Mi casa es su casa

Capítulo 1.

"¡Puedo explicarlo!" Dijo Kurt, antes incluso de sentarse en la silla. "No es lo que parece".

Su jefe, David Karofsky, estaba ahí, con la agenda de Kurt en sus manos. Volteó a verlo, entrecerrando los ojos. "Oh, ¿de verdad?"

"Sólo- se me salió de control. Al principio sólo era un favor para Finn, luego Noah preguntó si podía ayudarlo y casi enseguida Mike lo quería y-"

"Brittany. ¿La chica de la cafetería?" Karofsky observó la página con el ceño fruncido. "¿La que parece ida?"

"Ah, sí". Kurt tiró del cuello de su camisa. "Verá-"

"¿Y qué significan estas notas? Junto a Jesse St. James dice: dos boletos para la matiné de Promises, Promises". Karofsky le dio un golpecito a la página. "¿Eso es- Eso es un pago, Hummel?"

Kurt se mordió el labio. "Por así decirlo-", dijo agachando la cabeza. Oh, Dios. que estaba despedido.

"Entonces", Karofsky cerró el libro de un golpe. "Déjame ver si lo entiendo. ¿Has estado rentando tu departamento para que los demás puedan tener encuentros casuales en él?"

Kurt abrió la boca. Sonaba tan ruin cuando lo ponía de esa forma. Ruin pero- adecuado. "…Sí".

Karofsky puso sus dedos juntos y se recargó hacia atrás en la silla. "Mmmm".

"Sé que se ve mal, y raro- e indecente y moralmente dudoso pero la verdad es que tengo una buena explicación y si tan sólo pudiera tener un poco de consideración y no-" Kurt respiró profundo, "ya sabe, me despide, yo podría-"

"No lo entiendo", dijo Karofsky, levantando una mano para impedir que hablara. "Tú no eres así. Pareces tan- tan-" hizo girar su dedo, tratando de encontrar la palabra adecuada.

Kurt suspiró y asintió con tristeza. "¿Decente?"

"Mojigato. Frígido". Karofsky le dio un golpecito a su escritorio con una sonrisa. "¡Asexual!"

Kurt casi se arranca un pedazo de lengua. Cuatro meses trabajando para Dave Karofsky y era increíble que todavía tuviera lengua. "Ya veo", respondió con los dientes apretados.

Karofsky dejó caer la agenda sobre el escritorio, observó a Kurt por un momento. Con un dedo presionado contra su labio superior, justo debajo de su nariz. "Mmm", dijo después de un incómodo minuto.

"Escuche, si va a despedirme sólo hágalo". Kurt cruzó sus piernas y observó fijamente la ventana detrás de él. "Pero sabe que no va a conseguir otro asistente tan bueno como yo".

"No sabes usar el intercomunicador".

"Yo-" Kurt se sonrojó. "Estoy aprendiendo".

"Sigues diciéndole a mis clientes que Lord Satanás los verá en un momento", Karofsky señaló el aparato. "El botón rojo es para apagarlo, Judy".

"Eso- ¡Yo pensé que era nuestro pequeño chiste local!" Kurt agitó los brazos como si estuviera corriendo. "Usted me llama por nombres de chica y yo lo llamo-"

"¿Un calvo y gordo neandertal que se baña en pegamento, corre a través de la sección de ropa para hombres en Target y espera lo mejor?"

Kurt en serio tenía que aprender a usar ese intercomunicador.

"Ah", empezó a dar rodeos, "Pero aparte de eso no puede negar que desde que me contrató tiene el doble de clientes, que todo está más organizado y es más eficiente y- y-" esto ya era un intento desesperado "-¡con colores coordinados!"

Kurt no podía perder su trabajo. No podía. Eso significaría que todo lo que había hecho había sido en vano.

"Sí, pones estas lengüetas de fruta en tonterías", Karofsky señaló una carpeta. "Y a los clientes les caes bien, pero-"

"Por favor", Kurt escuchó el lloriqueo en su voz y se odió por eso. Ni hablar. Se arrepentiría después. Tenía su orgullo, claro, pero tenía más responsabilidades.

"Quiero entrar".

"¿A dónde?"

"A tu departamento. Quiero que me hagas un lugar en tu agenda, pero gratis. ¿Quedó claro?" Karofsky juntó sus manos como en una oración. "Puedes seguir con lo que sea que es esto- Pero quiero tener la última palabra en cuanto a las noches en las que voy a ocuparlo. Cosas así".

Kurt parpadeó. No. No podía tener a Dave Karofsky en su departamento. Su encantador y pequeño departamento tipo loft en East Village, donde podía refugiarse de la horrible realidad que era… bueno, Dave Karofsky. Ya era suficientemente malo vivir en el mismo estado. "Pero usted es-"

"¿Casado? Como si todos en esta lista tuya fueran vírgenes. Sé de buena fuente que Hudson se casó el año pasado con esa chica rubia". Karofsky sonrió. "¿A quién se está tirando? ¿A Berry de contabilidad?"

Kurt se sonrojó y empezó a jugar con el borde de su manga. "Parte del trato es que no revelo esa información, señor".

"Como sea. Escucha, necesito alejarme de mi esposa. Es escandalosa, maliciosa y algunas veces un chico sólo necesita acostarse con alguien sin tener que preocuparse por el insistente y dudoso estado de cuenta de la tarjeta de crédito. Estoy seguro de que sabes de lo que hablo". Karofsky frunció el ceño. "Bueno. Seguramente lo has leído en algún libro".

Kurt sintió que sus ojos se entornaban y apenas pudo reprimir el impulso de responderle, Oh y usted seguramente conoce mucho de libros, ¿verdad, señor? En lugar de eso logró reducir su respuesta a un simple, "No es la primera persona en decir eso".

"Nada nuevo, ¿verdad?" Karofsky sonrió con superioridad. "Lo quiero mañana, Hummel. Arréglalo".

"Está hecho", Kurt marcó la tarde especificada con una gran X. "Resulta que tengo boletos para ver-"

"La verdad no me importa", lo interrumpió su jefe. "Asegúrate de no estar ahí. Ahora regresa a tu trabajo".

Kurt caminó penosamente hasta su escritorio y se dejó caer pesadamente en su silla. ¿Cómo se había enterado Karofsky? Seguramente por Israel. No podía mantener su boca cerrada. ¿Por qué se había metido en todo este ridículo enredo? Volteo a ver la foto de él y su padre, enmarcada en un portarretratos plateado.

Oh.

Por eso.

El teléfono sonó con un chillido estridente y sacó a Kurt de sus pensamientos. Con un suspiro, recobró la compostura y contestó al tercer timbrazo.

"Industrias Fury, Habla Kurt Hummel. ¿En qué-?"

"Déjate de tonterías", le dijo Santana. "Mientras menos tenga que escuchar tu extraña voz de Betty Boop, mejor".

"Señora Karofsky", Kurt puso los ojos en blanco. "¿Quiere que transfiera su llamada?"

"Necesito el departamento". Escuchó el sonido de cubos de hielo golpeando un vaso. "Y voy a llevar mis propios CD's. ¿Celine Dion? ¿Cómo es que tienes sexo, Hummel?"

"Bueno, al parecer esa es la pregunta del día". Kurt sacó su agenda y la abrió en la fecha de ese día. "¿Cuándo?"

"Mañana".

"Ah", Kurt se estremeció al ver la gran X en la página. Karofsky. "Está ocupado".

"Desocúpalo. Lo necesito".

Bueno, eso era vergonzoso. ¿Cómo le decías a una esposa infiel que su esposo se le había adelantado?

"No puedo. En verdad lo lamento, Sra. Karofsky", Kurt se preparó para los reclamos que seguramente no tardaban, pero nunca llegaron. En lugar de eso, Santana suspiró pesadamente.

"Está bien. Comunícame con Bueno y Abundante".

"Mmm, está bien. Claro". Kurt presionó el botón para transferir y rogó que no la hubiera transferido a Beijing. Otra vez.

Apenas había pasado un segundo desde que había colgado el teléfono cuando volvió a sonar.

"Indistrias Fu-"

"Necesito el departamento".

"Puck", Kurt se frotó la sien. "Buenos días para ti también".

"Sí, como sea. Escucha, lo necesito hoy en la noche. Hay una chica, con unos senos enormes. En serio enormes. Pero no puedo llevarla a casa de mi Mamá. Va a pensar que soy patético".

"¿Tú crees?"

"Así que lo voy a necesitar, digamos, desde las ocho hasta media noche".

"Oh, no. Acabo de tener el peor día y no son ni siquiera las nueve todavía. Sólo quería una noche relajante en la que pudiera tomar un baño de burbujas, envolverme en mi nueva bata de baño y ver Grand Hotel mientras como mala comida china". Kurt suspiró acomodándose en su silla. Iba a ser el paraíso.

"Hummel, por favor. Puedes tener tu orgía gay otra noche. Te voy a deber una".

"Ya me debes una. ¿No puedes llevarla a un hotel? ¿Sólo esta vez?"

"¿Qué? A las chicas no les gusta eso. Hace que se sientan baratas. Se sienten con clase y todo eso en tu departamento. Creo que es por todo el pino".

"Puck-" dijo Kurt con un tono de advertencia.

"$200. Por adelantado", le dijo Puck rápidamente. La mirada de Kurt se dirigió a su padre, quien le devolvía la mirada, con los ojos arrugados, riéndose de algo que no se apreciaba en la foto.

"Está bien. Pero te quiero fuera a la media noche, y esta vez deja la llave correcta afuera. Tuve que dormir en el parque la última vez. Casi muero congelado".

"Pensé que ahí era donde hacías tus reuniones".

Kurt quitó el auricular de su oreja y lo golpeó con fuerza contra el escritorio tres veces. Volvió a ponerlo contra su oreja.

"-to ow, ¡qué carajos!"

"¡Lo siento!" Canturreó Kurt. "Se me cayó. ¿Qué me decías?"

"Nada", murmuró Puck. "Tendré más cuidado con la llave. Gracias".

"Y nada de vino tinto en la cama esta vez, Puck. Esas sábanas cuestan más de lo que me estás pagando".

La verdad no, de hecho, porque era un excelente cazador de ofertas, pero Puck no tenía por qué conocer todos sus secretos.

"Maldita sea, ¿hay alguna otra regla que tenga que saber, Mamá?"

Kurt sonrió con dulzura. "Nada de echar el condón a la taza del baño, llévatelo cuando te vayas".

Colgó, interrumpiendo el aullido indignado de Puck ante la idea de llevar con él un condón usado, y luego le mandó un mensaje rápido a Mercedes sugiriéndole una noche de películas malas y grandes cantidades de helado. Mercedes estaba empezando a pensar que su departamento estaba embrujado. Kurt estaba empezando a desear que así fuera.

Muy bien. Oficialmente este era un día del asco. Necesitaba algo para mejorarlo.

Necesitaba a Blaine.


Nota: ¡Hola! Una traducción más, esta vez de MamaGoddamn. Me gusta su forma de escribir, es para hacer reír y espero que no se haya perdido eso con la traducción :)

Ojalá les haya gustado el primer capítulo. No olviden dejar sus comentarios.

Nos leemos pronto. ¡Que tengan un excelente día!