Capítulo Uno: "Te buscaré."
El día 1 de Septiembre, Harry Potter había acudido al andén 9 y ¾ con su familia para despedir a sus dos hijos mayores. Lily Luna, era la única niña y la más pequeña del clan Potter-Weasley. Tenía 9 años solo, como su primo Hugo, hijo de Hermione y Ronald Weasley.
Lily estaba triste en aquel momento, quería ir a Hogwarts aquel mismo año.
-Por qué no puedo ir aún, papá?
-Lily, ya lo sabes, te faltan dos años aún. No puedo hacer nada.
Después de aquellas palabras, la pequeña Lily Luna rompió a llorar y salió corriendo. Ni sus padres ni sus hermanos se dieron cuenta de que la niña se había ido y continuaron caminando mientras buscaban a Hermione y Ron entre tanta gente.
Lily Luna se había escondido detrás de una columna mientras seguía llorando. En aquel momento, un niño rubio con ojos grises pasaba por allí y la vió. Se las arregló para que sus padres no le viesen y se sentó al lado de la niña peliroja de ojos marrones.
-Por qué lloras? -Le preguntó él, tranquilo.
-Quiero ir a Hogwarts... Pero aún me faltan dos años... -Respondió la pequeña sin mirarle aún.
-No llores! -Le dijo él- Es mi primer año, pero no tengo ganas de ir aún...
-Por qué? -Ella, extrañada, le preguntó. No había conocido a nadie antes que le hubiese dicho algo así.
-Soy Scorpius. Scorpius Malfoy. Hijo de Draco Malfoy y Astoria Greengrass.
Después de estas palabras, el pequeño Scorpius miró al suelo, sintiéndose un poco avergonzado. Lily se dió cuenta, e intentó recordar de que le sonaba el apellido Malfoy. Dos segundos después, ya la recordaba. Su padre, le había hablado a principios de aquel año sobre Draco Malfoy. El chico que fué criado para tomar las decisiones equivocadas, pero que creció arrepintiéndose de ellas e intentó ser una buena persona. Su padre, le había dicho que Draco no era malo, y que no debían odiarles, por el hecho de que él nunca tuvo una opción.
-Soy Lily. Lily Luna Potter. -Seguido de esto, ella le sonrió y él levantó la mirada, devolviendole la sonrisa.
-Me gusta tu pelo. Es muy brillante! -Exclamó el pequeño Scorpius, ahora, sin ningún tipo de vergüenza.
-Gracias. Lo hederé de mi madre. Hederé...Heredé... Cómo se dice? -Preguntó ella sonrojandose.
-Heredé, creo. O eso es lo que he oido. -Respondió él, y los dos rieron.
-En que casa crees que te pondrá el Sombrero?
-Slytherin, supongo. Todos en mi familia han ido a Slytherin.
-Sí, me lo contó mi padre. Mi hermano mayor, James, va a Gryffindor. Y Albus... bueno, aún no lo sabemos, es su primer año también, bastante nervioso.
-Albus? Como... Albus Dumbledore?
-Sí, pero él no es solo Albus, se llama Albus Severus Potter.
-Y tú?
-Me gusta más el tuyo. -Dijo Scorpius, le había gustado mucho su nombre.
-A mi también. -Sonrió Lily.
-Me tengo que ir, Lily. Lo siento..
-Sí, me lo imaginaba... Yo también debería irme.
-Puedo escribirte? -Le preguntó Scorpius.
-Claro! Me encantaría. Nunca recibo cartas. -Respondió ella, con voz triste.
-Te escribiré. Y cuando vayas a Hogwarts, te buscaré. O mejor aún, cuando tus padres vengan a buscar a tus hermanos, ven tú también, porque te estaré buscando. -Le dijo él, sonriendo. - Adiós, Lily Luna.
-Adiós Scorpius. -Ella se acercó, se puso de puntillas, y le dió un beso en la mejilla. Seguido de esto, salió corriendo a buscar a sus padres.
En el otro lado de la estación, Hugo Weasley, buscaba desesperado a su prima. Al parecer, nadie se había dado cuenta de que no estaba. James Sirius se había despedido de sus padres hacía ya un buen rato, porque quería ir a buscar a sus amigos. Albus hablaba con Rose, estaban nerviosos los dos y tenían muchísimas ganas de poner pie en Hogwarts. Ron Weasley hablaba con Harry sobre la próxima temporada de Quidditch y Hermione le daba consejos a Ginny sobre cocina muggle. El pequeño Hugo daba vueltas por la estación, hasta que chocó con ella.
-Lo siento! -Gritó Hugo sin darse cuenta de que era su prima.
-Hugo! Hola!
-Lily! -Gritó otra vez.- Por fin! Me tenías preocupado! No sabía donde estabas.
-Lo siento, Hugo.
-Dónde estabas? Con quién estabas? Qué has hecho?
-Tranquilizate, Hugo. Estaba detrás de aquella columna -dijo ella, señalándola.- Estaba sola, si es lo que te preocupa.
-Y qué hacías allí?
-Nada. -Había decidido que no le contaría a nadie que había conocido a Scorpius, aunque aún no sabía como lo haría para esconder las cartas, que él le había prometido escribirle.
-Ah bueno, vale. Vamos? Luego nuestras madres se volverán locas...
-Sí, volver sería lo mejor.
Aunque Lily solo tuviese nueve años, ella era mucho más madura que algunas niñas de su edad. Y eso, precisamente, a toda su familia le gustaba. Volvieron con sus padres y despidieron a los que se iban. La verdad, es que ella, después de haber conocido a Scorpius, tenía más ganas de ir a Hogwarts, pero sabía que no podría hacer nada. Tendría que esperar.
-oooo-oooo-
En el Expreso de Hogwarts, Scorpius estaba buscando un vagón donde sentarse, pero vagón que encontraba, vagón que estaba ocupado y vagón donde le miraban mal. Se encontró con dos chicos mayores, que probablemente tendrían la edad de James. Scorpius hizo ademán de irse, pero ellos le pararon.
-Así que tu eres Scorpius, el hijo de Draco Malfoy. El mortífago! -Gritó uno de ellos que era alto, con ojos verdes y rubio.
-No te metas con mi padre! -Gritó más fuerte el pequeño Malfoy.
-Eh eh, tranquilito eh, no es culpa nuestra si tu padre es lo que es. Te enfadas porque te digan la verdad?
-Deja de meterte con él, Evan. -Gritó un joven de ojos verdes con pelo castaño. Scorpius le miró, pero no logró reconocerle.
-Hombre, mirad quién está aquí. Nuestro querido, James Potter.
-Calla, Igor. -Seguido de esto, James cogió a Scorpius del brazo y se lo llevó al vagón donde estaban sus demás familiares. Scorpius estaba agradecido, pero al mismo tiempo, demasiado nervioso.
-Hola. -Dijo el mediano de los Potter sonriendole. -Soy Albus.
-Hola, yo soy...
-Scorpius, Scorpius Malfoy. Lo sabemos -Le interrumpió Rose, sonriendo..
-Sí... -Afirmó él y miró al suelo, una vez más, avergonzado.
-No tienes de que avergonzarte, Scorpius. Es tu familia, y después de todo, tu padre se arrepiente. Verdad que si? -Preguntó la mayor de los Weasley.
-Sí. Pero James ya ha visto como me han tratado allí. No todos se creen que mi padre es bueno ahora.
-Bueno, nosotros nos lo creemos. Ya verás que cuando pasen unos días y se den cuenta de como eres, todos te tratarán bien. -Afirmó Albus, mientras James asentia.
-Eso espero. Por cierto, gracias por sacarme de allí, James.
-Nada que agradecer, Scorp.
Olvidando lo que había pasado unos minutos antes, Albus y James le hablaron a Scorp de Lily y de Hugo. Él, estuvo a punto de decirles que la había conocido, pero prefirió ahorrárselo. Cuando llegara a Hogwarts, después del Sombrero y de cenar, le escribiría la primera carta.
-oooo-oooo-
-Mamá...
-Qué pasa, cariño?
-Tu que piensas de los Malfoy?
-Por qué preguntas eso, Lily?
-Ah, no, por nada. Hoy los he visto en la estación, pero eso es todo.
-Pues, yo no les tengo rencor, Lily. Y tu padre te explicó su historia para que ni tu, ni tus hermanos se lo tengáis, de acuerdo?
-Lo sé mama. Yo tampoco les tengo rencor.
-Así me gusta. -Respondió Ginny, le dió un beso en la frente y la abrazó, mientras las dos sonreían.
-oooo-oooo-
Los chicos ya habían llegado a Hogwarts y estaban en fila, esperando que la profesora McGonagall les llamara.
-Scorpius Hyperion Malfoy! -Gritó ella, y todos le empezaron a abuchear. -Silencio!
Scorpius se sentó en el taburete de tres patas, y la profesora le puso el Sombrero en la cabeza.
-Hm, otro Malfoy... Slytherin! -Gritó el sombrero y dos segundos después, Scorpius ya estaba sentado donde le correspondía.
-Albus Severus Potter! -Gritó McGonagall otra vez, y el pequeño Potter se sentó también en el taburete. Estaba nervioso, sí. Pero no le importaría que le pusieran en Slytherin, ya no.
-Hm... Potter, esto es bastante difícil.
-Gryffindor! -Gritó su hermano mayor, James, desde la mesa y todos comenzaron a reir.
-Slytherin! -Gritó el Sombrero, y todos se quedaron petrificados, menos Albus, que sonrió y se fué a sentar al lado de Scorpius.
Siguieron con los nombres, Rose entró en Gryffindor, como sus padres y estaba feliz, pero en parte triste, por no compartir casa ni con Scorpius ni con Albus. Todos cenaron y luego subieron a sus respectivas Salas Comunes.
-Estoy nervioso. -Dijo Scorpius
-Tranquilo, sobreviviremos. -Rió Albus.
-No querías estar en Slytherin, verdad?
-Cómo lo sabes? Bueno, no es eso, es que... al principio no pero cuando me han llamado, la verdad es que ya no me ha importado.
-Por qué?
-Antes de venir aquí, mi padre me explicó la historia del profesor Snape y no sé, no me molesta estar aquí, de verdad. Subimos a las habitaciones? Quiero escribir unas cartas.
-De acuerdo!
Subieron a las habitaciones, revolvieron un poco sus baules buscando pergaminos y plumas. Cuando los encontraron, comenzaron a escribir. Scorpius solo escribió una. Y no, no era para sus padres, era para la pequeña pelirroja que había conocido en el Andén 9 ¾ aquel medio día. Veinte minutos después, los dos ya habían acabado, y se empezaron a preguntar si deberían enviar las cartas esa misma noche o esperarse hasta la mañana. Al final, decidieron que la enviarían aquella misma noche, así que comenzaron a buscar sus lechuzas, pero a diferencia de Albus, Scorpius no encontró la suya pronto. Logró convencer a Albus de volver a la cama. Scorpius siguió buscando a su lechuza, y media hora después, la encontró. Le susurró el nombre del destinatario y la dejó marchar.
-oooo-oooo-
En Londres, Ginny estaba en la habitación de Lily, intentando hacerla dormir, pero la pequeña no quería.
-Venga Lily, duérmete ya...
-No tengo sueño mamá, pero puedes irte y yo me quedo aquí.
-Sin hacer ruido?
-Sin hacer ruido. -Respondió Lily.
Le encantaba que su madre fuera tan liberal con ella. Lily le sonrió y Ginny se marchó. Dos segundos después de que su madre cerrara la puerta, una lechuza blanca, con ojos verdes estaba en su ventana, al lado de otra, que era negra con ojos azules, pequeña. A esta última la reconoció al instante, era la lechuza de su hermano, Albus, pero la otra, no tenía ni idea de quién podía ser. Se levantó de la cama, abrió la ventana con cuidado, y tomó las cartas que tenían en el pico. Sonrió cuando vió que una de ellas era de Scorpius. Pensaba en si bajar o no y darles la carta de su hermano a sus padres, así que guardó la carta del pequeño Scorpius debajo de su almohada y salió de su habitación, sonriente.
-Lily, qué haces fuera de la cama? -Preguntó Harry cuando vió a la pequeña de sus hijas entrar en el salon.
-Mira papá, Albus ha enviado una carta! La acaba de traer su lechuza. -Dijo ella, sin dejar de sonreír.
-He oido que Albus ha enviado una carta? -Preguntó Ginny, saliendo de la cocina.
-Qué raro... No lleva ni un día allí.
-Va, ábrela, papá! -Exclamó Lily.
Tu deberías estar durmiendo.
-Lo sé. -Rió, estaba feliz.
Harry abrió la carta, y comenzó a leer. Albus contaba que al Sombrero le había costado un poco decidirse, y que James había gritado Gryffindor, con la esperanza de tener al mediano de sus hermanos con él, pero, para su desgracia (la de James), Albus iría a Slytherin. Decía que no le molestaba la idea de ir a Slytherin, estaba bastante orgulloso. Y también explicó que había conocido al pequeño hijo de Draco Malfoy, Scorpius, y que había sido bastante simpático con ellos, y ellos no tenían nada en contra suyo.
-Estoy orgulloso de él. -Anunció Harry sonriendo.
-Yo también. -Dijo Ginny. - Y ahora, tú a la cama.
Lily volvió a su habitación, cerró la puerta y encendió la lámpara que tenía al lado de su cama. Sacó la carta de Scorpius, la abrió y comenzó a leer.
Lily:
Ya sé que no llevo ni un día aquí, pero la verdad es que tenía muchas ganas de escribirte y explicarte lo que ha pasado.
He conocido a tu hermano, James. Él, sin conocerme, me ha defendido de unos chicos que estaban insultando a mi padre. Por lo que he oído, tienen su edad y son de Hufflepuff. Después de eso, me ha llevado al vagón donde estaba el resto de tu familia. Todos han sido realmente simpáticos conmigo. Me han explicado historias sobre ti, que por ejemplo, hiciste tu primera travesura con ayuda de mágia cuando tan solo tenías 3 años. Cuando hemos llegado a Hogwarts, hemos entrado y estado juntos todos hasta el momento del Sombrero. Me he acordado de ti cuando ha gritado Slytherin. Lo sabía! Y bueno, no estoy solo la verdad, Albus ahora también es, oficialmente, un Slytherin. Pero eso, supongo que ya os lo explicará él en la carta que está escribiendo a mi lado.
No sabe que nos conocemos, y menos aún de que esta carta es para ti. Te molesta? O has hecho tu lo mismo?
Espero que todo vaya bien por Londres, me ha encantado concerte. Contéstame, estaré esperando tu carta.
Cuidate, Lily.
Scorpius Malfoy.
Lily leyó las cartas tantas veces como pudo antes de dormirse. Al día siguiente, le contestaría.
-Lily! Despierta! -Gritó su madre, Lily se movió un poco. -Lily Luna Potter!
-Ya voooooy.
-Qué es esto? -Lily pensó lo peor.
-Eh, mamá... Yo...
-Te he dicho cuarenta mil veces que recojas tu ropa antes de irte a dormir, Lily! -Exclamó Ginny, y Lily se relajó otra vez.
-Lo siento mamá.
-Vamos a desayunar. -Lily se levantó y junto con su madre, bajaron a la cocina donde su padre les esperaba.
-Mira, Lils, tu desayuno preferido. -Harry le había preparado huevos con bacon y pancakes.
-Papá... Sólo hacéis mi desayuno preferido cuando queréis algo... Qué pasa? -Preguntó la pequeña Lily, seguido de esto, bebió un poco de zumo.
-Vamos a ir a Hogwarts. -Lily escupió el zumo.
-Cómo? Por qué? -Preguntó la pequeña, sonriendo.
-James se ha metido en una pelea. -Anunció Ginny.
-No me lo creo. Por qué? -Volvió a preguntar Lily, comiendo bacon.
-Ha intentado defender al hijo de Draco Malfoy otra vez. Y Evan le ha metido un puñetazo, o le ha empujado, no estamos seguros, y todo ha comenzado así.
-Impresionante. -Dijo Harry.- Su primer día del curso y ya se pelea.
-Sabes como es James, papá.
-Venga, desayuna y nos vamos.
Lily asintió y empezó a desayunar. Ginny decidió que sería mejor recoger un poco la mesa, así podrían irse ni bien su pequeña hija se vistiese. Harry se fué a lavar los dientes.
-oooo-oooo-
Una hora después, Harry, Ginny y Lily Luna ya estaban en Hogwarts.
-Papá, puedo ir a dar una vuelta?
-No sé si es buena idea, Lily...
-Anda, Harry, déjala. -Dijo Ginny.
Harry le dió un beso en la frente a Lily. La niña se despidió de sus padres, y salió corriendo a buscar a su hermano Albus. Sabía que probablemente, Scorpius estaría con él.
-Perdona, estoy buscando a Albus Potter? -Le preguntó a un chico rubio un poco más alto que ella, que estaba de espaldas.
-Eh, sí. Está en clases ahora. Yo tengo las dos horas siguientes libres.
-Scorpius?
-Lily! -Gritó él girándose.- Qué haces aquí?
-Estoy buscando a mis hermanos. Bueno, a Albus solo porque sé donde está James. -La pequeña rió.
-Sí... Gracias a mi está donde está. -Dijo entristecido.
-No te culpes, Scorpius. No es la primera vez que pasa algo así, créeme.
-Por qué lo dices?
-Hace dos años, le enganchó un chicle en el pelo a un niño de nuestra escuela muggle, y se pelearon también. Le expulsaron una semana.. -Explicó Lily, pensando que su hermano mayor había heredado aquel carácter de su abuelo.
Scorpius le sonrió y se la llevó a dar una vuelta por Hogwarts, Scorpius encontró la Sala de los Menesteres, y decidieron entrar, estuvieron hablando hasta que la primera de sus horas libres estuvo a punto de acabar.
-Debo irme, Lily. Te ha llegado mi carta, supongo.
-Sí, te iba a contestar después de desayunar, pero como nos vinimos corriendo hacia aquí...
-Me lo suponía. Igualmente, espero que me contestes. -Dijo Scorpius sonriendo.
-Claro que te contestaré! -Sonrió ella también.- Qué clase tienes ahora?
-Ahora ninguna, tengo otra hora libre, pero tengo que subir a empezar un trabajo. Luego, tengo Pociones. Aburridísimo.
-Oh, bueno, sobrevivirás.
Ambos rieron, y salieron de allí, caminaron un poco y se encontraron con Harry, Ginny y James saliendo del despacho de la profesora McGonagall. Escucharon un poco la conversación...
-No me puedo creer que te hayan expulsado otra vez, James.
-Pero papá... estaba defendiendo a un amigo.
-Pero igualmente, James. Para defender a alguien no es necesario llegar al extremo de los golpes.
-Bueno, lo siento, vale? Perdona que me expulsen por defender a un amigo que necesitaba ayuda.
-Os podéis tranquilizar? -Preguntó Ginny, de los nervios.- James, está mal que te expulsen y como ha dicho tu padre, no es necesario llegar al extremo de los golpes. Pero Harry, tu deberías entenderle mejor que nadie, hubieses hecho lo mismo si aún estuvieses en 2ndo año y le pasase algo a Ron. Y lo sabes.
-Si Ginny, pero es diferente...
-Yo... Lo siento mucho, señor y señora Potter... Es todo culpa mía. -Balbuceó Scorpius saliendo de donde estaba escondido con Lily.
-No es tu culpa, Scorpius. -Dijo Ginny, sonriendole y acariciándole el pelo.
-Sí, sí que lo es...
-No lo es, Scorpius. -Lily se había cansado de escuchar todo detrás de la columna, así que salió a defenderle.
-Os conocéis? -Preguntó James.
-Sí, nos hemos conocido hace poco, ella buscaba a Albus y me ha preguntado por él. Le he estado enseñando Hogwarts.
-Tenemos que irnos, James. Ves a buscar tu baúl. -Le dijo Harry a su hijo mayor.
-Debes estar bromeando. No pasa nada porque se quede aquí una semana, papá. Tu sabes lo que pesa?
-Sí, lo sé. Por eso mismo quiero que te lo lleves. Vamos.
James se dirigió a la Sala Común de Gryffindor maldiciendo a su padre por lo bajo. Odiaba el baúl, era lo peor de cada año y estaba lleno. Por lo tanto, a James, le costaba muchísimo moverlo. Scorpius subió con James a su habitación y le pudo ayudar. El pequeño Malfoy, se preguntaba sobre como había logrado entrar en la Sala Común de la casa que, teóricamente, era la enemiga. El pequeño Malfoy se sentía fatal y no paraba de pedirle perdón a los padres de James y a él.
-Scorpius, no es tu culpa, de verdad. No es la primera vez que James se mete en un lío de estos, verdad, James? -Afirmó la pequeña Lily y miró a su hermano mayor.
-Gracias, Lily... Pero...
-Pero nada, Scorpius. -Le dijo Harry.- Cómo están tus padres?
-Bien, señor Potter. Gracias por preguntar.
-Me gustaría verles algún dia. -Ginny, James y Lily Luna se quedaron de piedra. Scorpius sonrió y asistió también.
-Claro, señor Potter. Les enviaré alguna lechuza dentro de poco.
-Pero... tu no les enviaste una lechuza ayer? -Preguntó Albus, acercándose a sus padres.
-Sí, pero... pero... Bueno, no sé si les habrá llegado, mi lechuza es un poco patosa.
-Tanto como Errol? No creo. -Exclamó Ginny riendo.
Hablaron un poco más y los Potter se fueron. Scorpius no pudo despedirse de Lily como hubiese querido.
-oooo-oooo-
Los Potter ya habían llegado a su casa, James subió a su habitación con su padre y Ginny se quedó en el salón con Lily Luna viendo la tele.
-Parece que Scorpius es un buen chico. Es una lástima que se metan con él, verdad, Lily?
-Sí, mamá. -Respondió la pequeña sonriendo.
-No es culpa mía, papá! Ellos empezaron! -Ginny y Lily podían escuchar los gritos de los chicos desde el salón.
-Sí que lo es, James Sirius!
-Sabes qué, papá? -Gritaba James con tono burlón- No me gusta la idea de tenerte que aguantar unos años más. Eres insoportable. Y todo porque eres/eras el "elegido."
-Cállate! -Gritó Harry. Luego todo pasó muy rápido, James saliendo de su habitación antes de que su padre pudiera decirle algo, Ginny intentando calmarle y James saliendo por la puerta de su casa.
-James! -Gritó Ginny, desesperada, y saliendo por la puerta también, intentando encontrar a su hijo, pero éste ya había desaparecido.
-Déjalo, Ginny.
-De verdad, papá? Vas a dejar que se vaya por allí? Ya sabes como es... -Lily estaba un poco preocupada.
-Sí. Ya volverá, ya verás, Lily.
-oooo-oooo-
James se dirigió a casa de sus tíos y picó a la puerta. Hermione le había ido a abrir la puerta, y se quedó de piedra cuando le vió.
-Qué haces aquí, James?
-Me han expulsado de Hogwarts y me he escapado de casa. -Explicó el mayor de los Potter entrando en la casa.
-Por qué? -Preguntó Ronald.
-Qué guay! -Gritó el pequeño Hugo mientras su madre le fulminaba con la mirada.
-Porque me he peleado.
-En el segundo día? -Preguntó Hermione, extrañada.
-Sí. Unos de Hufflepuff se estaban metiendo con Scorpius Malfoy y como no era la primera vez que le defendía, me han empujado y bueno, puñetazos por aquí, por allá... -Explicaba él, como si fuera lo más normal del mundo.
-Scorpius Malfoy? -Preguntó Ron. Al parecer, solo se había quedado con eso.
-Y como es que te has escapado de casa? -Hugo le miraba atentamente, esperando una respuesta.
-Bueno, peleas con papá. Os importaría que pase la noche aquí? Mañana volveré. Lo prometo. -Dijo James.
-No creo que sea buena idea, James. -Impetó Hermione.
-Por favor. No quiero volver, al menos esta noche no. Cuando vuelva, papá me cortará el cuello después de todo lo que le he dicho. Por favor, tía Hermione... -Hermione no sabía que decirle. Nunca le había dicho que no a James. James siempre había sido su "favorito", a diferencia de Harry, que tenía como favorito a su hijo mediano, Albus y Ron, del cual Lily Luna era su "favorita". A Hermione le gustaba como era James, de vez en cuando, le recordaba a Sirius, y eso le traía buenos recuerdos. -Está bien. Pero, mañana volverás.
-Gracias, tía Hermione! -Exclamó él, abrazándola, mientras Ron reía.
-Ginny debe estar volviendose loca. -Anunció Ronald.
Y hasta aquí el primer capítulo. Espero que al menos, esta historia os guste, no como la otra. Probablemente la otra sí que la seguiré, pero por ahora me he "obsesionado" con esta. (Link: .net/s/7240883/1/La_leona_y_el_dragon)
Ya me diréis que opináis.
Snotty-Potty~
