (1), y ellos Yoh y Anna- señaló a otro chico castaño, el que había hablado con el pelivioláceo, y luego a la rubia que se aferraba a su brazo.
Meene asiente.
-¿De qué conocíais a Horokeu?
Damukko se separa de Allen, aún apenada.
-Horo-Horo era mi novio-explica, haciendo una mueca para aguantar el llanto. Horo-Horo debía de ser su apodo.
-Nosotros éramos amigos-explica Yoh, asintiendo un par de veces, dejando claro que se refiere a todos los restantes. Me doy cuenta de cuánto le cuesta decir ese éramos.
-¿Os conocíais hace mucho?-pregunto yo, viéndome incapaz de hablar demasiado fuerte. Tal vez por respeto.
No, no. Sé que es por lástima.
-Bueno… Horo-Horo y yo comenzamos a salir hace poco más de dos meses-explica Damukko, soltando un par de lágrimas que no seca, dejándolas resbalar hasta el suelo.
-Todos le conocimos en diferentes momentos. Doddo y yo éramos sus amigos desde pequeños. Pero Yoh y Anna le conocieron hace un par de años- Allen le acaricia la espalda a Damukko al tiempo que habla y se esfuerza por no llorar.
Meene asiente.
-¿Sabéis quién podría querer matar a Horokeu?-pregunta, haciendo que a la rubia, Anna, se le escape un sollozo y se abrace a Yoh.
El castaño , como intentando comerse esas palabras, traga saliva con fuerza.
-No. Todos aquí queremos mucho a Horo-Horo-explica, intentando sonreír ante el recuerdo de su amigo. Me hace sentir peor el hecho de que, según sus palabras, siguen queriendo a Horokeu. A un cadáver.
Meene vuelve a asentir, antes de entrecerrar un poco los ojos.
-¿Quién era ese chico que estaba gritando?-pregunta.
Yoh suelta un suspiro. Casi por instinto, miro a Damukko, que suelta un sollozo apretando con fuerza un puño.
-Es Ren-explica, con tono amargo. Ren. Sólo entonces me doy cuenta de que es el mismo chico al que Horokeu nombraba en su declaración ante el juez cuando fue acusado por golpear a un policía.
-¿Sois amigos también?
Duda un momento, antes de contestar:
-Antes más que ahora-explica, aún dudoso-. Él y Horo eran muy amigos.
-Amigos- masculla por lo bajo Damukko, en tono resentido.
Frunzo el ceño.
-¿A qué te refieres?-pregunto, mirándola.
-Ren no era amigo de Horo-Horo-explica, enfadada, cesando sus lágrimas-. Siempre estaba metiéndole en líos y obligándole a hacer cosas.
-Sabes que eso es mentira-interrumpe Anna, hablando por vez primera. Mira de frente a Damukko. Tras uno segundos, la de cabello castaño aparta la mirada.
Sé que Meene querrá hablar más tarde con Damukko, así que no insisto.
-Muchas gracias.
Meene y yo nos despedimos. Ella insiste en que la avisen de darse el caso de que recuerden o sepan algo. Asienten, y nos alejamos de allí.
-¿Y ahora?
-A hablar con el padre de Horokeu-suelta un suspiro.
Es la peor parte, asegura.
(1)Doddo es un oso, espíritu acompañante de Allen. Tuve que recurrir a él a base del escaseo de personajes.
Mi geeente TT-TT
Este Fic va por Joseph. Porque espero que, en algún momento, se atreva a escribir su primer Fic. Sé que será bestial ^-^
Es mi primer Fic policíaco (se nota, lo sé), así que entendedlo, por favor. u_u
¡Gracias por leer!
