Esta será una serie de episodios cortos que transcurren después de episodio 26. saludos y cuando quieran, me dicen qué tal va porque yo ni idea, simplemente me entretengo.
.- ¿Qué quieres?
Faye le había abierto la puerta de su habitación. Lo miraba sin vergüenza pero tenía los ojos verdes hinchados, indiscutido síntoma de llanto. Detrás, por su altura, alcanzó a ver la tele y el reproductor de beta sobre la cama. Estaba todo encendido así que inmediatamente supo que estaba viendo ese viejo video de ella cuando era niña.
.- La cena esta lista.
.- Oh..., ¿le puedes decir a Jet que me guarde el plato? Iré más tarde, ahora no me siento muy bien.- dicho lo cual cerró la puerta, dejándolo solo en el corredor y con una respuesta en la punta de la lengua. ¿Una respuesta? Apenas, no había mucho para decir.
Así que después de todo Faye era una chica que lloraba. No parecía, no daba el tipo, siempre tan furiosa, tan engreída, tan dura... La nave seguía siendo un barco de almas rotas, pensó, extrañándose por el tono casi poético de sus pensamientos.
Cuatro horas más tarde él seguía levantado, acostado en el sofá. Una mano por debajo de la camiseta recorría la cicatriz que la espada de Vicious le había legado de por vida, fuera esta a ser más corta o más larga. Su última herida, tal vez la última por donde fuera a drenar toda esa sangre envenenada...
En algún momento escuchó ruidos en la cocina y supuso que por fin Faye había salido de su guarida, pero en lugar de encender la luz hizo todo en la oscuridad y volvió a desaparecer. Su oído entrenado escuchó sus pasos yendo hacia la sala de control. Mierda, era a dónde él quería ir a fumar el último cigarrillo antes de ir a la cama.
Media hora más tarde se acercó a ese lugar de la nave que tenía las mejores vistas. Las luces de posición de la Bebop bañaban la sala con sus luces naranjas y rojas y más allá el perfil de Venus se dejaba ver, parcialmente oscuro y parcialmente iluminado por el cercano sol. Por un segundo pensó que sus sentidos lo había engañado porque no vio a Faye pero después distinguió el plato apoyado sobre los paneles y una pierna larga y blanca asomándose por un costado. Faye estaba sentada en el piso.
.- Si Jet ve ese plato sucio ahí va a matarte. -le dijo.
La chica levantó la mirada. No había rastros de llanto en sus ojos. Tenía una lata de cerveza en la mano.
.-Prometo llevarlo a la cocina cuando me vaya a dormir. - respondió. Él avanzó y se sentó a su lado. Le convidó un cigarrillo que ella aceptó. Después de prender el suyo le pasó el encendedor. Quedaron en silencio por un rato. Spike casi podía escuchar el cerebro de Faye trabajando. Las mujeres siempre pensaban demasiado.
.- Desde que desperté quise recordar. Como si el pasado me fuera a otorgar mágicamente una identidad, una forma de ser, un... sentido de pertenencia. -dijo ella por fin - Pero al final recordar no solucionó nada. El pasado es una mierda - sentenció.
Lo miró de reojo.
.- No se qué hacer con esos recuerdos.
.- Nada, Faye, son recuerdos. No se puede olvidar todo. Llora todo lo que tengas que llorar, dicen que el llanto es sanación - él hizo una mueca.
.- ¿Entonces por qué tu no lloras? - le preguntó ella, directamente.
Él se encogió de hombros.
.- Boys don't cry - respondió.
Ella sonrió.
.- Seguro, ¿pero cómo lidias con todo lo que te pasó?
Él sopesó la pregunta. Pensar no era algo que quisiera hacer y menos en eso. No era un tipo reflexivo, no quería serlo tampoco.
.- Ni idea.- fue su respuesta. Continuó fumando. Sintió que Faye se acercaba un poco. La sintió dudar y la miró. Ella se acercó más y recostó su cabeza sobre su hombro, después pasó un brazo sobre su vientre. La sintió relajarse y suspirar.
.- Déjame estar así un rato, dicen que los abrazos también sanan. No protestes, después te dejo fumar solo el último cigarrillo. - la escuchó susurrar.
