Disclaimer: "AVATAR: La leyenda de Korra" le pertenece a los genios Michael Dante DiMartino & Bryan Konietzko

Words: 1,650

Rated: M (Advertencia: escena subida de tono)


Nota: Este FanFic participa en el RETO TEMÁTICO DE JULIO: "7 pecados capitales" del foro ¡El Cometa de Sozin!

Pecado: LUJURIA


Birthday

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Era un viernes como cualquiera...

Salí del trabajo tan tarde como siempre suele suceder en aquellos días en los que se acumulaba demasiado papeleo por revisar. Luego me dirigí al departamento que comparto con mi hermano menor para descansar un poco, pero rato después, él llama por teléfono para solicitar mi ayuda con su nuevo equipo de Pro-bending al ausentarse el jugador de mi elemento. Acepté ir con desgana, sabiendo que él estaba muy ilusionado con ganar el campeonato de esta temporada.

Grande fue mi sorpresa encontrarme ahí con Korra cuando entré a colocarme el uniforme a nuestros respectivos vestidores. Miré rápidamente a mi hermano, quien parecía avergonzado, como si hubiera realizado algún error.

— ¡Vaya! No me dijiste que los antiguos Hurones de Fuego son los que se presentarían en el partido de esta noche — repliqué con una sonrisa divertida al acomodarme el casco

— Oh, lo siento — dijo Bolin reflexivamente — Pero... dejaron las cosas en buenos términos, ¿no? — vaciló con nerviosismo. Era la primera vez en mucho tiempo que Korra y yo volvíamos a vernos desde el día en que terminamos con nuestra relación por definitivo, pero ninguno parecía sentirse incómodo con la presencia del otro.

— ¡Claro! — intervino ella — ¡Hagámoslo! — dijo chocando palmas en alto para animarnos y así, entrar finalmente a la arena...

Sería un juego peligroso, pues tenerla cerca podría cambiar el equilibrio de mis emociones y hacerme caer nuevamente ante sus encantos, pero siempre me he enorgullecido de mi capacidad para mantener todo bajo control.

—oOo—

Había pasado un largo período en el que no entrenamos juntos, pero aún así, logramos avanzar a las finales sin aplicar tanto esfuerzo físico. En realidad habíamos adquirido bastante experiencia en el combate durante estos últimos años cuando apoyábamos a Korra en sus asuntos de Avatar y ahora se notaban los resultados.

— ¡Esto tiene que celebrarse! — gritó mi hermano muy emocionado sin poder creer que habíamos ganado el juego

— Yo creo que por esta vez, no los acompañaré — contesté también alzando mi tono, por la voz del locutor y los gritos de los admiradores que podían escucharse a través de todo el estadio

— ¡Vamos, Mako! — insistió y tras la expectante mirada azul, no pude negarme.

Fuimos a un bar que se encontraba cerca de ahí y los 3 acompañamos nuestra cena con unas bebidas preparadas. No teníamos la costumbre de consumir alcohol, pero supongo que ésta ocasión lo requería. Claro que yo no les seguí el ritmo que llevaban y ellos de inmediato lo notaron, por lo que me enviaban constantes miradas de reproche.

— ¡Mako! ¿Qué sucede? — preguntó Korra minutos después, perdiendo la poca paciencia que le quedaba — ¡Es tu cumpleaños! ¡No debes estar igual de amargado en este día tan especial! — me sacudió de los hombros para hacerme reaccionar. Yo sólo me limité a negar con la cabeza soltando una pequeña risa

— Uh... ¡Yo sé con qué mejorar esto! — exclamó Bolin levantándose de su asiento y luego se acercó al bartender para pedirle algo. Imaginé qué es lo que se traía en mente...

—oOo—

Sentía su cuerpo y sus suaves labios cada vez más cerca de mi. Quería tocarla y besarla por todos lados, necesitaba demostrarle cuan feliz era en ese preciso instante.

¿Cómo llegamos a eso? El jugo de cactus siempre funcionaba para aplacar mi obstinado temperamento. Mi hermano lo sabía y se fue del lugar apenas tuvo oportunidad para dejarnos completamente solos.

— Hoy la pasé bien — admití aún controlando mi risa después de un chiste

— Y todavía te queda un regalo más por abrir — me susurró con picardía

— Te necesito — dije totalmente seducido

— Y yo a ti — y sonreí satisfecho al escuchar esas palabras. Tomé aquello como una invitación para continuar

— Vamos entonces, porque no puedo soportar ni un minuto más sin ponerte las manos encima — dije tomándola de la mano y la conduje rápidamente hacia el auto. Al llegar, la hice pegarse contra la puerta y la besé apasionadamente, dándole una pequeña probadita de lo que pensaba hacerle en breve — Estás tan hermosa — acaricié su mejilla — no toleraba la idea de que estuvieras así para otro hombre — recordaba el coraje que había sentido cuando estábamos en el bar — quiero ser el único en contemplar tu belleza

— No pienses en eso, que yo igual detesto cuando andas con Asami — gruñó celosa, y me encantó verla así. La adherí contra mi cuerpo

— Te amo — le confesé

— Yo también — respondió con una sonrisa. Le abrí la puerta y la ayudé a entrar, corrí hacia la parte del conductor y arranqué rápidamente. La miré mientras conducía y una sonrisa traviesa se posó sobre sus labios, lentamente se fue acercando a mi asiento, sus manos comenzaron a acariciar mi pecho haciéndome estremecer y sus labios buscaron el lóbulo de mi oreja y mi cuello

— ¡Korra! — gruñí de impotencia ante sus provocaciones

— Solo apresúrate a llegar — susurró mientras seguía besándome.

—oOo—

No sé cómo logré llegar a casa, sentía una enorme necesidad de besarla ante la excitación del momento, así que me estacioné rápidamente y la atraje a mis labios

— Mako... — gimió mi nombre. La solté a fuerzas y bajé rápidamente del auto para abrirle la puerta, cuando ella estaba bajando la tomé en brazos y seguí besándola suavemente hasta llegar a la puerta del edificio. Subimos con algo de dificultad por las escaleras y una vez dentro de mi departamento, la tumbé sobre el sofá.

Mis manos buscaron las curvas de su cintura que se asomaban por ese vestido tan ajustado, bajé lentamente acariciándola mientras poseía sus labios y ella abría su boca para dejarme explorar con mi lengua...

— Eres hermosa, ¿te lo he dicho alguna vez? — pregunté mientras soltaba los tirantes de su vestido

— Mmm algunas veces — dijo con la voz entrecortada. Dejé caer su atractivo, pero estorboso vestido y la miré fijamente, su ropa interior contrastaba con su piel morena — Te extrañé — dijo tiernamente

— Yo también, anhelaba tenerte aquí entre mis brazos y me moría de pensar que pronto podía perderte — dije mientras acariciaba su plano abdomen y su espalda

— Oh, nunca podrás deshacerte de mi. Eres mío — sus ojos brillaban con emoción

— Y tú eres solamente mía — susurré mientras me ponía de pie, me miró frunciendo el ceño, pero la tomé de la mano y la conduje por el pasillo mientras me deshacía de mi bufanda. Abrí la puerta de mi habitación y me giré para encararla, y al acariciar sus mejillas y sus labios, ella sólo cerró los ojos disfrutando de mis roces y suspirando profundamente.

¿Acaso ésto era correcto? Es decir... ¿Estaba bien que Korra deseara al interés amoroso de su mejor amiga? Y peor aún, ¿teniendo novio al cual engaña de una manera tan cínica? Qué más da, si a ella no le importaba, a mi menos. Y posteriormente vendrá la culpa y el remordimiento, pero por ahora, ambos debíamos gozar del acto.

— Iroh no estará contento con ésto cuando se entere — sonrió dulcemente y sus manos quitaron la chaqueta de mi cuerpo, después abrió cada uno de los botones de mi camisa mientras besaba mi cuello. La camisa cedió bajo sus dedos y comenzó a acariciar mi abdomen y mi pecho.

— ¿Podrías no hacer mención de tu "querido General" por ahora? — ella rió burlona ante mi evidente enojo. Mis manos también se movían sobre su piel y la recorrían suavemente, buscando el broche de su sostén que no tardé mucho en encontrar. La tela se deslizó sobre su busto robándome el aliento como la primera vez, la abracé con fuerza y el frote de nuestros pechos provocó una intensa corriente eléctrica.

— Te amo y lo sabes — susurró mientras me adueñaba otra vez de sus labios. Sus manos bajaron por mi abdomen buscando el botón de mi pantalón que desabrochó rápidamente, la miré fijamente y estaba sonrojada, no había nada más sensual en ella en ese momento.

Con mucha delicadeza la empujé sobre la cama, me deshice de mi pantalón, me arrodillé frente a ella y seguí tocando el contorno de su figura, queriendo grabar cada centímetro de su piel en mi mente. Su pecho subía y bajaba acelerado y no pude resistir más en desatenderlo, así que besé sus hombros y fui bajando lentamente hasta tomar uno entre mis manos y lo besé, entonces la sentí temblar debajo de mi.

Me separé de ella mientras la veía deshacerse del resto de la ropa y ella aprovechó eso para recostarme sobre la cama e invertir posiciones, se sentó a horcadas sobre mí y gemí audiblemente sin poder contenerlo. Besó mi pecho, bajó mi bóxer apresuradamente y suspiré al sentir su piel rozándome cuando sus largas y torneadas piernas se enredaron entre las mías

— Me estás volviendo loco — susurré en su oído — No sé en qué estaba pensando cuando te dejé ir

— Y no sé en qué estoy pensando justo ahora que nuevamente caigo en tu perverso juego — dijo contra mis labios, sabiendo que era una gran mentira que se repetía ella misma, pues probablemente nunca seremos capaces de mantener aquella promesa. Luego se acomodó encima mío y tuve que agarrarme fuertemente de las sábanas al sentir como tomaba mi miembro entre sus dedos y me ayudaba a entrar lentamente en ella.

Los gemidos aumentaban acorde a nuestros movimientos. La tomé de la cadera para subir la velocidad, necesitaba colmar este infierno que sentía. Después me incorporé un poco y la abracé fuertemente mientras nos giraba y ahora quedaba encima de ella. Rápidamente la besé con desesperación y sentía sus uñas clavarse en mi espalda...

Nos entregamos plenamente y disfrutamos de todo ese maravilloso placer que sólo ella y yo podíamos compartir, porque nos pertenecíamos y nos amábamos con locura.

— Korra... — murmuré tratando de regular mi respiración mientras descansaba junto a su cálido cuerpo — Éste ha sido el mejor regalo de cumpleaños que he recibido en toda la vida — sonrió con mucha alegría y le devolví el gesto fascinado.

Indiscutiblemente, Korra es mi mayor debilidad.

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La lujuria es el deseo desordenado por el placer sexual. La virtud que se debe cultivar para atacar este pecado es: la castidad. ¡Eviten estar cerca de las tentaciones! ;)

N/A: Este ha sido el primer lemon que escribo :o Sé que no es tan explícito, ¡pero aún así siento mucha vergüenza por esto! :s

Sus comentarios son bien recibidos. ¡Hasta luego! :D