Disclaimer: Los personajes de Fairy Tail no me pertenecer. Por el simple hecho que primero no soy hombre, no soy japonés y no soy un gran artista, sino que son del maestro Hiro Mashima.
Esta historia se me ocurrió al leer un libro de Michelle Celmer, el cual adapte una parte y lo otro es parte de mi imaginación :3
Baby game
"El destino es como un espejo puedes ver reflejadas algunas cosas, pero algunas siempre están ocultas…hasta un debido tiempo y salgan a la luz"
Capitulo Uno: Uniendo destinos
-Te lo digo enserio. Lucy lo que tú necesitas es un consolador.- dijo muy seria una mujer de unos aproximadamente 28 años. La cual tenía el cabello castaño y sus ojos del mismo color.
-¿Qué?- exclamo asombrada y avergonzada por los dichos de su compañera, una joven de la misma edad que la castaña, esta tenía el cabello rubio y ojos de color café.
-Tú sabes Heartfilia, estos objetos para…- no pudo continuar porque la blonda le había tapado la boca. Al rato después la joven se alejo fulminado con la mirada a Cana Alberona, su demente amiga y socia
-¿Quieres que tenga sexo con un juguete sexual? Estas bromeando ¿Cierto?
- Una persona que le disgusta tanto el sexo como tú, ¿Por qué no?
Lucy hizo una mueca cuando dos chicas que estaban eligiendo sujetadores se miraron, divertidas. Hablar de sexo seguramente sería normal cuando la tienda era una sexshop, pero este local era solo una pequeña boutique de ropa interior. Aunque desde que su socia había empezado a hablar de sus secretos íntimos, hasta su lenguaje tan descarado le hacía parecer una sexshop. Pero así era la Alberona, aunque era algo que Lucy intentaba poner freno.
-No me disgusta el sexo- dijo en voz baja y bastante sonrojada- Me disgusta "ese" tipo de sexo. Y aunque considerase la idea de tener relaciones por un artículo sexual, que no pienso hacerlo, por otro lado ¿De dónde crees que sacaría el material genético?- aclaro la rubia, ante los dichos de la castaña, además quería demostrarle su error.
-No lo sé... ¿En un banco de esperma?- respondió con total naturalidad la Alberona, sacando de quicio a la blonda.
-No creo que pueda entrar y decir: "Hola, quiero retirar un depósito"- respondió sarcásticamente la socia de Cana- Además, me parece una cosa rarísima que alguien valla y deje su esperma, es como si fuera dejando hijo botados por el mundo.
-Bueno, pues olvidemos lo de la consolador- suspiro la morena, sacando una caja de fósforos para encender una vela de sándalo-¿Por qué no hacer lo que habíamos pensado desde el principio, fecundarte artificialmente?
-Cana ya te dije, el médico dijo que las posibilidades de éxito son de una diez a un quince por ciento, por cada ciclo menstrual y se supone que es uno de los especialistas en fertilidad más importante en Magnolia. Además es un procedimiento muy caro, por lo que me ha recomendado que lo haga de la forma natural- suspirando derrota la rubia.
-O sea, que o te gastas una fortuna o lo haces como todo el mundo- concluyo su socia.
-Exactamente. Y por culpa de la endometriosis, podría tardar meses en concebir
-Lo que tú necesitas es un hombre que quiera tener relaciones sexuales sin compromiso, mejor dicho tener una noche loca con algún chico por allí y listo, y si no quedaste embarazada lo vuelves a intentar.
-Supongo que sí- suspiro resignada la rubia.
-¿Y qué hombre no aceptaría eso?- rio Cana- En Magnolia hay por lo menos doscientos hombre que quieran tener una relación de una noche.
Eso era lo que la blonda temía. La idea de mantener relaciones sexuales con un extraño le parecía tan…anormal. Desgraciadamente, se estaba quedando sin alternativas. Lo que había empezado en su adolescencia como un par de días desagradable en cada ciclo menstrual era ahora un dolor insoportable. El chequeo anual con su ginecóloga, revelo lo que ya sospechaba: que la operación era inevitable. Y si quería tener un niño, tendría que hacerlo rápidamente.
Los medios artificiales le habían parecido la respuesta, hasta que descubrió que costaba un dineral y que el porcentaje de éxito era más bien pequeño. La adopción de un niño extranjero también costaba una fortuna y que una mujer soltera adoptase un niño en su país, era casi imposible.
Siempre existía lo convencional que era casarse y tener familia, pero los ocho divorcios de su padre, luego de la muerte de su madre le habían enseñado una lección: la felicidad marital no era para ella. Cuando se fue a la universidad ya había perdido la cuenta de madrastras que vivieron con ella y su padre.
En sus circunstancias, debería haber olvidado lo de tener niños, pero últimamente cada vez que se cruzaba con una madre empujando un coche, le daba una habitual punzada de envidia se convertía en un angustia infinita. Pero esto exploto cuando su amiga Juvia tuvo a la pequeña Ultear, desde ese momento Lucy deseaba con todas sus fuerzas tener el cariño incondicional de un hijo y darle todo el amor que llevaba guardado en el corazón.
Pero, ¿acostarse con un extraño? ¿Podría bajar tanto sus ideales, por la búsqueda de su hijo?
—No sé si puedo hacerlo —le dijo a honestamente Cana, abriendo su opinión ante su socia—. Y si pudiera, tendría que ser alguien con quien quisiera acostarme. Y, sobre todo, un hombre al que quisiera como padre de mi hijo- la rubia sabia el porqué la opinión de su amiga, la Alberona llego a conocer a su padre cuando ya tenía diez años, y recién a los dieciocho él se entero de su existencia, queriendo ser el padre que nunca estuvo en la vida que llevaba la morena-Bueno, volviendo al tema. Para empezar, debería ser un chico sano y no tener ninguna enfermedad.
-Me parece razonable. Tendrías que pedirle un historial médico. ¿Algo más?- pregunto algo de ironía la rubia, imaginándose en una cita y de la nada pedirle todo su antecedentes medico, para saber si era el indicado, la verdad le daba bastante vergüenza hacerlo.
-Segundo punto tiene que ser atractivo. No hace falta que sea guapísimo, sólo razonablemente guapo. Y agradable. No podría acostarme con alguien que no me atrajera, según mi opinión.- dijo la castaña empezando acercarse al mesón, buscando sus cartas, para ver si le ayudaban a ver como venia el destino de su amiga.
-Eso no suena tan difícil -dijo Lucy, contando con los dedos: guapo, agradable, sano...tantos puntos que le estaba dando de pauta, que honestamente ya no quería seguir hablando del tema, pero sabía que su socia no iba terminar hasta llegar a un punto.
En ese momento sonó la campanita de la puerta y Lucy, agradeció que eso iba a dejar unos segundo para dejar de hablar con su amiga, levantó la cabeza para saludar a la nueva cliente... pero no era una cliente. Era un hombre de unos aproximadamente treinta años, con un cabello con particular color rosa y sus ojos de un color bastante particular, ya que era un oscuros, el solo verlo la blonda respiro tranquila ya que él era su mejor amigo, Natsu Dragneel.
-Hola, chicas- saludo con sus características sonrisa que siempre ayudaba a Lucy a olvidar todos sus problemas, ya que siempre era su luz cuando se sentía perdida. Pero la mirada que le dio Cana, le dio mala espina.
-¿Lucy?- pregunto la castaña mirando tanto fijamente a la rubia, ya que Natsu era la persona perfecta para la blonda, no tanto para lo que ella buscaba en este momento como padre de su hijo, sino que era la pareja perfecta para su socia, hasta sus cartas le decían lo mismo.
Lucy quedo paralizada ante la mirada de la Alberona, ella estaba pensando en ¿Ella y Natsu? La idea era tan absurda como lo del consolador y el banco de esperma. El Dragneel y ella eran amigos desde el instituto. Debía admitirlo sí, al principio le gustaba. En realidad, el pelisalmón les gustaba a todas las chicas del instituto. Se acordaba muy bien como su amiga Lisanna cayo rendida al ver al Dragneel, que se imagina su matrimonio con ella, cosa que se volvió tema, cuando pasaban cerca de él, soportando diariamente a la albina y su sueño. Debió ser por eso que le dejo de gustar o que también ser volvió muy amiga del pelirosado. No se arriesgaría a destrozar su amistad. Era demasiado importante para ella, el Dragneel en su vida.
-De eso nada.- respondió ante las miradas de la castaña. Natsu miró de una a otra, ya que no entendía nada lo que estaba pasando entre las dos socias.
-¿Qué pasa?-pregunto ante la situación.
-Nada -sonrió Lucy, dándole una mirada a la castaña que dejara el tema hasta allí-. Pensé que estarías toda la tarde en el estudio-intentando cambiar el rumbo de la conversación.
-Necesitaba descansar un rato -dijo él, señalando la puerta-. Tengo sándwiches y una moto, que se quiere dirigir al parque y pensé que a una chica rubia vegetariana le gustaría acompañarme a comer en el parque.
-A esa chica le gusta la idea-sonrió Lucy al pelisalmón.
-¿A que es un chico muy agradable?-pregunto la castaña, molestando a la rubia porque sabía donde quería llevar el tema.
-Sí, Cana, es muy agradable -asintió Lucy, enviándole un mensaje con la mirada:
«Cierra el pico». Desgraciadamente, a su socia no se le daba bien entender los mensajes cifrados.
-Y hoy estás guapísimo, por cierto, Natsu- sorprendiendo al pelisalmón, el cual se pasó una mano por el pelo.
-¿De verdad?-pregunto inconsciente el Dragneel.
-Desde luego. Y pareces muy sano-Bajo el mostrador, Lucy le dio un pisotón a su amiga, sin dejar de sonreír.- ¡Ay!-exclamo de dolor.
-Natsu, me reuniré contigo enseguida. Espérame fuera.
- Hoy Luce y tu Cana, están bastante raras-alejándose de las chicas, mientras las miraba, pero se encogió de hombros-Pero bueno, nos vemos al final de la calle.
-¡Aye!- respondió la rubia, recordando el extraño sonido que hacia la mascota del pelisalmón.
La puerta apenas se había cerrado cuando Cana abrió la boca...
-¡No! -la interrumpió la Heartfilia-. No lo digas.
-¿Por qué no? Sería perfecto. ¿Cómo puedes ser amiga de un hombre como Natsu y no querer acostarte con él? Es incomprensible- dijo la morena, mientras Lucy saltó del taburete, sacó el móvil de su bolso y lo guardó en el bolsillo.
-Nosotros no tenemos ese tipo de relación-aclaro la rubia a socia.
-¿Por qué no?
-Porque no. Y la idea de buscar a un extraño para quedarme embarazada... es repulsiva. No puedo hacerlo, Cana. Tendremos que pensar en alguna otra solución...-dándole entenderá la Alberona que ese era el punto final del tema.
Las chicas que estaban buscando sujetadores se acercaron entonces.
-¿No era ése Natsu Dragneel, el vocalista de la banda Fairy Tail? -preguntó una de ellas, dejando un sujetador rosa sobre el mostrador. Admiradoras. Uf, pensó la blonda.
-El mismo -dijo Lucy.
La que hablaba le dio un codazo a la otra.
-Ya te dije que era él. Jo, está buenísimo- la rubia levantó los ojos al cielo al escuchar las palabras de las chicas que tenía enfrente, todas las fanáticas, era igual o peor.
-¿Queréis una vela aromática?- pregunto la Alberona, sabía lo que le molestaba a la rubia las fans de Natsu. Lo que ella siempre le decía a la Heartfilia que eran celos y esta le respondía que no entendía como mujeres podían cambiar solo porque el pelisalmón era famoso. Si eso no eran celos, no sabía como los llamaba la rubia.
-Te he visto en el bar donde toca -siguió la chica-. Siempre estás sentada en la primera fila. ¿Es tu novio?- mirando fijamente a la rubia, cosa que le extraño, era primera vez que se daba cuenta de su presencia en los show del pelisalmón.
-Bueno, es que no podemos decir nada -sonrió Cana, conspiradora-. Aún no es oficial- en ese momento la blonda se tiño un sonrojo su rostro, que estaba diciendo castaña, ella y Natsu no tenían nada, solo amigos, nada más.
-No se lo contaremos a nadie. ¿Verdad que no?- Su amiga asintió, entusiasmada.
-No se lo contaremos a nadie. Te lo prometo.
-Bueno, si lo prometéis... -dijo Cana inclinándose un poco, sorprendiéndose que la blonda a este paso no haya dicho nada para desmentirlo, prefirió seguir con sus dichos-. Están prometidos. Van a casarse en primavera.
-¿De verdad? -a la chica del sujetador no pareció hacerle mucha gracia-. Qué suerte tienes- felicitándola a la blonda, siendo una sonrisa lo que recibió como respuesta
-Le diré que me he encontrado con dos de sus fans. Natsu se pondrá muy feliz si se lo comento- dijo la rubia a lo que las dos chicas se miraron extremadamente felices por la simpatía de la blonda y que por fin su ídolo iba a conocer su existencia.
-Podrías presentarnos -insistió la chica-. Así le pediríamos un autógrafo.
-O un mechón de pelo -murmuró Cana, muerta de la risa, la verdad le gusto la presencia de estas dos chicas en su tienda.
-Seguro que podríamos arreglarlo –respondió la Heartfilia guardando el sujetador en una caja-Gracias por su compra vuelvan cuando quieran-saliendo las dos chicas muy felices de la tienda.
-Cana, tu no deberías contar tonterías- reclamo la rubia antes los anteriores dichos de la castaña, ella y Natsu estaba comprometidos y se iban a casar en primavera, lo único que faltaba que dijera la Alberona que estaba embarazada de él.
-¿Por qué no? Era una broma. Y sobre el asunto del sexo...
-No -la interrumpió Lucy-. No vamos a hablar más del tema.
-Venga...
-No. Me voy, volveré dentro de un rato -dijo, abriendo la puerta-. Llámame al móvil si pasa algo.
-Piénsatelo -insistió Cana-. ¡Natsu sería perfecto!
La Heartfilia estaba despidiéndose de su amiga, que no se dio cuenta al salir que había alguien en la puerta, chocando contra un sólido torso masculino.
-¡Eh! ¡Qué prisas! -sonrió Natsu, al tener a su amiga en los brazos
Lucy tenía una mano en su torso y, por primera vez, se percató de que era un torso duro, lleno de músculos. La repentina imagen que apareció en su mente, es decir lo que Natsu y ella acompañados de un bulto en sus brazos, el cual era una bebe, tan hermoso, hizo que sintiera un escalofrío, al darse cuenta de sus pensamientos. Ella nunca había considerado en Natsu de esa forma... Todo era culpa de la Alberona, se dijo. Pero no podían hacerlo. Imposible. Natsu era la persona que ella mas quería que estuviera a su lado, tenía miedo que si llegaran a tener una relación con más compromiso y terminara mal, él nunca más volviera estas a su lado.
-¿Para qué soy perfecto? -preguntó él entonces, sacando a la rubia de sus pensamientos. ¿Lo había oído? Horror.
Natsu apoyo sus manos en la cadera de la rubia, reconociendo que él tenía unas manos grandes y fuertes, pero el roce era sorprendentemente delicado. Y Lucy tuvo que hacer un esfuerzo para apartarse.
-¿Qué te pasa?- pregunto luego que la blonda se alejara de él.
-Nada, estoy bien- sonriéndole al chico y tomando una de sus manos- Vámonos, me muero de hambre.
-¿Para qué sería perfecto? -insistió él.
-Para nada -contestó Lucy. Sentía las gotas de sudor por su cabeza... Debía haber más de cuarenta grados en la calle, pero el sol no tenía la culpa. Sin duda, Cana había conseguido su propósito. Si hubiera mantenido la boca cerrada...
-Después de catorce años, sé cuándo estás mintiendo -sonrió Natsu-. Venga, dímelo.
-Es mejor que no lo sepas- respondió algo avergonzada, nunca había hablados estos temas con el pelisalmón, él solo sabia su enfermedad y nada más.
-¿Por qué?
-Porque sí.- sonrojándose como un tomate, recordando la locura de su amiga con el consolador y el banco de esperma.
-Lucy, ¿por qué te has puesto colorada?
-Venga, date prisa -lo interrumpió ella, empezando a correr a la moto del chico. Al chico le gustaba mucho las competencia él no iba a perder al desafío que le puso la rubia, estaba encendido. Luego de sacarle una cuadra de diferencia a la blonda, dirigió su mirada hacia ella la encontró casi punto de darle un infarto.
-¡No voy a dejar de preguntar, así que será mejor que me lo digas!-grito mientras corría hasta llegar al lado de la chica, haciéndola subir a sus espalda llevándola al a la moto que poseía.
-No puedo-respondió mientras sentía el aroma que tenia, el cual lo encontraba tan dulce, le encantaba el olor de Natsu. Cuando llegaron a la moto del joven, el bajo a la rubia, quedando los dos frente a frente.
-No creí que llegaría a tener que usar esto, es mi arma mortal- pestañeó con esas pestañas que serían la envidia de cualquier mujer. Lucy rompió de risa al verlo, tanto años conociéndose, debía saber que no podía con ella su arma mortal-Por favor.
-No.
-Por favor, Luce, por fa...- haciendo su cara más adorable, que la rubia le costaba no responderle.
-Venga, dímelo. ¿Para qué sería perfecto?
-¡Sexo, Natsu! –grito la rubia, quería respuesta allí estaba-. Cana cree que serías perfecto para un revolcón.
Continuara…
Hola a todos
Hace tiempo que no publicaba, la verdad creo que son un año que no estaba en esta página. Pero ahora volví, con brillo y esplendor, esta va ser la primera historia que voy a publicar a mi regreso, espero que les guste mucho esta historia :D
Muchas gracias por leer C:
Nos vemos el próximo viernes
Himarii!
