Hola soy nueva en la plataforma y en el fandom pero no en la escritura que tengo otros escritos por otro medio.
Es mi primera historia de Boku no hero academy.
Es un Deku x Katsuki principalmente pero tendrá otras parejas.
Esta desarrollado en universo canon pero con años a futuro, adultos de aproximadamente 25 años por lo que el carácter de los personajes sera mutable acorde a su edad y madurez mental.
Habrá incapacidad, cambios de humor.
Habrá un capitulo retrospectivo de contenido maduro el cual contendrá violencia, si hay personas sensibles ya saben bajo advertencia no se acepta queja.
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Ser un héroe no era tarea fácil peor aun siendo el número uno pero se veía recompensado al ver las caras de agradecimiento de quienes lograba rescatar del peligro, seres que le miraban con ojos alegres, llenos de esperanza y admiración hacia su persona, era un buen trabajo lástima que venía con deberes de oficina monótonos y aburridos comparados con la acción, sin embargo era necesario hacer los reportes de todos los casos por más insignificante que alguno pareciera dado que hasta una pequeña "piedra" podría formar parte de una "montaña" y los villanos eran expertos en hacer parecer un caso importante como uno cualquiera, Midoriya Izuku lo sabía más que nadie, hacer minuciosos reportes de los acontecimientos cuando los recuerdos estaban frescos era importante así mismo como archivarlos en los lugares correctos. La mayoría de héroes tenia a un ayudante al cual dictar minuciosamente los acontecimientos para que este se encargara de papeleo ya sea por algún impedimento físico producto de su trabajo como héroe o por simple comodidad, el héroe peliverde prefería hacerlos por sí mismo pese a tener un ayudante asignado, después de todo lo hizo por mucho tiempo para otros aun teniendo su propio papeleo, fue un trabajo duro y monótono tomando en cuenta la cantidad de héroes en esa compañía y lo detallista que era él en sacar información y apuntarla en uno de sus fieles cuadernos que había pasado de ser un objeto de su afición a guardar información importante de los casos en contra de la justicia, sin embargo no todo había sido sacrificio ya que gracias a ese esfuerzo podía reconocer a cualquier villano sin conocerlo solo en base a su apariencia y habilidades, fueron estos conocimientos junto a su poder para detenerlos lo que lo había llevado a la cima, llegar a ser el mejor no había sido tarea fácil y se lo había ganado sin buscarlo ocupado en ganarse otro premio que por entonces le parecía inalcanzable.
Izuku se llevó una mano a la frente al sentir la presencia de ese sujeto a sus espaldas, por su aura buscaba pelea como siempre, miro al reloj de entrada, era casi la hora del almuerzo y por ende ir a casa, estaba de buen humor y no pensaba dejar que nadie lo arruinara.
—El gran héroe DEKU no logro rescatar a todas las victimas —imposible, el joven de cabello negro tenia las palabras para irritarlo, ni Kacchan hacia tan buen trabajo en el pasado, un punto extra era oír su nombre de héroe remarcado con burla—, que pena aunque no es la primera vez que sucede, tu maestro estaría decepcionado —Izuku apretó los puños al pensar en All Might su maestro y amigo y sus últimas palabras que lo atormentaban hasta la actualidad, su última voluntad que aún no era lo suficientemente hombre como para poder cumplir, lo apostaría todo cuando lo hiciera temiendo perder, relajo los puños, aun no tenía el valor—, al igual que tu esposo —un golpe bajo, Midoriya acepto la mirada desafiante chocando de frente con esos ojos rojos que ardían en espera de un enfrentamiento pero Izuku no era idiota para caer tan fácil.
—Mi ESPOSO es problema mío —Sonrió con suficiencia al remarcar el nivel de parentesco que tenía con el hombre que ambos amaban—. Agradezco tu preocupación —pronuncio gentilmente dado que el lugar estaba relativamente lleno, tener que tragarse los insultos desde que era niño para evitar ser lastimado por otros con Quirk lo hacía con maestría, agachar la cabeza y dejarlo pasar aunque ardiera por dentro lo tenía controlado, siempre fue menospreciado por haber nacido sin ninguna habilidad, los demás lo veían como un ser inferior no merecedor de una buena palabra o de ser tomado en cuenta empezando por Bakugo el niño que más había admirado desde que lo vio por primera vez, no necesito ver su Quirk para eso, basto con ser observador de su fuerza de voluntad, verlo pelear y no rendirse aun cuando su enemigo fuera mucho más grande y fuerte, eso fue lo que tanto admiro Izuku de él, le tenía admiración en el mismo grado que le envidiaba, no quería hacerle daño pero quería ser como él, nunca retrocedió pese a los rechazos, insultos y golpes del rubio aguantando las ganas de responderle no por cobardía cuando infante sino porque de hacerlo Katsuki le vería como un ser que lo desafiaba y lo alejaría de él esta vez en serio y no como un juego del gato y el ratón masoquista que vuelve una y otra vez a ser arañado de nuevo mientras aprende como ser como él, de adolescente dejo de huirle aceptando por primera vez al obtener su Quirk que jamás podría ser amigo de Kacchan, renuncio a él pese a seguir sus pasos, Kacchan siempre estaba un paso adelante e Izuku no pudo evitar seguir admirándolo y temiéndolo por igual desarrollando una falsa tranquilidad que servía muy bien en esos casos—, aunque no puedo decir lo mismo de él —a la vez que aprendió cómo 'golpear' donde dolía, hecho confirmado una vez más al ver a su acompañante apretar los dientes y su mirada prenderse en llamas.
«Me deje llevar» pensó con molestia, no quería una pelea solo que la simple presencia de ese hombre lo ponía nervioso, atentaba contra su paz con solo pronunciar unas palabras llamando a una batalla en la que el 'perdedor' seria él— Porque no lo dice él mismo —Izuku guardo el documento que por suerte ya había finalizado apagando el computador al visualizar esos cabellos rojizos que se acercaban a toda velocidad.
—Qué suerte que le he encontrado —se apresuró a decir el joven de escasos 16 años que era su actual ayudante sin importarle interrumpir a dos héroes de la talla de los que tenía presentes— El importante documento que me pidió esta entregado —recito elevando ambas manos al héroe Midoriya donde descansaba un sobre sellado.
Izuku sonrió al chiquillo mientras de reojo veía esa espalda fuerte, dura como su dueño alejarse dándole la espalda, Izuku no pudo evitar que los recuerdos del pasado azotaran su mente, su brillante sonrisa, su alegría, sus consejos, su amistad, tantas cosas que los unían en el pasado, su mismo espíritu de héroe, de ello no quedaba nada, ni el niño que sonreía ni el entusiasmo por su trabajo, ahora era solido musculo forjado en años de entrenamiento estricto recubriendo un carácter más duro que su cuerpo, lleno de rencor, con odio en la mirada que no solo hacia retroceder a los villanos sino a sus compañeros, de lo que fue no quedaba nada e Izuku no podía evitar sentirse culpable porque a pesar de sentirse mal por eso no tenía la más mínima intención de devolverle aquello que le había quitado.
—¿Por qué simplemente no lo enfrenta? —la voz del jovenzuelo era dura a pesar de la dulzura de su tono, pedía una explicación— Lo siento, no debí preguntar —avergonzado desvió la mirada ¿Cómo osaba meterse en un asunto privado sin invitación?—, disculpe mi insolencia —confrontación de héroes era extraño pero no imposible por lo cual el aprendiz de héroe no podía evitar preocuparse por su ídolo, Midoriya Izuku era un joven héroe reservado pero amable y de buen corazón, valiente y con gran sentido de la justicia y del honor, no entendía porque no había parado esos 'enfrentamientos' cotidianos con el otro héroe, del tiempo que llevaba a su servicio había deducido que sus asuntos eran personales.
—No te preocupes, está bien —Izuku no era antisocial pero tampoco abierto, solía guardarse sus secretos y solo unos pocos de sus amigos sabían sus motivos y razones para comportarse así, por muy buenas que fueran las intenciones de su joven ayudante no ampliaría su círculo— Termina aquí y vete a descansar —Las peleas solían cansarlo más física que mentalmente.
—Cuente conmigo Deku —esa sonrisa alegre y ojos de admiración Izuku los conocía bien, eran los suyos cuando veía a All Migth pero él no deseaba un pupilo por ahora, dio media vuelta y se fue.
«No vale la pena» pensó el pelirojo, si lo que había alcanzado a oír era cierto la pelea recaía en el esposo del héroe Deku, no lo conocía en persona pero no le caía bien de entrada y no se debía al hecho de ser un hombre, algo de lo que mucho se había hablado en su momento y había colocado a Deku en un mal lugar hace algunos años dado que aunque sean una sociedad evolucionada aun había opositores del matrimonio del mismo sexo, a él ese asunto no podía importarle menos lo que le molestaba es que ese héroe tan genial estuviera unido a esa persona que por las pocas palabras que había intercambiado con él por teléfono podía afirmar que no era agradable, cierto que tenía una voz atrayente y muy fuerte ¿o gritaba?, el caso es que su voz por más llamativa que fuera no compensaba que lo llamaran idiota de buena a primeras, era grosero, poco paciente y de muy mal carácter, decir que casi se lo come vivo por olvidar poner *wasabi en la compra fue poco, era una persona de quien valía la pena mantenerse alejado.
¿Por qué pelear por alguien así? No lo comprendía y no quería hacerlo, lo mejor era mantenerse al margen aunque sirviera de recadero, el importante documento que había corrido a entregar era una simple lista de compras de supermercado que casi le había costado el oído en la mañana el cual debía entregarse de inmediato en cuanto viera al otro héroe acercarse.
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Con una bolsa de mercado en cada mano Izuku entro a su casa mirando el interior como si fuera la primera vez, no era por el innecesario lujo sino que la decoración había cambiado, de nuevo, en menos de dos meses, los muebles eran nuevos y el tapiz de un elegante color verde azulado ni tan claro ni oscuro, no sabía el nombre del color exacto solo que le daba a la propiedad un aire sofisticado combinado con las lámparas de los extremos que tenían base de oro al igual que los bordes de la cobertura con un pequeño foco en el centro capaz de iluminar solo la pequeña mesita donde estaban ubicadas individualmente siendo la principal fuente de luz un gran candelabro que colgaba del techo que parecía hecho de diamantes, suerte que no lo fuese, las cortinas de fina seda blanca con bordados de hilo de plata en los bordes se veían exquisitos a la vez que caros, no recordaba haberlos visto al salir por la mañana, de hecho había muchas cosas que no recordaba como ese lujoso jarrón color ocre en medio de la mesa del comedor, juraría que era porcelana y de la costosa.
Suspiro al ver la casa que para nada era de sus sueños, era un hombre sencillo, con gustos simples, le bastaba con su viejo departamento de soltero que compartía con su amada madre, la extrañaba pero sabía que ella era feliz con su padre, aquel hombre que le había dado tantos dolores de cabeza en el pasado, lástima que no pudiera verla seguido porque…bueno su padre era… muy escurridizo por así decirlo y de un poder que su esposo envidiaba y admiraba, una razón extra para no odiarlo sumado al gran amor que su madre le profesaba.
Miro alrededor encontrando la casa sola, tenía hambre y pese a ir de compras no deseaba cocinar, dejo la carne y verduras en el refrigerador notando algunos artefactos nuevos, salió al patio interior, la piscina estaba vacía con algunas hojas de los árboles sobre el agua.
Izuku se tomó el mentón considerando que algunas plantas en macetas harían una buena decoración pero negó de inmediato, el jardín del patio exterior era lo sufrientemente grande para requerir bastante tiempo y mucha agua, no que su esposo fuera aficionado de las rosas y demás flores, para eso venia el jardinero tres veces por semana aunque su pareja hallara entretenido dedicarle su atención algunas veces en que se encontraba aburrido o melancólico, una suerte que desperdiciar el dinero fuera su único vicio.
Su casa era enorme, de tres pisos más una terraza, sótano, piscina, chimenea, dos patios, un jardín, dos cocheras y el "cuarto del pánico" como le llamaba a la habitación especial de su esposo al cual no se le permitía la entrada, era su lugar privado donde solía encerrarse algunas veces cuando se molestaba con él, cuando fue declarado públicamente como el mejor héroe su esposo no le hablo por una semana y se encerró en su 'territorio' un mes.
Midoriya Izuku a sus 25 años era considerado el héroe número uno desde hace dos años atrás en el que evito un incidente de tráfico de personas con Quirk poderoso, no fue precisamente el caso, sus razones eran personales pero la prensa obvio el hecho aun sabiendo los antecedentes, su fama subió tanto como su sueldo sumado a los copiosos regalos de sus fan y de sus benefactores para los cuales salía en propagandas y posaba para las revistas más prestigiosas del país, el dinero nunca le había importado en su niñez y si ahora lo hacía era más por darle a su esposo el tipo de vida del que se creía merecedor despilfarrando el dinero de su marido acostumbrado a una buena vida y dotado de un carácter caprichoso que gustaba de tener lo que deseaba sin aceptar un no por respuesta, no que izuku fuese capaz de negarle nada solo que...
La casa y todo en ella era demasiado para dos personas.
Encontró a quien buscaba tumbado boca abajo en la recámara principal desnudo en toda su gloria cubierto solo por las sábanas de fina seda que habían costado un mes de su sueldo— Despierta —se veía tranquilo como rara vez estando despierto, le gustaba de ambas formas aunque hallaba esa 'fragilidad' que tenía en el sueño adorable—. Anda levántate —no era saludable pasar todo el día en cama a menos que fueran otras actividades pero dado el gruñido molesto que recibió al despertar al durmiente descarto la idea—, el día esta hermoso para ir de paseo— trato de convencerle mientras acariciaba su cabello rubio que refulgía al ser besado por el sol de la ventana.
—¡No molestas idiota! —gruño con su habitual carácter matutino propio cuando le cortaban el sueño—. Ve tú sólo o con alguno de tus inútiles amigos— respondió casi escupiendo las palabras, "héroes", los tarados como les llamaba si se los llegaba a topar, no le gustaban los héroes.
Otro se habría acobardado u ofendido a la respuesta sintiéndose rechazado pero Izuku sabía que así era su rubio, estaba recién despertado y por ende malhumorado, solo debía insistirle un poco más—Pero quiero estar contigo —se subió a la cama apresando por la fuerza ese cuerpo que se movía reacio a aceptar su abrazo, embravecido al verse sometido—, es tan difícil comprender que te quiero a mi lado Kacchan —ataco a su ego sabiendo que eso solía funcionar, no quería comer sólo ni con amigos, deseaba pasar el día con su esposo.
SU esposo, suyo ante la ley de los hombres, en la infancia y adolescencia nunca se le paso por la cabeza tal cosa después de todas las peleas que protagonizaron, el destino dio un giro y acabaron compartiendo un lazo poderoso, un nivel de intimidad que solo los esposos comparten, no parecía real y a Izuku aún le costaba creerlo algunas veces, Midoriya Katsuki era su compañero de vida, cuyo rostro era lo último que veía al acostarse y lo primero que contemplaban sus ojos a la luz de un nuevo día.
—Sera porque eres estúpido maldito nerd —no era insulto, el rubio relajo el cuerpo dándose vuelta poniéndose frente a frente con el peliverde mirándole fijamente disfrutando de la mirada ensoñadora que le dedicaba el niño convertido en hombre el cual le había perseguido desde sus escasos tres años— Muy estúpido Deku —dijo con un toque de picardía y sonrisa torcida que para el peliverde no ocultaba la tristeza de su mirada, le acaricio el rostro con sus manos vendadas teniendo ligero dolor al mover los dedos pero no tanto como al inicio, toco las pecas en la mejillas riendo internamente de lo mucho que se había burlado de eso en la niñez pero en el fondo le parecían atrayentes, él no tenía ninguna y por eso le parecían curiosas, eran hasta bonitas, bordeo la nariz hasta llegar a los labios donde sus manos fueron retiradas con cuidado recibiendo besos en ambas, tan suave y con tanta delicadeza que no dolía, definitivamente solo Izuku era tan estúpido para amar a alguien como él, quizá en el pasado pudiera ser comprensible pero no ahora que no era más que la sombra de lo que pudo haber sido.
—¿Eso es un si Kacchan? —Le contempló como si fuera la primera vez quedándose prendado de sus ojos rojos como rubíes, tan intensos, tan vivos que parecían albergar un quirk en ellos, algo totalmente alejado de la realidad por tristeza, bajo a su respingada nariz deteniéndose en sus labios tan suaves y carnosos a pesar de las barbaridades que podían salir de ellos cuando estaba de mal humor, más bien dicho cuando estaba furioso que malhumorado había nacido, eran dulces al probarlos con un toque fuerte embriagante como chocolate con pimienta, adictivos, no podía vivir sin ellos así como desde un principio nunca pudo alejarse de su recuerdo siendo un niño que lo perseguía convirtiéndose en el hombre que lo ato a su lado aun cuando ese no fuera su destino.
Katsuki no se resistió a la caricia en su vientre disfrutando del masaje de los dedos ajenos en una zona sensible muy cercana a su intimidad, emitió un genuino gemido de gozo al sentirse acariciado notando la sonrisa en su compañero, no omitió el gruñido junto al "imbécil" que le siguió, ser amable no estaba en su naturaleza, ocultar sus emociones como un cobarde patético tampoco, si algo le gustaba lo demostraba sin temor, si le desagradaba era más notorio su enfado, Izuku sabía que si hacia algo indebido Kacchan no dudaría en patearlo o tirarlo de la cama y pese a verse como un masoquista eso le gustaba, tal sinceridad era única, Katsuki nunca haría algo que no le agradara o diría un te amo sin sentirlo, era la razón de su larga espera, esperaba ganarse esa palabras algún día.
—Solo porque me suplicas —Katsuki disfrutaba de ser venerado desde que tenía memoria, nacido como líder nato fue la cabeza de todos sus grupos, sus seguidores hacían lo que ordenaba, le hacían sentir poderoso, un rey en la cúspide de la montaña, confiaban en él…pero para ninguno de ellos valía lo suficiente para arriesgarse, siempre que había peligro se vio solo contra el mundo, no le importaba, le gustaba demostrar su fortaleza y odió a quien se atreviera a demostrarle piedad, a verle menos cuando él sabía que podía hacerlo solo, sentirse menospreciado fue algo que detestó de Izuku en el pasado…hasta que entendió que nunca fue piedad o lastima lo que el peliverde sentía por él, era genuina preocupación sin doble intención, cuando nadie estuviera dispuesto a 'darle un mano' sabia con seguridad que Izuku una vez más estaría dispuesto a protegerlo y de ser necesario morir por él, casarse con Deku fue la mejor decisión que tomo y pese que no lo hubiera hecho con una sonrisa no se arrepentía aun cuando por entonces su cabeza seguía llena de un brillante futuro como el héroe número uno que se escapaba entre sus dedos así como el recuerdo de la traición fresco en su memoria cuando pronuncio 'si acepto' en el altar.
"Vamos bro lo haremos juntos, siempre juntos"
Mentiroso
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Un hombre parecido a Izuku en carácter y convicción fue su compañero elegido por cinco años, en quien se apoyó, aquel que se ganó su confianza plena en base a acciones demostrando sentir adoración por él con el paso de los años, lo que Katsuki en su ingenuidad en las relaciones románticas confundió con amor por la sonrisa fácil que le acompaño año tras año desde que se conocieron, 'él' le enseño el valor del esfuerzo de primera mano, la pasión por los sueños, con el tiempo dejó de subestimarle convirtiendo el ligero celo que sentía de los triunfos ajenos en orgullo al verle de pie cuando debió estar caído, aprendió a conocerle y a amarle como a nadie antes depositando su total confianza en sus fuertes manos, sin embargo después del desafortunado 'atentado' que hubiera azotado la ciudad donde perdió a sus padres y el poder de su Quirk en su totalidad ese desgraciado lo había desechado como basura de la manera más humillante que podía habérsele ocurrido demostrándole que si no podía ser un 'héroe' ya no era nada ni nadie a quien respetar, mucho menos amar, una cruel bofetada del karma que le desgarro el espíritu y le rompió el alma al mismo tiempo que sintió su corazón romperse desde adentro en miles de pedazos.
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Yo nunca podría amar a un lisiado como tú
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Nunca olvidaría esas palabras en lo que le quedara de vida, no perdonaría esa ofensa aunque en el fondo supiera todas y cada una de esas palabras reales, jamás podría perdonarle tanto dolor ni la humillación pública que le hizo pasar cuando lo abandono sabiéndolo solo en el mundo, lo amaba como a nadie, tanto que podría haberle perdonarle los golpes, la paliza que le dio antes de irse, pero no podía perdonar que se riera de él al hacerlo, que se burlara de su debilidad y le recordara que ya no era nadie, que ya no tenía valor alguno en este mundo.
No volvió a verle desde entonces y por más que le insistió año tras año nunca le devolvió la llamada, había olvidado las veces que hizo cambiar la línea telefónica, no le interesaba oír sus palabras falsas, sus mentiras, sus suplicas y llantos por teléfono rogando que le escuchara porque no había nada que pudiera decir en su defensa que cambiara los hechos, le había desechado como a un perro sarnoso, lo había rebajado a un nivel peor que de un animal acabando con su orgullo y dignidad al mandarlo de regreso al hospital un día después de haber salido demostrándole con hechos cuanto valía para él, lo que le recordaba que debía cambiar la línea telefónica de nuevo.
—¿Kac-chan? —al llamado salió de sus recuerdos topándose de frente con esos ojos verdes sinceros que lo veían preocupados a su lapso silencioso, no exigían una explicación, suplicaban saber si estaba bien, tan solo eso, la admiración a su persona que encontraba en esos ojos cuando infante habían sido reemplazados por un amor tan fuerte que era palpable, era notorio como la luz del sol, porque cuando Izuku lo veía sonreía de verdad, era feliz de tener a la pobre criatura desechada en la que se había convertido a su lado.
—No me mires así —sabía que no lo veía con lastima pero odiaba esa mirada apenada que había tenido que soportar por tantos años de toda persona que lo hubiera conocido en la UA y después, compadeciéndolo de su destino—, no me toques —ya que era obvio hasta para el mas obtuso que no amaba a Midoriya Izuku cuando se casó con él evidenciado en las silenciosas lagrimas que sin permiso se deslizaban por sus mejillas cuando abandono su apellido relegado a usar el de su marido en ley como si fuera una mujer, sollozando por dentro y por fuera por su triste destino, odiando a su marido con todas las pocas fuerzas que le quedaban, incluso pensó en el suicidio una sola vez, idea que rechazo al instante, era una opción cobarde y él no lo era por lo que alzo la cabeza con fingido orgullo dedicándose primero a hacer la vida de ese miserable que se hacía llamar su marido un infierno, haciéndole arrepentir cada día de haberle obligado a ese matrimonio, con los años aprendió una cosa o dos que le hicieron cambiar de idea, gastar la fortuna que su esposo ponía a su disposición y a callar bocas que se habían atrevido a humillarlo en un pasado era su nuevo pasatiempo.
No era una mala vida.
—¿Cómo te miro? —cariño, amor desbordante, la promesa de que sin importar que ocurriera siempre estaría a su lado, no había lastima en esos ojos verdes, solo preocupación, Katsuki había odiado con fervor esa mirada en el pasado al ser la representante de que era considerado débil por un humano sin Quirk, necesitado de protección, Izuku parecía no saber su lugar, nacido sin don alguno lanzándose en su ayuda a la primera oportunidad de peligro en la niñez y adolescencia sin ser consiente que ni héroes con un gran poder podían hacer nada "mi cuerpo se movió solo" era un idiota pero ese idiota que lo miraba con admiración por entonces actualmente le confirmaba que aún era valioso para alguien, porque cuando Izuku lo miraba sus ojos brillaban—, se sincero y restriégame en la cara lo mucho que me importas—como siempre Izuku tenía las palabras justas para desarmar todas sus defensas y eso que lo irritaba en la inmadurez de su adolescencia ahora le gustaba en la misma medida.
—No puedes vivir sin mí —Si había algo que le hinchara el pecho de orgullo todavía era eso, saberse adorado por ese hombre de espesa cabellera verduzca, hombros anchos y que le sobrepasara la altura tan solo por dos miserables centímetros, ¡MALDITO DESARROLLO! Parecía que lo hubiera hecho a propósito para molestarlo pero sabía que era fruto del poder del One For All, un cuerpo capaz de soportar semejante poder no podía ser débil, el jodido héroe más poderoso, admirado y deseado, que podía tener a sus pies a cuanta mujer quisiera e incluso a algunos hombres pero solo lo amaba a él hecho que le encantaba restregar en caras que pensaban que tenían la más mínima posibilidad de quitarle lo que era suyo—. Nunca amaras a alguien después de a mí — estaba seguro de sus palabras que se alzaban como profecía porque las sabia reales, Midoriya Izuku jamás podría amar a alguien tanto como a él, lo sabía porque cuando los ojos de Izuku no lo miraban perdían su brillo, la vida se prendía en esos ojos cuando estaban fijos en él.
Las caricias en la piel lampiña se sentían dulces, suaves y cariñosas, no que el altivo hombre rubio fuera a decirlo pero Izuku lo sabía porque su cuerpo era sincero estremeciéndose a su contacto maldiciendo ser tan sensible audiblemente, Katsuki quería a Deku incluso podría afirmar que era amor lo que sentía por el peliverde pero lo cierto era que no quería volver a amar, no quería volver a ilusionarse y ser traicionado, humillado y abandonado, Izuku no sería capaz de hacer eso le dictaba el corazón pero este ya se había equivocado una vez, porque tampoco creyó que "él fuera capaz", era demasiado orgulloso para atreverse a ser herido una segunda vez porque más que orgullo tenia temor de volver a ser lastimado, no lo podría soportar una segunda vez.
—¿Kacchan tú quieres? —Izuku era su esposo, tenía derecho sobre él, derechos maritales que dada su condición no podía negar, Katsuki aun recordaba su noche de bodas, la rabia que sentía por entonces, temor también oculto tras su ceño fruncido, era inexperto en el sexo y no tenía las más mínimas ganas de dejar de serlo, peleó y golpeó a Izuku lastimándose más así mismo que al pecoso pero al final el resultado fue el mismo que de no haber combatido, las lámparas rotas, las sillas del cuarto tiradas y dos cuerpos reposando en las sabanas abrazados en cuchara cubiertos solo por una sábana blanca, Katsuki podía oír aun su voz susurrando a su oído "Kacchan confía en mí nunca haría nada que te lastime", promesa que el rubio se permitió creer evidenciado en que Deku no le había forzado, la 'batalla' fue para ponerle la ropa de dormir.
—Idiota ya no deberías preguntar—El sexo fue vergonzoso al inicio entre los dos, igual que todo lo que hacían juntos empezaron peleando, no se llevaban de acuerdo en nada luchando por el control del primer beso chocando dientes, Katsuki retando, Izuku cooperando, estaban a la par pero de ahí en adelante de los dos irónicamente quien más experiencia tenia era el peliverde porque Katsuki era virgen sumado a su 'incapacidad' no podía tocar a su pareja y de hecho no era la clase de persona que gusta de dar placer sino más de los que les gusta ser acariciado, de esta manera Izuku tomo el mando y se llevó el 'premio' que había buscado entre sus piernas tres años después de haberse casado «Lo que tanto querías se lo di al nerd de Deku» pensó al recordar fugazmente a su ex y sus constantes toqueteos a su intimidad deseoso de dar el siguiente paso, el único triunfo que Katsuki se había llevado después de esa fallida relación consistía en no haberlo perdido todo evidenciado en la cara estupefacta de Izuku cuando se supo el 'primero', nunca olvidaría esa cara brillante con los labios tirando arriba en una sonrisa incrédula "¿en serio Kacchan?" su cara boba con los ojos llorosos al sentirse más unido que nunca a la persona que más había deseado, solo en esos momentos íntimos se permitía creer que Izuku lo amaba en su totalidad y no había nada ni nadie que pudiera hacerle creer lo contrario dado que sentía el corazón de Izuku latiendo con fuerza desde su 'unión' hasta su pecho cuando estaban conectados carnalmente.
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El sexo nunca fue importante para Bakugo Katsuki en sus años de colegio pero eso no evitaba que tuviera curiosidad ¿Qué se sentiría tocarse allí abajo?
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Los chicos que acostumbraban pegársele en los recesos y se hacían llamar a si mismo sus amigos le dijeron que se sentía muy bien, por lo que un desafortunado día de verano estando solo decidió probar aun sin sentir el más mínimo deseo real, era simple curiosidad.
Se apoyó contra el respaldo de la cama apoyando el resto de su cuerpo sobre las sábanas blancas, pareciéndole una posición cómoda para lo que planeaba hacer, se quitó el pantalón sin entusiasmo haciendo lo propio con los calzoncillos, se aseguró de cerrar su puerta con llave por si acaso sufría alguna interrupción, «Más vale que valga la pena» pensó tocando su sexo con curiosidad, nunca se había fijado en los detalles ahí "abajo" «Mierda que tiene un color marica» no le gustaba que la punta de su miembro fuera de un tenue rosa, parecía un retoño de sakura a punto de abrirse, con molestia lo cubrió con la mano empezando a frotar la cabeza sin delicadeza acción que inmediatamente le hizo soltar el aliento que contenía, había dolido pero a la vez enviado una sensación electrizante por el resto de su cuerpo, era distinto de cuando se tocaba después de orinar, se sentía diferente. Katsuki respiro y empezó de nuevo controlando su temperamento tocándose menos torpemente, dándose el tiempo de explorarse con tranquilidad justo donde nacían sus vellos de un pálido rubio cenizo, froto su mano por encima de adelante para atrás deleitándose con las sensaciones, su cuerpo sudaba por el esfuerzo y la excitación, la base suave al inicio se fue convirtiendo en dura al pasar unos minutos aumentando ligeramente su tamaño y haciéndole apretar los dientes sobre el labio inferior, se sentía bien dándose cuenta que miserablemente su cuerpo era muy sensible a la estimulación, froto con más rapidez y ligera fuerza la base del tronco sudando en exceso deseoso de alcanzar algo que su instinto le decía que sería delicioso, la cúspide de su placer, siguió con su labor olvidando que debía tener cuidado, grave error, las chispas placenteras desaparecieron de un momento a otro reemplazadas por un dolor único, palpitante y penetrante que le hizo derramar lágrimas y gritar con fuerza silenciándose con una mano opacando el ruido.
—¡Mal…dicion! —logro articular acurrucado en bola sobre su cama blanca de nieve arruinada con unas gotas de rojo, Katsuki elevo aterrado su mano al notar sangre en ella, sentía su sexo herido, su cuerpo entero había recibido un dolor punzante que le seguía haciendo llorar, dolía como nada que hubiera experimentado en el pasado, con temor miro a su entrepierna pensando lo peor, sintió un gran alivio al ver una pequeña herida ya cauterizada del tamaño de una huella en el medio de su sexo, aliviado noto que la sangre no venía de esa parte si no de su labio inferior que había mordido al silenciarse, era normal que su mano se hubiese manchado.
Le costó aparentar normalidad los siguientes días al suceso pero primero muerto que confesar lo sucedido ni siquiera a su padre o madre guardando silencio incorruptible, había aprendido dos cosas ese día, primero debido a su Quirk no podía darse placer el mismo, la segunda era que tenía miedo, era un cobarde que no atrevió a volver a intentarlo, se odio por eso pero la herida doliente le recordaba el dolor del momento por lo que su despertar sexual se vio frustrado, nunca se interesó en el sexo de nuevo, su carácter de por si fuerte y temperamental muto a violento al menor toque haciéndole arisco con la gente así como la frustración por no alcanzar el clímax le volvió amargo y malhumorado en demasía sabiendo que nunca podría tener eso que para otros era tan natural.
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En la actualidad Katsuki sonreía a los amargos recuerdos mientras sentía su sexo masajeado con maestría por grandes manos cariñosas, manos que parecían decirle cuanto lo amaba el dueño en el delicado toque lo suficientemente fuerte para hacerle gemir de placer.
—¡Ah…idiota no lo beses! —riño elevando la cabeza que antes hubiera estado en la almohada mientras elevaba su espina dorsal casi haciendo un puente utilizando sus hombros de apoyo y sus muslos que descansaban sobre piernas fuertes sutilmente acariciados— ¡Es asqueroso! — a diferencia de lo que muchos podrían pensar a Katsuki le gustaba besar, morder los labios rojos del calor de la excitación de su esposo, luchar con la lengua ajena por el dominio en una batalla sin ganador, incluso el chocar de dientes cuando los besos dejaban de ser dulces y se volvían salvajes, le encantaba sentir esos labios sobre los suyos siempre y cuando estuvieran limpios, que el nerd de su esposo besara su sexo no le gustaba aunque su cuerpo opinara distinto.
—No lo es…vamos quédate quieto —Izuku detuvo con amabilidad esa pierna que quería patearlo en la cara con un mano sobre su tobillo—. Me gusta el color —ignoro los insultos del rubio depositando esta vez un beso sobre los dedos cuyas uñas tenían un color rosáceo en la raíz terminando en la punta blanca transparente «Kacchan tiene un color genial» pensó con deleite, le gustaba ese color tan dulce y apacible en ciertas partes de su rubio, los dedos de manos y pies, la punta de su sexo, los pezones, la boca cuando estaba excitada o mojada, los parpados y bajo los ojos por las mañanas cuando estaba soñoliento resaltando el color de sus ojos cuyo rojo se veía algo apagado recién despertado.
—Te castrare si me besas con esa 'sucia' boca —Izuku sonrió comprendiendo el mensaje, a Kacchan no le gustaba el sexo oral, nunca se lo había hecho pero si dejaba que Izuku lo hiciera de vez en cuando, lo disfrutaba pero al gustarle besar durante el sexo lo hallaba incomodo, era una regla no escrita lavarse la boca después de hacer tal barbaridad en palabras del rubio antes de atreverse a besarlo en los labios.
—Lo tengo Kacchan, vamos relájate —Izuku era cuidadoso, atento y amable tanto en la vida cotidiana como a la hora de hacer el amor con su amante, sin duda era el tipo de hombre que cualquier persona quedria como compañero y pese a que Katuki nunca lo dijera él no era una excepción.
Izuku no era del tipo de hombre que utiliza a las personas, no se aprovechaba de sus parejas ni busca su placer individual, en base a experiencias aprendió que el sexo es simple desfogue de tensión cuando no se hace con una persona que signifique algo para él, solo un beso de ese arrogante rubio podía desarmarlo en cuestión de segundos, su sabor lo embriagaba y su cuerpo era su tentación más codiciada pese a haberlo probado incontables veces, ese joven rubio abierto de piernas a sus pies, vulnerable a la vista tenía el poder para destruirlo con una palabra o para hacerlo invencible, siempre supo que Katsuki sería su perdición pero no espero que el destino diera un vuelco tan brusco que cuando lo creyó totalmente perdido este lo pusiera en sus manos, intento alejarse de él en muchas ocasiones dándose cuenta de su nivel de obsesión y del daño que se hacía, era un masoquista cuando de ese chico explosivo se trataba, busco distancia tratando de olvidarle por completo y cuando creyó que lo había logrado Kacchan apareció de nuevo «Aunque te deje ir Kacchan tú estás en mi camino porque naciste para ser mío» aceptando la mano que había rechazado en el pasado.
Deku disfrutaba estar casado y pese a que Katsuki no era precisamente dulce en compensación era fogoso, ese cuerpo trabajado y tentador respondía a sus caricias con facilidad, se tensaba al ser tocado en su parte más oculta la cual solía acariciar con minuciosa parsimonia junto al resto de la 'extremidad' la cual hallaba suave y placentera al tacto, la piel de esa parte era blanca como el resto del cuerpo y suave como terciopelo, la punta rosada como botón de rosa le incitaba a probarla con la lengua, recorrerla y morderla con delicadeza, nunca se le paso por la cabeza hacer algo así en el pasado, no fue hasta que vio esa verga de punta rosada que sus pensamientos se volvieron sucios y obscenos, ni pensar en la otra cosa que también era rosada y más oculta además de apretada y caliente, el simple pensamiento le hacía endurecer y aún tenía mucho que hacer antes del plato fuerte, una poderosa distracción era aquella cicatriz cuyo tacto era aún más suave que el resto solo que sin la presencia de los pequeños pelitos naturales, lisa como seda, aquella que era un misterio y que parecía molestar a Kacchan más cuando le pasaba la lengua encima descaradamente.
Era un espectáculo tener a Katsuki en plena desnudez echado de espaldas descaradamente sobre las sabanas abriendo sus piernas deseoso de que la mano ajena le siguiera masturbando con más libertad pero lo era más para el rubio ver a Deku acercarse con parsimoniosa lentitud a su sexo, no le gustaba lo sucio del acto pero cuando esos labios tocaban su sexo sensible simplemente le hacía perder la razón, esa lengua experta recorriendo el tronco de arriba abajo apretando sin lastimar dejando que la saliva mojara la delicada piel antes de engullirlo por completo le hacía jadear sin pudor provocando que su pene se irguiera y endureciera generando fluido pre seminal, la visión de la cabeza que subía y bajaba lentamente le incitaba a apretar los dedos sobre esos verdes cabellos provocándole dolor en las extremidades, gemido que Izuku reconocía como doloroso parando el acto de inmediato recibiendo una mirada enfadada a la que no presto atención quedando prendado de dos puntos de rosa brillante erguidas por la excitación así como lo que acababa de soltar no decidido en cual escoger.
—¿Quieres tocarme aquí Deku? —Katsuki siempre tuvo un sentido de su alrededor muy desarrollado lo que le servía bien en batalla al tener la capacidad de sentirse observado y poder contraatacar incluso un ataque por la espalda con mayor efectividad, lo mismo que sucedía en la cama, con los ojos cerrados podía notar la insistente mirada de su pareja en su pecho y sus genitales como si no se decidiera cual le gustaba más mientras su sexo volvía a ser atendido por una fuerte mano que le masajeaba deliciosamente respondiendo con la danza de sus caderas deseoso de un toque más fuerte, un trato más rudo que lo hiciera disfrutar, le molestaba saber que era incapaz de darse placer a si mismo desde el inicio debido a su don.
Hay dos tipos de amantes, los que disfrutan y los que hacen disfrutar, Katsuki era de los primeros, le gustaba sentirse satisfecho, no era la clase de persona que antepone el placer ajeno al propio, no es que Izuku fuera un mártir porque a pesar de siempre tener cuidado al acariciar, besar y hacer el amor a su amante no llevaba las de perder, mientras más bueno fuera en sus "cuidados" era recompensado con los más deliciosos gemidos del rubio desparramado en las sabanas, el calor de su interior estrechándose alrededor de su miembro y sus gritos obscenos cuando culminaba mordiendo su hombro como un animal al no poder enterrar las uñas en su espalda, sus piernas firmes, fuertes envueltas a su cintura en un poderoso abrazo mientras jadeaba su nombre.
A menos que— Kacchan ¿quieres montar? —le cediera el control, no que Katsuki no lo tuviera pero tenerlo subiendo y bajando en su regazo sobre su sensible miembro solo con la fuerza de sus fuertes piernas era un espectáculo increíble, el rubio solía ser dominante mordiendo el cuello ajeno, repartiendo besos bruscos y sucios con chocar de dientes incluido, marcando el ritmo con fuerza, dejando que el miembro ajeno saliera de su cuerpo con lentitud para enterrarse con voracidad soltando gritos entre placenteros y de dolor deseoso de sentirle hasta el fondo para tener su próstata constantemente acariciada en esa posición, se movía con bestialidad e Izuku solo podía ayudarlo con las manos en sus caderas siguiendo y amoldándose al ritmo, se sorprendía que hasta en esas situaciones actualmente podían entenderse sin palabras, Katsuki con una mirada podía dominar la situación así como con pocas palabras "Quiero cabalgar fuerte" solía expresar lo que deseaba, deseos que eran órdenes para el hombre bajo su cuerpo que solo lo contemplaba con una sonrisa excitada mientras repetía "Te amo kacchan" en silenciosa disculpa por hacerle llorar del placer perdido también en la nebulosa lujuria que le hacía perder los sentidos concentrándose solo en su parte baja devorada por el ser insaciable que lo exprimía hasta la última gota con el más placentero orgasmo siempre mejor que el anterior dejándole siempre con ganas de más esperando la siguiente vez.
Katsuki sonrió mientras se paraba sobre la cama presionando con el pie suavemente el miembro ajeno oculto bajo la ropa sonriendo con prepotencia cuando el peliverde se apresuró en liberar su excitación de la prisión de tela, se acomodó entonces sobre el regazo del hombre que le veía excitado de rodillas sobre la cama, gustaba de verlo a los ojos cuando friccionaba su parte baja con la suya con fuerza ayudado por una mano ajena sobre ambos miembros haciendo la fricción más deliciosa, la otra en su cintura acercándolo como si temiera que se alejara mientras esa boca pecadora devoraba su pecho siendo empujada por sus propias muñecas teniendo cuidado de no usar las manos, amaba tener el control era algo que no había cambiado en él.
Cerca del final un pitido poderoso provoco que uno de los amantes terminara gimiendo a intervalos viniéndose copiosamente manchando ambos miembros y su pecho, al otro le arruino el orgasmo—, Mala suerte De-ku —Izuku suspiro al escuchar de nuevo el timbre, la sonrisa burlona de su esposo no ayudaba a calmar su excitación—. El precio de ser tan popular —acentuó el rubio mirando descaradamente la entrepierna ajena erguida y de color rojo en la punta, estaba a punto de explotar.
Izuku miro nervioso la puerta, debía atender— Me hare cargo de esto primero — dolía y no gustaba de darse placer sólo pero era urgente por lo que junto ambas manos sobre su sexo tirando de él con desgano sorprendiéndose al sentir esos suaves labios sobre los suyos —¿Kacchan? — no besos después del sexo oral.
—Solo por esta vez, no te ilusiones nerd —no había momento en que se sintiera más inútil que cuando no podía hacer algo tan simple como tocar a otro ser humano, solo podía dejar que Izuku se diera placer mientras se restregaba contra su cuerpo dispuesto sobre la cama y compartían fogosos besos, probo su propia esencia y no sabía tan mal como pensaba, quizá en el futuro lo permitiría de nuevo, supo que el peliverde había llegado a su límite al sentir su vientre tibio y el gemido acallado en su boca mientras lo besaba— Me las pagaras —en realidad no le molestaba que Izuku se haya corrido sobre él pero debía verse molesto para que izuku comprendiera que no era algo que podía hacer seguido.
—Perdón, preparare la tina —le robo un último beso al hombre que amaba para correr al baño a asearse y de paso preparar el baño del rubio que le veía divertido a su apuro mientras el timbre seguía sonando, Izuku se despidió de él con un último beso casto, dulce sobre sus labios a pesar de apenas haberse enjuagado la boca, se disculpó antes de salir.
Era un pequeño gusto que le daría a Izuku en compensación a lo bueno que era con él, a lo bueno que era con todos.
Su sonrisa se desvaneció «Un idiota demasiado bueno…para mí» pensó en soledad, el agua de la bañera estaba tibia y a medida que se hundía en el agua los recuerdos llenaban su mente con rapidez sin que pudiera detenerlos.
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Una sonrisa fácil en una cara sonriente, unas manos fuertes sosteniendo las suyas y una espalda poderosa protegiéndolo siempre a pesar de sus quejas, incontables veces se había levantado como un muro ante él y sus enemigos, el protector de sus sueños, el muro que lo resguardaba, su guardián indestructible.
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"Mantente detrás de mí, aunque muera prometo seguir en pie"
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Le creía, si había alguien capaz de cumplir esa absurda promesa suicida era él, eran un dúo, la pareja de héroes más brillante y reconocida, Katsuki era el ataque y su pareja era la defensa cuya promesa ya había cumplido muchas veces exceptuando que permaneció vivo para una batalla más.
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"Bakugo eres tan viril me impresionas"
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Katsuki no dependía de nadie, odiaba sentirse frágil pero ese tonto lleno de vida le había demostrado ser diferente, no lo trataba como a una doncella indefensa necesitada de protección, sabía que era un héroe fuerte que prefería la muerte antes de ser vencido y lo trataba como tal.
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"Prometo que siempre estaré a tu lado"
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Katsuki se había reído de esa promesa más incoherente que la primera, se había burlado pero en el fondo le había creído, confió plenamente en cada una de las palabras haciendo la misma promesa internamente «Y yo siempre estaré a tu lado» creía firmemente en cada palabra.
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"Yo nunca podría amar a un lisiado como tú"
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Cuanto no le hirieron esas palabras, Katsuki las sabia reales pero en su fuero interno esperaba, ansiaba, codiciaba que a él no le importara, que se quedara a su lado, que lo apoyara porque dios sabe que en ese momento se supo solo y desamparado, rogando por silenciosa ayuda, necesitado de un héroe que lo salvara, esperando ilusamente que el hombre que había profesado amarlo en el pasado se lo repitiera hoy.
Amo a un mentiroso, una vil serpiente que podía pasar por ángel, un cruel bastardo que se escondía tras un manto blanco, tras una sonrisa brillante y palabras amables «Nunca te perdonare» era una promesa que se mantenía viable.
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Dejo que el agua se llevara los recuerdos junto con el mal humor pero el rencor seguía ahí fuerte puntillado su corazón, habían pasado cinco años y recordaba cada palabra como si hubiera sido ayer, odiaba al hombre con la misma fuerza con la que llego a amarlo, odio que crecía día con día y era reflejo de cuanto podía amar.
—Odio a los héroes —susurro para sí mismo aunque supiera que mentía, le hacía sentirse mejor, siempre quiso ser uno y disfruto del poco tiempo que pudo serlo, sus sueños habían acabado pero no los de Izuku— Estúpidos héroes —el trio de idiotas, el bastardo mitad – mitad, la perr…de cara redonda y el gafas de mierda, los escuchaba en "su" sala haciendo barullo, le daría a Izuku un poco de tranquilidad con sus amistades, se lo merecía, era bueno con él, siempre lo había sido «Kacchan estoy aquí» aun podía recordar esas palabras junto a una mano que había estado extendida para él desde el principio venidas del hombre que menos esperaba, aquel tonto iluso que nunca lo abandonaba, aquel hombre que tanto había lastimado y subestimado, al cual había rechazado un millón de veces, aquel niño ingenuo de brillante sonrisa que le aceptaba como si fuera el más grande premio, aquel héroe que siempre volvía por él una y otra vez aunque Katsuki supiera mejor que nadie que no lo merecía.
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Dios misericordioso que tuvo piedad de él
Izuku era su ángel guardián,
Oh pobre infeliz que debía cargar con él
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—Aquí tienen —dijo el pecoso al tiempo que ofrecía una tazas de té junto a algunos pastelitos como buen anfitrión retirando con cuidado ese jarrón nuevo que estaba estorbando— Siento la demora —Izuku agradeció que sus amigos fueran tan corteses y no hubieran preguntado la razón de tardarse 10 minutos en abrirles la puerta, aunque Todoroki estuvo a punto de decir algo solo que Iida se le adelanto, sin duda le debía ahorrarse un momento bochornoso.
—Mi papá tiene uno igual —menciono el bicolor mirando ese gran jarrón, ya no se llevaba mal con su padre, a ambos les gustaban los jarrones grandes— Es muy bello —Iida, Uraraka e Izuku sonrieron incomodos, ese jarrón podía ser muchas cosas pero bello no era uno de ellos—, y costoso —si para Todoroki Shoto costaba caro Izuku se hizo un recordatorio mental de revisar sus finanzas.
—No es mío, es de Kacchan — lo único que Izuku había comprado fue la cama principal, todo lo demás estaba al gusto del voluble rubio que cambiaba de idea cada semana.
—Que buen gusto—acoto Todoroki, Izuku se preguntó si la familia de Kacchan seria de sepa fina ya que solo los ricos parecían considerar bello como tan feas, siendo sacado de su concentración por la castaña del grupo.
—¿Cómo esta Bakugo-kun? —Uraraka amaba a Midoriya Izuku y no era un secreto, su ligera confusión adolescente en la cual creía que la amistad que sentía por el peliverde era simplemente eso había madurado en la juventud, era el hombre más bueno que había conocido y con el cual esperaba formar una familia y compartir el resto de su vida, lo amaba en el mismo nivel que lo comprendía por lo que sabía que no era suyo pese al dolor de tener que reconocerlo en su momento.
—Es Midoriya Katsuki — se apresuró a corregir Iida pese al tenso ambiente que género en la sala, pero lo correcto era llamarlo así.
—No Iida, está bien, a Kacchan no le agrada que lo llamen así, lo sabes—no era por desprecio al apellido ese rechazo, simplemente que para Katsuki que lo llamaran así sus ex-compañeros de UA era humillante, lo hacía sentir una propiedad más de la casa.
Iida hubiera objetado en otra situación— ¿Cómo esta Bakugo? —pero no era el caso, no le hubiera gustado estar en la situación del rubio teniendo que renunciar a su apellido por obligación, en circunstancias distintas Katsuki tampoco lo hubiera tenido que hacer pero su caso era especial, tampoco podía llamarlo por su nombre de pila al no tener parentesco.
—Está cansado por lo que esta malhumorado —respondió rápidamente Izuku tratando de ocultar su incomodidad al tema ya que rememorar las causas de su matrimonio le traían amargos recuerdos que se combinaban con el malestar de pensar que si no fuera por sus amigos ahora mismo estaría en el paraíso entre las piernas de su esposo, contradictorio pero su vida así había sido, dulce con amargo.
—Entonces vive cansado —Todoroki a pesar de los años aun no aprendía que debía controlar sus comentarios pero estos no molestaban a sus amigos los cuales sonrieron y Uraraka no pudo evitar reír libremente aliviando el ambiente.
Izuku miro a Todoroki sonriendo a la sinceridad de su buen amigo, admirando su habilidad de conseguir sacar una sonrisa aun en momentos tensos sin ser consciente de ello, sabía que toda palabra que viniera del bicolor no era con mala intención ni de mala fé y aunque en algún momento lo fuera no podía enojarse con él, le debía a Todoroki Shoto más de lo que podía pagar, su felicidad se la debía a ese hombre de ojos heterocromáticos.
Cuando Izuku se desposo con Katsuki nunca espero que se llevaran de buenas a primeras como los mejores amigos pero tampoco espero ese desprecio del rubio, bastaba con decir que en sus años colegiales Katsuki fue muy amable en comparación de cuando empezaron a vivir en la misma casa, la convivencia fue dolorosa llena de gritos y lágrimas, el rubio era hiriente, gritaba más que nunca teniendo ataques de ansiedad, se autolesionaba en intentos inútiles de volver a ser el de "antes" a sabiendas que su Quirk jamás podría volver a usarlo de nuevo, restregaba en la cara del peliverde constantemente cuando lo detestaba, que no lo quería ni un poco, que lo odiaba y mil cosas más que hubieran hecho al más cuerdo enloquecer y al más enamorado odiar, tal parecía que Katsuki buscaba razones para que fuera el mismo Izuku quien lo sacara de su vida, a los dos tortuosos años de matrimonio Katsuki no lo soporto más entregándole a Izuku un acta de divorcio que el peliverde nunca supo de donde había sacado, dos años de vida a la basura que para Izuku el salvador de las causas perdidas no fue una liberación, se sintió morir al tener ese papel con la huella de la persona que amaba en él, dolido y sin saber que hacer abandono su recién estrenada casa, necesitado de pensar en soledad, necesitado de una solución para arreglar el problema que no había buscado porque nunca estuvo en su mente dejarlo ir, hasta que la muerte los separe era el plan.
Por la mente analítica del peliverde pasaron mil escenarios excepto que su amigo Todoroki forzara la entrada a su casa raptando a Kacchan, decir que Izuku perdió por completo su autocontrol fue poco, literalmente se volvió loco, el quitarle el esposo a un hombre al borde del divorcio no era buena idea y de no haber sido por la ayuda de Iida el portador del One For All hubiera pasado de héroe a criminal por haber asesinado a un ex - amigo.
Inesperadamente luego de tal suceso Katsuki volvió a la casa por su propio pie, se plantó frente a Izuku ordenándole que destruyera los papeles donde le exigía el divorcio, su relación empezó a cambiar haciendo la convivencia amena, Katsuki abandono la habitación del "pánico" aceptando compartir la habitación principal con su esposo como debía ser desde el inicio.
"Gracias Todoroki" mentiría si dijera que no tenía curiosidad pero ni Katsuki ni Todoroki dijeron una sola palabra de lo que paso ese día, era un secreto e Izuku no necesitaba saberlo, así era feliz.
—Shoto ten más respeto —Iida era como un hermano mayor para Midoriya, tan serio, tan heroico, tan frio a la vista pero dulce por dentro, su corazón era tan cálido, le ayudo mucho también y se lo agradecía, le enseño como tratar con Kacchan cuando no sabía ni cómo cuidarlo, Iida era un joven culto y sabia de todo, como alegro su corazón que el pelinegro no le negara su ayuda aun cuando el rubio le escupiera a la cara cuando lo vio invadir su espacio, no quería ayuda, no dormía, no comía e Izuku ya no sabía qué hacer, estaba desesperado y Iida fue un rayo de salvación.
—Está bien, no importa Iida —Que hubiera hecho el sin buenos amigos —Uraraka ¿querías decirme algo? —Si de algo Midoriya se arrepentía era de ilusionar a la castaña, no fue su intención, la quería como amiga y le gustaba como mujer, le atraía física y sentimentalmente, ella hubiera sido su mujer de no ser por ese desafortunado ataque de los villanos donde murió tanta gente y Kacchan quedo solo en el mundo, intento ser neutral y fracaso miserablemente al sentir las heridas manos del rubio aferrarse a su ropa como a un salvavidas, no fue capaz de abandonarlo teniendo que elegir entre el único hombre que aun amaba y la mujer que le amaba a él, ¿amar o ser amado?, el amor es egoísta porque a pesar de sentir el fuerte amor de Uraraka el deseaba amar y sentirse amado por la persona que siempre había adorado, tristemente para su conciencia la decisión no fue difícil, sabía que la había lastimado como mujer al cortar su noviazgo con la patética excusa de "el me necesita", la hirió como amiga al no confiar en ella, la lastimo como novia al no respetar sus sentimientos y la había herido como persona porque de dos años de noviazgo no le menciono matrimonio ni una vez casándose con Katsuki dos semanas después de que terminara con ella, fue un canalla que no pudo verla a la cara sino hasta hacia un año, un cobarde porque la huyo y fue ella quien se acercó sonriente como si nada hubiera pasado entre ellos diciendo "Hola Midoriya que gusto verte ¿Cómo está tu kacchan?" no había reproche en su voz, le había perdonado aun cuando él no se perdonaba tal ofensa contra ella, lo único que le dejaba estar en paz era que no la había 'manchado', nunca la toco, agradeció a su madre haberlo educado bien ya que de haberlo hecho se hubiera sentido aun peor de dejar ese recuerdo en ella.
Ochako dudo llevando una taza de té a los labios, sonrió al percibirlo dulce, Midoriya no había cambiado en tantos años, no quería perturbar la felicidad del hombre que aun amaba pero deseaba mantenerlo alerta— ¿Kirishima vino aquí? —El peliverde la miro fijamente exigiendo el porqué de su pregunta, era sabido que el gran héroe Red Riot y el poseedor del One For All no se llevaban bien, hacían parecer la antigua rivalidad de Endeavor y All Might un juego de niños, entre ellos no solo había rivalidad sino odio, al menos de parte de Kirishima el cual era devuelto en indiferencia y recelo de Midoriya, nunca respondía las amenazas porque mientras el actual pelinegro no se metiera en su territorio podía soportar que lo atacara a él pero no que intentara acercarse a Katsuki.
—Uraraka dime lo que sabes —no era un pedido, necesitaba saber cuál era la amenaza.
Todoroki fue quien respondió —El viene continuamente cuando tú no estás —No, confiaba plenamente en Kacchan, el rubio podía ser todo lo malo que los demás quisieran pero no mentiroso—, observa desde fuera, jamás ha entrado —Todoroki noto su turbación con el ceño fruncido algo anormal en él, después de todo el peliverde era el que menos derecho tenía derecho a desconfiar, era él quien mentía.
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Flash back
Los años habían pasado sin darse cuenta y los héroes novatos estaban a un paso de convertirse en profesionales, Izuku había cambiado físicamente al volverse casi un adulto pero su temperamento seguía siendo el mismo y su sentido de la justicia era mucho más fuerte que en el pasado producto de las apariciones de los villanos que parecían no tener descanso.
Los héroes viven presionados, gajes del oficio, Izuku nunca se vio atormentado o temeroso del futuro, deseaba ser un héroe más que nunca, su meta profesional era clara lástima que la sentimental fuera un caso aparte.
Uraraka Ochako era el nombre de su mejor amiga y mentiría si dijera que no lo atraía, estaba en plena juventud y sus hormonas alborotadas le dictaban que quería algo carnal, no era un santo, el problema recaía en que ella le gustaba mucho pero no era la única, también hallaba atrayentes las curvas pronunciadas de Mina la pelirosada cuya belleza ortodoxa no era despreciable, el cuerpo bien formado de Momo, la estructura ágil, elegante de Tsuyu y otras cualidades únicas de todas las chicas de su salón poseían así como de los otros salones, sin embargo en toda regla esta la excepción, a Izuku nunca le atrajeron los hombres, pero había uno que robaba sus pensamientos desde sus escasos tres años, que los profesores, el destino o quién diablos fuera los pusiera siempre juntos solo había intensificado la atracción, tristemente solo de su parte.
Izuku siempre creyó que no importaba cuan alejada estuviera la meta si se tenía fe lo conseguiría, solo debería perseverar, nada es imposible…nada excepto él, el peliverde comprendió que Bakugo Katsuki estaba fuera de sus límites cuando lo vio en pleno pasillo a sus 18 años besando a Kirishima Eijiro, no supo cómo describir lo que sintió, solo que había dolido y le había hecho sentir fuera de lugar, quería correr, quería pelear, tantas cosas a la vez y no pudo hacer ninguna quedando estático a mitad del pasillo.
—Midoriya amigo ¿estás bien? —no supo el momento en que el rubio se había marchado, solo sabía que el pelirrojo lo zarandeaba de lado a lado, se veía demasiado feliz—, ¡ME DIJO QUE SI! —Kacchan había aceptado convertirse en el novio oficial de Kirishima ese caluroso día de verano.
—M…me alegro por ti —A Midoriya no le gustaba mentir, esa fue la primera vez que lo hizo consciente.
Fin del flash back
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—¿Desde cuándo lo saben? —si habían venido los tres, estaban enterados de algo que él desconocía.
—Yo desde ayer, vine a visitarlos —Iida omitió decir que el rubio lo había echado no muy amablemente quitándole la caja de bombones que había traído de las manos antes de cerrarle la puerta en la cara usando sus piernas, Katsuki era muy hábil con ellas— Uraraka venia conmigo —Katsuki no le hablaba a ella, fuera porque nunca le cayó bien o por la vergüenza de haberle robado al novio, la castaña adivinaba que era la segunda.
—No respondió nuestro saludo — podía haber sido una coincidencia, quedaba el mitad albino.
Todoroki no se inmuto y respondió la pregunta silenciosa —Lo he visto varias veces al pasar por aquí —la actual casa de Todoroki quedaba cerca a la de Midoriya y como buen amigo daba sus vueltas para asegurarse que todo estuviera bien.
—¿Por qué no lo dijiste antes Todoroki? — la traición era algo que Izuku no toleraba mirando fríamente esos ojos dispares.
—Porque no me concierne —, Todoroki no se iba a meter en asuntos de parejas ajenas suficientes problemas tenía con los suyos —Ya es hora de que me vaya ¿vienen? —paro el futuro reproche de Midoriya con sus ojos acusadores, esos ojos que dictaban que la plática no había terminado entre ellos.
La casa quedo sola pero Izuku no estaba tranquilo, no vivía en paz, Todoroki tenía razón, siempre la tuvo desde el primer momento y el secreto que ambos cargaban estaba acabando con él, no sabía cuánto más podría evitar la desgracia que se avecinaba día con día.
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—Todoroki-kun ¿Qué significo eso? —Uraraka no estaba feliz, se suponía que podrían alerta al peliverde de un posible daño y tratar de ayudarlo con consejos, estaba molesta con el albino y su bonita cara con el ceño fruncido parecido al de Bakugo lo confirmaba.
El héroe de hielo y fuego no pudo evitar mirar a la joven de 'cara redonda' como le solía apodar el rubio en sus años de escuela, era hermosa y amable, eso fue lo que Midoriya debió ver en ella en primer lugar, pero no fue lo único, era determinada por sus sueños, era fuerte y cuando estaba molesta ponía una cara horrible, su temperamento interno era fiero, duro y obstinado justo como Katsuki, eso fue lo que Midoriya llego a amar de ella, Izuku quería ser un príncipe salvador, tenia 'complejo de héroe' pero no quería a su lado a una princesa indefensa, necesitaba a un guerrero a su lado que comprendiera sus ideales y lo acompañara en el camino, estando Katsuki ocupado, Uraraka Ochako fue la opción obvia, todo hubiera sido más fácil si Midoriya se hubiera desposado con ella.
—Uraraka debes entender que Midoriya debe encargarse de este problema solo —no tenía derecho para contarle el secreto, no era suyo pero le estaba cobrando factura a un precio que no pensaba pagar— Él no me escuchara a mí y tampoco a ti, Midoriya solo tiene oídos para su 'Kacchan' —la castaña bajo la mirada entristecida, ella lo sabía pero no podía evitar preocuparse, asintió alejándose lentamente.
—No debiste tratarla así —Iida era más íntimo a Uraraka y sabia en carne propia lo que era sufrir por un amor no correspondido, recordarle que no era amada era cruel.
—Lo sé, te llevo a tu casa —ser sutil no era una de sus cualidades, él era brutalmente sincero por naturaleza —Estaré tranquilo si lo hago —no entendía últimamente a Iida y su constante rechazo a que lo acompañara, solo quería asegurarse de que estuviera a salvo, luego tendría que hablar con su padre, si aconsejaba a Midoriya a ser franco él también debía serlo, a su padre no le gustaría, ni modo, eran la cartas que le toco jugar.
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—¿Qué mierda quería el trio de inútiles? —pregunto en cuanto vio a Izuku cruzar la puerta, aún estaba mojado y pese a tener un espectacular uso de sus piernas no era lo mismo que usar las manos.
El peliverde se apresuró a tomar una toalla, sabía que no insulto a sus amigos, Kacchan solía comportarse así con todo ser viviente incluso con él a pesar de los años— Visitarme, hace tiempo que no los veía —no era mentira, había descuidado su amistad en pos de su relación amorosa— Preguntaron por ti.
—¿Les preocupa que te deje en la ruina? —Pregunto haciendo referencia a las nuevas cosas en la casa— El que puso el tapiz tenía un quirk parecido al del cuatro ojos —comento, le había traído recuerdos por lo que lo hecho a patadas una vez hubiera terminado.
—Vaya debe ser muy rápido, me pregunto porque no es un héroe —por lo normal los sujetos con un quirk de rango mayor al C calificaban para ser héroes, la rapidez era un nivel B como Iida— ¿Tu como lo describirías? —mientras secaba esa tentadora espalda su vista buscaba su libro de apuntes.
—AH NO ¡Olvídalo nerd! No alimentare tu enfermo fetiche —en opinión de Katsuki el peliverde ya tenía suficientes cuadernos llenos de personas que apenas conocía y su quirk, en los últimos años ya no importaba si eran héroes, Izuku los apuntaba como si buscara algo, le había preocupado al inicio pero descarto la idea, solo estaba paranoico—. La visita fue rápida ¿Por qué? —por lo general esperaban a que bajara a 'socializar' para ahuyentarlos, quedarse solo 10 minutos no bastaría ni para terminarse los pasteles que había encargado en la mañana a ese molesto chiquillo, asistente de Deku.
—Tenían cosas que hacer…si…por eso fue rápido —mentir no era su fuerte y menos a Kacchan —Todoroki tenía prisa, algo con su padre —, los ojos rojos miraban dentro de su alma —menciono que tienen un jarrón igual que el de la sala —se alabó así mismo por su viveza al dejar de ser objeto de escrutinio.
—Apuesto a que ese bastardo te dijo que es absurdamente caro —solo habían sido un capricho y toparse con Monoma en su visita a esa galería de arte había sido una infortunada coincidencia, ese tipo seguía siendo igual de molesto que antaño— Lo devolveré mañana.
—Consérvalo Kacchan, sabes que puedes comprar lo que quieras —respondió besando el cuello que se le ofrecía oliendo a jazmines, su esposo no iba a devolver nada que quisiera si se debía a dinero aunque ese especularmente caro jarrón fuera horrible.
—¿Hasta a esa molesta copia barata? —Monoma no perdía el tiempo cuando se topaba con el otro rubio, que Katsuki no pudiera mandarlo a 'volar' literalmente lo tenía de malas, aunque su acoso había disminuido desde que Izuku tuviera mucho dinero.
—Sí, hasta a Monoma podemos 'comprar' si quieres —rio al decirlo porque aceptaba que si kacchan lo pedía no iba a negárselo aunque por el gruñido y el intento de codazo era obvio que tener a Monoma cerca no era del agrado del rubio y tampoco del suyo—. Los chicos preguntaron por tu salud —cambio el tema para que dejara de intentar golpearlo, sonrió al ver el cabello rubio—. Tu cabello esta largo ¿quieres cortarlo? —era suave, más de lo que hubiera pensado en un inicio.
—No esta largo, tiene estilo pero que podría saber un nerd como tú —solo le llegaba un poco abajo del cuello, Izuku solía enredar los dedos en él, parecía gustarle.
—Kacchan tú tienes estilo, eres genial —había cosas que no cambiaban, eso era algo que al rubio le gustaba de Izuku pero no lo diría en voz alta, la adoración con la que lo miraba.
—Muérete idiota —el peliverde sonrió mientras seguía secando el cabello rubio, cuando Kacchan se sentía avergonzado era fácil hacerlo enfadar.
—Como digas amor —Izuku le beso el cabello abordando un tema crucial y sensible —Tenemos cita con el medico hoy — sabía que al rubio le molestaba el asunto, en esos cinco años habían visitado cerca de 50 médicos con quirk, sin quirk, ninguno había podido hacer nada por él, una pena que Recovery Girl no pudiera hacer nada por su caso, simplemente su poder no era suficiente y con la cantidad de heridos que ese ataque a la ciudad dejo el día que Katsuki perdiera a sus padres y su don fue un milagro que sobreviviera, ella solía visitarlos una vez por semana como enfermera particular por pedido de Izuku, no podía curarlo pero podía calmarle el dolor—. Sera diferente, lo prometo —cada fracaso era doloroso pero no podían dejar de intentarlo, no quería generar falsas esperanzas pero confiaba en el poder de este joven médico, sabía que Kacchan aun deseaba ser un héroe sin importar cuando dijera que eso había quedado en el pasado.
—La última vez, no más Izuku —llamarlo por su nombre fue difícil al inicio reconociendo lo cabrón que fue con él en sus años de colegio, es más desde que eran niños, el karma le había dado una cruel bofetada por todos sus malvadas acciones contra el peliverde, Izuku había nacido sin Quirk y si bien ese hecho le había lastimado no había acabado con sus sueños, le había hecho fuerte, decidido y piadoso, su caso era distinto, no había dolor que se equiparara a perder su don, saber que jamás podría utilizarlo de nuevo cuando era parte de su cuerpo, de su ser —Solo una vez más —no se ilusionaría, sabía que era caso perdido, su don se había perdido junto a sus manos, no podía ni levantar una cuchara sin apretar los dientes, las drogas prescritas por los doctores le servían para apaciguar el dolor pero no eran cien por ciento efectivas por lo que la ayuda que no quería aceptar como tal de Recovery Girl le sentaba de maravilla, sus manos debieron haber sido cortadas desde las muñecas pero el tercamente se negó a convertirse literalmente en un lisiado, izuku le rogo que lo hiciera, que nada cambiaría el gran amor que le profesaba, que no soportaba verlo sufrir, ningún ruego consiguió convencerlo, Katsuki conservo el dolor junto a su honor, no se arrepintió dado que si lo hubiera hecho habría perdido a la persona a la que se negaba a confesar que amaba aunque esa acción se llevara la última esperanza de poder ser el mismo de nuevo, pero Izuku era el hombre que no cambiaba, el niño llorón que humedecía su hombro con sus lágrimas silenciosas mientras lo abrazaba por la espalda, estaban tan unidos que Izuku le ahorraba la humillación de verle llorando haciéndolo en su lugar, valía el sacrificio.
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A las afueras de la casa Midoriya una sombra miraba con atención las dos figuras juntas acurrucadas en la habitación principal, las cortinas le impedían ver más pero no importaba, escucho lo suficiente gracias a su Quirk, debía dar el informe a su jefe lo antes posible.
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—Shoto llegas tarde, nuestros invitados ya se han ido —Endeavor se había retirado oficialmente hace unos años cuando su hijo mayor se vio rebasado por su empresa y sobretodo por su abuelo, sus negocios se habían ampliado y requerían su atención dado que ninguno de sus hijos exceptuando al mayor que portaba su nombre parecían querer ayudar a incrementar su fortuna solo a gastarla, de todos solo Shoto era un héroe profesional, el segundo mejor, parecía que era el destino de los Todoroki, en realidad ya no le importaba, desde la muerte de All Might ya no tenía caso, una parte de su espíritu murió con él, Toshinori fue un rival como no habia igual y fue el hombre que represento algo muy importante para él en el pasado marcando su destino y final.
—Tus invitados padre, yo no tengo nada que ver con ellos —su madre ya se lo había advertido pero el bicolor no lo había creído, la relación con su padre había mejorado comparado en como lo aborrecía en sus años adolescentes, Endeavor no era un mal hombre, no era villano, solo era ambicioso, deseoso de tener siempre lo mejor, ser el mejor, comportamiento arraigado en su mente no por cuenta propia, lo entendió al conocer a su abuelo, su padre era un dulce comparado con ese amargado hombre.
—Van a ser tus suegros Shoto —ya lo habían hablado y decidido, la muchacha de la casa Yaoyorozu tenía un don excepcional que sumado a los genes de su hijo asegurarían una futura descendencia poderosa digna de la casa Todoroki.
—Estas sordo o tonto, ya te dije que no me casare con ella —la linda mujer en la que había convertido Momo atraía muchos pretendientes sumado a la opulencia de su casa, tenían una clase social elevada que rivalizaba con las casas antiguas, dinero y quirk aseguraban una buena casta para un buen matrimonio, hechos que a Shoto no le importaban lo más mínimo, Momo era su amiga, no la mejor pero la consideraba una buena compañía, si bien sabía que a ella le gustaba desde colegio el sentimiento no era mutuo, no la iba a engañar solo para satisfacer a su padre, él ya tenía sus propios problemas cuando la pareja que había elegido parecía huirle como al demonio el último mes sumado al detestable chantaje que traía pendiendo sobre su cabeza del que su honorable familia no sabía nada.
—¿Esa es forma de hablarle a tu padre? —lo seria en años posteriores, peores cosas habían salido de la boca de Shoto antes contra el pelirojo, no fue hasta comprender las razones y que toda verdad tenía dos caras que empezó a tolerar a su padre y respetarlo como tal, decir que lo había perdonado era poco, hasta lo apreciaba, más aun ahora que estaba en sus zapatos a punto de ser obligado a un matrimonio que no deseaba, su padre podrá haber sido lo peor con su madre según él pero nunca lo había obligado a nada detestable, fue Shoto quien quiso ser héroe, fue Shoto quien deseo entrar a UA tarde en su determinación siendo la influencia de su padre la que le abrió las puertas, fue Shoto quien decidió ocultar su parte de fuego negándola como suya por lo que le costó acostumbrase a usarla, fue Shoto quien decidió no visitar a su madre cuando niño, fue Shoto quien decidió odiar a su padre por recluir a su madre en un centro psiquiátrico pero no a su madre que le dejo una cicatriz permanente en la cara, fue su padre quien oculto el hecho y no dejo que su madre pagara su culpa en la cárcel, fue su padre quien nunca le obligo a hacer lo que él no deseara, fue su padre quien le dio libertad de hacer y decir lo que quisiera, fue su padre quien le salvo la vida cuando casi cae ante un villano por confiarse a su gran poder y era su padre la actual razón por la que aún no estaba casado con la mujer que no quería desde los 17 años como le paso a él.
—Yo decidiré con quien me caso —De no haber sido un matrimonio arreglado Endeavor jamás se habría unido a la madre de Shoto, él y sus hermanos no hubieran existido.
—Así no funcionan las cosas en esta familia —Endeavor suspiro a los recuerdos del pasado, él podía ser todo lo que dijeran y más, era arrogante, podía ser cruel, tenía un ego elevado deseando ser el mejor en todo, era un cretino todopoderoso pero no era libre, Toshinori lo sobrepasaba con ese poder descomunal del que nunca supo su procedencia porque hizo oídos sordos a las explicaciones del rubio, ni que se lo hubiera pedido, pero eso no lo hizo desistir, planeaba ser el mejor por su cuenta, no era su intención dejar sus sueños a la siguiente generación.
—Que el abuelo decidiera con quien te casarías no determinara mi matrimonio — Shoto no era sumiso, su padre no lo había criado así, lo había hecho fuerte y frio como el hielo de su madre pero sin apagar el fuego de su espíritu, Todoroki Shoto era libre —, no pienso atar mi vida a una mujer que no amo como tú —no podría hacerlo, terminaría repitiendo la historia de su padre, incluso sus hijos lo odiarían en el futuro, se convertiría en aquello que juro destruir.
—Respeta a tu madre ¿Cómo te atreves a hablar así? —No podía decir que la amaba, no era así pero ella fue su amiga alguna vez y se llevaban relativamente bien hoy en día.
—La respeto —suspiro a sus palabras, lo hacía pese a que de los dos padres que le toco tener su madre era la que le dejo una cicatriz palpable, el odio a su padre recaía principalmente en la tristeza de su madre, nunca se molestó en notar que su padre tampoco era feliz —a ambos, son mis padres, no quiero un matrimonio sin amor.
—Lo intentamos, no funciono —Eran muy jóvenes, inmaduros, enamorados de sus sueños que se extinguieron con la llegada del primer hijo haciéndolos distanciarse, nunca buscaron ese destino —Creí que sería fácil, era joven —criado en una familia tradicional no pudo negarse, debía hacer lo que sus padres mandaran, así fue criado y en la ingenuidad de la adolescencia se metió de cabeza a algo que lo superaba desde el inicio.
—Lo sé, tu solo sabes obedecer — Podía ser fuerte, ser un héroe pero la crianza era lo que lo hacia la persona que era, Endeavor fue criado para enorgullecer a la familia, para hacer lo necesario para elevar su casa, aunque no fuera de su gusto —Lo lamento —Shoto fue criado para ser el mejor pero por sí mismo, su padre nunca lo obligo a usar su poder contra su voluntad, nunca lo obligo a dejar de ser el mismo.
—Él ya sabe lo de ese muchacho, ten cuidado —no eran amigos pero eran padre e hijo, su relación había mejorado desde que su madre volviera a casa.
—Yo me encargare del abuelo —ese hombre era terco y duro escudado tras su dinero, era un hueso duro de roer parecido a su padre pero mucho más cruel— elegiré a mi pareja —estaría solo, la compañía de su padre no se hizo sola, el dinero de su abuelo ataba ambas manos de su progenitor, su casa era regalo de su padre pero aun así estaría preparado para mudarse, no seguiría ordenes de nadie, no había sido criado para obedecer.
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—No has pensado en mudarte —pregunto el rubio mirando con recelo a una rata pasar cerca de sus pies, vivir en esas condiciones en uno de los barrios más bajos de la ciudad no era digno de un héroe.
—No, mis informantes no podrían llegar a mí —no le faltaba el dinero al ser considerado el tercer mejor héroe, su antigua casa aun esperaba su regreso— Y como 'alguien' se niega a ayudarme no me queda de otra —justifico mirando a su acompañante directamente.
—No me eches la culpa, fuiste tú quien se mantuvo en anonimato por tres años, aun no entiendo que te hizo reaparecer —su ascenso como héroe fue brutalmente rápido, se ganó un lugar entre los mejores a punta de fuerza, capturar a los villanos parecía que era el objetivo de su vida sin embargo no lo hacía por su sentido del deber, buscaba algo, más bien a alguien.
—Sabes bien porque volví —tres años intento de todo para hacer que las cosas fueran como antes, mantuvo la esperanza y la fe porque aún no lo había perdido—, por quien volví —hecho que cambio hace dos años, su compañero ya no era suyo.
—Ya deberías dejarlo en paz —el joven rubio portador de la electricidad estaba harto de esa situación, Midoriya también era su amigo, que dos de sus compañeros de colegio quisieran matarse a la primera oportunidad no era agradable, en campo de combate eran un enemigo más del otro, nunca se habían prestado ayuda, aunque sabía que el problema venia de su amigo.
—Ya hablamos de esto Kaminari —25 años y no los demostraba, amargado y rencoroso parecía envejecer por dentro aunque su cuerpo se mantuviera saludable y fuerte como una montaña poderosa, invencible.
—Está bien, no me meteré —no era asunto suyo—, ya no se ni porque sigo siendo tu amigo si ni siquiera puedo opinar— a veces se lo preguntaba pero al recibir ese abrazo y sonrisa junto a esos ojos cálidos le daba la respuesta, Kirishima aún era amable y cariñoso con sus amigos, lástima que de todos los que hubiera habido solo el siguiera a su lado, aun le costaba creer que su buen amigo fuera capaz de hacer eso, quería creer que había una explicación y por eso aún continuaba a su lado.
El aludido sonrió —Te lo agradezco, eres el único que permanece a mi lado —Sero lo había golpeado, Mina le había recriminado y los demás simplemente le habían desconocido más aun cuando casi mata a Mineta por atreverse a felicitarlo por su "buena decisión", solo Kaminari le había dado el beneficio de la duda aunque sabía que no le creía.
—Agradécelo y escucha mi consejo —su buen amigo debía dejar el pasado atrás si deseaba tener un futuro, provocar a Midoriya a la menor oportunidad no traería nada bueno, solo revivir el doloroso pasado.
—No puedo, él me robo a Katsuki —Kaminari no se atrevió a expresar que había sido el propio Kirishima quien sacara a ese explosivo hombre de su vida no de la mejor forma posible—, y lo convirtió en su perra —una posesión más de su gran mansión que podía usar a su gusto.
—Se casó con él, es distinto —Katsuki no era alguna especie de objeto sexual desechable, Midoriya lo respetaba a un grado enfermizo, maldita sea la suerte que el hombre veía a través de los ojos de ese rubio desesperante.
—Eso no significa nada, siempre lo odio —un desagrado de niños que había crecido con los años y si bien llegaron al punto de tolerarse y poder trabajar juntos sin atacarse no se comparaba con lo que ellos compartieron.
—¿Estás demente? Midoriya se volvía loco cuando no podía protegerle, ya sabes tiene complejo de príncipe salvador —Midoriya siempre estuvo detrás de Katsuki, sea por admiración, pasión o amor, siempre lo siguió.
—Me refiero a 'mi' Katsuki —Kisrihima no era estúpido, sabía muy bien que Deku tenía muchos sentimientos contradictorios para con Katsuki, lo admiraba, lo envidiaba, quería ser como él, deseaba superarlo, todos y cada uno de esas emociones mutaron en su momento excepto…que quería a Katsuki a su lado, eso no había cambiado.
—El no… — es tuyo completo en su mente incapaz de hacerlo por la boca, esos ojos rojos amigables podían cambiar a filos cuchillos retándolo a decir lo que pensaba.
—Mi Katsuki se casó con él por venganza contra mí —Katsuki no era falso, podía ser malhumorado, colérico e insoportable la mayoría del tiempo pero era genuino, no mentía y esa era una de las cualidades que él amaba del rubio, sabía que unió su vida a la de Izuku en un arranque de rabia, herido en su orgullo, Katsuki busco la forma de lastimarlo y lo consiguió.
—No te vas a rendir—, Kirishima se había equivocado de una manera horrible pero para Kaminari todos merecían una segunda oportunidad, más aun alguien que había sufrido tanto su penitencia como el pelinegro, lo ayudaría aunque tuviera que llevarse por el camino a muchos—, ¿Qué quieres que haga? —ser espía doble no era precisamente lo que más le gustaba pero si lo hacía para vivir lo haría por un amigo, los beneficios de no ser un héroe reconocido, su trabajo era de un agente doble escondido tras la oscuridad, trabajaba para el bien de la sociedad, no debió pasar tanto tiempo revisando videos de Stain pero ya era tarde para retractarse.
—Quiero que investigues un tipo de Quirk y donde hallar a su poseedor —ninguno de sus compañeros de UA tenía ese tipo de poder, ese don capaz de acabar con su vida en un instante, sabía que fue premeditado y dado que no tenía enemigos el 'ataque' fue personal, el objetivo era quitarle lo que por derecho era suyo, en cuanto lo encontrara haría pagar al causante de su dolor, maldito fuera el don y haría arder en el infierno al poseedor.
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Hola de nuevo, debo acotar que esta es la primera vez que escribo en Fanfiction, lo he publicado en Wattpad pero la plataforma me da ciertos problemas por lo que estoy probando aquí ya que tiene buenas referencias, espero que se publique bien.
Hasta nuevo aviso.
