-¡Venga¡Qué nos alcanzan!

-Voy todo lo más rápido posible.

Corremos velozmente. Detrás nuestra nos persiguen unos interminables ejércitos con afiladas espadas y poderosas varitas.

Conseguimos despistarles y nos escondemos en una tenebrosa y desolada habitación. Él respira sofocado; sus ojos me miran desolados. Por su frente caen gotas de sudor, sus mejillas están encendidas; sus finos labios ahora ensangrentados e hinchados, mas una gota de sangre recorre desde su comisura hasta su barbilla. Tiene varios cortes en los brazo y otro en su tobillo. Sus negras ropas están raídas.

Mis cabellos están revueltos; el brillo de mis ojos han ido desapareciendo durante el tiempo; tengo arañazos por mis mejillas e inflamados mis labios rojos como la sangre. Al igual que él, tengo raídas y ensangrentadas mis ropas.

Nuestras armas son el amor y la justicia, la más bella esperanza que poseemos,

es saber que todos los días podemos construir el mundo que deseamos existir.

Él me tapa mi boca para que no nos descubran, a causa de mi agitada respiración. Cuando creemos que pasa el peligro; nos dejamos caer pesadamente hacia el frío suelo, sentados espalda contra espalda.

-¿Estás bien Hermione?-me dice preocupado.

-Sí...-digo pausadamente.

-Hermione¡prométeme algo sino salimos de esta!

-Draco me estas asustando-susurro triste.

-Aunque a mí me cojan quiero que huyas lejos de aquí. No quiero perder a lo que mas quiero.-pronuncia como una orden.

-Draco saldremos de esta.

A lo lejos se escucha llover y algunos rayos iluminan nuestra habitación. Pasan largos segundos sin pronunciar palabra alguna.

Mis pensamientos son los siguientes: dolor...muertes...torturas...¿Hasta dónde quieren llegar¿No les basta el daño y la humillación que hasta ahora nos ha hecho padecer? Mi soledad, su abandono. ¿No les es suficiente¿Hasta dónde desean destruirnos?

Mis pensamientos (o mejor dicho lamentos) son apagado por su voz.

-Debemos huir-dijo mirándome intensamente y ayudándome a levantarme.

Abrimos la puerta con sigilo, no escuchamos el menor sonido, nos confiamos.

El más terrible de todos los sentimientos

es el sentimiento de la esperanza muerta.

Nos encontramos cara a cara con la misma muerte, camuflada bajo el rostro de Lucius Malfoy, mayor lacayo y servidor de Voldemort, el ángel de la muerte. Nos engañaron. Lucius al ver nuestra cara sorprendida, con risa luminosa y oscura intenciones, nos muestra su objeto valioso, el mapa de Merodeador. Luego hace un extraño gesto con la mano a uno de sus secuaces; al cual él rápidamente apartaron a Draco de mi lado.

Y con ágil movimiento, uno de ellos pone su espada en mi cuello.

-¡DÉJALA EN PAZ¡A quién queréis es a mí!-palabras que se llevó el viento.

-¡CÁLLATE!-grita muy enfadado, dirigiéndose a su hijo-¡Nos traicionaste por un sangre sucia, me decepcionas!

Empiezo a llorar, sé que debo ser fuerte pero en este momento siento que voy a perder lo que más amo.

-Cumplirás tu castigo. Matadle delante de la chica.-ordena severamente Lucius.

-Estoy satisfecho de haberte traicionado, asqueroso mortífago.-dice arrastrando sus palabras, dirigidas a su padre.

Uno de los mortífagos coge su varita, y apunta a su corazón.

Yo no quiero mirar, pero mis ojos me traicionan. Draco vuelve a ser el hombre de hielo, preparado para su peor castigo; ya su corazón se ha congelado.

Su verdugo está preparado, pero veo a mi amado se dirige a mí me dice un claramente pero silencioso: te amo. Y un rayo verde sale de la varita de su asesino hacia su destino final, el corazón de él.

Ojos que distingan la mirada de venganza y el rencor,

de quien se ensaña humillador y no tiene su odio hasta ver

destruido a su hijo.

Echa su última mirada de amor hacia mí, y cae desplomado al suelo. Mil lágrimas caen imparables, quiero morir. Si su muerte fue un castigo, para mi sería un regalo y para ellos un favor.

Les suplico que me maten, nunca pensé en caer tan bajo. Pero ellos tienen otros planes conmigo y por eso me encierran en un repulsivo calabozo. Durante días y semanas me dan un poco de comida y algo de agua para calmar mi sed.

Me doy cuenta de algo muy importante; siento en mi interior que algo o alguien crece, me siento dichosa, espero que nadie se de cuenta de mi estado, de mi embarazo.

La marcha sin fin se ha iniciado y no dejaré de caminar

hacia el destino pleno al que está llamado todo

ser que es el reflejo creado.

En mi cuarto mes de embarazo, por la noche siento que alguien abre mi celda.

Mis ojos se empañan de lágrimas, a ver a la bienaventurada persona que entra, Harry Potter. Él aceptó mi relación con...Draco.

Dice que salgamos, que la guerra al fin ha acabado; sin dudar ni un instante lo abrazo y empiezo a llorar en su regazo.

Él me reconforta. La pesadilla ha terminado.

Seis años más tarde.

-Madre, no me gusta dormir tan temprano-comenta un pequeño niño, tumbado en la cama. Decía tener unos cinco años; su pelo castaño algo revuelto, una nariz pequeña, unos labios que marcan fastidio, pero lo más importante de sus rasgos faciales eran su ojos grises.

-Draco, quieras o no, deberás dormir-lo arropo-¡Que sueñes con los angelitos!

Como cada noche, salgo de esa habitación para ir a esa ventana. Sigo soñando que él está aquí conmigo, protegiéndome.

Son agujas que se clavan en mi sangre, en mi corazón hielan todos mis sentidos.

Sin embargo tengo a mi pequeño Draco que ha sacado el carácter luchador de su difunto padre.

Nunca llegué a casarme, ni quisiera lo pienso, ya que el primer amor nunca se olvida. En silencio te busco y deseo poderte amar.

Anhelo la hermosa esperanza del día que me muera, nada más abrir mis ojos encuentre los tuyos.

Jamás desesperé aun estando en las

más sombrías aflicciones, pues de las nubes negras cae

agua limpia y fecundante.

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Hola, me animé ha escribir este OneShot. Espero que os guste. Los personajes pertenecen a J.K..

Me gustaría que dejarais vuestra sincera opinión, crítica,... de este OneShot.

Espero impacientes vuestros Reviews.

Un cordial saludo.

Gracias Esfinge por ayudarme.