Simplemente celos
Todo parecía indicar que iba a ser un día completamente normal, realizando los trabajos que Benson repartía a los trabajadores del parque. Ya era un poco tarde y Mordecai y Ribgy seguían con sus tareas, aquel día Benson les había cargado la mano.
-No lo puedo creer, viejo, ya son las 4 y seguimos haciendo esto- se quejaba Rigby mientras se sentaba en una pequeña banca.
-Ya lo sé, mapache, pero ni modo…es trabajo. Recuerda que Benson sigue muy enojado por lo que pasó ayer, así que tenemos que terminarlo hoy.
-Ay, no te preocupes tanto, Mordecai, ese Benson siempre nos anda amenazando con lo mismo y seguimos aquí.
-Tienes razón.
-Claro que la tengo, yo nunca me equivoco.
El arrendajo solo torció los ojos, definitivamente su amigo era demasiado confiado, en este momento podría recordarle muchas ocasiones en que se había equivocado y los metía en problemas.
-Oh, debe ser él- dijo en voz baja cuando su celular comenzó a sonar.
-¿Él? ¿Quién?-preguntó antes de que pudiera formular la pregunta en su cabeza.
-Nadie importante, espérame un momento- dijo al momento a un lugar en donde pudiera hablar sin ser escuchado.
Después de 10 minutos, el chico regresó encontrándose a su amigo con los brazos cruzados, parecía estar un poco molesto.
-¿Qué sucede, amigo?- preguntó el chico de tez morena, acercándose un poco a él.
-Con que no era nadie importante ehh, Rigby – se sentía algo irritado al ver que ese mapache le ocultaba algo, y más al ver que se fue a contestar su celular hasta quién sabe dónde para hablar con quién sabe quién…
-mmm no, no lo era.
-Uno no se va corriendo a contestar si no fuera nadie importante - definitivamente había sonado como un reclamo… más bien lo era.
-¿Qué? ¿Acaso estás celoso? – sonrió a manera de burla.
-¿Qué? ¿De dónde sacas esas ideas tan ridículas? Por supuesto que no lo estoy, es sólo que… siempre me dejas con el trabajo y te vas.
-Jaja, ya no alteres, hermano. Lo siento, debía atender esa llamada.
-Ah, ya veo… ¿y quién era?
-Jeremy- respondió mientras recogía la basura que estaba tirada en el césped, así que no de percató de la cara de irritación que puso Mordecai al escuchar ese nombre.
-Ah, con que era él – susurró molesto- ¿Sabes?... últimamente pasas mucho tiempo con él, ¿pasa algo?
-mmm – se quedó pensativo unos segundos- no, no pasa nada, sólo me di cuenta que también puede ser un buen amigo–sonrió- además él me acompaña siempre que me dejas para irte con Margaret.
-¡¿Qué?! Eso no es cierto, yo siempre te invito pero nunca quieres ir, Rigby.
-¿Y para qué quieres que vaya? Sólo me ig..- se calló al instante, no quería que Mordecai supiera como se sentía cada vez que estaban todos juntos- es decir, no quiero hacer mal tercio.
-Tú no haces mal tercio –al escuchar eso, pudo sentir una sensación de felicidad en su pecho – sabes que irías con Eileen – pero lo que siguió después se encargó de desvanecer esa sensación que no duró más de un segundo.
-Es por eso que tampoco quiero ir, Mordecai, entiende que ella no me gusta y no quiero salir con ella, ¿es tan difícil de entender? – respondió enojado, tirando todo lo que traía en la mano, le dio la espalda a Mordecai, dirigiéndose a casa. No estaba de humor para ver a su amigo azul y menos cuando se ponía en ese plan.
Después de un largo rato, Mordecai acabó de hacer el trabajo y regresó a la casa como a las 6 30. Tenía que hablar con ese mapache, no tenía que haberse ido así. Al entrar vio algo que no le gustó para nada: ahí, en el sillón, el sillón en que Rigby y él jugaban, estaba ese insoportable de Jeremy jugando videojuegos con su mejor amigo. ¿Por qué estaba ese tipo ahí? ¿Es por eso que habían estado hablando? ¿Acaso Rigby lo había invitado?
-Ah, qué onda, Mordecai –saludó el mapache de muy buen humor, no parecía que hace rato se había enojado- ¿te nos unes a jugar?
-No- respondió secamente- ¿Qué hace él aquí?
-Jugar conmigo
-Eso ya lo noté, Rigby, me refiero a por qué lo invitaste si siempre jugamos sólo tú y yo…
-Jajajaja – la sonora carcajada de Jeremy llamó la atención de los dos chicos- ¿acaso… esos son celos, Mordecai?- sonrió de una manera que dejaba muy claro que haría o diría lo que fuera para dejarlo en ridículo frente Rigby.
-Tú no te metas, estoy hablando con Rigby, no contigo.
-Ay, qué carácter te cargas –contestó Jeremy
-Mira, Mordecai, ahorita no tengo tiempo para eso – se levantó del sillón y de dirigió a la cocina - ¿quieres algo, Jeremy? – preguntó ya estando allá.
-No, Rigby, muchas gracias pero estoy bien.
-¿Qué es lo que te traes con él? – cuestionó el chico de pelo azul- no me das nada de confianza, así que aléjate de él, déjalo en paz, ¿entendiste?
-Uy, que miedo me das, esas amenazas son muy fuertes –dijo de una manera sarcástica- ¿sabes, Mordecai? No tengo que darte explicaciones, yo estoy con Rigby porque se me da la gana.
-¿Y Chad? Te peleaste con él, ¿verdad? Es por eso que estás con Rigby… solo lo estás utilizando, ¿no es cierto?
-Él está de vacaciones, llega en unas dos o tres semanas… tiempo suficiente para hacer mío a tu amiguito.
-¿Qué? – preguntó confundido - ¿a qué te refieres?
-Ay, Mordecai – se levantó del sillón y se acercó a él, rompiendo por completo el espacio vital – yo no soy estúpido como tú, yo sé cuando alguien me gusta… y me gusta Rigby.
