Disclaimers: Star Wars, en sus diferentes sagas, personajes y ambientes pertenece a George Lucas y respectivos autores. Son usados aquí con fines de entretenimiento.
Nota: Inicialmente, agradecer a todas aquellas personas que se dan el tiempo para leer esta historia, por mi parte es el primer fanfic que escribo, así que se reciben críticas o sugerencias del tema. Igualmente, gracias a "Obi-Wan", amigo mío quien me ayudó enormemente con la redacción y correcciones respectivas.
Decidí el tema por estar ahora inmersa en el universo de SW, sucesos y personajes. Por lo mismo, decidí escribir esta historia para narrar aquellos detalles que no suelen verse, o no se vieron muy detalladamente en la película (Star Wars ep. III) referente a la caída del Templo y Orden Jedi, así como los sucesos que ocurrirían después, tales como la purga Jedi, etc.
Aquel ambiente, la atmósfera que rodeaba todo se sentía tan hostil, aún a pesar de estar en plena guerra, algo no estaba bien… Un mal presentimiento… Un disturbio en la fuerza…
Templo Jedi (Coruscant)
La tarde caía, el otrora claro e iluminado cielo daba paso a uno grisáceo el cual se expandía y parecía apoderarse de todo el panorama, mientras los últimos fulgores de luz que se resistían al atardecer se desvanecían del firmamento. A su paso aquella oscuridad cubría las cuatro torres laterales así como la aguja central del templo ocultándolos bajo el paso de su oscurecido manto. Esa sombra negruzca parecía tener vida, descendía entre un lúgubre silencio y se apoderaba de cada sección exterior del templo, lenta y sigilosamente, mientras aquella edificación se erguía firmemente y vislumbraba aún entre la grisácea bruma que descendía.
Una prolongada secuencia de escalinatas conducía hacia la puerta principal del templo, la cual era vigilada por el maestro Jedi Jurokk, guardián de la entrada. Por los pasillos interiores del templo, la situación parecía normal, —a pesar de estar aún en plena guerra Clónica— cada ambiente permanecía bajo su normal actividad. Los jóvenes Younglings permanecían en el salón de entrenamiento, supervisados por algunos de los maestros Jedi que permanecieron vigilando el lugar, los cuales ocasionalmente rondaban aquellos largos pasillos del templo.
Llegada a la oficina del Canciller (Plataforma de aterrizaje)
Entre las grisáceas nubes de aquel oscurecido cielo que la tarde se encargaba de proveer, una nave de transporte sigilosamente enrumbaba hacia el edificio del Senado, accediendo y descendiendo a la metálica plataforma de dicho edificio sobre la cual silenciosamente aterrizaba. La metálica compuerta de acceso a la nave apenas rechina al abrirse, dejando salir del interior de la nave cuatro misteriosas figuras cubiertas con una larga túnica cual vislumbra apenas la silueta de aquellos cuatro. Uno a uno, éstos se prestan a avanzar hacia el interior del edificio del Senado.
Lobby de la oficina del canciller
Pasando la plataforma y ahora por el largo corredor que conducía hacia el lobby de la oficina del Canciller, aquellos cuatro proseguían su indetenible andar. Como sombras silenciosas, se desplazaban por aquel brevemente iluminado pasillo, su fisonomía yacía bajo el cobijo de aquella túnica, perdiéndose entre las sombras que esta generaba ante el golpe de la amarillenta iluminación del corredor.
Guiados por un paso firme, continuo, casi al unísono pero sin dejar el sigilo y la prudencia a pesar de la situación, su ser buscaba mantener la calma mientras cada uno de ellos denotaba acortarse la distancia hacia su objetivo, apresurando instintivamente el paso.
El corredor inicial cesa, dándoles paso a los cuatro hacia el lobby central e ingreso hacia la oficina del Canciller, cual parecía ser la meta de ellos. Cesando brevemente el ritmo de sus pasos, mas sin detenerlo completamente. Así, pudiendo observar a Darwak —guardia personal del Canciller— junto a dos guardias de la república —los cuales flanqueaban el ingreso al siguiente pasillo— quienes alzan su vista hacia aquellas cuatro figuras al percatarse tardíamente de la presencia de éstos, solamente para encontrarse con cuatro palmas extendidas cuales apuntaban hacia ellos, y antes de siquiera poder reaccionar ante aquel extraño suceso, una rauda, silenciosa y casi imperceptible onda de presión emanante de dichas palmas los golpea, proyectándolos contra la pared tras de ellos, dejándolos fuera de combate en el suelo. Así, aquellos cuatro prosiguen libremente el camino hacia el último salón. La oficina del Canciller.
Aquel mal presentimiento parecía emanar de dicho lugar, la tensión era palpable. Esa aura maligna se podía notar más claramente a cada paso mientras ellos se acercaban por el corredor principal hacia la oficina del Canciller Palpatine. Sus largas túnicas ondeaban y se agitaban al ritmo de los pasos de aquellos cuatro maestros Jedi, la seriedad se notaba y se apoderaba de su expresión. Aquel lugar estaba desolado, sombrío, iluminado apenas por los grandes ventanales que adornaban aquel corredor de inicio a fin.
Así, Mace Windu fue el primero en cesar su paso al llegar a la oficina del Canciller, seguido de cerca por Kit Fisto, Agen Kolar y Saesee Tin quienes se aprestan a flanquear al canciller Palpatine. Éste, enterado de todo lo que sucedía, apenas podía disimular una sínica sonrisa mientras volvía sobre su silla para encarar a los cuatro maestros Jedi.
Jurokk: Maestro Jedi y General durante las Guerras Clónicas, sirvió como "Gate Master" al cuidado del Templo Jedi.
Youngling: En el rango de la Orden Jedi, se denominaba así a los jóvenes que iniciaban su entrenamiento, los cuales posteriormente podrían alcanzar el rango de Padawans.
