Disclaimer: Los personajes usados en esta historia son propiedad únicamente de la maravillosa J. K. Rowling, yo únicamente los uso para jugar un rato.
El Plan.
Capítulo uno,
Miradas.
Dos años habían pasado ya desde que el "niño-que-vivió" derrotó a Voldemort, las cosas en el mundo mágico habían mejorado notablemente aunque no todo era tranquilidad ya que muchos tenían miedo de que todo lo que estaba pasando sea un terrible engaño de su subconsciente. Después de que la guerra finalizó los mortífagos que estaba sueltos fueron capturados y muy pocos, por no decir casi nadie, fueron absueltos de Azkaban. Los únicos que corrieron con suerte fueron los Malfoy gracias a la intervención del líder del trío dorado, quien afirmó que Narcissa Malfoy lo había ayudado a derrotar a Voldemort. Pero claro, en la vida de ellos no todo era color rosa, la aristocrática familia había caído en la desdicha, primero, Lucius no había sido redimido del todo, debido a que estaba con mierda hasta el cuello y lo condenaron al beso del dementor, dejando así una gran carga a su familia, la de llevar un apellido odiado por toda la comunidad de magos. Pese a esto el patriarca Malfoy seguía con vida, una muy desdichada vida condenada a vagar en el limbo de su subconsciente sin emoción alguna.
Draco Malfoy tomó el puesto de su padre como patriarca de la familia, a pesar de haber luchado en el bando del señor tenebroso el ya no creía en todas esas estupideces de la sangre, simplemente le daba igual pero muy bien disimulaba y hacia creer a todos que no había cambiado en lo mínimo. Pero era en lo único que había cambiado pues seguía siendo el mismo ególatra de siempre.
Una lechuza se dirigía al suroeste de Inglaterra, exactamente a Wiltshire ubicación de la Mansión Malfoy. Se escucharon unos repiqueos en una de las ventana del la habitación del platinado sacándolo así de sus pensamiento, se acercó a la ventana dándole al ave una que otra chuchería. Hogwarts pensó, hace mucho tiempo que no recibía una carta del colegio, tomó el sobre y lo abrió llevándose consigo una sorpresa el terminar de leerla.
Una fiesta para los que hace un año se graduaron, cabe recalar que muy pocos fueron, puesto que al terminar la guerra muchos hicieron su vida por otro lado, ni siquiera el trío de oro completo regreso, recordaba claramente haber visto a Granger una que otra vez por los pasillos del colegio en compañía de la comadreja menor y la lunática de Lovegood.
Esto sería interesante... volver a Hogwarts, aunque no sería bien recibido estaba decidido, mañana iría a esa dichosa fiesta. Tomó una pluma y con rápidos movimientos terminó de escribir una carta, caminando hacia la ventana donde una pequeña lechuza parda dormitaba cubriéndose la cara con el ala.
-Llévasela a Theodore Nott- dijo con tono firme, Theo había regresando con él a cursar el séptimo año en Hogwarts y era de las pocas personas que aún le hablaban, aunque no se veían desde hace más de siete meses, cuando Draco le solicitó su ayuda o más bien le impuso que debía ayudarlo en sus negocios familiares. Nott jamás se unió a los mortífagos, siendo uno de los pocos slytherin que no eran partidarios ni de Voldemort y mucho más de los ridículos estereotipos ligados a la sangre..
Bajó al comedor encontrándose con su madre, una mujer de porte elegante y mirada altiva, a pesar de que nada pintaba bien en la vida de los Malfoy, Narcissa seguía siendo una mujer aristocrática que se empeñaba en guardar bien las apariencias y seguir con su rutina tal como lo había hecho desde siempre.
-Madre -saludó Draco tomando la delicada mano nívea de su progenitora depositando un suave beso en el dorso de esta- Me ha llegado una carta de Hogwarts mañana realizarán una fiesta para los graduados y he decidido asistir.
Narcissa Malfoy contra todo pronóstico le sonrió cálidamente a su hijo posando su mano en la mejilla del joven.
-Draco, querido, si eso quieres por mi está bien -volvió a sonreírle y se dispuso a levantarse para dirigirse, como todas las mañana al jardín a tomar el té.
-Hoy no te podré acompañar madre, tengo que resolver algunos asuntos -Y así era, a pesar de que su apellido ya no era bien visto Draco seguía manteniendo de pié la empresas familiares, aunque ya no sean tan grandes como lo habían sido antes eran lo suficientemente buenas para seguir con la vida llena de comodidades a la cual estaban acostumbrados.
Despidiéndose de su madre se encaminó hasta el estudio de su lujosa mansión desde ahí controlaba las empresas que tenia bajo su mando. Malfoy quería que la respuesta de Nott no tardase en llegar ya que por una parte quería saber como iban las ganancias de su empresa y de eso precisamente se engarba el misántropo, y por otra tenía ganas de hablar con él, hace mucho que no veía a su amigo y ya lo echaba de menos, pero él jamás se lo diría así que le había mandando a llamar para hablar sobre asuntos de negocios.
La respuesta no tardó en llegar y con una mueca típica en él y algo de curiosidad pues la nota decía que alguien le estaba esperando se dirigió a la chimenea que engalanaba la oficina tomando un puñado de polvos flu para llegar a su destino.
Se apareció directamente en la oficina de su amigo sacudiéndose el polvo de su túnica, miró para todos lados hasta que se topó con una mirada que no había visto hace mucho, esos ojos castaños lo miraban ya no con odio sino con curiosidad, cosa que supo identificar debido a que era la misma mirada que él suponía tenía en ese instante. Desvió la mirada lentamente hasta toparse con unos ojos azules que lo miraban con burla desde el asiento detrás del escritorio.
-Draco -Theodore Nott le sonrió mientras se paraba para estrechar la mano de su amigo- cuánto tiempo.
Nott -saludó mientras estrechaba su mano con algo mas de fuerza de la necesaria- no me dijiste que tenias compañía y menos esa clase de compañía, no sabía yo que te gustaban las impur...-siseó con su típico arrastre de palabras, pero no pudo terminar
-Malfoy -la voz de Granger sonó brusca- no estoy aquí para recibir tus insultos he venido porque Nott me lo pidió -el aludido desvió su mirada de los interrogantes ojos de Malfoy para posar la vista en Hermione.
-Draco, sí, justamente de eso quería hablar, he estado viendo el rendimiento de la empresa y va muy bien, pero necesitamos más ayuda si queremos que eso siga adelante y para eso está Granger aquí, el ministro me dijo que ella sería útil -caminaba hasta la mesa en la cual se apoyó y con un movimiento de varita hizo aparecer otra silla- Tomen asiento.
Granger se movió sentándose frente a Nott, mientras Malfoy con mirada reprobatoria miraba el asiento de alado.
-No piensas que me sentaré a su lado ¿O si?-levantó una ceja mientras su sonrisa ladeaba aparecía en su rostro, mientras Nott lo interrumpía
-Haz lo que quieras simplemente préstame atención que esto es más importante para ti que para mi- dijo rápidamente, ya que veía que Granger tenía la intención de responder a las provocaciones del rubio.
La charla pasó entre miradas reprobatorias por parte de Theo hacia su amigo y la leona.
-Y bueno básicamente es eso, así que Granger... ¿Qué dices, estás dispuesta a trabajar con nosotros?- preguntó Nott, mientras con un movimiento de varita hacía aparecer un contrato con una pluma.
-Si no tengo más opción- la castaña tomó la pluma y comenzó a leer el dichoso papel llevándose la grata sorpresa de que si aceptaba trabajar tendría que hacerlo en la Mansión Malfoy y eso no le hacia ninguna gracia- Aquí dice que tengo que trabajar en la casa de Malfoy y eso no lo vo...- el aludido levantó la mirada y sonrió de la forma más despreciable que pudo.
-Granger, no creas que esto me emociona, tener a una sangre su..., hija de muggles en mi casa- se rectificó al ver la mirada se su amigo- pero viendo las cosas podré soportarlo, así que ¿Aceptas o no?- dijo Malfoy ya con algo de aburrimiento.
-Esta bien, pero ni creas hurón que actuaré como si nada- culminó firmando el pergamino el cual brilló para después enrollarse y volar a las manos de Nott.
Nott sonrió para sus adentros, su plan estaba funcionando, si lo que le dijo su querida novia sobre la castaña era cierto y lo que él sabía sobre su platinado amigo, las cosas cambiarían muy pronto.
-Perfecto, si no hay nada que más que decir me retiro, tengo algunas cosas que hacer -Theo se dispuso a marcharse, tomando el picaporte de la puerta se giró- que se diviertan- y dicho esto se desapareció dejando a los dos invitados con cara de perplejidad. Luna se pondría feliz de saber que todo comenzaba a fluir correctamente.
