Primera vez que me atrevo a publicar algo que he escrito de este fandom. Primera vez que escribo en segunda persona.
¿Un posible good ending de una hipotética ruta de Unknown/Saeran? Nada, sólo fluff sin sentido. Un Saeran x MC.
Mystic Messenger ni sus personajes me pertenecen, las gracias a Cheritz por la nueva droga.
Sugerencia de lectura: escuchar Show me Forgiveness de Björk.
Final feliz
596 palabras
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No sabías cuando fue la última vez que sentiste paz. No, en realidad, no sabías si alguna vez en tu miserable vida habías experimentado el sentimiento de paz absoluta, así que no tenías nada para comparar, así como no podías comparar su sonrisa con nada en el mundo que conocías ni en el que te quedaba por conocer.
Pero la culpa, ¡la culpa! Ustedes dos —la culpa y tú—, crecieron mano a mano, prácticamente, así que estabas más que familiarizado con la sensación similar a la náusea en la boca del estómago cada vez que ella estaba cerca.
—Está bien —te dice ella y te quita la bandeja con vajilla sucia que traías en las manos—, descansa, me haré cargo yo.
¿De qué más te vas a hacer cargo —preguntas sin abrir la boca—, si ya te has hecho cargo de mí?
La miras mientras silba alegremente, lavando los platos, con las mangas dobladas hasta los codos y no puedes reprimir la sonrisa cuando se interrumpe al mojarse los pies en un descuido. ¿Qué hiciste para merecerla?
Poner su vida en riesgo es lo más pequeño que le has hecho… y ella… ella sólo sabe sonreírte como si todos los días se enamorara más de ti, porque de algún modo lo sabes, no es otra mirada sino que de amor, llena de amor, no hay miedo o lástima en esos ojos, sólo ese profundo sentimiento.
Habías perdido mucho en la vida, tanto que la palabra en sí se limitó simplemente a acto de inercia, a incertidumbre dolorosa mezclada con resignación de condenado a muerte, que ella se preocupara de ti con tanto ahínco fue derribando los muros que habías erigido con tanto cuidado para intentar protegerte, porque te considerabas débil.
—El pasado es pasado —susurró contra tu oreja, dándote una sensación tan cálida que pensaste que te ibas a morir allí mismo.
—Creo… que voy a morir —lo dijiste en un impulso y ella se rió, apretando su abrazo, asegurándose de que estuvieran piel a piel en todo momento, no puedes aguantar el suspiro ahogado cuando te besa la frente y acaricia tu nuca.
—No te vas a morir todavía, tonto, nos queda toda la vida por delante.
¿En qué momento despierto de este sueño? Pero no es un sueño, un sueño no debería transmitirte tantas sensaciones que sólo en un plano sensible podrías percibir —su ligero aroma a sudor, la humedad pegajosa al estar tan juntos, el calor de su aliento contra tu piel…—, no podrías llegar tan lejos como para soñar cada matiz de su voz, está sucediendo y tú apenas lo puedes creer.
Con tus manos en su espalda, te quedas con la nariz sobre su hombro, procesando esa verdad. El pequeño roce metálico que llega a la piel desnuda de tu espalda cuando ella te acaricia es un recordatorio: tu pecado ha sido perdonado, todos tus pecados han sido expiados.
Llamas su nombre con una suavidad que te era desconocida hasta ahora, ella te mira a los ojos y curva sus labios en un gesto amable.
—¿Sí, Saeran?
Por primera vez en la vida, vaya que te gusta tu nombre, no le respondes y sólo la sigues abrazando, porque podrías seguir así hasta que el mundo se acabe. Porque ella te tomó la mano una vez y te devolvió lo más importante que habías perdido: a ti mismo.
Se encoge de hombros y sólo te sigue abrazando, todo lo que haga falta hasta que el sueño te gana, con la certeza de que al despertar, ella estará ahí.
[ F i n ]
¡Gracias por leer!
Carrie.
