¡Hola a todos! ¿Como están? Bueno aquí vengo con una pequeña historia que espero que disfruten mucho. Consta de 5 capítulos que ya están todos escritos y con muchas ganas des ser publicados. Este es mas un pequeño prologo. Pero los otros son mas largos.
Un pequeño agradecimiento a affy bp que ha accedido a ayudarme y darme su opinión. ¡Un beso ficamiga!
En fin, espero que la disfruten mucho y me dejen sus comentarios.
Disclameir: Todos los personajes, lugares y demás que se reconozca pertenece a J.K Rowling.
—Ni siquiera es bonita. — Las palabras le salieron sin pensarlo. Lily Evans se encontraba en un mullido sillón de la sala común de Gryffindor, enfurruñada en si misma, mientras sus amigas se conformaban con comer Grageas de Bertie Bott, corregir alguno que otro error en la tarea de Transformaciones y escucharla pacientemente sobre la apariencia, carácter e inteligencia de Jane Graham.
—Lo sé, también es muy tímida, no se resalta en ninguna materia, es de baja estatura y ha tenido tres novios por lo tanto es una zorra. — Mary Macdonald repitió completamente al caletre las últimas (y únicas) oraciones que había soltado Lily en toda la mañana.
—¡Al fin alguien me entiende!— La pelirroja estaba demasiado incoherente para captar el tono sarcástico y de fastidio que venia junto con las palabras de Mary.
—¡Ya por favor!— exclamó Alice— ¡Me tienes harta! A la pobre Jane ni siquiera le deben estar doliendo las orejas, sino todo el cerebro. Si tienes un problema con ella rétala a un duelo o castígala por cualquier cosa ¡Pero no quiero oír otra cosa sobre ella o juro que te pateo tan fuerte el culo que no podrás sentarte!— Después de la descarga que sufrió Alice a Lily no le quedó otra cosa que resignarse, sabía que se estaba comportando inmaduramente pero no podía evitar pensar en otra cosa.
Decaída, se paró y fue a su habitación ignorando las voces de Mary y de Alice que le decían que se quedara. Cuando cruzó la puerta del cuarto de las chicas de séptimo año y descubrió que no se encontraban sus otras dos compañeras, se tiró a su cama; pataleó y pegó a su almohada, para después quedarse recostada en esta sin otro movimiento más que el de su respiración.
No estaba siendo justa, lo sabia, Jane Graham probablemente, era una de las mejores personas que pudo haber conseguido James Potter para ser su novio. Pero le molestaba y en exceso que él hubiera decidido dejarla de fastidiar justamente cuando ella se sentía un poquito atraída por él.
La chica en cuestión era un año menor que ellos, aunque llevaba buenas notas no tenia una predilecta la cual hiciera hablar de ella. También, Lily sabía que era bonita pero no en grandes proporciones, simplemente, al contrario de lo que todo el mundo esperaba, la nueva novia del cazador estrella de Gryffindor, era una chica normal.
Primero, habían comenzado siendo amigos, Jane, le había pedido muy diligentemente a James, que le ayudara con Transformaciones puesto que en sus TIMOS estuvo al borde de no pasar y la profesora McGonagall era aun mas estricta con ella. Él había aceptado y al poco tiempo se habían vuelto amigos e incluso, los Merodeadores la aceptaban, cosa casi imposible.
Eso no le molestó a Lily, no hasta que después Potter le había pedido salir y después de dos salidas a Hogsmeade (justamente la última había sido ayer) Hogwarts se entero que eran novios.
Lily no hizo otra cosa ese domingo, estuvo enterrada en la cama todo el día, se saltó el almuerzo y sólo bajó para cenar debido que su estomago le estaba rogando alimentos.
Se sentó en mismo lugar de siempre cuando llegó al comedor, lanzó una mirada a donde se encontraban los merodeadores y se puso verde. James Potter y Jane Graham estaban teniendo una conversación normal y eso le daba rabia.
Hubiera hasta preferido verlos besándose; así sabría que no era nada serio, que era otra zorrita en el listado de chicas. Pero no, no lo era.
Movió su cabeza de forma que se encontró con Alice y Mary observándola. Exclamó un "lo siento" y estas asintieron mas relajadas. Después de una comida absolutamente deliciosa, se retiraron y al llegar a su habitación Lily se durmió rogando porque en la mañana todo volviera a ser como antes.
¡Definitivamente nada fue como antes! ¡Es que era el colmo! ¡Hasta su heroína, la profesora Minerva McGonagall no le podía hacer aquello!
La situación en si resultaba onírica. La profesora había pedido transformar las mesas de trabajo en perros y devolverlas a su estado original. James, como siempre, fue el primero en lograrlo y McGonagall además de felicitar su transformación mencionó qué Jane Graham había mejorado mucho en su materia y se encontraba encantada con ello.
Después de esto, lo único que pudo obtener Lily fue "un perro pirata".
