Sentimientos Encontrados
Este fanfic está basado en One Piece, la más increíble e interesante historia de piratas que he conocido (soy una súper fan de la serie). Dentro de esta serie, la pareja de Usopp/Kaya es mi favorita (cuando vi la saga de Usopp lo primero que dije de su relación fue: este chico ya está comprometido-y así nació mi OTP XD) y obviamente es de estos dos de quienes vamos a tratar aquí.
Nota de autora: Siendo sincera, este es el primer fanfic que hago de verdad, porque cuando me gustan mucho los personajes de alguna serie me imagino una que otra situación interesante con ellos, pero no tengo el valor suficiente para marcar mis ideas en papel. Todo se debe a que tengo miedo de terminar deshonrando a mis queridos ídolos, incluso ahora tengo mucha duda si de verdad me saldrá bien está historia, aunque si lo estoy haciendo es porque quiero hacerlo no importa qué. Espero que quien se tome el tiempo de leerlo le guste y lo entretenga, por lo menos un poco, y si en caso contrario, termino molestando a alguien o no les gusta, les doy desde ahora mis más sinceras disculpas.
Prólogo:
Todo el día había estado lloviendo, ya debían de ser las cinco y la imponente lluvia no paraba de fluir. El agua se desbordaba por todas partes tal cual los sentimientos del pobre francotirador, quien aún después de haber alcanzado la fama, la fortuna y sus tan deseados sueños, no había conseguido alcanzar completamente la felicidad. Recordaba los viejos tiempos, los inicios de su aventura, aquellos períodos de su más inocente juventud, cuando anclado inherente en su isla, recorría el bosque, la villa y los alrededores de la mansión. Creyendo que no habría nada que lo llegara a separar de su patria, por muy potente que fuera su atracción hacia el mar. Repetía la rutina de siempre: levantarse temprano, desayunar, molestar a los aldeanos, escaparse a toda velocidad, jugar con sus amigos hasta quedar harto y cuando ya fuera demasiado tarde, regresar a casa, su dulce hogar donde nadie le esperaba, solo una soledad profunda y añoranzas de una familia perdida. De tanto repetir lo mismo todos los días, terminaba aburriéndose de su propia realidad e imaginaba una y otra vez, las diferentes formas de huir de todo aquello que conocía, lanzarse a la travesía de un viaje por lo desconocido, pero no importa cuánto lo deseara, siempre reprimía sus deseos por dos simples razones: el miedo y la esperanza. Lo inexplorado le atraía hacia la aventura, sin embargo, sentía terror de enfrentarse al mundo, estando solitario, sin destrezas ni sentidos con los que defenderse a sí mismo y a sus ideales, temía acabar desplomado ante una fuerza mayor de la que pudiera comprender. Además, la esperanza que residía dentro de él, lo encadenaba aún más a la tierra. Su única familia conocida, su padre, quien lo dejó plantado en la isla por ir a perseguir su propio sueño. Creía fielmente que regresaría; desembarcaría nuevamente por estas playas solo con el objetivo de venir a buscarle, de romper sus cadenas y llevárselo libre a recorrer juntos el mundo, donde se entremezclan la realidad y la fantasía, para ver cumplir los sueños de todo aquel que se digne a vivir y luchar por ellos tal y como él lo había hecho. Esa tierna esperanza de un reencuentro, era su mayor deseo y a la vez cadena. Pero por mucho que corra el tiempo, nada permanecerá por siempre igual, pues con el pasar de los años, las añoranzas crecen, el espíritu se alimenta, el cuerpo se desarrolla, los sentimientos cambian y el camino se divide. Toda elección nombrará al futuro, ya sea de bien o mal, y muchas veces uno se llegará por preguntar: ¿hice lo correcto? Y así, tras los hechos pasados, nace el arrepentimiento y la duda. Siempre se ha de recordar: el camino está trazado por uno mismo, no existe el destino ni la fortuna, solo existen los sentimientos encontrados que dejamos en el mismo camino recorrido; por donde puede que nunca volvamos a pasar.
