Título: Theatre Club

Los personajes no me pertenecen y escribo esto sin fines de lucro, por diversión.

Resumen: La vida de Dean Winchester da un giro cuando lo obligan a entrar al club de teatro para tener puntos extra, ser parte del club cambia mucho a Dean. Y así es como descubre a su propio acosador de ojos (demasiado) azules del cual se hace muy amigo. #SalvenALasAbejas #TodosAmanASammy #NoALaBrotherzone

N/A: Es mi primer Destiel (el primero que escribo el segundo que subo) y cualquier corrección se permite y consejos también son valorados. Solo que sea con respeto.

Aclaraciones: En este Au Dean y Sam se llevan menos de cuatro años, más o menos dos.

Advertencias: Malas palabras. Adolescentes hormonales probablemente. Bullying a un personaje (Ruby) Todos x un personaje (Sam) un personaje enamorado y rechazado (Gabriel) y Castiel quedando en la brotherzone

.

Capítulo 1

Qué perra es la vida, ¿No? O algo así.

El caso es que Dean tiene la obligación de entrar a alguna actividad extracurricular. Lo cual era absurdo porque él es el mejor en su clase de educación física, los deportes son lo suyo. Sin embargo, sus notas están raspando la mediocridad y sus profesores fueron derechito a las autoridades. Por suerte (y mala suerte también) Bobby Singer es el director de la escuela y también su tío de cariño, es como un padre para Dean. Y, como el mayor de los Winchester lo conoce sabe cómo es su carácter… algo explosivo. Pero así demostraba su preocupación.

Bobby le reprocho sólo como él sabe hacerlo. Dean fingió escuchar y cuando se tranquilizó, le dijo con un tono mucho más comprensivo que tenía que esforzarse más. Y ganar más nota con alguna actividad extracurricular, además del baloncesto. El joven pensó en algún otro deporte como natación pero Bobby le aconsejó que eligiera una actividad más tranquila, no quería que sobre explotara su cuerpo y se quedará sin energías para las clases. Así sólo recibiría más reclamos de sus profesores.

Entonces, Bobby hizo su recomendación.

— ¿El club de teatro? —preguntó totalmente confundido.

— Así es, hijo, los horarios no coinciden en nada con tu práctica de baloncesto y además creo que te ayudará con tu problema…

— ¿Mi problema? —preguntó casi con tono indignado el adolescente.

— Hey, no es un secreto para nadie lo que te cuesta mostrar sentimientos.

— ¡Pero…!

— Ahora vete, largo, no quiero escuchar ni una sola palabra saliendo de tus labios o me va a dar una jaqueca impresionante.

Sin darle la opción de replicar, lo echó por afuera de su oficina. Dean apretó el folleto del club de teatro. Aparentemente era nuevo y necesitaba más gente que le diera una oportunidad.

Dean se permitió pensarlo por unos minutos, incluso guardo el folleto en su mochila y se olvidó de eso un buen rato.

Se encontró a Crowley en los pasillos, no diría que es exactamente un amigo, honestamente a veces el tipo lo sacaba de sus casillas, pero a veces era bastante… soportable.

Le dio un asentimiento con su cabeza al pasar, pero lo escucho diciéndole algo y se volteó.

— Vaya vaya, el gran machote y deportista Dean Winchester interesándose por una cosa tan de niña cómo la actuación, ¿Quién lo diría?

Crowley sostenía el folleto del club de teatro de Dean que aparentemente había recogido del piso, el adolescente observó que tenía la mochila medio abierta y el folleto se debía haber caído por ahí. Reprimió un "son of a bitch" que quiso escapar de sus labios y lo miró con rabia contenida. Arrancó de sus manos el folleto.

— Mira, a ti no te importa lo que yo vaya a hacer o a que jodido club me voy a inscribir, así que te puedes meter tus comentarios en tu maldito tra...

— De hecho, si me incumbe.

— ¿Qué?

— Que si me incumbe, porque adivina adivinador —dijo con una sonrisa en el rostro— estoy en el club de teatro.

Bueno.

Otro motivo por el cual no inscribirse.

.

— Sabes que a Crowley le gusta molestarte.

— Lo sé. — le dijo a Benny con tono irritado.

— Ya, el club de teatro está bastante bien. —ese había sido Sam, su hermanito pequeño. Y bueno, no tan pequeño porque por su tamaño parecía pie grande.

— Si, si te gustan esas cosas de chicas…

— Dean, ¿Sabes que no te crecerá una vagina automáticamente si decides inscribirte? —le dijo su hermano fastidiado, girando sus ojos.

— ¡Ya lo sé Sammy! Si no me ha salido una vagina viviendo contigo tanto tiempo, Samantha, no me va a salir por inscribirme en un puto club.

— Jerk.

— Bitch.

Y Benny soltó una carcajada. Y Sam tenía una sonrisa en sus labios. Y Dean relajó su postura tensa y se permitió disfrutar el momento.

.

Dean respiró profundamente porque se daba cuenta de que quizá esté cometiendo un gran error, pero no le podía importar menos. Había investigado otros clubs pero ninguno que no fuera relacionado con deportes le atraía y otros tenían sus cursos en horarios que no eran convenientes para él.

Así que en fin, escribió su nombre sin siquiera leer que personas estaban ahí, aunque esperaba que no estuviera Crowley.

.

— Buenos días clase.

No empezó nada bien porque llegó cinco minutos tarde. Se disculpó y fue a sentarse.

— Bueno, ahora sí, buenos días clase, soy su profesor Chuck Shurley, pero díganme profesor Chuck, nadie me llama por mi apellido. Bien, entonces, como decía, conmigo van a aprender el arte de actuar. Van a aprender a expresarse dentro y fuera del escenario, a abrirse, a improvisar, a divertirse mientras trabajan y aprenderán lo importante que es el compromiso y trabajo en equipo.

Dean lo intentó, prestar atención, pero se quedó a mitad de la tercera oración y se dedicó a observar quienes estaban allí.

Lo primero que noto de familiar fue una melena sedosa y muy de niña, pero en un cuerpo alto y claramente masculino, entonces, ¿Qué carajo hace el gigantón allí?

— ¿Sammy? —susurro acercándose a él, este giro su cabeza en su dirección y le hizo un gesto para que se callara.

Bueno, por lo menos la presencia de Sammy haría más tolerables las cosas… O más difíciles. Pero ya, en serio, ¿Se inscribió y no le dijo nada? Además, Sam nunca había tenido especial interés por la actuación, él era un poco más de los libros y esas mierdas súper nerds.

Entonces, moviendo un poco más sus ojitos, Dean encontró el motivo por el cual su hermanito estaba ahí, claro, Jessica Moore, la buena amiga y crush de Sam, quien la veía atontado desde su pupitre atrás.

Dean pensó que su hermano era realmente lento con las chicas, aunque, si le preguntabas a Sam, él no era lento, si no que su hermano el Don Juan era demasiado rápido con las mujeres. Más de lo que debería. Y pensaba que Jess debía ser conquistada de a poquito y con paciencia.

Dean siguió investigando, encontró al lado de Sam a Gabriel. Sonrió divertido. Ese nunca cambiaría. Gabriel es alguien muy molesto al que puede considerar amigo (a veces). Es un poco (muy) idiota y juguetón pero no es del todo una mala persona. Gabe se pegó a los Winchester hace unos años, mayormente a Sam porque es obvio que le gusta, y no trata de ocultar sus sentimientos, simplemente están ahí. Y Dean piensa que aunque Gabriel nunca lo admitirá, a él le duele un poco que Sam esté locamente enamorado de Jess.

Alejándose de los líos amorosos de su hermano, continuó con la inspección. Encontró a Crowley, y reprimió un gruñido, solo esperaba que la siguiente cara conocida le hiciera feliz.

Y así fue.

Unos pupitres más alejados había una cabellera roja fuego y Dean no reprimió la sonrisa, Charlie estaba ahí, era como una hermana para él ¿Porque demonios no le había contado que se inscribió en el club de teatro? Bueno, Dean nunca le pregunto. Ella estaba junto a Kevin, un amigo, un nerd pero muy buena onda.

Sus ojos pasaron por los otros pupitres y se encontraron con Ruby, sus labios se movieron creando un gesto de completo desagrado ante la visión de la ex novia de su hermano. A ella la habían suspendido, a pesar de que la tendrían que haber expulsado por vender drogas dentro de la escuela, terminaron expulsando a la perra mayor, Lilith, la chica que conseguía las drogas y las traficaba. Dean la odiaba muchísimo porque llevo a Sammy por el mal camino y la rehabilitación costó, no monetariamente hablando, hablaba de mucho desgaste emocional. Una fila después de ella se encontraba algo mucho más agradable a la vista, Cassie Robinson, una chica con la que tonteaba y un posible ligue ocasional. Espero a que Cassie notara su mirada para guiñar el ojo con claro coqueteo, la morena respondió con una sonrisa avergonzada que ensanchó el ego de Dean. Sus ojos viajaron luego de eso, al lado de Ruby se encontraba esa amiga suya, Meg, que era como Crowley, no era amiga ni enemiga, a veces era soportable y sobre todo, tenía un espíritu demoníaco. Meg parecía un demonio sobre todo por sus compañías, siempre andaba con un chico que era demasiado bueno, tranquilo, responsable, y curioso, un chico que parecía un angelito. Especialmente por sus ojos, azules como el cielo. Dean no puede recordar el nombre de ese chico porque es especialmente extraño, era algo con C, ¿Cassandro? ¿Carmelo?

— Bien, esta clase la utilizaremos para conocernos y estas primeras clases haremos juegos e improvisaciones. Pero dentro de un par de clases más tendremos que ir escogiendo la obra para fin de año, se aceptan sugerencias e ideas, incluso si no nos ponemos de acuerdo para recrear alguna obra conocida, bueno, me gusta escribir y podemos elegir una trama para explotar, que no sea tan complicada. ¿Qué les parece?

Todos reaccionaron positivamente a las palabras del profesor, Dean se apresuró a asentir con la cabeza, sin saber que estaba afirmando por estar distraído pensando en el nombre de ese chico.

Después fue hora de que todos se presentaran. Era pararse, decir tu nombre, algo que te guste y sentarte.

— Soy Sam Winchester, me gustan las ensaladas, leer libros en las tardes y los alces.

Ay dios. Dean ya se esperaba una presentación muy sosa de parte de Sam, pero esto… era demasiado hasta para él.

— Soy Gabriel Milton, me gustan los dulces, las bromas y Sam.

Cuando Gabe lo dijo lo hizo con una pequeña sonrisa llena de maldad que mostraba sus crueles intenciones: hacer que Sammy muriera de vergüenza. El rubio satisfecho se sentó mientras que le sacaba el envoltorio a un caramelo para metérselo en la boca mientras que veía a Sam tapándose la cara, rojo de la pena. Dean trató de no reírse y falló un poco.

Cuando fue su turno se paró, y no sabía que decir, le gustaban demasiadas cosas.

— Soy Dean Winchester. Me gustan las hamburguesas, los pies y los autos. Especialmente mi bebé. —dijo todo orgulloso de su Chevy Impala 67.

Se sentó y escuchó la presentación de los demás. Cuando el chico de ojos azules se paró, Dean presto más atención, para saber cuál era su curioso nombre.

— Soy Castiel Novak. Me gustan las abejas y la miel.

Ese sí era un tipo raro, obviamente, tenía su atractivo, su piel clara, su pelo oscuro, la sombra de una barba creciendo, ojos redondos, grandes, levemente familiares y con ese color tan… tan único. Y su voz, dios su voz… gruesa, grave y rasposa, si, definitivamente tenía su atractivo, es decir, sería irresistible para cualquier mujer, pero Dean no pensaba en esas cosas, porque el chico era eso, un chico y a él solo le gustaban las mujeres con curvas y piernas largas. Mujeres como Cassie.

Así fue como Dean dejo de pensar en el joven retraído y un poco tímido que al presentarse había clavado sus ojos azules en los suyos verdes.