¡Hola!
Me he dado un montón de vueltas, no se imaginan, pero he llegado a la solución que culminó en esta idea que se explica un poco en el summary de la historia: Serán viñetas y one-shots independientes, sin ningún tipo de relación entre ellos, que no superen las mil y pocas palabras y que tengan de protagonistas a Ron y Hermione casados, comprometidos o en misión de padres. Con una relación más 'seria', sin ese tira y afloja característico de la adolescencia y blablá, que amo por cierto, pero que dejaré de lado por esta ocasión.
Hugo y Rose también aparecerán en algunos, dentro de la panza o ya nacidos y grandes.
¡Espero que les guste y quieran leer los otros que tengo ya listos para subir!
Todo lo reconocible aquí pertenece a J.K Rowling. Este escrito no es suyo.
I
Hormonas del embarazo
— ¿Quieres que te ayude con eso?— Ron se pone de pie, dispuesto a ayudar a Hermione a levantar una – aparentemente – pesada bolsa de genero que estaba en el suelo.
—No, Ronald— responde, levantándose mientras con una mano se sujeta la espalda e intenta disimular el malestar que le ha ocasionado el movimiento anterior.
—No sé porqué te empeñas en no dejarme que te ayude en nada ¡Mira cómo estás!— le recrimina cuando la ve quejarse en silencio.
—Porque que esté embarazada, no significa que esté enferma o en peligro constante— espeta ella, mientras se sienta en el sofá de en frente, y estira los pies. Harry, que había permanecido en silencio, suspira.
—Sé que no estás enferma, pero eres descuidada— le dice Ron, de forma cariñosa, pero consigue hacerla fruncir el ceño.
— ¿Descuidada, yo? ¿Estás queriendo decirme que no cuido a nuestra hija?— le dice, sorpresivamente furiosa.
—No, pero es que sabes que ya no te puedes andar agachando y haciendo cosas como si no estuvieras embarazada. Que aunque sé que no es una enfermedad— agrega en tono más alto para que ella no lo interrumpa —es un estado delicado de todos modos.
— ¿Qué sabes tú de delicadeza? Por favor— Hermione suelta un bufido mientras escoge de su bolsa inflada de lana un ovillo de color lila y retoma con sus palillos un extraño cuadrado de tejido a medio hacer. Harry, al cual sus amigos habían ignorado olímpicamente durante su reciente disputa, logra reconocer el cuadrito como el inicio de un pequeño chaleco.
— ¿Ahora vas a discutirme eso también? — le dice él, cuando la ve comenzar a tejer sin prestarle más atención luego de haberlo ofendido —Estás cada día más odiosa.
Hermione deja de mirar su tejido y lo fulmina con la mirada hasta el punto que incluso Harry se siente trastocado. En un movimiento brusco ella vuelve a arrojar todo dentro de su gran bolsa de tejidos y sube las escaleras, bufando. A Harry le parece una imagen chistosa, con su cabellera revuelta, sus bufidos infantiles, su molestia exagerada y su enorme panza subiendo las escaleras tan altanera como una adolescente.
—Genial— murmura enojado Ron. A su lado, Harry lo mira con una sonrisa incómoda —Ahora no me hablará hasta la semana que viene.
—No exageres— le dice, dándole un golpecito en la espalda —Sigamos con la partida— intenta animar Harry a su amigo, indicándole el tablero de ajedrez. Ron medio sonríe y asiente con la cabeza.
—No sé qué es lo que le pasa, la verdad. Siempre ha sido… ya sabes, gruñona y todo eso— dice mientras mueve una pieza sobre el tablero —pero últimamente está insoportable, te lo juro— Harry se ríe.
—Pensé que siempre era insoportable para ti
—Bueno— se encoge de hombros —pero la quiero insoportable. El problema es que ahora es… demasiado, no sé si me entiendes.
—Son las hormonas, Ron— contesta Harry, con el mismo tono que tiene su madre un par de veces. Ron tiene que remover su loca idea de Harry con delantal de cocina fregando una olla para no reírse.
— ¿Qué dices?
— Las hormonas del embarazo, las hacen alterarse. Es como un síntoma, no sé— dice moviendo otra pieza en respuesta al movimiento que dio Ron.
— ¿Síntoma? Si no está enferma— añade imitando el tono de su esposa al decir aquello. Harry suelta una risita.
—Pero ya sabes, así como al principio vomitan, ahora se ponen hormonales o como sea eso— dice Harry riendo —o lloran o… bueno, ya sabes cosas de hormonas.
— ¿Ya te ha pasado? — Ron se ríe al notar la experiencia que Harry desborda en su relato.
— Bueno, es el segundo embarazo de Ginny— se encoge de hombros —según lo que sé, ocurre con todos los embarazos cosas distintas, o sea, las mujeres reaccionan de formas distintas.
—Y a mi tenía que tocarme la gruñona. Siempre yo— dice Ron riendo, luego se queda en silencio analizando su siguiente jugada.
—No seas melodramático— le dice Harry, esperanzado en desconcentrarlo del juego a la vez —nada que algo con helado y cubierto de chocolate no pueda mejorar.
— Me ha salido especial con esas cosas— comenta el pelirrojo a su amigo, sintiéndose ahora más a gusto de contar con algo de la experiencia de Harry y de sus consejos —la otra noche quería sandia. ¿Dónde le consigo sandía en esta época del año?— Harry se ríe ante el tono desesperado de su mejor amigo y cuñado, y le golpea el hombro en señal de apoyo.
— Yo tuve que comprar atún enlatado a eso de las once de la noche, en un supermercado muggle.
— ¡Ginny odia el atún!— comenta Ron sorprendido. Harry asiente.
—Si te digo que se ponen raras. A James parece gustarle el atún—
En eso Hermione baja la escalera, de la misma manera en que la subió, con el ceño fruncido y la cabeza en alto. Pasa junto a ellos sin siquiera mirarlos y camina hasta la cocina. Ron la sigue con la mirada y ve como con su manga se seca una lágrima. Se le parte el corazón saber que estuvo llorando por su culpa, pero no puede evitar la sonrisa que le sale cuando la ve volver de la cocina con un enorme pote de helado y una cuchara entre sus manos. Sube a su dormitorio aún enojada y sin mirarlos.
—Harry, tengo una misión que atender— dice mirando hacia la escalera por la que su mujer acaba de desaparecer. Harry comprende todo y sonríe —Mi chica ha salido más difícil, un helado no resolverá nada— Harry asiente con la cabeza.
—Ya veo, pero… si te retiras, yo gano— comenta riendo.
—Disfruta entonces tu única victoria, Potter— le dice Ron, antes de emprender camino escaleras arriba y comenzar a preparar sus mejores cuentos cariñosos para subirle el ánimo a su enormemente embarazada y gruñona esposa.
Muchas gracias por leer
¿REVIEW? :)
