Ok, espero que difruten de esta historia y que les haga reír un poco. No sera muy larga tal vez consista en unos 6 cápitulos, pero aun así espero que les guste.

Bye bye :3


Creepypastas en Five nights at Freddy's: La apuesta

Eran alrededor de las once de la noche y Jeff se hallaba muy entretenido jugando videojuegos en la sala de Slenderman. El dueño del hogar no se hallaba en ese momento, pues había salido junto con otros residentes de su hogar. Esos residentes se trataban de ortos creepypastas sin hogar, como: Ticci Toby, Ben Drowned, Tails Doll, Sally, Jane the killer, Eyeless Jack, Nina the killer, Smile dog, entre otros. Todos ellos, incluyendo a Jeff, decidieron vivir junto a Slenderman, porque después de todo, no era fácil conseguir un hogar, y en algún lado debían vivir ¿no? Slender de alguna forma logro agrandar su casa y tener espacio suficiente para estos creepypastas, sin mencionar que algunos compartían habitación.

-¡Jeff! -gritó Sally muy enfurecida.

-¿Ahora qué quieres?

-¡Devuélveme mi oso de felpa! ¡Ya!

-No sé de qué hablas niña, y ¿no ves que estoy ocupado? -contestó el chico sin dejar de observar la pantalla del televisor, haciendo que la pequeña se enfurezca aún más.

-¡No te hagas el tonto Jeff, sé que tú lo tienes!

-De acuerdo, ya, deja de gritar. Y sí, yo tengo tú oso de felpa, pero se lo di a Smile dog para que lo enterrara en el jardín.

-¡¿Qué hiciste qué?! –al oír esto Sally se marchó a toda velocidad hacia el jardín sin decir más.

-Que niña tan despistada. - dijo Jeff mientras sacaba un oso de peluche de unos almohadones -Tú eres mi amigo, ¿verdad señor oso?- el chico comenzó a abrazar al peluche, pero de pronto escucha a alguien llamándolo a gritos -¡Jeff!- en eso de un golpe se abre la puerta de la cocina que conecta con la sala, esto hace que el muchacho lancé al oso a volar en un acto de desesperación.

-¡Jeff, van aquí ahora!

-¡Lo juro Jane! ¡Yo no oculte tú peluca, no me mates!- respondió el chico nervioso, al voltear, di un suspiro y dijo muy aliviado.

-Ah, solo eras tú peluche parlante.

-¡Ya te dije que no me llames así!- exclamo Tails Doll.

-Como sea, ¿a qué vienes?, ¿acaso quieres que te ayude a cavar una madriguera en el bosque?, ¿o algo así?- respondió en tono burlón.

-¡Cállate! No es para eso a que vine. Quiero usar el computador ahora.

-Pero estoy a mitad de mi juego, ¿no puedes esperar?

-Ya llevas mucho tiempo jugando.

-No es verdad, solo fueron un par de horas.

-No mientas, llevas jugando tres días seguidos. Nunca respetas los horarios de cada uno para utilizar la PC, recuerda que no eres el único que vive en esta casa.

-Ok, ok, ¿algo más mamá?

-Solo hazte a un lado que tengo cosas importantes que hacer. –Tails estuvo a punto de sentase en la silla del computador pero Jeff lo detuvo.

-¡Momento!, ¿qué te parece si mejor hacemos una apuesta? Para librarnos un poco de estas discusiones diarias.

-¿Apuesta dices?

-Así es, el ganador tendrá el derecho utilizar el computador en el horario del otro durante toda una semana.

-Mmm… cuéntame más.

-No es la gran cosa, el que resista más que su oponente en un lugar aterrador por la noche, gana, fácil ¿no?

-No estoy seguro.

-Vamos TD, será divertido.

-De acuerdo pero, ¿en dónde será la apuesta entonces?- luego de pensar un poco al chico se le ocurrió el lugar perfecto para llevar a cabo la apuesta.

-¡Ya se!, ¿qué tal en "Freddy Fazbear Pizza" pues ese resta... –repentinamente Jeff fue golpeado en la cara por TD.

-¡Ah! ¡¿Qué te sucede?! –interrogó Jeff mientras se sobaba la mejilla.

-¡Estás loco! ¡¿Qué demonios crees que tiene de aterrador un restaurante infantil?!

-Dah, primero deja que termine de explicarte. Veras, se trata sobre ese restaurante en donde los animatronicos merodean en la noche con intensión de meterte en unos de esos trajes llenos de esqueletos metálicos y ¿Quién sabe qué más?

-Nah, no acepto, no desperdiciare mis noches en tus juegos infantiles. -reprochó TD.

-¡Oh! ¿Es que acaso tienes miedo?, no sabía que eras un gallina vestida de zorro de peluche, POO POO…RO…PO POOO –Jeff imitó a una gallina por varios minutos haciendo que TD al fin cediera a su petición.

-¡Muy bien! ¡Acepto tú estúpida apuesta!, ¿feliz?

-¡Sep!

-Y el perdedor ¿qué deberá hacer?

-Sera el mayordomo del otro por una semana.

-Y ¿cuándo empezamos?

-Comenzaremos mañana por la mañana, partiremos hacia el restaurante lo más temprano posible para que nadie se entere de nuestra partida.

-Temprano para ti es alrededor de las once o doce de la mañana. –afirmo Tails. –Y no quiero tener que levantarte de la cama como siempre.

-No te preocupes, esta vez abra una excepción ¡Ya lo veras!

-Siempre dices lo mismo, pero ya que.

-¡Hasta entonces!… ¡A la carga mis valientes guerreros, ataquemos la cocina! ¡Tarararara tararararara tarararara taraaaaaaaa tararara! ¡Más rápido, Jeffy tiene hambre!–El muchacho se alejó de TD mientras gritaba y simulaba montar un caballo, dejando al zorro perplejo.

-Creo que esta fue una mala idea.