KHR! no me pertenece, porque si así fuera seguiría en emisión.
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¿Por qué sonreía?
Apenas y podía mantenerla, pero su sonrisa seguía ahí, colgada a sus labios para sus amigos.
Cuando eres tú el que se derrumba no puedes hacer nada.
Pero él debía mantener la sonrisa.
¿Por qué? Se preguntó algo irritado consigo mismo, pues lo cierto es que solo quería dejar de sonreír y dejarse caer, expresar por una vez en su vida toda la fatiga y desolación que sentía.
Porque él era el pilar de su Famiglia en ese sentido.
La lluvia tranquila que todo lo calma no podía permitirse caer y dejar que la sonrisa se borrara de su cara, porque él había jurado que siempre sonreiría por su familia, aún si eso le costaba su propia felicidad era un precio ínfimo a pagar si ellos confiaban en que podían apoyarse en él, desahogar sus penas y no decaer.
Pero dolía.
No poder llorar a su padre muerto, al viejo Tsuyoshi que había defendido hasta la muerte el secreto del paradero de su hijo.
Suspirar cuando nadie lo veía o permitirse poner mala cara en su cuarto a veces no era suficiente.
Por eso estaba ahí, en el cuarto de entrenamiento, con su katana rápida como pocas se han visto cortando cada objetivo que había y despedazando también de manera simbólica su pena, la única forma que tenía de purgar todo, bien sabía que su rostro y expresión se desfiguraban hasta el punto de lo irreconocible en esos momentos pero siempre podía atribuirlo a la concentración frente a los demás, y se lo creían, el único que sabía cómo se sentía era Reborn, claro que él le entendía.
Oyó como le llamaban a lo lejos y enfundó la katana.
Regularizó su respiración y sacudió su traje.
No sin poco esfuerzo recompuso la expresión serena y risueña que todos conocían.
Porque Yamamoto Takeshi SIEMPRE sonreiría por su familia, aún si por dentro ya no sentía ni una pizca de esa felicidad juvenil.
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Bien, es lo primero que escribo y si llegaste hasta aquí: Gracias por leer.
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Nos leemos!