HOLA A TODOS, LES TRAIGO ESTA NUEVA HISTORIA QUE A LO LARGO DE SU CREACIÓN ME DI CUENTA QUE NO SOY PARA NADA ORIGINAL PERO IGUAL ESPERO LA LEAN, DISFRUTEN, SIGAN Y COMENTEN, SOBRE TODO QUE COMENTEN :-) Y POR CIERTO LAS TORTUGAS NO ME PERTENECEN.
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LA INVOCACIÓN
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Dentro de unas catacumbas encontradas debajo de un castillo deshabitado se encontraba un viejo rival de las tortugas, en especial de Sensei, Padre y guía de las mismas; este ser que a pesar de ser ciego era capaz de preparar una invocación a seres de otras dimensiones debido a que podía ver por medio de sus pequeños ayudantes que le servían de ojos a este villano psíquico.
El lugar estaba lleno de velas acomodadas en una forma específica, con tizas de colores dibujaba símbolos extraños en el suelo y lo que parecía ser un altar semi derrumbado lucia con diversos tipos de "ofrendas" como comida, incienso, oro y más velas
-Muy bien mis pequeños amiguitos, ya es hora de comenzar- sentándose frente al altar comenzó a recitar un par de canticos en una lengua extraña, de pronto comenzó a temblar y una ráfaga de viento apagó todas las luces menos una
-Mmmm ¿Porque demonios nos has despertado?- se escuchó una voz molesta frente al villano y un olor desagradable comenzó a invadir el ambiente
-Oahh – el bostezo se escuchó detrás del villano - ¿Para qué nos llamas? ¿Acaso quieres morir? - el caminar del segundo ser era pesado –bueno por lo menos tienes comida – del altar que había tomo un par de frutas comiéndolas torpemente
-Mis señores, los he llamado porque necesito de su ayuda, deseo que me otorguen un poco de su poder para acabar con mis enemigos- El Rey Rata pedía esto en forma de súplica sin atreverse a levantar la cabeza ante estos dos entes traídos de otra dimensión
-Vaya es la primera vez que he escuchado algo así – decía la primera voz de forma irónica y molesta - ¿Por qué crees que te daríamos ese poder? ¿Qué ganaríamos nosotros con eso?
-Señores, yo sé que ustedes se alimentan de almas y yo les ofrezco las que consiga para que sacien su hambre
-Mmm con que almas ¿verdad? – La voz se escuchó más interesado – hace mucho que no comemos algo decente, déjame ver si entendí, nosotros te damos un poco de nuestro poder para que tú consigas almas para nosotros, ¿es así?
-Si mi señor, necesito de su poder para dominar al guerrero que se encargará de traerme las almas que los saciaran, con un poco de poder yo me encargaré que su estancia aquí sea de lo más agradable
-¿Y tú que ganas?
-Venganza mi señor, el guerrero que deseo someter ha sido el único que ha escapado de mi poder, además sus hijos han intervenido en mis planes en más de una ocasión, denme de su poder y las almas de esos chicos serán las primeras que saborearán.
-Ya veo, eso suena bien para mí, ¿tú qué opinas? – el otro ente continuaba comiendo
-Me da igual, si crees que nos conviene hagámoslo, además ya nos despertó y si no nos agradan las almas que nos dé podríamos devorar la suya y volveríamos a dormir – Así fue como ambos monstruos colocaron una mano sobre la cabeza del Ray Rata y fue solo un sutil color morado que otorgaron al cuerpo de ese esquelético ser, de esa forma dieron una pequeña cantidad de su poder al diminuto Rey Rata frente a él.
-Cuando tengas almas ven aquí y llámanos, nosotros vendremos y cumpliremos con lo pactado, por cada alma que devoremos te daremos mayor poder, solo recuerda que si no hay ninguna alma que devorar o no nos agrada nos llevaremos la tuya y hasta ahí terminará nuestro trato, ¿Te queda claro?
-Además yo creo que tu alma está demasiado atormentada, entre más atormentadas son más deliciosas
-Mis señores, no les quede duda, buscare esas almas y se las traeré para que estén complacidos
-Más te vale – la última vela perdió su luz, la ráfaga de viento se hizo presente y las velas nuevamente se prendieron.
-Ahora sí tortugas, despídanse de su padre, jajajaja – la voz del Rey Rata era siniestra mientras un aura morada lo cubría de forma misteriosa – Amigos míos tenemos que preparar todo para nuestro invitado especial, él nos servirá para traer a todas las almas que necesitamos y será la mejor venganza contra esos bichos verdes que gustan de estropear mis planes, vamos, entre antes mejor.
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En las alcantarillas de la ciudad de Nueva York las tortugas jugaban patinando entre el alcantarillado después del arduo entrenamiento que había durado toda la mañana, afortunadamente para descanso de nuestros héroes Abril había llegado y Sensei le dedicaba tiempo de entrenamiento para que fuera una diestra Kunoichi
-Lo haces bien Abril avanzas muy rápidamente, tu constancia y empeño hacen que tus habilidades crezcan día a día, pero recuerda que no debemos dejar de lado la meditación, puede haber guerreros que derroten a sus oponentes con su fuerza física, otros con una espiritual pero definitivamente el mejor guerrero es el que vence con su mente, incluso llega a derrotar al oponente antes de combatir.
-Así como lo dice pareciera que las tortugas tienen cada estilo de guerrero, Rafael, Leonardo y Donatello, pero ¿Qué tipo de guerrero es Mikey?
Sensei lo pensó un momento -Mi hijo menor aún no define su estilo de pelea, de hecho, todos deben seguir evolucionando, no deben quedarse en su zona de confort, cada uno debe dominar cada estilo así que continúa trabajando y podrás desarrollar todos esos estilos en poco tiempo, tus habilidades psíquicas te ayudaran mucho.
-Gracias Sensei, todo es gracias a ti – con una reverencia daban por finalizado el entrenamiento, cuando caminaban hacia la salida Abril reparo en una fotografía que no había observado y que se encontrada colgada en la pared – Sensei ¿esto siempre ha estado aquí?, no recuerdo haberla visto antes – La vieja rata se acercó a ver ese cuadro
-No, de hecho lo he sacado apenas algunos días atrás, ese fue un buen día, o mejor dicho noche, Mikey estaba asustado en un principio pero cuando se convenció que los monstruos encontrados en la calle eran solo niños disfrazados se tranquilizó, todos lucían adorables, Rafael estaba muy entusiasmado con su traje de pirata, Donatello quiso ser un Einstein, Leonardo se disfrazó del capitán Ryan y el pequeño Mikey se disfrazó del Halcón Plateado, trabajaron duro en sus disfraces, buscando por aquí y allá la pieza perfecta, era una interesante postal, la gente pensaba que eran niños disfrazados de tortugas que a su vez se disfrazaban de diversos personajes, todos corrían y me ponían en aprietos para seguirlos, llegaban a conseguir dulces que duraban meses, a mí me alegraba ver que en lugar de asustar a los demás se admiraban de lo bien hecho que era mi disfraz aunque no entendían como es que podía mover la cola, jajajaja – el solo recuerdo de esa ocasión hacia sonreír a Sensei, cosa que no era tan común de ver – Nunca salíamos al exterior, tal vez los sobreprotegía mucho pero me preocupaba que los humanos se asustaran de ellos y los quisieran dañar, la gente suele exterminar aquello que no entiende o le da miedo, pero esa noche pasamos un buen rato sin ningún temor.
-Sensei ese es un recuerdo hermoso – Abril tocó la fotografía y comenzó a tener visiones de esa noche, con claridad veía la felicidad de las pequeñas tortugas al correr casa por casa pidiendo dulces y ser el centro de atención por el "disfraz" que usaban, Splinter corría tras ellos por todos lados, "niños, no se alejen" les decía, finalmente al estar todos juntos Miguel Angel le alzó los brazos para ser cargado, señal que Splinter reconoció y lo levanto siendo abrazado del cuello por los pequeños bracitos de su hijo, Leonardo le señalaba las estrellas emocionado de verlas por primera vez, Rafael le mostraba orgulloso los dulces que había conseguido mientras que Donatello jalaba la yukata de Sensei para ir a más casas, Splinter experimentaba una gran felicidad al saber que sus hijos estaban con él; los veía conocer el mundo exterior y crecer rodeados de amor, fue en ese instante cuando la foto fue tomada y regalada como gesto generoso de un fotógrafo impresionado por sus disfraces.
Abril alcanzó a sentir el amor que emanaba de ese recuerdo, al soltarlo volteo a ver a su maestro – en verdad un recuerdo poderoso – repentinamente la alegría se convirtió en angustia, un ser maligno estaba presente, de inmediato sintió algo que la ahogaba y evitaba que hablara o emitirá sonido alguno, una fuerza la tenía sometida y la levantaba del suelo asfixiándola, Splinter se alarmó e inmediatamente trató de ayudarla pero fue golpeado por algo invisible, las luces de toda la guarida comenzaron a parpadear y entre los momentos de luz solo se veía una silueta morada que la sujetaba del cuello paralizándola.
-¿Quién eres? ¿Qué buscas? ¡Déjala ir, ella no te ha hecho nada! – Pero no hubo respuesta, las cosas comenzaron a caer y ser arrojadas en contra de Sensei quien de inmediato se puso en guardia -¡Déjala ir! – grito nuevamente
-¡Sensei! ¿Qué pasa? ¿Estás bien? – a lo lejos se escuchaba la voz de sus hijos dirigiéndose hacia el dojo pero la puerta se cerró de golpe, Abril que tenía los ojos abiertos trataba de dar un grito de ayuda pero no podía y solo sonidos sordos lograba emitir mientras trataba de pelear contra ese "algo" que la tenía prisionera
-Si hubieras obedecido desde un principio esto no habría pasado – se escuchaba la voz del Rey Rata en el dojo
-¡Sensei! ¿Qué está pasando? ¡Abre por favor! – las tortugas golpeaban desesperadamente tratando de entrar
-Ahora tendrás que vivir con las consecuencias jajaja – Splinter observó cómo Abril caía inconsciente y la sombra morada entraba directo en él, directo a su mente –ahora veamos qué podemos hacer aquí
Splinter observó cómo había dejado de estar en el dojo para aparecer en una especie de catacumba con un altar velas y símbolos conocidos en el piso
-¡No puede ser! – El Rey Rata aparecía frente a él con una sonrisa macabra – ¿Qué hiciste? ¡Los has invocado! ¡Eres un tonto! ¿Qué no sabes lo que ellos buscan?
-¡Oh! Claro que lo sé, ellos quieren almas, si son atormentadas mejor
-No lo lograrás, no te dejaré entrar en mi mente, además a los Onis no les servirá mi alma pues está protegida desde que era niño, no la pueden devorar.
-Hermano Rata, ¿no te has dado cuenta?, estoy en tu mente, además solo he venido para agradecerte porque tú serás quien me ayude a conseguir esas almas, pero te aseguro que querrás perder la tuya por lo que harás.
-¡Eso no pasará! – Splinter comenzó a pelear contra el Rey Rata cuerpo a cuerpo pero el Rey Rata apareció una espada en sus manos y lo atacó, Splinter vio un par de sais oxidadas en el suelo y sin pensarlo dos veces las tomó para atacarlo -¡Sal de mi cabeza! – exigía
Un par de seres comenzaron a hacerse presentes, salían de las sombras, uno azul, otro rojo, ambos monstruos obesos, con grandes colmillos cabello largo y blanco, ojos verdes, cuernos y en las manos un garrote con púas, comenzaron a atacar a Splinter
-¡Onis!, ¡En verdad eres un tonto! si haces un trato con ellos nunca saldrás con vida, ¡no podrás ganarles nunca! – Splinter seguía defendiéndose de esos feroces ataques
-Yo pienso diferente, hermano no te resistas, si lo haces solo causaras daño y dolor y no queremos que tus hijos salgan lastimados ¿verdad?, así que acepta unirte a mí por las buenas, sería muy triste tener que alimentar a los Onis con las almas de tus hijos
-¡AAAAAH! ¡Deja a mis hijos fuera de esto! - De un golpe derrumbo al Rey Rata y detuvo el ataque de uno de los ogros – ¡Aléjense de mi familia! – exigía el viejo maestro y con mucha fuerza tomo la sais en mano introduciéndola totalmente en el costado del ogro que se derrumbó de inmediato esto permitió sacar el arma e inmediatamente atacó al otro Onis con tal intensidad que hizo una cortada en el brazo derecho desde el hombro hasta la muñeca dejando clavada la sais en su enorme mano.
-¡AAAHHH! - Se escuchó el grito de dolor por parte del segundo Onis mientras Splinter se quedaba en guardia a espera de otro ataque, el ogro se tocaba la herida de la cual emanaba sangre
-¿Qué es esto? Los Onis no sangran
-Jajajajajaja, te lo dije hermano, ahora comenzaras a sufrir por no unirte a mí, pero no te preocupes, regresaré y sé que para entonces tú ya no te resistirás – la catacumba donde se encontraba comenzó a desaparecer mientras todo se transformaba nuevamente en el dojo de su guarida.
-¡Sensei! – la voz de Rafael era de angustia, al verlo se dio cuenta que su mirada estaba desencajada y sin entender por qué se derrumbó en forma de derrota, lagrimas comenzaron a caer en el rostro del más rudo de sus hijos.
-¿Rafael? ¿Qué pasó, que tienes? – al girar a su alrededor observó que Miguel Ángel tenía en brazos a Abril aun inconsciente, lo miraba en estado de Shock, siguió girando y vio al mayor de sus hijos, le daba la espalda y estaba sentado en un charco de sangre.
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Hasta aquí el episodio de hoy, si ya me han leído antes sabrán que no dejaré inconcluso el fic (en realidad odio cuando eso pasa y me dejan como final de temporada) la verdad quise hacer un one shot pero creo que no me salió muy bien o_O; bueno, sigo siendo nueva en esto de publicar fics, en verdad espero les agrade y sigan la lectura. Hasta la otra :)
