PURA CASUALIDAD
Me tenía acorralado contra un árbol. ¿Sera que era lo que yo estaba esperando después de tanto tiempo?
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UN PAR DE MESES ATRÁS
Nombre: Ichigo
Papá: Sshin Kurosaki
Madre: Masaki (Fallecida hace once años; descanse en paz)
Hermanas: 2
- Karin
- Yuzu
Ocupación: Estudiante de artes segundo semetsre.
Actualmente: Vacaciones de fin de año
Edad: 19 años
Mujeres: Mujeres (Aunque todo suele cambiar)
Tres golpes en la puerta suenan y me llaman la atención.
- ¡Ichigo! Despierta o llegaras tarde a clases.
- Um… -me quejo dando vuelta y dejando que un rayo de sol me dé en el rostro.
-¡QUE LLEGARAS TARDE A CLASES!- gritan del otro lado de la puerta. Me pongo en pie rápidamente, busco una camisa limpia y un flash pasa por mimente. Me detengo entre sueño y enredado en la prenda de vestir. Me siento en el borde de la cama con algo de frustración.
- ¡karin! –dije con un poco enojo- ¡Estoy de vacaciones!
- Si Ichigo –Me confirma la joven del otro lado con un tono de voz malévolo-. Pero recuerda que me dijiste que te despertara. Que ibas a ir al parque central a trotar.
- Cierto –digo terminando de acomodarme el buzo-. ¿Pero no de ese modo? -Le abro la puerta un poco brusco.
-Entonces no te enojes conmigo. –dice con una sonrisa y tambaleándose sobre sus pies-. Si sabes cuales son mis métodos.
- Y estoy despierto –mi rostro de frustración y vencido, es suficiente para que ella me dé una sonrisa amplia de satisfacción.
Re ingreso a mi cuarto y termino de alistarme: una sudadera entubada y un calzado que no subía de los tobillos. Había algo raro en aire ese día. Me sentía un poco extraño, algo iba a suceder que me cambiaría la vida, tengo la habilidad de predecir lo innecesario. Y en mi defensa no sabía que iba a ser tan drásticamente.
Baje a encontrarme con que mi padre y hermana al parecer no se habían despertado aún. Bueno, que esperaba, eran las 7:00 A.M. De un lunes de vacaciones.
Luego de tomar un poco de jugo, y unas galletas que habían dejado destapadas sobre la mesa, salí.
Camine hasta el parque central. Lo habían cambiado un poco encerrado con rejas de color verdes, y habían mandado a reforzar los caminos con ladrillos rojizos. Y para los que sufrimos de recorte presupuestal tocaba entrar antes de la 8:00 A.M. O si no cobraban su mantenimiento.
Al ingreso. Me hago a un lado sobre el pastizal para realizar estiramientos y calentamiento. Y allí estaba el mismo joven de cabello azulado.
Mientras caminaba para acá, me tropecé con ese joven. Aproximadamente de la misma edad mía. Me sobre pasa por el lado, y un extraño sentimiento me rodeó todo el cuerpo cuando me volteó a mirar, sus ojos azulados claros, combinaban en mismo tono que su cabello.
Ahora que lo detallaba un poco más. Por su camisa ajustada se ve un físico trabajado y mantenido "Pero... Pero... que estoy pensando". Miro al suelo y trato de tocar las puntas de mis pies tratando de difuminar las imágenes que se empezaban a tallar en mi memoria.
-¡Hola! –rápidamente me elevo y el joven me sonríe malévolamente.
-Em... Hola –digo secamente.
-Me llamo Grimmjow -Me mira fijamente y me pierdo momentáneamente en su mirada marina-. Tu nuevo vecino.
-¿Vecino? – Verdad. En estos días la familia de al lado se había trasladado. Un nuevo vecino arribo, pero en mis pensamientos nunca se pasó que fuera tan joven.
Empiezo a trotar y el joven me sigue al lado, momentáneamente cruzamos palabras. Entrecruzando conocimientos, me entero que vive solo y va a empezar a asistir a la misma universidad que asisto en el área de medicina, iba en sexto semestre por traslado.
En realidad, no podía decir que era incómodo. Pero era bueno tener a alguien.
Pasaron los días, cada momento que lo veía, sentía algo extraño dentro de mí. En las noches pasaba por mi mente el que sería. Iniciaba mirando el techo y terminaba mirando un cielo azulado cristalino.
Pasa una semana de este extraño sentimiento con Grimmjow. Pequeñas miradas cruzadas y fijaciones en sus labios. Meses de estos pequeños roses y aún sigo sin saber qué es lo que me sucede. Un pequeño lazo entre él y yo se crea, de que se trata, sigo sin saberlo.
Un día, el último día de las vacaciones. Él se veía un poco cari largo, le pregunte que pasaba y lo único que hizo fue correr más rápido y adelantarse, tenía mejor velocidad, y no lo logre alcanzar, tan solo lo veía pasar cada vez que llega por detrás a dar la siguiente vuelta siempre dábamos cinco o seis vueltas a todo el parque en un trote suave. Para su cuarta vuelta que era mi segunda, no lo sentí de hecho ni lo vi.
Hay una pequeña parte del parque que solo la conocemos los dos y nadie más, iba dando mi segunda pasada por ese lado y de pronto lo sentí. Me agarra de mi brazo izquierdo y con el impulso soy lanzado de espaldas al tronco de un árbol, cierro mis ojos y el choque hace que se me escape el aire y un quejido de dolor. Al abrir los ojos me encuentro frente a frente con sus ojos azules.
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Y allí me tenía, acorralado contra un árbol. Me intente zafar un par de veces y a pesar de que solo me tenía con un brazo de él, mis dos brazos, sobre mi cabeza. No lograba nada más que observar su pecho a punto de reventar por su respiración acelerada, sus labios entre abiertos y en un momento que se pasa su lengua humectando y tomando algunas gotas de sudor le hablo.
-Sea lo que sea, podremos solucionarlos. –Me sonríe traviesamente-. No hay que llegar a algún extremo… Nos hemos vuelto… -Y allí entro en crisis. ¿Amigos?
-Es la solución por la cual opte. –Dice con mostrando los dientes en una sonrisa malévola-. Linda manilla-. Me dice con sus ojos abiertos mirándome de arriba abajo.
-¿qué te pasa? –Ahora me empezaba asustar un poco.
-¿Me la regalas? -Saco fuerzas, y bajo los brazos provocando que, por palanca, su cuerpo se acerque más al mío.
-No te atrevas a tocarla. –Pues era el último recuerdo de mi madre.
-Vamos Ichigo no lo niegues, no lo neguemos más -En ese momento pasa alguien. Lo cual me pareció un poco extraño, ya que este lugar lo conocíamos únicamente nosotros dos.
-Nos van a ver, y van a pensar cosas malas- le dije con mi cara un poco sonrojada.
-Y... - me dijo con un toque de arrogancia acercándose más y más.
-¿Qué quieres decir conque no lo niegue más? -Le digo con picardía tratando de hacer tiempo, mientras en mi mente pasan formas de salir de ese lugar.
- Ichigo no me hagas hacer esto –Con su otra mano me toca el rostro–. Eres suave. - Me dice, y me empiezo a asustar, pues mi corazón late velozmente.
-¿Y? -contesto con voz mezclada en furia y temor.
-Créeme… sentimos lo mismo -Me dice convencido de que entendía a que se refería.
-Yo… -justo cuando iba a exponer que no entendía a qué se refería, hace un moviendo y todo se aclara en mi mente. Mientras sus labios se mueven contra los míos, mis ojos se empiezan a entrecerrar y al darme cuenta que me pierdo a mí mismo. Aprovecho el momento, suelto uno de mis brazos y le doy un golpe que lo lleva al piso.
Pero ¿Por qué sigue latiendo de esta forma mi corazón? ¿por qué va a explotar? Mi mente explotada de preguntas mientras lo veía a él sobándose la mandíbula y mirándome con desprecio, mirada que me atravesaba el cuello. ¿Porque me quedo sin aliento? Como si me estuviera volviendo… ¿Loco? No puedo respirar, mi mente queda en blanco, no hay mando alguno. Mi cuerpo tan solo se lanza sobre él sin fijarme si alguien más pasaba. Lo siguiente soy yo besando lo a él, luego de jugar unos segundos con sus labios mi lengua pide permiso, me separa y comenta asombrado
-¿Estás loco o qué? –
-Esa pregunta debería hacerla yo- le contesto y continuo con mi trabajo sentado sobre sus pies. Esta vez mi lengua juega con la suya probando el sabor a menta de la crema dental. Me vuelve a separar.
-Dejame respirar. Porque si me ahogo no podre volverte a besar –Suspiro, me muerdo el labio inferior y continuo.
¿Pero estará bien lo que estoy haciendo?, En estos momentos no tenía respuesta. Dolo sé que me siento bien.
Luego de reponernos, me invita a desayunar a su casa.
Una vez que estamos adentro, detallo que es una casa muy ordenada para un hombre que vive solo. Me da un pequeño recorrido por la casa y al llegar al cuarto que sorpresa, total mente ordenado, con unos cuantos detalles azulados que recordaban su cabello y ojos.
-Trauma con el espejo. –Digo detallando, que había muchas cosas más azuladas. Él me sonríe.
-Espera aquí un momento me voy a tomar un baño rápido. - me dice con picardía.
- Es tu casa. No me pidas permiso -Le digo.
-Si vamos a empezar esta relación… – "relación" pensé "en que me he metido"-… No quiero secretos, inquietudes, ni mucho menos desconfianzas.
-¿Relación? –digo al quedarme bloqueado en esa palabra. Se me acerca, aprovecha que estoy sentado en la cama, coloca los dos brazos en el colchón, a lado y lado mío,
sin dejarme lugar para escapar. Me sonríe y luego me besa.
-¿Estás seguro que no quieres nada con migo? –Me dice susurrando en mi oído.
-Yo... -Me vuelve a tomar de los brazos, forcejo un poco no me puedo zafar, o talvez, ¿no quería? Y allí siento un calor emanar del centro de mi cuerpo. Pero ¿por qué mi temperatura seguirá aumentando? Mi cuerpo entero se pone tan caliente que termino dejándome caer sobre la cama y él queda en cuatro sobre mí.
Suelta mis manos y el inicia con cariño. Me besaba el cuello, acaricia mi torso sobre la ropa lo cual lo lleva al siguiente paso que es quitarme la camisa. Con una de sus manos estruja mi cintura soltando un -no te dejare escapar... nunca- mis mejillas se encientes al sentir su lengua -no tenía planeado irme –
Le arrebato su buzo, y mi respiración se acelera observando su cuerpo. Yo sabía que tenía lo mío, él lo tenía y más. Cambio rápidamente la posición, y quedo arriba observando mejor el panorama. Él me sonríe. Yo bajo besando desde su cuello, paso por su pezón, y llego a la pelvis donde me encuentro con las dos líneas que me señalan el lugar que nunca pensé que desearía ver con tanto esmero. Apunto al final de la ve (V) donde la línea se perdía en su pantaloneta haciendo que se estremezca y agarre fuertemente la sabana. "¿Qué estoy haciendo?" Pienso mientras bajo lo que le queda de ropa. Y allí estaba, aquello que solo veía en obras de artes o el mío cuando iba al baño. Nunca pensé en desear el de otro hombre, estaba totalmente erecto y el mío empezaba despertar. Saco mi lengua y le doy una lamida por debajo del glande haciendo que expulse un gemido y un poco de líquido pre-seminal.
Con este gemido me pongo de pie para observar el panorama. Y allí estaba el, acostado con las piernas abiertas y respirando fuertemente. al ver que a no hago más movimientos él se apoya sobre sus hombros yo bajo la cabeza, desato el nudo de mis pantalonetas y las dejo car con mi ropa interior. Me subo sobre la cama y me siento sobre su regazo haciendo que nuestros penes se rocen yo respiro profundo, llevo mis manos a su cuello y el lleva una de las de a mi cintura ajustándome más a su cuerpo. Nos miramos momentáneamente y él me sonríe.
-No sé que estoy haciendo. –digo rompiendo el silencio.
-Pues lo haces bien. –me contesta.
-No sé, sobre la cuestión de ser penetrado o penetrar. –Él eleva sus cejas y bota una sonrisa de burla-. Solo quiero saber… Si esto es lo que en verdad quiero.
Él se mueve conmigo con dificultad hasta que se acomoda sobre las almohadas lleva una de sus manos a mis glúteos haciendo que me eleve un poco, toma su miembro y lo mueve hacia atrás en dirección a mi ano.
-Te dijo que… -digo dando algo de resistencia.
-no te preocupes… -Me dice con una sonrisa-. Hay otros modos de ser íntimos.
Frente a esa declaración dejo llevarme y solo acomoda su pene. En medio de mis glúteos y empieza a mover su pelvis haciendo que su miembro se roce en medio estos, yo respiro profundo frente a la sensación dejándome ir hacia delante, pero detengo mi caída con mis manos sobre sus pectorales que el aprieta haciendo que lo mire al rostro y me sonría. Luego de unos segundos, de sus movimientos y roces, mi espalda se enderece y trato de mover mi pelvis y cintura como había visto en algunas mujeres, en algunos de los videos xxx de internet. Él me sonríe. Toma mi cintura con mis manos, detiene sus movimientos pélvicos y mueve su cabeza hacia atrás para confirmarme que lo estaba haciendo bien.
Me encorvo hacia atrás y me dejo caer un poco haciendo que su miembro se ajuste a un más en medio de mis glúteos, mis manos se apoyan sobre sus muslos para no dejarme caer y poder moverme mejor. El resultado es un sonido de satisfacción de su garganta con sus labios sellados. Su mano toma mi miembro y lo masajea asiéndome producir barios sonidos involuntarios de placer. Un movimiento de mi estómago me avisa que estoy llegando a mi limite.
-Creo que voy… - digo tratando de enderezarme. su mano deja de ocuparse de mi miembro y es llevada hasta mi cintura donde me ayuda a acomodarme. En un movimiento de levante, moviliza su miembro haciendo que momentáneamente roce por mi entrada trasera dándome una idea de lo que terminaría haciendo la próxima vez "¿Próxima vez?"
Aun yo en posición de jinete con el boca arriba, él logra acomodar su miembro debajo del mío, y mientras una de sus manos me toma de la cintura, la otra agarra los dos ejes y ordena.
-Muévete. –sin que mi cerebro haga sinapsis, mi rostro se dirige al techo, mi pelvis reinicia los movimientos que había aprendido visualmente de las actrices de los videos prohibidos de mi padre que encontré un día buscando unos zapatos prestados. El roce de su pene con el mío, me hace sentir cosas inexplicables–. Más rápido. –Y no puedo pensarlo antes de que mi cuerpo le obedezca. Había llegado virgen hasta ese momento y sinceramente pensé que esa sensación, la del estómago que ahora se movía hacia la pelvis y avisaba que pronto acabaría, seria producido por una mujer. Estoy listo y voy a avisar que terminare y bajo mi rostro para encontrarme con su mirada provocadora que no me da oportunidad de avisar. Antes de terminar sobre su pecho, pene y parte del rostro. Abre su boca, luego aprieta los dientes y termina sobre los lugares de su cuerpo que aún no tenían señales de semen.
Unos segundos de respiración profunda y mi cuerpo exige dejarse caer, me balanceo hacia atrás, pero soy tomado de nuevo de la cintura e impulsado hacia delante donde me detengo con los brazos a lado y lado de él, antes de untarme de nuestros líquidos. Él me sonríe levanta un poco el rostro y me besa impulsándome para dejarme caer al lado de él boca arriba. Giro un poco mi rostro para ver cómo se levanta y se marcha del cuarto.
Regresa con una toalla limpiado el desastre que había dejado sobre él. Se sube a la cama y con su mano envuelta en la toalla, me limpia el sudor y finalmente se encarga de mi miembro, al ver que me agarro fuertemente de la funda de la cama y pongo una mueca de incomodidad frente a lo sensible que un estaba me besa. Aprovecha la distracción provocada por el beso, y termina de limpiar mi pene ye lo que quedaba.
Bota la toalla a un lado. Sin separarse del beso, aun desnudo, se acomoda en cuatro sobre mí y cuando se despega el cansancio se apodera de mí. Me mira fijamente dice con una sonrisa.
-Te quiero… -
Mis labios se abren para tratar de dar respuesta, pero en realidad no sabía de decir, así que de que deje que ahora Morfeo me posea. Cierro finalmente los ojos con su sonrisa.
CONTINUARA...
Próximo capitulo: "Sucede una vez, Sucede dos veces"
