A/N:

Sé que aún tengo pendientes terminar unos cuantos fics pero no estoy en una etapa creativa demasiado álgida, digamos que este fic que empiezo y al ser un crossover, es como una especie de experimento.

Nada de ninguna de las dos series me pertenece, todo pertenece a las mentes de J. Tamaro y del universo Shondalan, yo solo tomo prestados ciertos personajes y los pongo en situación.

En este fic el factor sorpresa y la mente abierta va a ser muy importante. Espero que os guste. Iré colgando capítulos a medida que pueda ir escribiendo, de antemano gracias por la espera.

Capitulo 1:

Just Call my name, i'll be There

Levanto la mirada y el sol la cegó durante una milésima de segundo, se llevo la mano a la frente para poder enfocar mejor su vista, justo en el momento que una mano se divisaba delante de su linea de visión

-¿Estas bien?

Intento situarse de nuevo y ladeo la cabeza, aún andaba turbada por el golpe que acaba de recibir, todo era un bullir confuso en su mente, asintió casi por inercia y de un momento a otro se vio de pie, sujetada por unos brazos que suaves y delicados, eran fuertes y seguros, apoyo la mano en el hombro de la otra persona y la miro a los ojos, sintiendo un leve corrientazo ante el choque de sus miradas, el mismo color con diferentes intensidades, recibió una sonrisa sincera

-¿Seguro?...-la vio tomar una pausa y se aparto un poco rompiendo el contacto con aquella desconocida que la estaba auxiliando-..el hospital no queda más que a unas pocas manzanas de aquí y tengo el coche cerca-

Siguió el camino que trazaba el dedo de la otra hasta topar su mirada con un coche, sonrió levemente negando-estoy bien, soy médico, creo que sabría perfectamente si estoy mal-, vio a la otra dar una vuelta de ojos y rió ante aquello- de todas maneras muchas gracias, iba despistada y me ha pillado de sorpresa-.

Y tan de sorpresa que no pensaba nada más llegar a la ciudad, fuera abordada por un ladrón que intentaría sin éxito atracarla y terminara en el suelo-gracias de nuevo tengo que...-señalo a ningún lugar en concreto porque la mirada fija e intensa de la otra la estaba poniendo nerviosa y con el bullir de sentimientos que tenía en su interior no quería más quebraderos de cabeza. La vio meterse las manos en los bolsillos del pantalón y encogerse de hombros, haciendo un gesto que le resulto encantador con los labios, comenzaba a desvariar y eso no era bueno, dio un paso, tal vez dos cuando sintió un fuerte dolor, en el tobillo -lo que me faltaba-, se mordió el labio, intentando no proferir ningún tipo de sonido y guardando la compostura en todo momento, por lo menos hasta que su "salvadora" improvisada se hubiera marchado.

Se giro, esperando que la otra hiciera lo propio hacia aquel coche que le había señalado para poder ubicar un banco y sentarse en el, pero no fue eso lo que sucedió, cuando quiso darse cuenta, esos mismos brazos que anteriormente la sujetaban, se ceñían a su cintura y recargaban el peso de su cuerpo contra el otro. Giro la cabeza sorprendida y se mordió el labio, al mirarla

-Entonces habíamos dicho al hospital no doctora?-...

El tono de voz con sorna que salio de aquellos labios, le dieron ganas de insultarla pero no pudo proferir palabra alguna, simplemente asintió dejándose "llevar" hasta el coche.

Se tumbo en la cama del hotel y levanto la cabeza levemente mirando su pierna vendada, un esguince, un maldito esguince, que le imposibilitaría estar activa por lo menos un par de días suspiro y volvió a tirar su cabeza hacia atrás, poniendo sus manos en su vientre, concentrándose en su respiración, cerro los ojos un momento y una sonrisa afloro de sus labios ante el recuerdo de una mirada muy especial, las miradas tenían magia, ella lo sabía siempre lo había sabido, tiempo atrás había sido hechizada por una, una que ahora encontraba tan distante, una que ahora ya no tenía o no parecía tener más magia para ella.

Mordió su labio sintiendo como las lágrimas se derramaban raudas por sus ojos aún cerrados y sintió el gusto salado chocar contra sus labios, extendió la mano por la cama vagando hasta la almohada y poder cogerla para ahogar un grito de dolor, de frustración, de impotencia. Una mala decisión, un desafortunado incidente, algo que es inevitable y tu vida cambia en un instante, derrumbándose todo aquello que creías inquebrantable.

Abrió los ojos y se seco con rabia las lágrimas, ya bastaba de sufrir, había venido a esta ciudad por un claro objetivo y un esguince en su pie no la haría flaquear, ella había superado cosas peores, mucho peores, era fuerte, siempre lo había sido, no podía venirse abajo claramente. Sintió su móvil vibrar y lo cogió a tientas de la mesa de noche, miro quien la llamaba y decidió obviar aquel llamado, al momento que iba a ponerlo de nuevo donde estaba, un mensaje apareció en la pantalla

-¿Ha llamado al servicio de habitaciones doctora?-

Frunció el ceño pero a la vez sonrió negando, fue a dejar el móvil de nuevo en su sitio, ignorando también aquel mensaje, cuando uno nuevo volvió a entrar- Creo que llaman a su puerta-, miro a la puerta extrañada y espero un par de segundos, cogió el móvil y contesto rápidamente, un estas loca.

Escucho una risa provenir de fuera de su habitación y abrió mucho los ojos, al tiempo que un nuevo mensaje saltaba- tres, dos, uno...abra doctora, la cena se enfría-, justo en ese momento, un suave golpeteo hizo eco en toda la habitación y eso la alarmo, no podía ser, aquella mujer estaba loca o era muy descarada o ambas cosas.

Se sintió de repente nerviosa, miro su reflejo en el espejo de enfrente de la cama, estaba horrible, el pelo revuelto, los ojos hinchados de las lágrimas, cómo podía abrirle la puerta así- un momento- grito, intentándose incorporar rápidamente, en un vano intento, maldijo su suerte, su pie y a ella también

-la cena se enfría doctora...- gruño al escuchar la sorna con las que aquellas palabras habían sido dichas y sintió un deseo de lanzar la almohada contra la puerta o más bien contra la cara de la dueña de esa voz que cada vez se iba metiendo más en su mente. Dando tumbos ayudada por la muleta llego hasta la puerta, abriéndola despacio

-No he pedido la cena...-

-Ahhh no?...una pena, yo tengo hambre...-

La vio entrar sin ser invitada y boqueo un par de veces, cerro la puerta tras de sí y se apoyo en ella, manteniendo un poco el equilibrio- no sabes que no se puede ir a un lugar sin ser invitada-

-Y tu no sabes que cuando alguien te salva la vida lo que menos es que se invite a cenar a esa persona pero ya ves te he invitado yo-

No pudo más que reir ante aquellas palabras y cuando se disponía a ir a su encuentro en la mesa su equilibrio fallo, cerro los ojos no queriendo sentir el golpe que vendría en breve y que finalmente no sintió, abriendo los ojos y encontrándose con aquellos que la miraban curiosa y divertida- no va a llegarte dinero suficiente para invitarme a cenas, ya van dos veces en un día-, se mordió el labio un momento y agacho la mirada avergonzada, sintiendo sus mejillas arder.

Una mano, esa mano, suave, delicada pero fuerte y segura, tomo su barbilla con delicadeza para alzar su rostro y hacer que sus miradas conectarán nuevamente, sintiendo ese hormigueo, esa corriente que había sentido por la mañana al verla

-Tengo un problema cada vez que haces eso...-

-Hacer el qué?-la miro confusa...

-Eso morderte el labio y sonrojarte...-

La miro aún más confusa y sonrojada si cabía y dio un paso atrás que fue interceptado por la mano que aún rodeaba su cintura- me dan ganas de besarte y eso es un problema...-

Abrió los ojos y sabía que no debía de preguntar, porque si lo hacía era como meterse en la boca del lobo, pero la curiosidad era más fuerte y el lobo era demasiado atractivo mas bien atractiva- por qué es un problema?-

-Por qué yo no soy lesbiana...

Continuará...

Apuestas para saber quienes son las dos protagonistas...