Hola a todos. Este es mi primer fic sobre Digimon y espero sea de su agrado.

Antes de iniciar un agradecimiento a Dyvid, joya blanca, yuki-iwasaki-rei y a Metalovelor. por sus reviews, que me han sido de mucha ayuda en otras de mis historias.


Todos los niños elegidos habían recibido el llamado de ayuda de Gekomon y Otamamon, diciendo que estaban en un peligro de vida o muerte. Aun que solo pudieron llegar Davis, TK y Kari. Cuando llegaron cerca del castillo notaron que todo estaba en orden por fuera, aun así, permanecieron alertas hasta llegar a la entrada al castillo.

—TK, siento el olor de un digimon al que ya habíamos visto antes — dijo Patamon.

—¿Enserio, era alguien peligroso? — pregunto el chico de la esperanza.

—No. Creo que es…

—Podrían dejar de hablar, tenemos digimon en peligro— dijo Davis— terminemos con esto. Si tenemos suerte tal vez hasta nos den mucho dinero— dijo en vos baja, imaginando toda clase de tesoros.

Antes de siquiera poder tocar la puerta, el sonido de varias trompetas y tambores empezaron a sonar por todo el castillo. Luego de eso aparecieron varios digimon pequeños, redondos, blancos y de ojos rojos.

—¡Bienvenidos, bienvenidos, esta es el castillo de los Pagumon!— varios Pagumon se afilaban de derecha a izquierda cantando al unisonó - ¡bienvenidos, bienvenidos, este es el castillo de los Pagumon!

—Creo recordar a estos digimon— dijo TK— Kari, Davis. Pase lo que pase no se distraigan.

—¡Qué adorables!— grito la castaña, acariciando las mejillas de un Pagumon— son tan pequeños y tiernos.

—Pagumon. Creo que nos equivocamos de castillo— dijo el castaño.

—¡No se marchen!— Grito un Pagumon— ¡tenemos comida y baños termales!

Davis y Veemon siguieron a algunos Pagumon, dejando muy atrás a sus amigos. Kari, TK y Patamon se quedaron a jugar con los Pagumon, como si fueran niños. Gatomon, por su parte, se preguntaba como llego a terminar con el grupo más raro que jamás haya conocido.

Luego de arrasar con toda la comida, Davis y Veemon corrieron en busca de algún baño. Corrieron por toda el castillo, abriendo y serrando puertas al azar. En uno de los cuartos se encontraron con unos digimon tipo rana y otros de tipo anguila.

—Ayúdanos, geko— dijo un Gekomon.

—Esos Pagumon nos han tenido encerrados por mucho tiempo, tama— dijo una Tamamon.

Espera un segundo - dijo Davis, llevando una mano a su barbilla— creo entender lo que pasa aquí. Ustedes quieren invadir el castillo de esos Pagumon. Ellos han sido buenos con nosotros. No permitiré que les hagan daño. Veemon, ¡digievoluciona!

—No, tú no lo entiendes, geko.

—Ellos nos han robado el castillo, tama.

Pero era demasiado tarde. Flameramon empezó a atacar a todos los Tamamon y a los Gekomon. Uno por uno los digimon caían heridos o en forma de digihuevos. Gatomon logro escuchar los gritos de auxilio de los digimon, gracias a sus largas orejas.

Tan pronto vio a Flameramon, aun atacando sin control, corrió hacía él. Solo le basto encestarle un golpe en la cabeza para hacerlo volver a su forma normal. Una vez que todos los Gekomon y Tamamon le contaran lo sucedido a los niños elegidos, o al menos los que sobrevivieron, descubrieron que todos los Pagumon huyeron sin dejar rastro alguno.

—Lo sentimos— dijo Davis, inclinándose varios veces.

—"lo sentimos", geko. "¡lo sentimos!" ¿Es todo lo que puedes decir? Hiciste digihuevos a nuestros hermanos y es todo lo que se te ocurre, geko.

—Lamento mucho que nuestro amigo sea un tonto— se disculpo Gatomon, reteniendo las ansias de asesinar a sus amigos.

—Lo importante es que nos salvaron de esos psicópatas, Tama.

—Lo sé, esos Pagumon de verdad que se adueñaron de…— dijo Veemon.

—Esos no, tonto. Me refiero a ustedes, geko. Solo por eso, solo estos dos humanos, los que no nos atacaron, pueden pasar a la sala de los tesoros… ¡pero no toquen nada!

—No creo que debamos— dijo la castaña.

—Vamos, un poco de diversión no será tan malo— dijo TK.

Los dos chicos, y sus digimon, entraron en la sala de los tesoros. Entre los tesoros estaban sapos dorados, uno con una pipa, y varios pergaminos a su alrededor. Otro tenía por nombre "Gamabunta, el rey de la montaña de los sapos". Al final llegaron ante un sapo con dos bandejas en sus manos. En la bandeja de la mano derecha había una babosa, mientras que en la izquierda había una serpiente.

—¿y esto es un tesoro?— dijo Davis, tomando una las estatuillas del sapo.

—¡Davis! ¿Qué haces aquí?— pregunto TK, muy sorprendido— creí que habían dos Tamamon impidiendo que entraras.

—bueno, ya que ya había hecho digihuevo a 23 digimon, un par más no haría aun más daño.

—está bien, quédate. Pero este letrero dice "no tocar las estatuillas por ningún motivo. Sea humano o digimon"

—no es la gran cosa. Solo mira, yo hago malabares con estas cosas y no pasa nada malo. Wua, se me cayó.

TK y Kari se apresuraron a atrapar las estatuillas. Luego que la castaña le diera un largo sermón a Davis, dejaron la estatuilla de la serpiente a la derecha y el de la babosa a la izquierda. Luego, los niños elegidos volvieron a sus respectivas casas, ya que era de noche.

A la mañana siguiente TK despertó, un poco confundido. ¿Desde cuándo su cuarto tenia tanto rosa? Luego recordó que el día anterior Matt tuvo que quedarse con él, ya que tenía un concierto y necesitaba un lugar para pasar la noche.

Pero algo más andaba mal. Todo parecía estar al revés, la cocina, los muebles, la pintura, en fin, todo el lugar se parecía a la casa de Kari. "Pero es imposible", pensó TK, "tal vez un baño me caería bien". Justamente cuando iba a entrar al baño, la puerta se abrió, dejando ver a Tai… con solo toalla.

—¿Qué haces despierta tan tarde, Kari?— dijo el castaño, dejando muy confundido a TK. ¿Habrá dicho Kari? ¿Era ese un sueño? TK se pellizco la mejilla para asegurarse que no estaba soñando. Le dolió. ¿Desde cuándo los sueños son dolorosos?

—Tai, me puedes decir ¿Cómo me llamo?— pregunto TK.

—Veamos— Tai miro fijamente a Kari— tienes el cabello de Kari, la cara de Kari, hablas como Kari. Yo diría que eres Kari, pero no estoy muy seguro. Mejor deja de perder el tiempo y báñate, o llegaras tarde a clases.

Al entrar al baño TK se miro en el espejo. ¡Su reflejo era el mismo de Kari! Se vio así mismo de pies a cabeza, pero era TK, ¿acaso todos lo miraran como si fuera Kari, salvo el mismo? Luego pensó en Kari. ¿Si TK estaba en el cuerpo de Kari, estará ella en el cuerpo de TK?

Pero eso no era lo que más le aterraba. Tai era lo suficientemente decente como para salir del baño en toalla ¿pero Matt?


Si les gusto el fic solo háganmelo saber con sus Reviews, que además de alegrarme el día, me darían ánimos de darle una continuación rápida.