Tarde. Renesmee tomó las llaves del auto de su madre que se encontraban sobre la mesada, junto a la puerta de la casa. Caminó donde el coche y subió. Cerró la puerta e hizo contacto con la llave. Alzó la vista y notó la mirada de su padre en la ventana, desde el interior de la casa. Renesmee suspiró.

Prendió la radio y dio marcha atrás. Cuando se encontraba en la calle, aceleró y fijó rumbo a La Push, donde Jake la esperaba.

Renesmee tardó el doble de lo que tardaba siempre en llegar a su destino, ya que se detuvo varias veces para respirar aire fresco. Le dolía la cabeza. Llegó a la casa de los Black y bajó del auto. Una sonrisa cálida la esperaba en la puerta de la casa. La sonrisa no pudo esperar y cuando Renesmee bajó del coche, corrió donde ella y la alzó en un abrazo. Ambos sonreían.

- Tardaste más de lo usual. ¿Sucedió algo? - Preguntó Jacob mientras caminaban tomados de la mano al interior de la casa. Su tono sonó preocupado

- Además de que mi padre volvió a intentar detenerme, nada. - Contestó algo apenada pero alegre al final.

Entraron en la casa. Billy se encontraba en el hospital de La Push. Había tenido un ataque cardíaco la última vez que había ido a pescar con Charlie. Cuando Jake se enteró, cayó en depresión. Él sabía que tarde o temprano su padre ya no estaría, pero no pensaba que fuese tan pronto.

- ¿Hay mejoras en el estado de Billy? - Luego de sentarse, Renesmee formuló ésta pregunta, con un tono algo preocupado. No le gustaba ver sufrir a Jacob ni a Billy

- No. Llamé ayer al hospital y me dijeron que tenía compulsiones. - Suspiró y con la mano se quitó una lágrima que salía de su ojo. - Es demasiado pronto.

Renesmee apoyó su mano en el hombro de Jake para darle ánimos. Ella no podía sentir eso, sus padres eran vampiros y era casi imposible su muerte.

- Debes saber que todos te apoyamos en esto. - Se sentó junto a él y lo abrazó. - Todos esperamos lo mejor para tu padre.

Jacob no supo que decir ante esas palabras. Un rato de silencio invadió el ambiente, hasta que Renesmee se levantó y tomó las llaves del auto. Jake la miró.

- ¿Te vas ya? - Preguntó con un tono triste en su voz. Seguía pensando en su padre.

- Tengo que, mis padres me matarán si no vuelvo. - Se acercó donde estaba sentado Jacob y le dio un beso de despedida. - Pero mañana es un día especial. Volveré y estaremos juntos todo el día. - Le entregó una amplia sonrisa para luego salir del lugar.

Cuando estaba llegando al coche, cayó desmayada al piso. Jake la vio a través de la ventana y corrió hacia Nessie. La alzó y la llevó adentro para acostarla en el sofá.

Tomó el teléfono y llamó a la casa de los Cullen.