Disclaimer: Rowling es la dueña de todo.
Aviso: este fic participa en el tercer reto "Historias en canciones" del foro "El triángulo donde tres están unidos"
Alive - Sia
CON VIDA
I'm still breathing, I'm still breathing...
I'm alive, I'm alive, I'm alive...
Ginny estaba escondida tras la mohosa columna de aquel edificio abandonado
Su misión había sido clara: debía vigilar los movimientos de algunos de sus antiguos compañeros e informar constantemente a la orden, pues la mayoría de ellos se habían convertido en mortífagos y existía el rumor de que pronto atacarían el pueblo mágico de Hogsmeade.
Y todo habría sido perfecto de no haber sido por la imprudencia que cometió, de acercarse a quien no debía. Por eso, hora estaba ahí escondida tras aquella columna, con el pulso acelerado y esperando porque la sombra que parecía caminar en su dirección, le diera la estocada final.
¿Qué tipo de pensamientos pasan por la cabeza de alguien que está a punto de morir?
En milésimas de segundo se puede reflexionar sobre lo estúpido que se ha sido en algún momento y también sobre las cosas que quiso hacer y que ya no podrá y aunque la mente de Ginny se obligaba a idear un plan para salir de allí con vida, sabía que aquello iba a ser imposible.
Las gotas de sudor corrían por su espalda como un arroyo, mientras la empuñadura de su varita empezaba a dolerle. Su nariz podía sentir el hedor del ambiente, pero sabía que no era suficiente para que su enemigo evitara oler su miedo y eso le molestaba. Ella era una Gryffindor y aunque era de humanos temer, odiaba mostrarse vulnerable.
Los pasos se escucharon más cerca y la pelirroja supo que había llegado el momento. Su varita permanecía en alto, a pesar de que sabía que su enemigo la acabaría en cuestión de segundos porque estaba segura de que no venía solo.
Pero ella se equivocaba y justo en el momento en que se lanzó al ataque, se percató de que era uno contra uno.
La figura alta, vestía una túnica negra y su rostro estaba cubierta por una máscara de plata que solo le reveló unos profundos ojos negros que la miraron con detenimiento. Tenía la varita en guardia pero a diferencia de lo que Ginny había esperado, no la atacó al instante, algo que ella aprovechó para lanzar el primer hechizo.
—¡Expelliarmus! —pronunció, pero el enmascarado repelió el hechizo sin problema y en cambio logró desarmarla en una milésima de segundo, tomando su varita en las manos.
Al parecer era un experto en la magia no verbal y ella ya podía darse por muerta. Nadie puede imaginar todo lo que pasó por su cabeza en ese momento.
—Anda, acaba con todo esto de una vez por todas —lo retó y aunque él se movió un poco, el hechizo que Ginny esperaba, nunca llegó.
De nuevo hubo cruce de miradas y antes de que Ginny pudiera siquiera parpadear, la persona frente a ella, estaba retirando la máscara de su cara.
La pelirroja no pudo evitar el gesto de sorpresa pues había esperado encontrarse con cualquier persona menos con él.
Hacia demasiado que no lo veía.
—¿Tú? —preguntó e inevitablemente sus hombros se tensaron. Sabía que moriría, pero el que fuera a manos de él, era una broma de mal gusto.
—Te dije que te mantuvieras alejada —Blaise Zabini la miraba impasible, mientras en el rostro de Ginny se asomaba una mueca de incredulidad.
—¿Perdón? —preguntó, evidentemente enojada y el moreno sonrió de medio lado.
—No me facilitas las cosas.
Ginny puso los ojos en blanco.
—¿Por qué? ¿Te cuesta trabajo matarme? —lo retó—. No debería pasarte, al fin y al cabo, eso es lo que hacen los mortífagos —concluyó, sabiendo que estaba jugando con fuego.
—No me provoques, Weasley.
—Como sea, acabemos con esto de una buena vez.
Blaise la miró una vez más pero a diferencia de lo que ella esperaba, ni siquiera se movió. Ginny aún temía por su suerte, pero estaba convencida de que por lo menos tendría la oportunidad de saber quién era en verdad el chico que la había besado después de aquel partido, justo antes de morir.
No era un consuelo, pero era algo y justo cuando ya se había resignado a no luchar más, pasó lo imposible.
Blaise se acercó a ella y acarició su cabello rojo por encima de los guantes de cuero negro, antes de poner su rostro a centímetros del suyo, haciendo que los vellos de todo su cuerpo se erizaran.
—Más te vale alejarte de aquí, pues no todos son tan condescendientes como yo —dijo, al tiempo que le devolvió su varita y se alejó de ella.
Ginny estaba confundida.
—¿Eso es todo? —preguntó, mirándolo, perpleja.
—¿Acaso esperabas un beso de despedida? —contestó le moreno y la imagen de aquella lejana ocasión surcó el pensamiento de ambos—. No me provoques, Weasley —repitió, sonriendo de manera seductora y antes de poner de nuevo la máscara en su lugar, para luego desaparecerse.
De inmediato la pelirroja salió de allí para ponerse a salvo, sin ser capaz de sacar de su cabeza la imagen de la última sonrisa del chico y pensado que ya no era tan imperativo el que hubiera podido salir con vida de aquel lugar.
Naaaa, por eso no quería participar pues no soy buena para esto… ¿comentarios? ¿tomatazos?
Bella.
