¿Cómo es posible que después de cinco meses sin verla el dolor siga intacto? Ya no era un dolor tan intenso como el de los primeros meses, pero cada vez que su mente volaba, y sin darse cuenta, un recuerdo la invadía o se imaginaba lo que podría estar haciendo ella en ese momento, hacía que una punzada de dolor en su pecho se prolongara en ella durante todo el día. Desgraciadamente, esos recuerdos y divagaciones, eran diarios y hasta que no caía agotada en la cama, aquella sensación de soledad, frío y dolor no se iban de ella.
Ni siquiera la distancia, había ayudado a que la morena saliera de su mente. Dianna se sentía desesperada. Llevaba en Francia más de un mes rodando su nueva película, lo que la ayudaba a ocupar su mente, pero no tanto como ella pensó en un primer momento.
Durante el día mantenía su mente totalmente ocupada con la película. Aunque no le tocara rodar alguna escena, siempre procuraba estar en el set aprendiendo del equipo y de ese modo no pensar en lo que pudo ser, pero en cuanto llegaba la noche y no le tocaban escenas nocturnas, en la soledad de la habitación donde se encontraba no podía evitar volver a pensar en Lea. No siempre dormía sola, ya que en intentos desesperados por no pensar en ella, algunos chicos habían acabado con ella en la cama, haciendo que luego todo fuese peor, convenciéndose de que difícilmente se sacaría a la morena de la mente y del corazón.
Todas las noches se dormía con algún recuerdo de ellas dos. A veces eran recuerdos felices y otros tristes, sintiendo como si le clavasen dardos en el corazón, pero podía recordar todos ellos con total nitidez, como si hubiesen ocurrido aquel mismo día. Recordaba cada gesto, cada palabra mejor que cualquier conversación que hubiese tenido durante el día.
Aquella noche no iba a ser menos y después de un largo día, en cuanto se tumbó en la cama y relajó su cuerpo después de una larga ducha, el recuerdo del principio del fin volvió a ella sin ningún esfuerzo, haciéndole cerrar los ojos tras un suspiro.
*Flashback*
Llevaba cuatro días intentando quedar con Lea después de las grabaciones, pero siempre tenía que ir a algún sitio con Cory para mantener aquel falso noviazgo que le habían encasquetado. Supuestamente era para mantener a los fans contentos e ilusionados al ver que el amor había traspasado la pantalla, pero la realidad era que lo hacían para acallar los rumores de su relación con Lea.
A ningún jefe le gustó enterarse de la relación que mantenían ya desde hacía tiempo y menos cuando los rumores sobre ellas se iban intensificando cada vez más. Así que la solución que encontraron sin pensar en ellas fue esa.
Dianna estaba en su casa preparando la cena para Lea. Después de que la morena le prometiese que después de acudir al restaurante que aquel día le tocaba con Cory, iría para estar con ella. Entraría al restaurante, se dejaría hacer unas fotos con el chico y después saldría por la puerta de atrás para volver con ella.
Preparó la mesa con velas y con algunos pétalos esparcidos, cocinó el plato preferido de Lea y se vistió con un vestido que sabía que encantaba a su novia. Quería que todo saliera perfecto. Últimamente no hacían otra cosa que no fuese pelear por culpa de aquel falso noviazgo con Cory, cualquier cosa era motivo de discusión. Por eso había preparado aquella cena romántica. Quería que las cosas volvieran a ser como antes, quería esforzarse por salvar aquella relación que habían ido construyendo.
Pero la realidad era que nada era como antes… Cuando acababa de sacar la comida del horno, Lea llamó.
D: Hola cariño. – saludo Dianna con una sonrisa. – ¿Vienes ya?
L: Mi amor te llamaba por eso… - empezó a decir Lea con un tono suave, sabiendo que aquello traería más problemas.
D: ¿Qué pasa? – preguntó Dianna con tono cansado.
L: Voy a llegar más tarde… Mi manager no me deja irme todavía.
D: Genial… - dijo la rubia cabreada.
L: Escúchame, quiero que me esperes ¿vale? No voy a tardar, te lo prometo. En cuanto finja que como y nos hagan dos fotos más voy para estar contigo. Sabes que es lo que mas quiero en este momento, estar contigo en vez de con Cory.
D: A veces lo dudo… - le contesto Dianna.
L: ¿Me vas a esperar? – preguntó Lea tratando de ignorar el comentario de la rubia, intentando no empeorar la situación.
D: Si, claro. Aquí estaré con mi cena preparada para ti. Pero intenta no tardar mucho ¿vale? Te echo de menos… - dijo con tono triste.
L: Y yo a ti, mi amor. Te aseguro que en rato estoy allí contigo. Te quiero.
D: Yo también te quiero. – dijo dando por finalizada la conversación.
Y tal y como había dicho, Dianna esperó pacientemente. Una hora, dos horas, tres…
Cuando Lea entró silenciosamente en la casa con sus propias llaves, se encontró con la comida fría en los platos, con las velas consumidas, con una botella de vino a medias y a Dianna sentada en el sofá totalmente a oscuras. Al escucharla entrar en el salón, se giró para mirarla y a los pocos segundos encendió la luz.
L: Lo siento mucho. – fue lo único que se le ocurrió decir a la morena con la vista fija en el suelo.
D: Yo también lo siento. – dijo Dianna muy seria. – Siento haberte estado esperando como una estúpida creyendo que por un día antepondrías a tu verdadera novia sobre tu falso novio.
L: Yo…no se… - dijo suspirando cansada, tratando de ordenar sus ideas para explicarle lo mejor posible a su novia el porqué de haber llegado tan tarde. – Te prometo que pensé que llegaría pronto, pero mi manager me ha obligado a quedarme a cenar y después a ir a una discoteca para que vean que Cory y yo hacemos vida social juntos… Quería llamarte pero me quedé sin batería.
D: Estoy harta Lea, de las frases que empiezan con "Cory y yo". Deberían ser "tú y yo" y me estoy empezando a cansar mucho de todo esto. – dijo alzando la voz sin conseguir mantener la calma que quería.
L: Di, sabes que yo no puedo hacer nada, es mi manager. – dijo intentando acercarse a ella.
D: ¡Me da igual tu manager! Le dices que tienes una novia real a la que solo ves en el set y te vienes conmigo a vivir tu verdadera vida Lea.
L: ¿Qué te crees, que no me gustaría poder estar contigo como antes? ¿Poder cenar juntas, comentar cualquier tontería o simplemente tirarme en el sofá contigo mientras me abrazas? Pues claro que me encantaría, pero estoy haciendo esto por las dos. – dijo perdiendo también el control y levantando el tono de voz.
D: ¿Qué haces esto por las dos? – le preguntó incrédula. – Cuando me contaste todo este rollo que montaron con Cory me opuse totalmente, pero lo terminé aceptando porque te quiero y porque jamás pensé que nos llegaría a distanciar tanto… Sé que tu carrera es importante para ti, que todos los rumores que hay de nosotras te perjudican, por eso acepté, pero esto está llegando muy lejos.
L: No hagas como si yo fuera la mala. A ti también te importa tu carrera, a ti siempre te ha preocupado lo que se diga de nosotras o que la prensa nos descubra, así que si acepté fingir mi relación con Cory no fue solo por mi, también lo hice por ti. – le dijo apuntándole con un dedo.
Por un momento, Dianna se quedó mirándola, intentando coger todo el aire posible para tranquilizarse, para darle una pausa a aquella discusión.
D: Está bien. – dijo de repente mirándola fijamente. – Entonces vamos a hacerlo público. Rompe ese acuerdo que tienes con Ryan y tu manager de ser la novia de Cory y vamos a dejar de escondernos.
Al escucharla, notó como dejaba de respirar, por un momento, el cuerpo de Lea dejó de bombear sangre, intentando asimilar las palabras de la rubia.
L: Estás loca, no sabes lo que dices. Solo lo dices porque estás enfadada, pero mañana en cuanto te levantes seguirás pensando como yo.
D: No. – dijo Dianna sentándose en el sofá, haciendo que Lea se sentara a su lado. – Llevo dándole vueltas mucho tiempo, no lo digo porque esté enfadada. Cuando me contaste lo de Cory pensé en decírtelo, pero te vi tan convencida de que esto funcionaria que me callé. – dijo mientras le acariciaba la mano, confiando en que la morena estaría de acuerdo con ella. – No merece la pena seguir escondiéndonos, cariño. Llevamos años así y lo único que hemos conseguido es estancarnos en este punto de la relación. – en ese punto, Lea había separado sus manos de las de la rubia, haciendo que esta la mirase dolida. - Siempre es lo mismo. Avanzamos un poco en la relación, estamos segura la una de la otra, pero en algún momento nos proponen hacer algún montaje para mantener nuestra relación a escondidas y lo aceptamos, sabiendo que eso nos aleja y muchas veces rompemos, para después terminar volviendo. Damos un paso adelante y dos atrás. Esta vez quiero dar otro paso hacía delante Lea.
L: Pero no podemos Di. Al menos no ahora… - dijo apartando su mirada de la de Dianna. No podía aguantar ver en aquellos ojos verdes que tanto adoraba la decepción y el dolor.
D: ¿Por qué? – preguntó Dianna volviendo a levantar la voz enfadada.
L: Por que nos jugamos nuestra carrera. Más adelante a lo mejor… las cosas son distintas…
D: ¿A lo mejor? – dijo con una falsa risa. - ¿Qué futuro ves en nosotras Lea? ¿Que piensas, estar así toda la vida? Cuando nos casemos o tengamos hijos ¿que vas a hacer, esconderlo también hasta que te retires?
L: ¿Hijos? – preguntó Lea en un susurró sin darse cuenta, haciendo que Dianna suspirase.
D: Ni siquiera te has parado a imaginar un futuro juntas… - dijo totalmente derrotada. – Esto no nos lleva a ningún lado… - se atrevió a decir en un susurro y con la mirada perdida.
L: ¿Qué quieres decir con eso? – preguntó Lea con el miedo reflejado en su rostro. Aquella frase no le había gustado.
D: Que se acabó… - dijo mirándola sin poder evitar que las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos empezaran a derramarse. – Que no podemos seguir en una relación que no tiene futuro. Lo único que estamos consiguiendo es hacernos daño por forzar algo que no va bien… Vamos a acabar destrozándonos.
L: Me… ¿Me estás dejando? – preguntó con un hilo de voz. - Porque si lo estás haciendo te pido que no lo hagas… Yo te quiero. Quiero un futuro contigo y mañana mismo se lo diremos al mundo entero. – dijo de forma atropellada, intentando que el llanto la dejase hablar.
D: No… - dijo Dianna con una sonrisa triste y acariciándole la mejilla, limpiando cada lágrima que derramaba. – No quiero obligarte a hacer algo que no quieres Lea. Sé que me quieres igual que yo te quiero a ti. Eres la persona más importante para mí, pero esto se acaba…
L: ¡No! – le gritó Lea apartando su mano de un manotazo. – No voy a permitir que acabes con esto. No me dejes… - le suplicó, pero Dianna lo único que hizo fue apartar la mirada y llorar en silencio.
Así estuvieron unos minutos, llorando en silencio, sintiendo como todo se rompía con cada sollozo, hasta que de repente Lea se levantó limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano, haciendo que Dianna la mirara.
L: Te puedes ir a la mierda Dianna. – le dijo con rabia y dolor, pagando con su rubia toda la frustración de aquella situación a la que habían llegado. – Que sepas que esto se ha acabado por tu culpa.
Y dicho esto, cogió su bolso y salió por la puerta dando un portazo, dejando destrozada a Dianna, que no sabía que lo que la dejaría completamente rota llegaría a los pocos días…
