Nada de esto es mío, Solamente la historia que ven a continuación.
Una oportunidad para amarte
Nos conocimos por asares del destino, tu un hombre reservado, callado, misterioso, cínico, desarreglado, desalineado, algo loco que uno pensaría que no vale la pena conocer y yo que solo puedo decir, todo lo contrario a ti, es por eso que dejé pasar el momento… que tonta fui. Cuando besaste mis labios, tenía solo 16 años, era una chiquilla; te pedí que no lo hicieras mas, te sorprendiste pero accediste como todo un caballero pero al poco te fuiste del colegio.
¡Qué tonta!, porque a la semana ya estaba deseando tus labios, tonta por dejarte ir cuando ni siquiera te tuve y cuando la posibilidad de que eso sucediera queda en el aire, en el hubiera…
Pero más que nada soy una tonta, una estúpida por no darme cuenta en ese momento de el gran hombre que eres, porque este lienzo que me nubla la mente no me dejó abrir el corazón, y porque cuando por fin lo hizo…era demasiado tarde.
Te perdí… intenté recuperarte, intenté cambiar de rumbo mi camino, el mismo que yo marqué. Tragedia.
Sin embargo, cuando todo estaba perdido, cuando el último pedazo de mi ser estaba a punto de resignarse… llegaste otra vez
Parece un sueño pero no puede ser otra cosa que el destino, de tantos lugares donde podías estar apareciste frente a mí y lo sabía, sabía que era mi última oportunidad, la oportunidad que tanto había pedido, el momento por el que tanto esperaba y la razón de mi ilusión volviéndose realidad, allí estabas mirándome con esa sonrisa torcida en tus labios…
Esta vez… daré todo de mí, todo por merecerte, todo… para quererte.
Todo era perfecto.
Increíble, me dije y quien iba a decir que todo podía ser mejor…
No pasó mucho para que descubriera algo grandioso.
-¿Como estas?- Preguntaste, no lo podía creer.
Me lance a tus brazos, besando esos labios que tanto deseaba volver a probar, me tomaste de la cintura y correspondiste mi beso, con la experiencia que esperaba de ti, me alegro que esta vez, tengo la posibilidad de hacerte feliz.
Gracias…
Porque lo único que quiero hacer es abrazarte, estrecharte tan cerca de mí.
Escuchar tus suspiros, y derretirme con tu mirada.
Me podría quedar en este momento para siempre, y podría pasar toda mi vida esperando por ti, porque cada momento que pasó contigo… vale oro.
Nunca creí que hubiera alguien como tú, el sólo verte me debilita, me nubla la mente, mi razón ante todo. Podría dar todo mi mundo solo por tenerte siempre, porque eres tan guapo y tienes justo lo que quiero, por favor dame tu corazón, porque cada uno de tus respiros grita mi nombre, porque cada uno de mis latidos, cada una de mis palabras me exige estar contigo y al final se que así será, al final…
Quiero sentir un amor verdadero, uno que no necesite de palabras para decirte lo que siento, y uno, en el que tu sola presencia me transmita todo, que sin hablar lo digas todo, que sin tocarme me estremezcas, que sin tocar esos tiernos labios, mi cuerpo desvanezca con la sensación de un dulce beso, y uno en el que esta ilusión dure para siempre, en el que seas mi perdición y mi salvación, mi locura, mi calma.
Eres tú, el primero que cautiva mi corazón, el único que lo ha tenido preso en esta cárcel de emociones, donde espero cumplir cadena perpetua, gracias.
