Disclaimer: Tanto Rocavarancolia como sus moradores pertenecen a José Antonio Cotrina.

Este fic participa en el reto "Emociones" del foro "Bajo la Luna Roja".


Confianza.

Siente el viento acariciándole el rostro y la magia bullendo a su alrededor.

Todo es distinto, desde que está ahí hay algo que le llena. Una energía que le da fuerzas suficientes para seguir viviendo, para no dejar de correr.

Continúa corriendo, saltando de tejado en tejado y, cuando por fin se detiene, observa su nuevo hogar.

A simple vista no es mucho mejor que el lugar en el que ha vivido siempre.

Es una ciudad oscura y está repleta de ruinas, además, cualquier criatura podría matarle la próxima vez que doble una esquina. En menos de cinco segundos podría estar muerto. Pero le da completamente igual.

Porque hay algo.

Sabe que, entre toda esa miseria a la que ya está más que acostumbrado, hay algo diferente. Una corriente que hace que toda esa miseria no parezca tan terrible, que le da un matiz diferente, casi esperanzador, a la destrucción de ese lugar. Algo inexplicable que logra que incluso el más desagradable horror de ese maldito reino le resulte fascinante. Mágico.

«Eres especial»

La voz del hombrecillo gris que le sacó de su nefasta vida en la Tierra aún resuena en su cabeza, consiguiendo que un escalofrío recorra su espalda a la vez que una sonrisa se instala en su rostro. Simplemente se queda quieto, rodeado de magia. Sintiendo que toda su maldita vida ha merecido la pena tan solo por estar ahí. Y sabe que está ahí por un motivo:

—Soy especial—le susurra a Rocavarancolia, y comienza a correr antes incluso de que el viento consiga llevarse sus palabras por completo, antes de que esta se pierdan entre las ruinas como tantas otras cosas lo hicieron antes.

Corre por su vida porque, por una sola vez desde que tiene uso de razón, esta tiene valor. Porque es importante. Porque no se va a rendir tan fácilmente como pretende esa ciudad, que despierta en él sentimientos contradictorios. Porque en estos momentos podría comerse el mundo, o reducir a polvo las ruinas de la mismísima Rocavarancolia con un simple golpe de su espada.

Porque va a ser alguien grande.