Disclaimer: Ningun personaje me pertenece son todos de mi ídola J.K Rowling


Sirius estaba indignado. Él era un auténtico sangre-pura, descendiente de la noble y ancestral casa de los Black y está bien que odiara serlo, que odiara a su familia, todos miembros de una larga distanía en Slytherin, pero no era estúpido, sabía que eso, sumado a su belleza externa debía ser como un néctar imposible de resistir para las chicas, ¿Entonces porque diablos ninguna le decía ni 'hola'?.
Le había llegado el rumor que Thomson, un Ravenclaw de su mismo año, se había besado con la hermosa Marlene Mckinnon ¿Cómo pudo semejante idiota conseguirlo?. Era evidente que Thomson no era competencia para él, y tampoco le interesaba en lo más mínimo Marlene, ¿Pero como rayos, lo había hecho?. Sirius se miraba todos los días al espejo y su reflejo le decía, que ninguna chica en su sano juicio se resistiría a él, pero Canuto empezaba a creer que aquello no era tan así.
Remus solía decirle que se calmara, solo tenía 14 años, tendría toda la vida por delante para estar con cuanta chica quisiese. Odiaba la pasividad del hombre-lobo. Él no quería esperar, sus hormonas no esperaban por él. Era un adolescente, cuyo cuerpo imploraba algo de atención.
James se reía con total impunidad en su cara, para después concordar con Lupin. Era fácil para su mejor amigo decirlo, él ya había logrado capturar una 'presa' y creía que Lunático también, pero este último jamás contaba nada, así que no lo sabía con exactitud. Y Peter, bueno, Peter era un caso perdido asi que ni se molestaba.

— Trata de no sonar tan 'desesperado', ellas lo presienten y huyen, no me preguntes como lo saben, pero lo saben. Huelen tus intenciones— explicó una tarde James, frente al lago y jugando con su varita.

— Demonios, Cornamenta, ¿No pides demasiado?.

— No soy yo. Son ellas. Las mujeres son una especie rara, si te dicen que está todo bien, en realidad está todo mal, y si te dicen que está todo mal, es porque en verdad está todo mal. A veces 'si' significa 'no' y 'no', significa 'si'.

— Claro. ¿Y cómo se supone que uno sabe lo que quieren?, por ejemplo, el otro día estaba hablando con una amiga de Evans, y estaba todo bien, hasta que le insinué de ir a Hogsmeade juntos.. aún me duele la cachetada.

Remus que estaba con ellos, leyendo un libro de Encantamientos, ríó. Sirius lo fulminó con la mirada.

— Me enteré — dijo el licántropo— y en realidad no se lo insinuaste, directamente le preguntaste si quería ir contigo a Hogsmeade y "pasarla bien juntos". Lo sé de buena fuente. Sutileza no es tu segundo nombre, Canuto.

— Está bien. No fui muy gentil que digamos, pero no era para que me pegara. Voy a morir virgen y sin haber conseguido un maldito beso, eso va a pasar—protestó el muchacho.

— Si tu dices eso, ¿Qué rayos me espera a mi? — intervino por primera vez Peter— Es solo cuestión de tiempo, Sirius.

Pero fue como si no lo hubiese escuchado, Sirius seguía lamentándose.

— Buen porte, ojos claros, pelo negro, sangre-pura, rebelde sin causa, ¿Qué más rayos quieren? ¿En serio son tan complicadas?. ¿No es más simple decir 'si' o 'no', según corresponda?.

— Canuto, si no te callas, voy a tener que silenciar tu voz mediante magia — se exasperó James— Peter tiene razón, es cuestión de tiempo hasta que las chicas caigan rendidas a tus pies, así que por favor, termina con este tema. Hablemos de otra cosa, ¡Quidditch!. ¿Se enteraron que….?

Pero Sirius no lo escuchaba, todos los días hablando de Quidditch cansaba. Las mujeres eran más interesantes, un misterio que ansiaba resolver, tal vez le llevara tiempo, pero quería averiguarlo.

Y lo logró, vaya que lo logró.

¿O acaso alguien se osaría a negar que incluso, aún mucho después de abandonar el castillo, fue Sirius Black el que más suspiros femeninos arrancó en los pasillos de Hogwarts?.