Red Rabbit

Y ahí estaba él, en medio de la música lenta, las luces tenues y el intenso olor a alcohol. Buscaba un descanso, dejar divagar su mente… distraerse en el exótico sabor amargo de un whiskey cuyo precio roza lo absurdo, sentado en un sofá de cuero bastante cómodo, admirando el espectáculo de todos los viernes por la noche…

Lavi Bookman, un alfa y un exitoso empresario dueño de una editorial multimillonaria con prestigio internacional, sin más aspiraciones en su vida al estar en la cima de una sociedad de clase alta, con fama y dinero de sobra, con una vida bastante alocada y sin frenos. Gusta del buen vestir, impregnado siempre en una colonia varonil de olor fuerte que al mismo tiempo es opacaba por su imponente esencia de alfa.

Entre muchos de sus gustos y pasatiempos se encuentra uno en particular; cada viernes por la noche luego de una larga jornada de trabajo visita "Pole Rabbit", el night club más exclusivo de la ciudad, un lugar de encuentro para alfas, betas y omegas de clase alta. Se reserva el derecho de admisión. Y como no, Lavi es uno de esos pocos clientes; bailar, beber un poco, encontrar alguna aventura de una noche son la mayoría de sus objetivos al frecuentarlo.

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— ¡Olvida la idea de que te acompañaré a ese lugar del averno! —Kanda gruñe en fastidio, caminando a la par del pelirrojo mientras libera su cabello de la coleta que traía puesta y enrolla las mangas de su camisa de estilo oriental.

—Oh… si es por el dinero sabes bien que todo va por mi cuenta —añadió coqueto guiñando su ojo, a lo que el omega azabache respondió con un bufido rodando sus ojos en fastidio. Lavi vestía una polera negra de algodón y un par de llamativos pantalones blancos.

—No es por el dinero, pedazo de tonto. Odio esos lugares llenos de alfas altaneros y asquerosos, son unos malditos idiotas… es más, odio los lugares con muchas personas —aclara de inmediato mientras le dirige una mirada gélida. Kanda proviene de una acaudalada familia de renombre en la clase alta, el dinero le sobra al igual que su sociable amigo.

—Hee~ pero si yo soy un alfa, tus palabras me hieren, Yuu—. Reprocha fingiendo un poco de consternación colocando una mano sobre su pecho.

— ¡Tsk! —Masculla, empezando a colmarse su paciencia—. No soporto a los alfas pero lastimosamente contigo no tengo opción. ¡Y deja de llamarme por mi nombre!

Ciertamente Lavi y Kanda han sido amigos desde que eran apenas unos cachorros debido a la amistad del padre del azabache con el abuelo del ojiverde y sus respectivas familias. Razón por la cual Lavi suele visitarlo en ocasiones y pasar tiempo juntos, bueno… lo hace además para "cuidar su espalda" y para jugarle un par de bromas a pesar de siempre salir muy mal herido al colmar la paciencia del azabache. Aunque era más que claro que Kanda es alguien de temer y que sabe cuidarse solo a pesar de ser un omega puro.

—La próxima inventa una mejor excusa Yuu. Te vi la última vez poniéndole el ojo a un alfa en la fiesta de la celebración de la empresa por el aniversario… Te propongo algo: si vienes conmigo te lo presentaré, él es un amigo mío y estoy seguro de que también irá. Trabaja junto a Cross Marian, uno de los dueños de casinos más grandes de la ciudad. Quien sabe... puede que incluso sea tu pareja destinada —dice ensanchando una sonrisa cómplice, pues ya estaba ideando un modo de conseguirle de una vez por todas a su energúmeno amigo una potencial pareja.

Todos los pretendientes que pasaron por las puertas de su casa, seguros (o suicidas) al pedir su mano y bendición a su padre terminaron en el hospital. Pero Lavi estaba seguro que ese joven alfa era diferente al resto. Razón por la cual sonrió con victoria al ver la duda en la expresión del oriental.

— ¡Yo no he visto a nadie! ¡Di eso otra vez y te corto las pelotas, BakaUsagi! —gruñe enfadado, frunciendo el ceño y levantando su mano para mostrarle el puño listo para encajarse en su cara.

Lavi empieza a correr y reir de forma nerviosa buscando salvar su pellejo, o almenos evitar que Kanda deje su único ojo morado y feo tras un merecido puñetazo.

—Hey, Yuu… ¿Vas a esperar a que se haga de día? ¡Andando! —exclama con ánimos, haciendo un gesto con su mano en invitación para subir al auto. Kanda termina de bajar las escaleras de piedra hasta llegar el estacionamiento, caminando sin prisa a pesar de la impaciencia de Lavi por salir.

El alfa había tenido el descaro de pasar por su casa solo para hacerle la proposición de la salida nocturna, misma que reusó a realizar y afirmación que hubiera logrado cumplir de no ser por su hermano Marie y por su padre, quienes lo sacaron casi a la fuerza de la casa. Pensando que ellos al igual que Lavi estaban confabulando para que finalmente buscara una pareja. Cosa que le podía ser más indiferente a pesar de tener 22 años y la belleza de una mística flor de loto.

—Tsk… dame las llaves primero, maldito conejo suicida. ¿Piensas conducir sólo con un ojo?, vaya idiotez esa —asevera, arrebatándole las llaves del Porche descapotable bajo reclamos y quejas.

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— ¿Tan pronto te retractas de venir? —pregunta entre risas al ver la cara de incomodidad en el omega.

—Tsk, como si hubiera querido venir en primer lugar. De todas formas no puedo simplemente dejarte aquí y que conduzcas ebrio de vuelta a tu departamento, pedazo de idiota. Aunque la intención de irme aún está presente—, responde a regañadientes —así ya no tendré que ver tu cara de donjuán y oler tus hormonas alborotadas por sexo, ve a darte una ducha mejor, apestas—. Musita, fastidiado por tantos aromas mezclados, la fuerte música y por reconocer a un grupo que estaba cerca de la barra de tragos, siendo aquellos alfas que en su momento buscaron pretenderle.

— ¡Vamos! al menos quita esa cara de amargado, que solo hará que tu rostro se arrugue por tener siempre las cejas fruncidas y esa mirada que espanta a cualquiera —dice restando importancia a la mirada de muerte que le dedicaba, tomándose un tiempo para buscar con su mirada en todas direcciones a alguien en particular—. ¡Lo encontré! Ven conmigo —agregó luego de divisar al fondo de una de las estancias a quien con su ojo estuvo buscando desde que llegaron.

Sentados en un sofá circular que rodeaba una mesa llena de tragos estaban cierto alfa pelirrojo ataviado con ropas costosas que dejaban ver su trabajado torso descubierto por una camisa desabotonada, rodeado de un harem de omegas y betas en medio de cursis halagos y mimos… y junto a él, otro alfa, este era mucho más joven que su acompañante; de cabellos blancos, y ojos grises sentado a la par muy ajeno al escenario del mayor, jugando simplemente con el hielo que se derretía en la copa que sostenía. Este vestía una camisa manga larga de cuello alto y unos jeans oscuros.

— ¡Allen!... ¡Allen! —gritó Lavi desde el fondo, caminando de prisa y aun jalando al azabache de la mano, ignorando los improperios en más de un idioma que eran dirigidos para él.

— ¿Lavi? ¿Qué estas…—cuestiona el albino con asombro abriendo sus ojos en par, saliendo súbitamente de su aburrimiento. Una vez frente a él Lavi le tomó del cuello de su camisa y procedió a seguir con su marcha llevándoselo a rastras al igual que Kanda.

— ¡Me lo llevo por un momento! —dijo rápidamente volteando su rostro y viendo de soslayo hacia Cross quien ni se inmutó por lo sucedido.

—Haz lo que quieras con él… —dijo restándole importancia con un gesto de su mano a lo que acababa de ocurrir, regresando al coqueteo que tenía con una de las omegas que estaba prendida a él en un abrazo.

Lavi seguía caminando sin decirle al par a donde se dirigía… llegando finalmente hasta la barra de tragos.

Ya en el lugar los soltó a ambos, Allen se detuvo por la mesa alta a sus espaldas, estirando sus brazos y logrando de paso detener la caída del azabache al suelo, viendo ambos con expresión de sorpresa e ira al ojiverde frente a ellos que los miraba con una sonrisa burlona.

—Bien, ahora los presento: Yuu Kanda, Allen Walker… Allen Walker, Yuu Kanda. Los dejaré conocerse, yo tengo un baile que ver. Con permiso~ —guiña el ojo y empieza a correr antes de ser perseguido por el oriental, sonriendo victorioso al ver que ninguno de los dos se dio a su alcance. Aprovechando la pista de baile para perderse entre las personas que ahí disfrutaban de la música estridente y dirigirse con prisa a ese lugar, ya faltaba poco para el inicio…

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No tardó mucho en llegar al umbral de una puerta que separaba el bullicio de la zona de baile. Tras una previa identificación el hombre que resguarda el lugar le dio paso libre. Al cerrarse la puerta tras de sí sus oídos se sintieron aliviados pues la música en ese lugar era lenta, en un volumen mucho más bajo y con luces tenues, que en su mayoría eran púrpuras y azules.

Su semblante infantil y la sonrisa burlona de hacía unos instantes desapareció, respirando a profundidad el olor a alcohol mezclado con la esencia de aquel a quien esperaba con ansias, podía percibirlo de forma sutil aun tras todas esas fuertes feromonas de alfas y omegas dentro del lugar quienes al igual que él vienen por el espectáculo.

Caminó a paso lento hasta sentarse en una de las sillas altas pegadas a la barra de tragos. Su mirada se volvió seria y analítica. Empezando a mirar su entorno en busca de alguien que le atendiera.

—Luces contento… ¿A qué se debe tu felicidad? —le cuestiona el bar tender al otro extremo de la mesa sin verle, solo limpiando con parsimonia una de las copas.

—Hee~… ¿tanto se nota? —musita intrigado, apoyando su brazo para dejar descansar su cabeza en la mano.

—No puedes ocultarlo, desde que él llegó aquí no faltas ningún viernes. —contesta el moreno, dejando de lado la cristalería y acercándose al pelirrojo—. ¿Algo para tomar?

— Tráeme un Whiskey. Merezco un premio ¿sabes? Conseguí que mi amigo por fin tuviera su primera cita decente en la vida —agrega con un toque de complicidad.

—En ese caso te premiaré por tu logro, pero eso lo sabrás más adelante, my darling~—encara al alfa bajando un poco sus lentes para guiñar el ojo. Jerry es el dueño del club, pero adora atender a sus clientes como un empleado más, preparando y sirviendo tragos. Su amistad con Lavi inició desde las primeras veces frecuentando el lugar que conoció por casualidad al ser arrastrado hasta ahí junto a Allen debido a las invitaciones de Marian. Pronto entablaron amenas conversaciones. El beta moreno conocía muy bien que estas últimamente tenían como propósito averiguar la identidad del nuevo integrante del grupo de strippers.

—Hmph… no puedo esperar a saber.

—Al parecer tu espera no será tan larga. Disfruta del espectáculo, cuando termine me vienes a buscar de nuevo ¿te parece?

—De acuerdo —dicho eso tomó el tragó servido y buscó acomodarse en uno de los sillones de cuero cerca de la tarima adornada con luces y con una reluciente barra de pole.

Las chicas que terminaron con su ronda de baile se despidieron con besos y poses coquetas, desapareciendo a través de una gruesa cortina al final de la tarima.

La música redujo aún más su volumen mientras el presentador hacia aparición con un micrófono en la mano.

—Damas y caballeros, ha llegado la hora, ¡nuestra estrella de la noche hará aparición! —musitó con un grueso tono de voz, invitando a todos a dejar su vista clavada en la cortina de terciopelo roja que estaba tras él. Lavi había esperado toda la semana para volver a ver esos hipnóticos ojos.

—Con ustedes… "Blue Rabbit"…

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¡A que no se esperaban lo que vendría en esta historia!... xD me dije a mí misma "Why not Kanda as Omega? and why not a Lavi X Alma Fanfic?" luego pensé que sería el regalo perfecto para cierta persona y además de un aporte a este shipp incomprendido y oculto en las sombras *empieza a llorar* así que dejé la rienda suelta a mi alocada imaginación mientras mis dedos se movían solos dando como resultado esto.

La última (y más importante) parte de este Two Shot será publicada el día lunes. Les dije que esta semana sería de sorpresas... aún falta el especial de aniversario de Jikan no Breaker *risa malvada*

DISCLAIMER:

❋ Los personajes utilizados no son de mi autoría, ellos pertenecen a la mangaka Katsura Hoshino 星野 桂 y su obra maestra D. Gray-Man ディー・グレイマン.

❋ Crédito por la imagen a su autor original, crédito por edición de portada a Almilavi y sus manos de oro.

Tengan un lindo día

¡Los dejo con un Bye Bye Dango, hasta mañana minna-san!

ポール兎 By: Varela D. Campbell ウァレラ・デェー・キァンベル。