La situación comenzaba a enojarlo, ¿Es porque un jodido ángel del señor no entendía el concepto "Espacio personal"? Se lo explicó de cientos de formas distintas y en todos los idiomas que conocía pero el ángel hacia caso omiso de cada palabra e insistía en profanar su sagrado espacio personal. Pero todo tiene un límite y aquella tarde explotó.

El ángel se acercó tanto a él, que sus narices quedaron casi rozándose. Dean le mantuvo la mirada, decidido a hacer algo al respecto.

-¿Así que Sam te pidió que vinieras?-

-Sí- dijo Castiel sin apartar su mirada.

-¿Comprendes que ya van unas mil veces que te he dicho que dejes de invadir mi espacio personal?-

-Sí-

-¿Tienes alguna razón para continuar haciéndolo? Porque yo, no recuerdo que lo hagas con Sam, ni con nadie-

-¿Cuál es tu punto?-

-¿Por qué te acercas tanto a mí?-

-Por nada en especial-

-Bien, si quieres jugar así- tomó a Castiel por la cintura para pegarlo contra su cuerpo y girar dejándolo contra la pared- ¿Qué dices ahora?-

-Nada- dijo Castiel mirándolo fijamente. Dean bufo despacio.

-Bien- rozó sus labios con los de Castiel, buscando incomodar al ángel.

-¿Y ahora?-

-Pensé que besabas mejor-

Y ese fue el punto en que Dean dejó de lado el maldito espacio personal y comenzó a besar a Castiel tomándolo por la nuca. El ángel se dejo hacer respondiendo al beso con la misma intensidad. Se apartó un poco para mirarlo.

-¿Y ahora? Molesta cuando invaden tu espacio personal ¿Verdad?-

-No- dijo el ángel para tomarlo por la cintura y cambiar de lugar, bajo su mano hacia el trasero del cazador sin dejar de sonreír.

-Ahora te enseñare lo que es invadir un espacio personal-