Un grito fue escuchado de terror porque una joven había visto un gato.

¡Eso no da miedo!

Pero si lo da, si la muchacha esta en ropa interior y el gato es el héroe de Paris, observándola con esos ojos gatunos.

Inmediatamente Marinette buscó algo para cubrirse, tomando una tela de un vestido que iba a hacer.

— ¿Q-que... —Intenta pronunciar "¿Que hace aqui?" pero las palabras no salían mientras sigue observando esos ojos de gato que se encontraban tan brillantes. Entretanto, ella se muere de la vergüenza.

— ¿Intentas seducirme?

Marinette abrió la boca no creyendo lo que oye.

— ¡No! —Gritó y esa palabra la había pronunciado como si fuera la pregunta más ridícula que escuchó en su vida. Y lo fue.

¿Qué pensaba? ¿Que lo esperaba en ropa interior por si alguna vez Chat Noir se le ocurriría a parecer en su habitación?

— Ya te aviso, My Princess que eso no funcionaria.

Eso dicho golpeó el orgullo de Marinette. Mientras una ceja temblaba por incredulidad.

¿Que quería decir? ¿Que no tenía curvas? ¿Que no era deseable?

Ella lo miro con el ceño fruncido. No pudiendo creer lo que escuchaba, hasta sentía ganas de sacarse la tela que la cubría y mostrarle lo que tenía.

Aunque no lo hizo. Por dos razones, la vergüenza y la verdad es que no sabía que tenía. Y odiaba a Chat Noir por sacar a relucir eso.

— ¡Vete! —Solo se dedicó a exclamar mientras apuntaba con un dedo la salida. En otro momento ella lo sacaría a patadas, pero al estar en esas condiciones quería estar lo más alejada posible del gatito— ¡Vete! —Repitió al ver que no se movió.

— No hace falta que me lo repites dos veces, My Princess —Repuso— Pero creo que debería aclarar antes de irme que es imposible seducirme.

— ¡Vete! —Dijo, otra vez, al repetir de nuevo esas palabras el minino.

— Porque no puedes seducirme si ya te deseo —Terminó de decir, antes de guiñarle un ojo e irse de ahí.

Dejando a Marinette impactada ¿Que había dicho?