Nota: Este es el primer fanfic que escribo y he subido a internet xD hay muchas canciones que inspiraron el fic por lo que se podría decir que es una especie de songfic :v Una amiga me ayudó con los diálogos. Llevaba tiempo queriendo escribir un ArgMex sinceramente xD.

Dedicado a Aida-senpai

Hetalia no me pertenece ni ningún personaje de esta historia, todo va a sus respectivos creadores.

Sin más aquí está el primer capítulo.

Advertencia: Este es un fanfic Argmex yaoi, si no te gusta el género o el ship, no lo leas y ya :T

1ra canción "El extranjero"-Paté de fuá.

Martín tenía la habilidad de encajar a cualquier lugar que llegaba, así que no tenía inconveniente en ir con sus padres a cada lugar que tuvieran, aún cuando amaba a su país de origen, es decir Argentina, prefería ir en lugar en lugar. Ahora estaba en la Ciudad de México, después de vivir alrededor de seis meses en Inglaterra. Se notaba el contraste, tanto en la gente como en el clima. En Inglaterra siempre tenía frío. Y el clima de la Ciudad de México era un poco más caluroso, sin embargo, no era exagerado. Salió de su departamento para explorar su nuevo vecindario, tras caminar un par de cuadras, observando los alrededores, se encontró con una plaza, O era una tienda departamental? ¡Qué importa! ¡Ya había entrado!, ni recordaba cuando había cruzado los estacionamientos, pero en fin, el era muy impulsivo a veces, al lado de él pudo ver un restaurante, enfrente de aquel lugar había una cafetería, no, no era una de esas con la sirena mutante como logotipo, parecía más tradicional, inmediatamente se adaptó al ambiente de el local y decidió ir a la caja por un café, dirigió su paso a la fila, al acercarse chocó con alguien que derramó su café encima de su remera azul. "Mi favorita..." pensó con desgano, y como un lento estímulo dio un leve gemido de dolor y dirigió sus ojos verdes hacia el culpable de ¡Semejante acto de vandalismo! Frente a él se encontraba un muy apenado un moreno de ojos color café, como su playera, antes color azul...

-¡Perdóneme!-Dijo el vándalo, si, Martín exagera un poco pero ¡Era su favorita! ¡Su mamá lo iba a retar! Pensaba en retar al chico frente a él, pero, cambió de idea al verlo a la cara, los ojos cafés del contrario se encontraron con sus ojos verdes. Ambos desviaron la mirada, Martín se sentía nervioso. Pero una voz femenina interrumpió su "Conexión mística"

-Juan ¿Qué esperas?-La chica habló con un tono de molestia, aunque no mucha, en su voz.

-Oh! Disculpa a mi hermano, amigo.-Dijo un poco más calmada al percatarse de lo sucedido. Martín salió de sus pensamientos para decir un "No importa" El chico, que aparentemente se llamaba Juan se limitó a asentir con una sonrisa.

-Hasta luego, Juan~.- Exclamó como despedida el ojiverde . El moreno se tensó un poco al escuchar su nombre salir de la boca de un desconocido.

-Sí, adiós.- Y se fue detrás de la chica. El "rubio" vio al castaño irse hacia una mesa, la cual al parecer compartía con su hermana. Se formó, pidió un café recomendado por la cajera al notar que Martín era extranjero. Fue caminando hacia una mesa hasta que escuchó una voz familiar llamarlo -Hola, ¿Vienes solo? ¿No te quieres sentar con mi hermana y yo? Volteó y vio al chico con el que había chocado con anterioridad.

-Claro. -¿Te ayudo con tu café? -No vayas a volver a chocar, ahre.-Dijo mientras le daba alegremente su vaso. Notó que el mexicano no había entendido que era una broma, pues el entrecejo se le comenzaba a arrugar.

-¡Era una broma! Vamos. Se dirigieron hacia donde estaba la hermana de Juan. Martín tomó asiento justo al lado del castaño.

-Hola, soy Itzel, el es Juan, y quiere saber quién eres...-Dijo emocionada, Juan se dio una palmada en el rostro visiblemente apenado por la indiscreción de Itzel.

-Yo soy Martín.

-Mucho gusto.- Dijo la chica, pero su teléfono sonó, irremediablemente Itzel contestó.

-Me tengo que ir, Efraín quiere que le ayude en algo.

-Me lo saludas...ehm no, mejor no, me caga.-Efraín era el novio de Itzel, la relación entre Juan y el centroamericano nunca fue bueno, ya que el guatemalteco se empeñaba en recalcar todo lo malo del mexicano y pues ¡Ni modo de que se fuera a dejar! Itzel se despidió guiñandole un ojo a Juan, que lo veía en la casa, "Cuídate escuincla*" Le dijo su hermano, ella replicó diciendo que era mayor que el por cinco minutos y se fue, no sin antes despedirse de Martín y decir un "Los dejo solos."Se quedaron en silencio un momento, así que Juan decidió hacer una pregunta, no le gustaba mucho el silencio.

-Y ¿De dónde eres?-Preguntó-Digo, tu acento es rarito.-Aclaró al notar el semblante confundido del rubio.

-Soy de Argentina, pero solo viví ahí hasta mis diez años, mis padres comenzaron a laburar en una empresa que hace que viajemos demasiado.

-¡Que chido! Yo no he salido de México más que a Estados Unidos y España, a visitar a un amigo de mi papá, y fue cuando estaba chico, así que no me acuerdo de mucho.

-¿Tu papá tiene amigos en España?

-Uno, y ni siquiera es español, es portugués, pero, se fue a vivir ahí. No entendí mucho lo que me contaron. Pero mi papá si es español.

-Mi mamá igual y, decime, Juan ¿Tenés novia? -Tenía. Dio un sorbo a su café, ahora frío por estar hablando tanto con el extranjero olvidó que su hermana le había dado otro.

-Rompí con ella hace una semana. Martín recordó que también tenía su café, y al igual que el mexicano tomó un poco, sabía a canela, pero sin exagerar, y tenía otro sabor que no logró saber que era.

-Lo siento. -No importa, si te soy sincero, no sentía química entre los dos y no me gustaba. -¿Entonces? -Todos mis amigos empezaron a tener novia, y mi papá al saberlo me estuvo chingando de que si no tenía novia era por joto.

-Que boludes, no tener novia no te hace gay.

-¡Lo sé! Me choca, pero en fin, esta chica dijo que le gustaba y fui a pedirle, era buena onda, y por lo menos ayudó a que mi papá le bajara a su pedo.

-¿Qué?

-¡Que se relajara, pues! Tú de seguro andas con una güerita de cualquier otro país.

-No, procuro no encariñarme mucho, luego me iré a otro país y se olvidarán de mí.

El moreno sintió eso como un golpe bajo, luego pensó la razón de esto y se dijo "Pensé que podríamos ser muy buenos amigos"

-Yo no me olvidaría de ti.-Su teléfono sonó después de eso, Juan sacó su celular

¿Bueno?

¿Por qué "bueno"?

¿Alguien llamado "Bueno"?

¿No podía decir " Aloh, hola, holiwis"?

Eran algunas preguntas que se hizo Martín tan pronto como el mexicano respondió el celular. Entonces recordó lo que le había dicho hace un momento. "Yo no me olvidaría de ti" Sintió su corazón dando un salto, quizo responder muchas cosas, pero, su boca se hizo la muda. Sintió una mano en su hombro.

-Mi mamá quiere que la acompañe a un lugar, gusto en conocerte.

-Sos muy formal... ¿Me das tu número? Me caíste bien.

-Cierto.

Intercambiaron números, salieron del local y cada uno se fue por su lado. O eso pensaron.