Los personajes de este relato son propiedad de Shouji y Daisuke Sato.

La trama dada a leer en el mismo es propiedad del autor de este fic.

ATENCIÓN: Este fic contiene en algunas partes vocabulario soez y escenaas sexuales. Ruego así la responsabilidad del lector al leer este relato.

Capítulo I

El sol vuelve a salir

Aquellos días en los que hacíamos guardias, nos turnábamos para vigilar por nustra seguridad. No podíamos descuidarnos, pues el mal acechaba en todo momento. Solo podíamos escondernos, y asumir el dolor y el sufrimiento que ante nosotros se mostraba. Vidas perdidas, muertes, sangre, seres queridos transformandose en criaturas asquerosas que solo buscaban la tortura de los demás. Se paseaban por las calles, buscando el menor resquicio de vida humana para consumirlo y hacerlo uno más de ellos.

Evasión...tristeza...tormento...era lo único que podíamos saborear tras la infección, el virus se esparció por todo Japón, fuerzas militares fueron inútiles, nadie estaba preparado para esto. No dejaron tirados como perros a merced del cruel destino que llevó por delante la vida de millones y millones de personas. Todo se colapsó y el pánico entró en el cuerpo de todo ciudadano que se encontraba rodeado por el virus. Uno a uno fueron contagiados, sin piedad, el crimen fue finalmente casi legal, gente se mataban entre sí solo por el trauma que la situación causaba, sociedades formaban grupos de locos que aspiraban a entrar al manicomio.

Niños,hombres,mujeres, familias, la mayoría de las que habitaban allí ya no existen. Solo unos pocos nos pudimos salvar de ello. Afortunadamente ahora estábamos a salvo. Si , es verdad, esto nos había hecho más fuertes, pero, ¿a qué precio? Sin duda hubiera preferido que nada de esto hubiese ocurrido, que todo siguiera como estaba, yo y mi vida solitaria, paseándo mi soledad y viendo como a los que llamaba ''amigos'' ya casi ni me hablan. Después de lo courrida las cosas alieron a la luz, por fin pude presumir de tener amigos, aunque, como ya he dicho, habría sido mejor que todas esas vidas hubieran seguido como estaban, incluyendo la mía.

Al final de todo aprendía, que , uno no se conoce a sí mismo hasta que le arrebatan su libertad, quizás eso fue lo que me impulsó a sobrevivir, a alcanzar la salida de aquel tormento. Tras 2 años, 2 largos años, reaccionaron a la situación, se encontró la cura de la infección y procedieron con el rescate de los que aún seguían sanos, ya era tarde.

Y allí estábamos, en el helicóptero que nos salvó de aquella terrorífica realidad. Aún por ello los llantos y la tristeza se podía notar en el ambiente. Lágrimas caían, tanto de emoción después de todo lo que habíamos pasado, como de sufrimiento por las vidas que habíamos perdido

El asiento en el que me sentaba al rato se me hizo incómodo, así que me levanté y me dirigía a la ventanilla. El ocaso estaba dando a lugar, el sol poniente iluminaba el basto océano que con sus aguas mansas formaban un paisaje relajado y armónico. Apoyé mis manos en el cristal que estaba frío como el hielo.

- Por fin...se acabó todo... - una voz suave se posó sobre los cristales a mi lado, supuse que era Rei, pues no pretendía girar la cabeza para mirarla en aquel momento.

- Si, puede ser, pero lo que hemos pasado, ha dejado marca - junté los puños que seguían apoyados en el cristal y uní mis dientes intentando sostener algo que parecía ser imposible de hacerlo aguantar dentro de mí. Bajé la cabeza y cerré fuertemente mis ojos, lágriamos empezaron a deslizarse por mis pómulos cayendo al suelo - No va a ser difícil aceptar esto...

- Puede que no, pero al fin y al cabo tenemos lo que hemos estado buscando estos 2 años, nuestra libertad...estamos a salvo y ahora hay que seguir - otra voz se acercó a mi otro lado, Saeko había despertado - Bonito paisaje - Su voz parecía impasible y calmada, pero cuando giré la cabeza para verla su cara esbozaba una expresión insegura, y sus brillantes ojos reflejaban el temor grabado en sus pupilas.

Sollozos leves emergían de mi interior por el derrumbe que causaban estos recuerdos que venían a mi mente, y que no hace poco vivíamos en nuestra piel. Sentí unos tirones detrás en mi chaqueta - ¡Takashi,Takashi! ¿Estás llorando? - Alice, la más pequeña del grupo, y que vió como mataban a su padre frente a sus ojos también se había levantado. La cogí en brazos - Claro que no, nunca lloraría - exclamé disimulando una sonrisa que poco a poco se hizo verdaera al ver la expresión de la niña, su sonrisa parecía hacer como si lo que había pasado antes del ehlicóptero nunca lo hizo. Di la vuelta para que viese el mar - Mira, el mar... - acerqué a la niña al cristal para que pudiera verlo con mejor visión. Lentamente comenzó a divisarse tierra firme.

- Parece que hemos llegado - desde detrás la voz inconfundible de Takagi hacia acto de presencia para luego apoyarse también en el cristal - Espero que este sitio no sea aburrido - Kohta también despertó y se unió a nosotros.

Ese era el principio, de un nuevo comienzo...